Por la construcción de un mejor país *
María Elena Padilla **
El gobierno mexicano expropió la
industria petrolera en 1938, volviéndola nacional. Desde ese mismo
momento, el capital extranjero, empezando por las empresas expropiadas y
contando con la ayuda de empresarios y políticos nacionales, defensores a
ultranza de la propiedad privada, se dio a la tarea de urdir la forma de
revertir la expropiación. Ha habido varios intentos, como lo explica bien
el maestro Lorenzo Meyer. Con energía renovada por la necesidad cada vez
más apremiante de allegarse de este recurso a nivel mundial, gobiernos y
empresarios vuelven por sus fueros, cristalizando su intento en la iniciativa
calderónica de reforma petrolera.
Se presenta la iniciativa y la
sostienen aquellos intelectuales, políticos o juristas, siempre prestos a
legitimar las decisiones del gobierno. Se escudan en la premisa
–sustentada en el mejor estilo malinchista-- de que los mexicanos somos
incapaces de sacar adelante la industria y responder a los retos del progreso y
la modernidad. Toman como base un diagnóstico que asegura el estado
desastroso de la paraestatal, sin recursos humanos, económicos o
tecnológicos, que permitan no sólo continuar en la
producción de crudos en la escala necesaria, sino en la producción
de refinados, ya que en la actualidad asciende a 40 % la importación de
gasolina. Sin embargo, rechazan todo intento por investigar y fincar
responsabilidades a quienes han manejado de manera discrecional las finanzas y
las políticas de PEMEX, que han llevado al estado actual de cosas.
Las
intentonas privatizadoras que han llevado a cabo los gobiernos neoliberales, se
han concretado por la opacidad y la impunidad que el sistema aplica para los
funcionarios de primer círculo, y la protección que se brinda a
empresarios privilegiados. Por ejemplo, César Nava Vázquez, hoy
secretario particular de Felipe Calderón, en 2004, siendo abogado general
de PEMEX, autorizó el diseño y suscripción de los contratos
de servicios múltiples (CSM) en beneficio de petroleras trasnacionales:
Repsol, Petrobras, Teikoku Oil, Techint, Tecpetro y D&S Petroleum, en contra
a lo estipulado en nuestra constitución. Por otro lado, tenemos que el 30
% de la electricidad en nuestro país está siendo producida por
particulares que le venden a la CFE, gracias a concesiones brindadas por la
Comisión Reguladora de Energía (CRE), que otorga permisos sin
importar el impacto ambiental y con condiciones totalmente adversas a los
trabajadores; estas empresas cobran por capacidad instalada, se emplee o no la
energía.
El eslogan de la iniciativa de Calderón dice que el
objetivo es “fortalecer a PEMEX”. Al contrario, se trata de
desincorporarla haciéndola operar como si fuera empresa privada. En
realidad, a quien la propuesta busca fortalecer es a la SENER,
otorgándole facultades en detrimento de la paraestatal. Asimismo, se
debilita la infraestructura petrolera nacional, al minimizar el papel a jugar
del Instituto Mexicano del Petróleo, al eliminar los trabajos nacionales
de ingeniería y desarrollo de proyectos; es importante recordar que
muchos ingenieros y técnicos petroleros han sido pensionados
tempranamente a fin justamente de desmantelar la inteligencia mexicana del
sector y suplirla por extranjeros, que no sólo cobran salarios de primer
mundo, sino que no tienen amor ni compromiso alguno con nuestra
nación.
Ciertamente hay que hacer reformas a PEMEX, para transparentar
su funcionamiento, el cual hoy es un agujero negro por el que desaparecen
recursos cuantiosos con el beneplácito de funcionarios de la empresa y
del gobierno. Tenemos el hecho de que Petróleos Mexicanos ha clasificado
como confidencial (reservada por tiempo indefinido) la información
relativa a todas las adquisiciones de bienes y servicios de importación
directa con proveedores extranjeros, financiadas con líneas de
crédito del exterior, hechas a través de la compañía
Integrated Trade Systems (ITS), de diciembre de 2000 a la fecha. Con la
reforma habría en el Consejo de la paraestatal, además de los
actuales 11 representantes (5 de PEMEX y 6 del gobierno), ¡4 más
nombrados directamente por el ejecutivo! ¿Hay alguien que de buena fe
piense que esto dará por resultado prácticas honestas y
transparentes, si están los casos Mouriño, Nava, Romero Deschamps,
por citar sólo algunos?
Hoy nos encontramos insertos en un debate
sobre materia energética, debate que debe ampliarse y difundirse. En el
país hay sectores y grupos dispuestos a dar la batalla. Voy a mencionar a
uno: el Frente de Trabajadores de la Energía. Es una asociación
obrera en defensa de una política petrolera nacional, una
renacionalización energética. Propone, entre otras
cosas:
- La autodeterminación petrolera.
- Crear un Instituto Mexicano de Energía, que tendríacomo fin el estudio e investigación en materia energética.
- La desaparición de la CRE.
- La creación de 5 refinerías para producción degasolina, y con los residuos provenientes de la refinación, generarenergía eléctrica.
- Anular todos los contratos a particulares firmados hasta lafecha.
- Crear un frente mexicano en defensa de los recursosnaturales.
Ante la irrupción flagrante de la ilegalidad, debemos
anteponer la defensa de nuestra Carta Magna, aunque suene anticuado para
algunos. El epíteto que los neoliberales lanzan contra la izquierda que
se opone a sus políticas, es que se ha vuelto conservadora y
reaccionaria. La realidad es que la fase actual del capitalismo globalizador ha
dado una vuelta histórica completa, asemejándose a las primeras
fases del capitalismo inicial y brutal, donde no había protección
alguna al trabajador y éste prácticamente era un esclavo a las
órdenes del dueño de la fábrica, sin voluntad ni
pensamiento propio. Asimismo los gobiernos neoliberales empujan hacia una
sociedad acrítica que ceda sus logros sociales.
Ante esto,
reivindicamos la defensa de los derechos obtenidos a través de las luchas
de los trabajadores y de la ciudadanía en general, y aplaudimos los
esfuerzos de los organismos y asociaciones que trabajan por la
construcción de un país donde el desarrollo no signifique despojo
y el progreso conlleve a la justicia.
* Fuente:
http://resistenciacivilpacificaennl.blogspot.com/
** María Elena
Padilla es universitaria, participante de la resistencia civil en
Monterrey.