87% votamos ¡NO!
De acuerdo a los resultados finales de la
Consulta Ciudadana del Distrito Federal sobre la Reforma Energética el
87.02% de los participantes votó ¡No! a la primera pregunta y, el
83.98% dijo ¡No! a la segunda. Con 89% de las casillas contabilizadas, el
total de votantes llega a 967 mil 848 personas en nueve estados, lo que sumado a
lo registrado en el Distrito Federal da 1 millón 793 mil 876 opiniones.
Ese número no es suficiente pero es importante. Para que cuente
políticamente, debemos unirlo por la organización y guiarlo con el
saber. Ampliar la movilización nacional, construir organización
social y alternativas colectivas, son las tareas
siguientes.
826 mil 28 votantes en el Distrito Federal
En el Distrito Federal se instalaron 5,614
mesas receptoras. De la primera pregunta, “Actualmente la
explotación, transporte, distribución, almacenamiento y
refinación de los hidrocarburos son actividades exclusivas del gobierno,
¿está usted de acuerdo o no está de acuerdo que en esas
actividades puedan participar empresas privadas?”, se contabilizaron 826
mil 28 opiniones. De esa cifra 87.02% marcaron el no, es decir 718 mil 810
capitalinos, en tanto que 11.52% votaron por el sí, lo que significa un
total de 95 mil 155 ciudadanos. Del total 1.46% correspondió a opciones
no válidas
En la segunda pregunta, “En general,
¿está usted de acuerdo o no está de acuerdo con que se
aprueben las iniciativas relativas a la reforma energética que se debaten
actualmente en el Congreso de la Unión?”, se contabilizaron 824 mil
216 opiniones. De ese total 14.52% optaron por el sí, es decir 119 mil
637 personas, mientras que 83.98% por el no, que equivale a 692 mil 189
ciudadanos. Además, se contabilizó 1.50% de opciones no
válidas.
El Consejo Ciudadano, el Gobierno del Distrito Federal
(GDF), la Asamblea Legislativa y el Instituto Federal Local informaron que los
resultados significan casi el doble (sic) del promedio (sic) histórico
que se ha obtenido en este tipo de procesos.
967 mil 848 votantes en nueve Estados
Fuera del Distrito Federal, en los nueve estados en los
que se realizó la consulta, es decir, Hidalgo, Veracruz,
Michoacán, Guerrero, Baja California Sur, Morelos, Tlaxcala, San
Luís Potosí, Veracruz, se instalaron 7 mil 390 mesas de
recepción.
“Con 68 por ciento de los votos computados en
nueve entidades, sin considerar al Distrito Federal, se tuvo una votación
de 721 mil 827 sufragios, que sumados a los obtenidos en la capital del
país rebasan el millón y medio de votos”, con lo cual
“nos sentimos satisfechos”, expresó Manuel Camacho,
coordinador de la consulta, el 28 de julio.
Al 30 de julio, con 89% de
las casillas contabilizadas, se llegó a 967 mil 848 personas en los nueve
estados, lo que sumado a lo registrado en el Distrito Federal, da un
millón 793 mil 876 opiniones.
Éxito parcial, nada de triunfalismo
Uno de los intelectuales que participó como
observador de la Consulta hizo una declaración desafortunada a la prensa,
cuando dijo que “El derecho al pataleo se ha consumado”. Por su
parte, Carlos Monsiváis declaró que el ejercicio era “Un
asomo de resistencia con todo en contra”.
Para Manuel Camacho
Solís, coordinador de la Consulta, ésta se movió dentro de
los “parámetros factibles”. Tales parámetros fueron el
resultado de una intensa campaña en los medios de comunicación
contra un ejercicio presentado como sesgado, partidista y sucio. Camacho
enfatizó en la cuestión económica indicando la dificultad
para conseguir en algunos estados 60 mil u 80 mil pesos contra los diez mil
millones de pesos que costó la elección de 2006.
En efecto,
la campaña de la derecha contra la consulta en los medios de
comunicación fue abrumadora, principalmente en la televisión
privada y vía Internet. Pero hay otros aspectos a considerar. Por
ejemplo, la consulta fue un hecho positivo pero estuvo mal diseñada, las
preguntas no se formularon correctamente, fueron imprecisas e incompletas, y se
desaprovechó una oportunidad importante para expresarse con mayor
contundencia.
La consulta, convocada y organizada desde las alturas del
poder, no fue promovida debidamente, se dejó al espontaneísmo de
la gente, misma que no está suficientemente organizada. Además, no
se quiso involucrar directamente a la ciudadanía movilizada. Fue algo
similar al Debate Oficial, del cual los trabajadores de la energía fuimos
explícitamente excluidos, no obstante que, hicimos gestiones formales
(ante el FAP) para que consideraran nuestras opiniones.
Hubo algunos
casos de clara deshigiene política. Varios diputados del PRD aprovecharon
el momento para promoverse; junto al llamado a rechazar la privatización
de Pemex hacían, al mismo tiempo, propaganda personal.
Muchos (as)
mexicanos (as), entre otros los trabajadores organizados en el FTE de
México, participamos desinteresadamente en la promoción de la
consulta, mediante el Debate Popular en marcha, socializando la
información, analizándola en las plazas públicas,
comunidades y universidades, y discutiéndola colectivamente. Nuestras
acciones se desarrollaron al margen de las cúpulas con interesantes
resultados. Al final, con las diversas acciones de la resistencia civil,
intelectuales, artistas, trabajadores y militantes partidarios, los mexicanos
(as) que estamos convencidos (as) de rechazar la privatización
energética neoliberal fuimos quienes participamos de la
votación.
