XI Foro de Energía,
Declaración final
La contra-reforma energética, aprobada por la
mayoría de los legisladores de todos los partidos políticos,
constituye un serio agravio a la nación. Se trata de un enorme despojo
basado en lo dispuesto por leyes secundarias que contravienen a la
Constitución.
Esta reforma es inconstitucional por privatizadora y
viceversa. El mecanismo consiste en la transferencia de las funciones
constitucionales estratégicas al capital privado por la vía del
otorgamiento de toda clase de contratos y permisos a los particulares.
La
reforma ratifica al Tratado de Libre Comercio, en la parte relativa a la
energía y la petroquímica. Este tratado modificó
unilateralmente a los párrafos cuarto y sexto del artículo 27
constitucional, y tergiversando los párrafos cuarto de los
artículos 25 y 28.
De acuerdo a ese Tratado, el proceso de trabajo
con los hidrocarburos fue fragmentado, para que varias fases
“estratégicas” fueran convertidas en
“prioritarias”, en las cuales puede participar el capital privado,
especialmente extranjero. Es el caso de la llamada petroquímica
“secundaria”, así como, la distribución, transporte y
almacenamiento de gas natural.
Lo mismo ha ocurrido con la
generación eléctrica a través de figuras
inconstitucionales. La Comisión Reguladora de Energía, ha sido el
instrumento para ceder tales funciones constitucionales a las transnacionales y
sus filiales, habiendo otorgado a la fecha casi mil permisos privados en materia
eléctrica y de gas natural.
Ahora, la regulación de la
exploración y producción de hidrocarbvuros será llevada a
cabo por la Comisión Nacional de Hidrocarburos, la que llevará el
registro de los contratos otorgados, mismos que serán mantenidos en
confidencialidad.
El interés de la geopolítica
energética imperialista está en las aguas del Golfo de
México. Al respecto, aún antes de aprobada la reforma, el gobierno
ha emprendido un avance acelerado al Golfo profundo, para lo cual, requiere de
asociaciones con las grandes corporaciones petroleras
Con la reforma, el
gobierno logró imponer formas de contratación para las que se
requiere dividir en bloques el Golfo de México. Ahora, se
extenderán los contratos de servicios múltiples, o
nuevas modalidades de los mismos, hacía las aguas profundas
del Golfo y otras áreas como el paleocanal de Chicontepec.
Durante los gobiernos de Fox y de Calderón, dos áreas
gaseras, Burgos y Sabinas, fueron divididas en bloques para licitar los llamados
Contratos de Servicios Múltiples. La reforma ahora “legaliza”
esos contratos y los extenderá al petróleo crudo.
Peor
aún, la reforma aprobada, propone ampliar la privatización de
todas las fuentes de energía disponibles, incluyendo las renovables y las
no renovables, mediante permisos privados otorgados por los órganos
reguladores.
Es previsible un incremento en la privatización
energética furtiva pues los legisladores otorgaron ilegales facultades
adicionales a la secretaría de energía y a la Comisión
Reguladora de Energía para continuar el proceso
desnacionalizador.
A la fecha, la Comisión Reguladora de
Energía ha otorgado 736 permisos privados, los cuales representan, que el
48.3 % de la capacidad de generación eléctrica total a nivel
nacional ya sea privada. En materia de gas se han otorgado 200 permisos a los
particulares. Son ya más de 300 transnacionales y sus filiales las que
ocupan el territorio nacional.
Ahora, esta Comisión se
encargará también de regular lo concerniente a la
distribución y transporte por medio de ductos de los productos
petrolíferos, petroquímicos y agrocombustibles, así como,
su almacenamiento.
Al incluir la producción privada de
agrocombustibles, la reforma energética proyecta para México un
futuro de hambre y de sed. Al proponer la privatización del agua, el
viento, la geotermia, la energía de los oceános y la
radiación del Sol, el gobierno y partidos políticos incurren en
excesos inaceptables para la nación.
Las consecuencias para
México serán adversas pero “no nos dejaremos”. Si, por
ahora, los trabajadores al lado del pueblo movilizado no hemos impedido la
privatización energética, debemos intensificar las acciones para
lograr una mejor correlación de fuerzas.
Las concesiones,
contratos y permisos privados relacionados con las funciones estratégicas
son inconstitucionales y, por tanto ilegales; en consecuencia, deben ser
cancelados. Demandamos derogar las reformas regresivas de 1992 a la Ley del
Servicio Público de Energía Eléctrica, y todas las reformas
inconstitucionales de 2008. Exigimos desaparecer a la Comisión Reguladora
de Energía y a la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Proponemos
que el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía se realice a
cargo exclusivo del Estado.
Es tesis del FTE de México que las
tierras, las aguas, los bosques, los minerales, los energéticos, y todos
los recursos naturales, solo deben ser de propiedad colectiva, jamás
privada.
Hoy, la legalidad constitucional está rota y para
restablecerla se necesita de un nuevo pacto político de la nación.
En esta perspectiva, llamamos al pueblo de México a enabolar la bandera
de la re-nacionalización energética, para recuperar lo que ha
perdido la nación, volviendo a rescatar el dominio directo de la misma
sobre sus recursos naturales.
La re-nacionalización implica un
proyecto con contenido enmarcado en un proceso para crear las condiciones
políticas pertinentes. En primer lugar, necesitamos construir la
organización social estructurada en todo el territorio
nacional.
Los partidos políticos tradicionales y oficialistas
están descalificados. Es la hora del pueblo en lucha, con independencia
política y programa propio, movilizados concientemente y con el apoyo de
la solidaridad internacional.
Este es el camino de fuego del FTE de
México y es un camino que tiene corazón. Nos han precedido
décadas de lucha proletaria intensificadas durante este año.
Nuestra movilización nos ha llevado a diversas partes del país
habiendo realizado múltiples acciones.
Agradecemos a todos los
mexicanos con quienes hemos compartido el espacio-tiempo de esta lucha,
así como, a nuestros amigos del mundo, especialmente a la
Federación Sindical Mundial. Reconocemos ampliamente la labor
desarrollada por los compañeros que participan en la defensa de los
recursos naturales, una de las grandes causas del pueblo de México.
En todas partes de la capital e interior del país fuimos muy bien
recibidos. En recíproca solidaridad, seguiremos adelante con base en
nuestra política unitaria, clasista e independiente. ¡Viva
México! ¡Vivan los mexicanos en lucha!