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Volumen 8, Número 118, diciembre 30 de 2008 www.wftucentral.org
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¡No al trabajo esclavo!

 

El 17 de diciembre de 2008, el Parlamento Europeo rechazó la ampliación de la jornada laboral de 65 horas semanales que habían acordado la mayoría de los gobiernos europeos. Eso los obliga a volver a negociarla. Apoyamos la movilización independiente de los trabajadores.

 

Rechazo parlamentario

De un total de 728 parlamentarios, 428 apoyaron la eliminación en un plazo de tres años del llamado “opting-out” (libertad de opción), cláusula que permite un acuerdo individual entre un empresario y un trabajador para que la jornada de trabajo semanal supere las 48 horas.

La decisión del parlamenmto europeo es opuesta a los gobiernos de ese continente que, salvo España y Grecia, habían pactado en junio pasado convertir la excepció temporal en definitiva, como ocurre en Inglaterra. Es decir, la jornada de trabajo se ampliaría hasta 60 horas semanales en casos generales y 65 horas para el caso de los médicos, pudiendo alcanzar hasta 78 horas semanales.

La iniciativa suscitó la oposición frontal de los sindicatos europeos. Previamente a la sesión del Parlamento, en Estrasburgo, diversas organizaciones sindicales se manifestaron contra la “directiva de la esclavitud”. Después de la votación expresaron su beneplácito.

Sin embargo, no hay todavía nada que festejar. Con la votación solamente se abrió un período de tres meses para una nueva negociación.

Esa es la Europa “social”

Las cúpulas sindicales conciliadoras y colaboracionistas se plantean la sumisión ante el capital y hablan de una Europa “social” que no existe ni interesa a las corporaciones y gobiernos. La propuesta para ampliar la jornada de trabajo es solamente una de las vertientes contra el trabajo.

El “opt-out” conlleva la intención explícita de acuerdos unilaterales entre el patrón y el trabajador para decidir, individualmente, las condiciones laborales. Con ello, se pretende hacer innecesarios a los sindicatos, muchos de los cuales incumplen sus deberes fundamentales. Con ello, sería innecesaria, también, la contratación colectiva de trabajo. La propuesta de los gobiernos neoliberales europeos implicaría un retroceso de más de 100 años para llevar al proletariado a la situación previa a los acontecimientos de Chicago en 1886.

Una segunda vertiente de la ofensiva consiste en eliminar la jornada de trabajo en los hechos, mediante la “contratación” por horas de trabajo. En este caso, no hay límite a la jornada de trabajo pues ésta es inexistente. En estas condiciones, el pago salarial excluye a la seguridad social eximiendo a la patronal de toda responsabilidad. El sector servicios es el más afectado.

Una tercera vertiente está representada por el trabajo precario derivado del “out-sourcing”, en el cual el trabajador está sujeto a la indefensión total a cambio de salarios ínfimos y sin ninguna protección social ni legal. Es el caso de los trabajadores subcontratados e/o inmigrantes.

Las tres vertientes se aplican simultaneamente por el capital. En todos los casos se trata de lograr la máxima explotación del trabajador y la obtención de la mayor ganancia capitalista. Esa es la característica de la llamada “reforma laboral” neoliberal que tiende a aplicarse en todos los países con distintas modalidades.

Movilización sindical

En varias partes de Europa se produjeron aciones sindicales que no pudieron ser contenidas por las cúpulas colaboracionistas. Las mismas burocracias se han visto obligadas a “defender” las conquistas obtenidas temerosas de perder sus propios privilegios.

Pero las amenazas no han concluido. Europa es una región del mundo donde los pueblos y trabajadores han sufrido severos retrocesos, aun cuando algunos se vanaglorian de sus altos salarios en euros pero la situación no es generalizada. Con la caída del socialismo, se ha acentuado la acumulación de capital mediante la apropiación, aún inconclusa, de los medios básicos de producción que eran patrimonio colectivo conquistado por los pueblos. Hoy las privatizaciones de todo tipo son arrasadoras y, en muchos casos, no ha existido la mínima oposición.

El FTE de México saluda a los sindicalistas europeos que se han movilizado en defensa de los derechos laborales mínimos. Esperamos que la experiencia sirva para avanzar sobre la base de la práctica política de un sindicalismo con independencia de clase, respecto del capital, el Estado y el imperialismo.

Cartel_65_horas

Cartel de la Intersindical Canaria, en www.intersindicalcanaria.com


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