El más de 1 millón y medio de
participantes es un número muy importante pero aún insuficiente.
Somos más quienes estamos en contra de la privatización de Pemex
pero, el movimiento no está suficientemente maduro; la mayoría de
mexicanos sigue desmovilizado por diversas razones.
El gobierno del PAN hará caso omiso de la Consulta
Marcelo Ebrard entregó formalmente los resultados de la Consulta al Senado.
¿Serán tomados en cuenta? Es previsible que no, el objetivo del
gobierno federal es la ruptura de la legalidad constitucional.
Georgina
Kessel, secretaria de energía de Calderón, dijo que “hay una
cantidad enorme de encuestas que se han llevado a cabo a escala nacional y lo
que nos dicen es que hay una mayoría de mexicanos que quiere reformar a
Petróleos Mexicanos, que quiere modernizar a nuestra empresa
estatal”. Esa señora manipula el discurso, insistiendo en llamar
“modernización” a la privatización de Pemex y de todas
las fuentes de energía.
Juan Manuel Oliva, gobernador de
Guanajuato, expresó lo que piensan la mayoría del PAN. Este
señor calificó de “estéril” ese ejercicio
ciudadano, ya que no se obtuvieron los millones de votos esperados por los
organizadores.
Los senadores panistas Santiago Creel, Gustavo Madero y
Fernando Elizondo desestimaron los resultados de la consulta ciudadana en torno
a la reforma de Pemex. Sostuvieron que nada aportará al trabajo
legislativo e insistieron en llamar al PRD a que presente su iniciativa, ya que
la próxima semana comenzarán (sic) a dictaminar.
Estas
declaraciones indican que en el gobierno federal existe malestar por la
Consulta, y no es el número lo que les preocupa sino la abrumadora
mayoría relativa en contra de la reforma energética.
Dos opiniones significativas
Rogelio Cabrera, arzobispo de Chiapas; y los
obispos Felipe Arizmendi y Enrique López, y Leopoldo González, de
Tapachula, coincidieron en señalar que la consulta ciudadana
“marcará el rumbo en las futuras tomas de decisiones
nacionales”. Así es, más allá del número, la
decisión de los participantes muestra que muchos mexicanos (as) estamos
dispuestos a abrir los espacios políticos que las cúpulas
estatales le niegan al pueblo.
En otra declaración, Trinidad
Jiménez, secretaria del gobierno español para Iberoamérica,
dijo que “Una decisión soberana de un país en la defensa de
los intereses nacionales siempre tendrá el respeto del gobierno
español. Y siempre defenderemos, a su vez, los derechos económicos
de las empresas españolas. Si hay una inversión de 2 mil millones
de euros, hay que respetar esos derechos y creo que eso nadie lo discute”.
Esto es, lo que importa a los gobiernos neoliberales no es la voluntad del
pueblo sino los intereses de las transnacionales que
defienden.
Jiménez agregó: “No sé si el
referendo es o no vinculante, pero el presidente (Felipe) Calderón fue
muy claro: dijo que se aprobaría la reforma conforme a la
legislación nacional, y si no se puede, no se puede, vino a decir
aquí”. La Consulta no tiene carácter vinculante pero cierto
es que Calderón solamente podría imponer la reforma
energética privatizadora de Pemex con el aval de las cúpulas pues
la opinión del pueblo mexicano es contraria a tal proyecto.
Dos opiniones lamentables
Jesús Ortega, ex candidato a dirigente nacional
del PRD, consideró que la resistencia civil pacífica “no es
el mejor método” para defender el petróleo ni contribuye
“al prestigio” del partido del sol azteca. ¡Caray!, prestigio
es lo que le falta al partido. Por lo demás, la movilización del
pueblo de México es el MEJOR método para defender el
petróleo de la nación. Lógicamente, Chucho ha perdido el
piso.
Guadalupe Acosta, presidente provisional del PRD, dijo, respecto a
las conversaciones que ha tenido con las cúpulas del PRI y el PAN, que
“Me aseguraron que no quieren privatizar Pemex (sic). Y si es cierta su
palabra, entonces habrá una iniciativa (sic), un dictamen que pueda unir
(sic) al país”. ¡Qué barbaridad! Que Germán
Martínez (PAN) y/o Beatriz Paredes (PRI) le aseguren a Acosta que
“no quieren privatizar a Pemex” raya en la ingenuidad e hilaridad.
En vez de creerles a esos privatizadores, Acosta debía leer el contenido
de las iniciativas que ambos partidos proponen. Si con base en esa
“palabra” habrá una iniciativa (¿conjunta con el PRD?)
van a “unir” al país pero en contra.
Acosta
declaró que confía en la palabra de Martínez y de Paredes,
en el sentido de que la intención de la reforma es
“modernizar” la paraestatal y no entregarla a la iniciativa privada.
En ese caso, afirmó, no tiene por qué haber movilizaciones ni una
nueva toma de las dos tribunas del Congreso de la Unión. No es que
Acosta crea en la “palabra” de esos privatizadores sino que
está de acuerdo, en contra de lo expresado por el pueblo de México
y los militantes del PRD.
Ampliar la movilización
Que Acosta Naranjo y demás digan lo que
quieran, lo que necesitamos es que haya una mayor movilización. Luego de
la Consulta debe seguir un accionar múltiple, con énfasis en la
construcción de organización social, para estar en capacidad de
tomar medidas más enérgicas. (b190, 30 jul 2008).
Importante votación en un proceso libre y democrático