Las explosiones en Morelia
La detonación de dos granadas explosivas en
pleno “Grito” de Independencia, en Morelia, Michoacán,
constituye una provocación contra la nación. El terrorismo es
ajeno a la lucha del pueblo mexicano. Calderón y su gobierno aumentan la
provocación y el miedo al “revolver” la crítica a sus
opositores con los actos criminales.
Terrorismo contra la población
En plena celebración de “El
Grito” en Morelia, Michoacán, “dos granadas de
fragmentación estallaron de manera casi simultánea entre la
multitud dejando un saldo de siete muertos y 132 lesionados. Uno de los
estallidos ocurrió a menos de 50 metros de donde Leonel Godoy, gobernador
de Michocán, encabezaba la ceremonia del Grito de Independencia; la otra
granada explotó a cuatro calles del palacio de gobierno. Las explosiones
ocurrieron en el momento en que las campanas de palacio y de catedral
tañían al unísono”.
“El ataque
provocó que se suspendiera el desfile militar del 16 de septiembre ante
el temor de nuevas agresiones. Las principales calles de la ciudad fueron
patrulladas por el Ejército; las zonas donde ocurrieron las explosiones
quedaron cercadas, y fue hasta después del mediodía que los
michoacanos se animaron a salir de sus casas para recorrer algunos sitios del
centro, como la catedral y los portales”.
En 50 de los 113
municipios michoacanos el desfile conmemorativo de Independencia también
fue cancelado ante la posibilidad de un nuevo ataque. Mientras, la capital
michoacana nuevamente fue patrullada por partidas de militares.
La prensa
nacional reportó que “los gobernadores de Chihuahua, Tabasco,
Campeche y Veracruz revelaron que en las horas previas a la celebración
del 15 de septiembre circularon en sus entidades una serie de correos
electrónicos intimidando a la población para que no asistiera a
las ceremonias nocturnas. La situación fue tal que en el caso del
municipio veracruzano de Ixtaczoquitlán, el alcalde, Nelson Votte,
decidió no dar el Grito”. Asimismo, “en los municipios de
Petatlán y Arcelia, del estado de Guerrero, donde como en otras entidades
desfilan estudiantes, las ceremonias del Grito y las paradas cívicas del
16 de septiembre también se suspendieron”.
“Se
llegó al límite”, expresaron funcionarios y
políticos. Leonel Godoy, declaró que “este lamentable
acontecimiento, condenable y cobarde, obliga a replantear el tema de lo que
está haciendo el crimen organizado, pues las víctimas fueron
personas inocentes, gente muy humilde de colonias populares”.
¿Quiénes fueron y porqué?
Una de las líneas de
investigación del gobierno federal en torno a lo sucedido en Morelia,
“es que integrantes del crimen organizado, vinculados al cártel del
Golfo, serían los responsables del estallido de dos granadas de
fragmentación durante la celebración del Grito de
Independencia”.
En primeras declaraciones “órganos
federales de inteligencia descartaron la madrugada de este martes que el
atentado hubiera sido provocado por grupos subversivos, “toda vez que
cuentan con base social y sus ataques, por grandes o impactantes que hayan sido,
no tratan de dañar a población civil, además de que los
artefactos que usan son de distinta manufactura”.
Ese deslinde,
respecto de los “grupos subversivos” resulta borroso si bien es
prudente.
“Todo apunta hacia el narco”, dijeron la
mayoría de políticos entrevistados. Puede ser. Durante la
gestión de Calderón, su política se ha centrado en combatir
al crimen organizado lo que ha llevado al ejercitó federal ha intervenir
en funciones que no le son propias. En ya múltiples ocasiones, la
sociedad hemos sido testigos de espectaculares enfrentamientos, filmados en vivo
y transmitidos en directo, por la televisión privada.
En ese
“combate” han caído muchos de ambos lados, incluyendo a
mexicanos inocentes. En varias ocasiones se han denunciado atropellos de los
soldados contra la población indefensa.
Cada vez es mayor la
información macabra: encapuchados que allanan precarias habitaciones,
decenas de decapitados, partes humanas enviadas en hieleras, levantados y
desaparecidos. Y, todo ocurre en total impunidad. Nadie sabe quiénes son.
Provocación para militarizar más al país
¿Cuántos narcos importantes han sido detenidos? Ninguno. ¿A quiénes se ha detenido
por los crímenes cometidos? A Nadie. Eso contrasta con el discurso
triunfalista del gobierno federal. Entretanto, varios Estados del país
están militarizados. La zozobra social es cada vez mayor.
En
varias ocasiones, los enfrentamientos armados han sido de larga duración.
Durante varias horas, ha habido intercambio de balas con el ejército
utilizando armas de alto poder. Sin embargo, en días recientes, se ha
pasado a otro nivel.
Primero, los ya varios allanamientos de morada en
humildes casas de la capital y la provincia (Guanajuato, por ejemplo), en altas
horas de la noche, por sujetos encapuchados, vestidos de negro y con visibles
logotipos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Eso ocurrió en
el reciente caso de La Marquesa, Estado de México, y, después,
aparecieron 24 “desconocidos” asesinados, mismos que eran
albañiles originarios de varias partes del país.
