Deschamps indigno del STPRM
Luego de que la sede sindical nacional del STPRM fue
tomada por un grupo de valientes petroleros, expresando el malestar generalizado
que existe al interior del sindicato, Carlos Romero Deschamps, flanqueado por
los secretarios del trabajo y de gobernación de Calderón
“celebró” el 73 aniversario de la organización
sindical. En el acto se lanzó en contra de quienes lo criticaron en el
Debate Oficial organizado por el Senado, se manifestó en apoyo de la
reforma energética privatizadora de Pemex y reiteró sus agresiones
contra los trabajadores.
Romero Deschamps no representa al STPRM
Apenas unas horas después
de que el local sindical había sido tomado por petroleros activos y
jubilados de varias secciones, en el mismo lugar, Romero Deschamps
recibió a Javier Lozano, secretario del trabajo y a Juan Camilo
Mouriño, secretario de gobernación, así como a diversos
funcionarios de Pemex. El objetivo era conmemorar el 73 aniversario del
sindicato entre cuatro paredes, solamente en “familia” y SIN
petroleros.
Esa mañana, los pistoleros del STPRM habían
desalojado y golpeado a los compañeros. Unas horas después, Romero
se refirió a la fundación del sindicato y recordó a los
miembros del primer comité ejecutivo general. El charro no tiene
vergüenza, carece de autoridad moral para referirse al STPRM de 1935 y a
los petroleros, que hicieron una huelga nacional en 1937, misma que
desembocaría en la Expropiación Petrolera de 1938.
No hay
nada que “celebrar” cuando el STPRM ha sido usurpado por una
camarilla corrupta y criminal encabezada por el propio Romero Deschamps. Son
éstos quienes han desnaturalizado al sindicato, mismo que no es ni la
sombra de lo que fue. Quienes están en la representación oficial
son parte de las mismas “Guardias Blancas” que utilizaron las
compañías extranjeras para asesinar a los petroleros que
intentaron por años formar a su sindicato.
Romero dijo que, esta
vez, hacían la conmemoración “en un entorno adverso a
nuestra Organización dada la cantidad de opiniones negativas que se han
vertido en diversos medios y por diferentes actores políticos acerca del
Sindicato Petrolero y su dirigencia (sic) en semanas recientes”. Deschamps
se equivoca, el entorno adverso no es para la organización sino para su
representación espuria (no dirigencia porque no lo son ni jamás lo
han sido).
Romero se va de bruces contra el Foro oficial
Romero se refirió a los Foros de
Debate sobre la Reforma Energética que organizó el Senado y se
dedicó a criticarlos. Dijo que esos Foros, “suponían un
objetivo intercambio de puntos de vista acerca de la iniciativa de Ley
presentada por el Ejecutivo Federal. Sin embargo, desde su inicio, fue
manifiesto que estos foros más que producto de la normalidad
democrática o de la madurez con que las fuerzas políticas
nacionales atenderían una cuestión de trascendencia nacional,
obedecían a asumir la apariencia como realidad, al pretender identificar
el parece con lo cierto”.
Esto es, a Romero Deschamps los Foros
oficiales no le gustaron. Expresó que “inquietante resultó
observar que donde se supondría un análisis amplio, serio y
objetivo de las variantes de la empresa para mejorar (sic) sus condiciones
actuales y potenciar su contribución como palanca de desarrollo del
país, devino en espacio para opiniones provocadoras e incluso
abiertamente panfleteras, exhibiendo así rencores, fobias y
filias”.
En su torpeza, el charro petrolero hizo lo mismo que
criticó, es decir, se expresó provocador y bajo, con su ya
característica patanería.
Romero justifica su sumisión al PAN
Luego quiso matizar y dijo que expresaba “nuestro
público reconocimiento a aquellos participantes que lejos de radicalismos
estériles expusieron visiones interesantes e influyentes”. ¿A
quién se refirió? Seguramente a los invitados del PAN.
Volviendo a la carga dijo que “en esta abrumadora lluvia de
opiniones, muchas de ellas aludieron de manera destemplada y aún
injuriosa a nuestra Organización Sindical. Cabría preguntar a esas
voces que se levantan denostando al STPRM, si son capaces de reconocer la
contribución de la lucha de los trabajadores y sus sindicatos en la
transformación (sic) de la realidad social de nuestro país, si
aceptarían, la participación de las organizaciones de trabajadores
en la construcción de un país, efectivamente más
igualitario”.
Reiteramos que el STPRM está formado por todos
los petroleros, Romero Deschamps es solamente un representante y, además,
espurio. El charro cree que el sindicato es él y, las críticas que
se le hacen, las identifica con críticas al sindicato en su conjunto.
Enredado en su discurso aseveró que los críticos “en
su limitada visión, no perciben que la acelerada declinación de su
demonio mayor: el corporativismo, dispersó la unidad de propósitos
en los sindicatos y en muchos de los casos los convirtió en
apéndices de voces demagógicas o, peor aún, en rehenes de
logros aparentes. En este escenario, no entienden que el STPRM mantiene una
posición reiterada, consistente y públicamente
institucional”.
“El burro hablando de orejas”.
Justamente, el corporativismo convirtió al charrismo en apéndice
servil del Estado y gobiernos en turno. Eso pasó con el sindicato
petrolero hace ya varias décadas. La posición
“institucional” de que habla Romero es una burda
justificación al sometimiento que tuvo primero, con los gobiernos del PRI
y, ahora, del PAN.
