Defensa del agua y de la tierra
La privatización del agua, de la tierra y
todos los recursos naturales es un proceso que ha venido avanzando fuertemente,
desde 1992, con base en el marco definido por el Tratado de Libre Comercio (TLC)
con Norteamérica. Las privatizaciones significan la apropiación
privada del patrimonio colectivo de los pueblos y naciones por parte de empresas
transnacionales especializadas en ofrecer servicios múltiples. Estas
corporaciones constituyen redes mundiales que incluyen a la energía
(petróleo, gas, electricidad) y al agua.
El agua, recurso estratégico y vital
El proceso de privatización ha
conducido a grandes negocios privados y, al mismo tiempo, a la exclusión
de millones de personas en el mundo a los derechos sociales
fundamentales.
Desde los niveles más altos del poder
político y económico se ha organizado una seria ofensiva contra la
población. Los mecanismos para la privatización del agua se basan
en el otorgamiento de concesiones y contratos de servicios
múltiples.
El agua es un recurso natural estratégico y un
energético vital. En México y en el mundo existe escasez de agua
dulce disponible y su distribución es muy desigual. El acceso al recurso
y su consumo se caracterizan por la dispersión territorial. En estas
circunstancias, la privatización del agua incluye el acaparamiento y la
distribución.
En el primer caso, el mecanismo consiste en
concesiones y contratos otorgados a empresas operadoras de servicios urbanos,
industrias y empresas que monopolizan las principales fuentes de agua. En el
segundo, se incluye la llamada “regulación” de los mercados
del agua, el intercambio de volúmenes de agua entre las ciudades, las
industrias y el campo e, incluso, entre las diversas cuencas hidrológicas
del país.
Se distinguen tres usos básicos del agua: urbano,
rural e industrial, y en todos existen procesos de privatización
segmentada. En el caso de los usos urbanos, mediante una estrategia de
municipalización del manejo, contratos y mercado del agua; lo mismo con
los usos rurales en los distritos de riego, montañas y selvas; y, en la
gran industria del campo y de la ciudad.
En contraste, las empresas
transnacionales se caracterizan por una severa centralización
promoviendo, al mismo tiempo, la individualización de los consumidores a
los que se convierte en “clientes” aislados, sujetos a una desigual
capacidad de negociación o resistencia.
Esta situación
fragmenta a la población y la incapacita para enfrentar a las
transnacionales y sus gobiernos, cuya política termina por expropiar al
pueblo en su conjunto, mediante leyes reglamentarias y diversos instrumentos
privatizadores: administrativos, jurídicos y financieros.
Objetivos de las privatizaciones
En las ciudades, el objetivo estratégico
consiste en la paulatina privatización de las redes de infraestructura
del servicio del agua, sea doméstico, comercial, industrial o
público, incluyendo el agua potable, el drenaje y el alcantarillado.
Estas redes implican a los sistemas de almacenamiento, bombeo, plantas
potabilizadoras y de saneamiento.
En el campo, el primer objetivo es la
apropiación privada de las presas, las nuevas y las ya existentes, que
son estratégicas para los sistemas de riego. Otro objetivo consiste en
apoderarse del control de los pozos de agua más importantes ubicados en
los acuíferos más ricos.
En el caso de la industria, la
privatización consiste en el traspaso gratuito del control de los
acuíferos más importantes del país a la gran industria,
mediante la concesión de pozos exclusivos. Luego, las empresas venden
“su” agua en forma de agua embotellada, refrescos, cerveza, jugos, etc.
Mecanismos de la privatización
Para la privatización del agua en las
ciudades es clave la política impuesta a los municipios para que
favorezcan, subvencionen y formen Organismos Operadores que son empresas mixtas
o privadas que pasan a ocuparse del servicio de agua. Estos operadores comienzan
por apoderarse del padrón de usuarios y el inventario de las necesidades
urbanas. Los gobiernos municipales proceden al “saneamiento”
financiero de esos organismos mediante la elevación de tarifas. La
infraestructura a privatizarse se hace con créditos o recursos estatales.