Las
decapitaciones ocurridas en Yucatán y el envío de restos humanos
en hieleras, ocurrido en Zacatecas, agravan el conflicto. Pero, las explosiones
con granadas en Morelia han cambiado la situación. Lo ocurrido en Morelia
es una acción típica de terrorismo. Algunos interpretan la
acción como un mensaje al gobierno pero, lo cierto, es que se trata de
una acción directa contra la población civil indefensa. ¿Ese
es el plan de los narcos? No se descarta, esos criminales son despiadados, pero,
su acción implicaría que han pasado a otro escenario de la
“guerra”.
El terrorismo tiene objetivos políticos y
estas acciones son más propias de la contrainsurgencia imperialista. Los
narcos podrían estar en combinación con esos planes. Los sucesos
de Morelia son una provocación cuyo objetivo es atemorizar a la
sociedad y replegarla. Pero, por otra parte, son el pretexto para que el
gobierno mexicano ejerza acciones de Estado y despliegue las fuerzas militares y
policíacas a discreción.
Si ya ahora, la violación a
las garantías individuales, por ciertos o supuestos agentes de la AFI, se
está repitiendo impunemente, los hechos de Morelia podrían llevar
a militarizar el país. Calderón está urgido de pretextos y,
si éstos se le fabrican, lo que sigue es previsible. Esto le sería
especialmente favorable al PAN y al PRI para imponer la privatización de
Pemex.
¿A quién beneficia el crimen? A Calderón, al
Estado neoliberal y al imperialismo. ¡He allí a los criminales!
Ellos son y, a sus socio-narcos, también les conviene.
Calderón, inepto y provocador
Durante la ceremonia del 16 de septiembre, al
intervenir como orador, Calderón demandó, “en esta hora
crítica”, la unidad de todos los mexicanos “sin
excepción”. Advirtió: se puede discrepar, pero no
deliberadamente dividir ni enconar. Luego señaló que se equivocan
quienes pretenden que el miedo haga presa de la sociedad y la inmovilice, y
llamó “cobardes” y “traidores” a los autores del
atentado en Morelia.
¿Unidad “sin excepción”?
¿Unidad para sostener a un Estado represivo y a un gobierno
ilegítimo y criminal? ¿Por qué Calderón le llama
“traidores” a los autores del atentado? ¿Traidores a qué
o a quién? ¿A la Patria? ¿A Calderón, al PAN? ¿De
qué está hablando?
En un discurso en el que,
indistintamente, aludió tanto a los sucesos de la noche del 15 de
septiembre en Morelia como a sus opositores, Calderón puntualizó:
“se puede opinar distinto en la libertad que nos han heredado nuestros
próceres, en el marco de libertad que el propio Estado garantiza, pero no
se puede atentar contra el Estado”.
Esa
“confusión” es deliberadamente mercenaria. ¿Por
qué Calderón involucra a sus opositores con los criminales?
¿Qué tiene que ver la libertad de opinión con “atentar
contra el Estado”? ¿Acaso los provocadores del terrorismo en Morelia
actuaron por “opinar distinto en la libertad”? o ¿”en el
marco de libertad que el propio Estado garantiza”?
La
“mezcla” de percepciones y expresiones utilizadas por
Calderón constituyen una grave provocación a la nación. Con
ese “pretexto”, la criminalización a la lucha social
podría tomar carta de naturalidad. Calderón se excede, verbal e
impolíticamente.
¿Militarizar es la opción?
¿Es el anuncio de un mayor
endurecimiento del Estado? Algunos políticos y caricaturistas han
señalado que el Estado está muy débil, es casi inexistente.
Confunden al Estado con el gobierno y había que precisar la debilidad y
en qué consiste. Si es por las privatizaciones, como argumentan, el
sector estatal de la economía es mucho menor que antes pero, eso, no se
traduce mecánicamente en un debilitamiento político del Estado.
Por lo demás, Estado y gobierno no son lo mismo.
En esta
situación, la fuerza de los cuerpos de coerción, incluidas las
policías, el ejército y la marina, siguen siendo fuertes. Por
supuesto, hay contradicciones. Se supone que el ejército federal
está para defender la soberanía de México. ¿Qué
hace combatiendo a criminales narcotraficantes? ¿Esa es su función?
¿Qué hace al solapar la presencia de mercenarios en el propio
gobierno federal al que “asesoran”? Ahora, por “lealtad”
a Calderón, ¿dirigirán sus armas contra el pueblo?
Lucha social organizada
El deterioro de la vida económica, social y
política del país es cada vez mayor. Se está en el umbral
de una seria crisis económica que golpeará ampliamente a la
sociedad mexicana. Socialmente, se está llegando a una verdadera
descomposición basada en el crimen y la provocación
política, deliberadamente orquestada mediante acciones terroristas.
Políticamente, la ineptitud de los gobernantes pone a la nación
ante el sometimiento imperialista.
¿Qué hacer en estas
circunstancias? Desde el punto de vista del FTE es preciso discutir
colectivamente la política, reforzar la organización social,
proceder serena y organizadamente, no dejar de luchar ni caer en la
provocación. El terrorismo es una acción ajena a la clase obrera y
al pueblo movilizado en defensa de la nación.
En el caso de
Morelia, no se trata de acciones individuales o aisladas, los hechos expresan
una provocación deliberadamente montada, con apoyo logístico, con
espectacularidad y sorpresa, y con la inocultable firma de la contrainsurgencia
imperialista. Las cúpulas del Estado y gobierno federal en turno NO son
ajenas a esta provocación. (b238, 18 sep 2008).
El pueblo de México no quiere probaciones sino libertad y soberanía