¡Viva la Tendencia Democrática!
En el curso de la noche de ayer y
la madrugada de hoy, miles de personas ajenas a la industria eléctrica
nacionalizada con el apoyo de fuerzas militares ocuparon todas las instalaciones
eléctricas y centros de trabajo. Ante tan desproporcionada acción
emprendida por el gobierno, impidiéndonos el ejercicio del derecho de
huelga, hemos decidido no enfrentarnos a las fuerzas que atropellan los derechos
fundamentales de los electricistas democráticos. La huelga queda para
mejor ocasión.
El Estado enfrenta a los electricistas democráticos
Así
se publicó el boletín de prensa, en “Ovaciones” y en
“Las Ultimas Noticias”, la tarde de aquel 16 de julio de 1976.
Cuatrocientos mil esquiroles, apoyados por veinte mil soldados del
Ejército federal, irrumpieron en todas las instalaciones
eléctricas y nucleares del país.
Los electricistas de la
Tendencia Democrática (TD) del SUTERM habíamos preparado
cuidadosamente, movilizados durante años, el estallido de la Huelga
Eléctrica Nacional. Sin estallarla formalmente, la suspensión del
trabajo sí ocurrió y, en varias partes, se produjeron disturbios y
accidentes, el servicio público de energía eléctrica fue
alterado.
Los trabajadores, posesionados de las instalaciones, fuimos
desalojados violentamente. Pero no enfrentamos al Ejército. Las
indicaciones de la dirección política de la TD fueron acatadas; en
medio del natural coraje, se procedió con prudencia.
Cuatro
semanas estuvieron los electricistas fuera del trabajo, y seis los nucleares. En
pleno movimiento, se produjeron graves provocaciones y traiciones, encabezadas
por los secretarios generales de las secciones Puebla y Guadalajara, las
más importantes de la TD, y otros, así como del sindicato hermano
(SME), a través de su secretario general en turno.
El Estado nos
enfrentó con todos sus instrumentos: Ejército, policía,
empresa, charros sindicales de la CTM y partidos políticos. El PRI,
encabezado por Porfirio Muñoz Ledo (ahora coordinador del FAP)
movilizó sus fuerzas en apoyo al charrismo sindical contra los
electricistas democráticos.
Para regresar al trabajo tuvimos que
negociar no solamente con la secretaría del patrimonio nacional de la
época sino con la secretaría de la defensa nacional y con la misma
CTM representada entonces por Fidel Velásquez. Como primera
acción, fuimos despedidos, era la condición.
Grave afectación a la nación y al movimiento obrero
Con la
represión político-militar a la TD se alteró la vida
nacional. De inmediato ocurrió la primera de las sucesivas devaluaciones
al peso y la economía nacional entró en una larga crisis que se
prolonga hasta el presente. La insurgencia sindical fue replegada y el charrismo
sindical usurpó al SUTERM.
A continuación, miles de
trabajadores fuimos despedidos, otros jubilados anticipadamente y unos
más sometidos en medio de feas humillaciones. El sindicato fue
desnaturalizado de inmediato. Los electricistas democráticos fuimos
reemplazados por nuevos trabajadores produciéndose un flujo completo con
una generación perdida que se jubiló sin conocer siquiera su
propia historia de lucha y menos sus derechos por los que jamás
lucharon.
El SUTERM, que habíamos fundado el 20 de noviembre de
1972, luego de una amplia movilización nacional, mismo que surgió
democrático, con unos Estatutos ejemplares y un Contrato Colectivo modelo
para el sindicalismo industrial, se convirtió en un instrumento servil
corporativizado política y económicamente al Estado.
Aportaciones programáticas
Cayó la Tendencia pero su ejemplo
sigue vivo. Durante el movimiento se avanzó políticamente de
manera considerable. Las mayores aportaciones fueron programáticas,
expresadas en la “Declaración de Guadalajara”, programa para
llevar adelante la Revolución Mexicana. Este programa fue
continuación de aquel “¿Porqué Luchamos?” del
inolvidable STERM, único sindicato que sacó las conclusiones
más importantes de la nacionalización eléctrica de 1960 al
proclamar y concretar la unidad sindical democrática y la
integración de la industria eléctrica nacionalizada.
Mucho
avanzamos con la unificación de frecuencia y la casi total
interconexión del sistema eléctrico nacional, así como, la
reorganización del trabajo en casi todo el país.
En 1973,
con el SUTERM democrático propusimos la unidad al resto del sector para
formar un solo sindicato nacional de industria, que se llamaría SME,
propuesta que fue rechazada. Con la represión de 1976 a la TD se
interrumpió la nacionalización eléctrica y la unidad
sindical.
Hoy, estas propuestas siguen vigentes a pesar de que se han
complicado con la privatización eléctrica furtiva en marcha. Hoy,
en vez de existir un solo sindicato de rama industrial, ya hay varios; en vez de
existir un contrato colectivo de trabajo único, existen más de
veinte, todos desiguales. Tratándose de la industria, en vez de haber
culminado su integración, y con ello la nacionalización, hoy
está desintegrada y en franco proceso desnacionalizador.
La Tendencia Democrática sigue viva y actuante
Cuando se decidió
la disolución formal de la Tendencia, en medio de severa represión
y enormes vicisitudes, sobrevivimos los que estábamos mejor organizados y
más conscientes. Hoy, la TD sigue vigente, viva y actuante. Los
trabajadores agrupados en el FTE de México somos continuadores de aquella
experiencia, luchamos junto a Galván, fuimos militantes y dirigentes, nos
forjamos desde el interior del movimiento y continuamos luchando incansables e
incorruptibles, desarrollando las ideas y propuestas ahora expresadas en nuestro
Programa Obrero que tiene sus antecedentes en los momentos culminantes de la
lucha de clases.
Hoy, en plena lucha contra la privatización
energética, eléctrica, petrolera y del agua, en defensa de los
recursos naturales de la nación, su soberanía e independencia,
rendimos homenaje a los compañeros (as) que ya no están con
nosotros. El mejor homenaje que les hacemos es seguir manteniendo en alto las
propuestas de la Tendencia Democrática. Hoy, la integración
energética sigue siendo nuestra bandera, la lucha contra el charrismo
sindical y la reorganización democrática del movimiento obrero son
más vigentes que nunca. La práctica de la solidaridad proletaria
internacional, el desarrollo del programa y la práctica política
basada en el ejemplo y la honestidad política a toda prueba son nuestra
divisa. Defendemos a la nación junto al pueblo de México desde una
perspectiva clasista y no caerán, jamás, de nuestras manos las
banderas rojas del proletariado en lucha.
¡Viva la Tendencia
Democrática! ¡Viva Rafael Galván! ¡Vivan los
electricistas democráticos en lucha! ¡Viva el FTE de México!
(b176, 16 jul 2008).
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México