Las empresas privadas, sin embargo, son filiales o subcontratistas de grandes
corporaciones. Estas, con la subcontratación, se desentienden de los
conflictos sociales surgidos por el mal servicio que proporcionan.
En el
caso del campo, las concesiones del agua para uso agrícola no se otorgan
a los ejidos o comunidades sino a individuos, asociaciones civiles y empresas.
Los propios campesinos de los distritos de riego están obligados a formar
agrupaciones o sociedades. De esta manera, las presas y los pozos son
registrados en forma privada.
Tratándose de la industria, la
Comisión Nacional del Agua (Conagua) otorga a las grandes empresas
concesiones para la perforación de pozos sin determinar los
volúmenes de agua y sin ninguna supervisión. También se les
otorga el derecho para el tratamiento de las aguas residuales, que las mismas
industrias contaminan; luego, las aguas tratadas las venden a otras industrias,
a los servicios municipales o al campo.
Conforme las empresas se apoderan
de las redes de la infraestructura hidráulica municipal, reinvierten sus
ganancias para expandirse a otros municipios y países, sin ocuparse
jamás de la mejora, desarrollo o ampliación de de las redes de agua que ya manejan.
Estado y transnacionales contra la nación
El ataque neoliberal contra la propiedad y manejo colectivo del agua es parte del ataque contra la
propiedad colectiva de la tierra. La gran industria se ha apoderado de la parte
más importante de los acuíferos y, los Organismos Operadores de
servicios municipales, son la vía creciente para la privatización
de los servicios del agua.
El manejo de la privatización del agua
se hace desde las cúpulas de la Comisión Nacional del Agua, en
concordancia con los lineamientos establecidos por el Banco Mundial, y otros
organismos internacionales como el Consejo Mundial del Agua, la
Asociación Mundial del Agua y la Comisión Mundial del Agua para el
Siglo XXI.
Unas cuantas empresas transnacionales controlan el mercado
mundial del agua, entre otras, Veolia, Suez, RWE-Thames Water, Aguas de
Barcelona y Aguas de Valencia.
La Comisión Nacional del Agua fue
creada en 1989 y la Ley de Aguas Nacionales en 1992, reformada en 2004. La
Conagua se subdivide en 13 Organismos de Cuenca que adecuan el proceso de la
privatización a las condiciones de cada una de estas regiones, en los
servicios urbanos municipales, distritos y unidades de riego, poniendo a la
disposición de la industria los mejores acuíferos. Los 25 Consejos
de Cuenca solamente toman en cuenta la opinión de las altas burocracias
del Estado y empresas privadas, bajo la figura de los Organismos Operadores o la
Gran Industria.
Entre el poder transnacional, nacional y regional se
decide el reparto económico, político y social del agua. En todos
los casos, la población está excluida, las transnacionales y el
Estado la consideran como simples “usuarios” o “clientes”.
El agua, derecho social de los pueblos
El agua es libre y tenemos que
luchar por la libertad del agua, porque es la libertad de nuestros pueblos. Las
privatizaciones significan el robo organizado de los recursos naturales del
mundo por parte de las corporaciones imperialistas y gobiernos
neoliberales.
El problema mundial del agua es serio y complejo pero, en
ningún caso, se podrá resolver mediante las privatizaciones. El
agua es un derecho social de los pueblos del mundo, no es una mercancía.
En México y en el mundo, el dominio directo del agua y de todos los
recursos naturales, corresponde a la nación, no al Estado ni menos a los
gobiernos en turno.
Para revertir la expropiación privada de la
tierra y el agua necesitamos de la organización independiente del pueblo
mexicano. También se necesita de la lucha programática y la
movilización social en todo el territorio nacional.
La
formación de Consejos de Pueblos constituye una propuesta de amplio
alcance. Por ello, el FTE de México saluda y apoya al Primer Congreso de
Pueblos de Tierra Caliente. Este se realizará el 22 de noviembre de 2008,
a partir de las 10 hs., en Acatitlán, municipio de Luvianos, Estado de
México, con la asistencia de 17 pueblos del Edomex, Michocán y
Guerrero.
El desafío que nos convoca a este Congreso es del
interés de la nación viviente e incluye a todos los mexicanos en
lucha. ¡Venceremos!