Agregó que “lo que no entienden es la
trascendencia de que más de 130 mil voluntades individuales, compartamos
la convicción de respaldar al máximo de nuestras capacidades y
talentos, la responsabilidad que tiene Petróleos Mexicanos de ser el
soporte del desarrollo nacional”. Esa es vulgar demagogia. Las 130 mil (en
realidad 91 mil) voluntades son los petroleros sindicalizados, otra cosa son los
charros. Estos, lejos de respaldar a Pemex se han dedicado a saquearlo,
privatizarlo y destruirlo. Romero y camarilla son simples contratistas y
privatizadores.
Quiere recuperar la materia de trabajo que él mismo cedió
Deschamps dijo que “Hoy, en impecable actitud farisea, desde las dos posiciones en pugna,
reclaman los unos la no entrada de manos privadas al santuario (sic) de Pemex,
los otros la flexibilización (sic) de las reglas para poder participar en
las actividades petroleras, sin asumir, para vergüenza de ambas posiciones,
la realidad que muestra que tan sólo en la Sonda de Campeche, participan
de manera regular más de veinticinco mil trabajadores de
compañías, situación que, por cierto solamente el Sindicato
Petrolero enfrenta de manera cotidiana en el afán de recuperar nuestra
materia de trabajo a partir del respeto a lo convenido en nuestro Contrato
Colectivo de Trabajo”.
Romero confiesa que sin privatización
ya hay serias afectaciones a los petroleros, el contratismo le ha arrebatado
materia de trabajo al sindicato. Pero, lo que no dice es que él mismo
pactó con la empresa la entrada de los contratistas y la pérdida
de la materia de trabajo que ahora quiere “recuperar”. Tampoco dice
que, SIN privatización, ya están en marcha los despidos masivos
firmados con Pemex por el propio Romero. Con la privatización que apoyan,
la pérdida de materia de trabajo será peor.
El gángster pretende justificarse con gangsterismo
En respuesta a los acontecimientos
de la mañana, Romero dijo: “Sabemos que a pesar de las voces
extraviadas en la autocelebración de sus descalificaciones a los
petroleros, la población común y sencilla, conoce que el apoyo de
los trabajadores petroleros a nuestro país no es apariencia; que somos
entre otras cosas, quienes anualmente más aportamos en la Colecta
Nacional de la Cruz Roja Mexicana: que somos, quienes de manera más
eficaz asistieron a la población damnificada de Tabasco; que somos,
quienes con equipo de Pemex y sus trabajadores colaboramos al desbloqueo del
Río Grijalva que amenazaba con producir una mayor catástrofe; que
somos, quienes reanudaron de manera casi inmediata el abastecimiento de gas,
después de los incomprensibles atentados terroristas a la red de ductos
de la empresa; que somos quienes jamás han dejado de abastecer de
combustibles al país para que haya hospitales, para que haya escuelas,
para que haya transportes, para que la vida cotidiana de nuestro país no
tenga sobresalto”.
El charro dirá lo que quiera pero
“la población común y sencilla” conoce bien a los
charros petroleros y los repudia. Por lo demás, las acciones a que se
refiere Romero las hicieron los trabajadores no los charros. Romero dijo que
“estos somos (sic) los verdaderos petroleros, no los que
inútilmente con mentiras, con injurias, con falsedades y con acciones
gangsteriles como la de esta mañana, intentan demeritar el esfuerzo de
todos los buenos petroleros”.
A Romero Deschamps le dolió
que el local sindical del STPRM haya sido tomado por los propios petroleros,
mismos que tienen el derecho de utilizar sus propias instalaciones sindicales,
construidas con su propio dinero. Romero es el agresor, que “con mentiras,
con injurias, con falsedades y con acciones gangsteriles” mantiene el
terror en el sindicato petrolero, agrediendo verbal y físicamente a sus
propios compañeros.
Grillándose solos
Bravucón y sin ningún petrolero enfrente,
expresó que “se engañan quienes creen que con actitudes
vandálicas amedrentarán a la Dirigencia (sic) Nacional o a las
Dirigencias Locales (sic) aquí representadas”. Luego
amenazó: “Que les quede claro, en defensa de los derechos (sic) de
los trabajadores y de la legalidad (sic) de nuestra representación ni un
paso atrás, ni para tomar vuelo”. Romero ensoberbecido
dirigió ese mensaje a Lozano y a Mouriño. Todos saben de la
“ilegalidad” de esa representación sindical.
Sangrando
por la herida (política) de la mañana, Romero se animó a
decirles a sus compinches que estaba con ánimo, “fortalecido al
constatar la sólida unidad que disfrutamos como Organización
Sindical”. Será la “unidad” entre charros porque los
petroleros están indignados y abiertamente en contra.
No
podía dejar de señalar: “Señor Secretario de
Gobernación, licenciado Juan Camilo MouríñoTerrazo, muchas,
muchas gracias por estar con sus amigos los trabajadores petroleros. Muchas
gracias. Muchas gracias por estar con sus amigos también y, aunque
eventualmente compañero, pero con el mismo afecto, señor
licenciado Javier Lozano Alarcón, Secretario del Trabajo por estar
aquí con nosotros”. Las heridas de la mañana las quiso sanar
con zalamerías. (b213, 21 ago 2008).
Como los demás charros, Romero Deschamps está subordinado al gobierno en turno