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México
ANEXO
El
agua en el mundo
Tres cuartas partes de la superficie terrestre
del Planeta Tierra están cubiertas de agua pero, el 97.5% es salada, el
2.24% es dulce o congelada en los glaciares y, solamente el 0.26% es apropiada
para el consumo humano. La tercera parte de la población mundial, es
decir, 1,700 millones de personas sufren de escasez de
agua.
El agua en
México
México tiene una disponibilidad promedio de
4,547 m3/hab/año, lo que significa una categoría
“baja”. Entre 40 y 50% del agua se desperdicia en fugas por la
deficiente red hidráulica y prácticamente todos los cuerpos de
aguas superficiales están contaminados.
De 653 acuíferos,
102 están sobreexplotados. Los ríos y lagos están siendo
destruidos por el depósito de desechos orgánicos e
inorgánicos que se filtran al subsuelo contaminando las aguas
subterráneas.
Actualmente, 11 millones de mexicanos no tienen
acceso al agua potable y 24 millones carecen de sistema de alcantarillado. El
tratamiento de aguas residuales llega apenas al 31% del total del volumen
recolectado.
Las cuencas hidrológicas se encuentran en zonas con
gran densidad de población. En casi todo el territorio nacional existen
conflictos por el agua.
Región
hidrológica Balsas
El ciclo hidrológico ocurre en
cuencas, las cuales son unidades mínimas del manejo del agua. Las cuencas
del país se encuentran agrupadas en 37 regiones hidrológicas. La
región hidrológica 18, Balsas, tiene una extensión
territorial continental de 118,268 km2 con una precipitación
media anual de 1,1015 mm y un escurrimiento natural medio superficial interno de
24,944 hm3.
Para el manejo del agua, el país
está dividido en 13 regiones hidrológico administrativas. La IV
corresponde al Balsas. La disponibilidad natural media de agua en esta
región es de 28,336 hm3/año y, la disponibilidad media
per cápita, es de 2,746 m3/hab/año. Se trata de una
categoría
“baja”.
Sistema
Cutzamala
El Sistema Cutzamala, el cual abastece a la ciudad de
México, es uno de los sistemas de suministro de agua potable más
grandes del mundo. La cantidad de agua que transporta anualmente es de 480
hm3. En 2005, se entregó un total de 493.188 hm3
con un gasto medio de 15.682 m3/s. De éstos, al Distrito
Federal se entregaron 9.87 m3/s y 5.812 m3/s al Estado de
México.
Registro Público
de Derechos del Agua
A diciembre de 2005, se habían
concesionado 344,473 títulos de aguas nacionales y bienes públicos
inherentes. De estos, 200,448 son para usos agropecuario, 143,773 para
abastecimiento público, 9,149 para uso industrial y 103 para
hidroeléctricas.
En la región del Balsas, las concesiones
y/o asignaciones de aguas nacionales superficiales eran de 15,199 y, de aguas
subterráneas, 12,040, asimismo, 1,438 permisos de descarga, 7,813
permisos de zonas federales y 363 para extracción de
materiales.
Definiciones
Consejo
de cuenca- Organo colegiados de integración mixta, instancias de
coordinación y concertación, apoyo, consulta y
asesoría.
Organismo de cuenca- Unidad técnica,
administrativa y jurídica, con carácter autónomo, adscrita
directamente al titular de la
Conagua.
Unidades
hm3
= 1,000,000 m3
km2 = 1,000,000
m2
km3 = 1,000,000,000 m3
mm = 0.01 m
Referencias
Barreda A. (Coord.) 2006, Voces del Agua, Itaca.
Barreda A. (Coord.) 2006, En Defensa del Agua, Itaca.
Conagua 2006, Estadísticas del Agua en México, Conagua.
E81 2006, El agua derecho social, energía 6 (81) 23, FTE.
Jornada 2005, Agua, CEMOS.
b306, 18 nov 2008.
Delegados convocantes al Primer Congreso de Pueblos de Tierra Caliente.
Conferencia de prensa en Toluca FOTO: Sasik