Hacer la consulta popular es organizarla
Uno a uno han venido cayendo los
“argumentos” del gobierno federal para privatizar a Pemex, mediante
reformas a la legislación petrolera secundaria que contravienen a la
Constitución. Ahora, el gobierno de facto, apoyado por el PAN,
empresarios y clero político, pretende impedir que el pueblo opine sobre
sus derechos soberanos cerrándole todos los espacios políticos.
¡El pueblo abrirá los espacios! Para ello, es preciso enfatizar en
la necesaria organización social.
Consulta popular el 27 de julio
Propuesta por Marcelo Ebrard, jefe del Gobierno del
Distrito Federal (GDF), durante su comparecencia el 29 de mayo a uno de los
Foros de Debate sobre la Reforma Energética que organiza el Senado, la
discusión se ha activado en varios círculos políticos y
sociales. Ebrard propuso el 27 de julio para la realización de la
consulta en el Distrito Federal. Luego, Andrés Manuel López
Obrador hizo un llamado a extender la consulta a las demás
entidades.
Juventino Castro, ex ministro de la Suprema Corte
volvió a reiterar que “la Constitución impone al presidente
de la República y al Senado la obligación de realizar una consulta
popular sobre la reforma energética”. Entre tanto, 11 gobernadores
(7 del PRI y 4 del PAN) se pronunciaron contra la consulta no obstante que en
sus propias entidades está prevista. Los gobernadores del PRD, por su
parte, hasta el 3 de junio estaban “pensándolo”. Chistosita,
Amalia García, gobernadora de Zacatecas, dijo que en su estado “ya
se está haciendo la consulta ciudadana” (sic). Apenas el 5 de
junio, Amalia y Leonel Godoy, gobernador de Michoacán, se pronunciaron
por “abrir el debate sobre la reforma de Pemex” en sus entidades.
Ambos gobernadores están muy atrás de sus propios
pueblos.
Juan Camilo Mouriño, secretario de gobernación de
Aznar, se manifestó en contra de la consulta ya que, según
él, “es una figura específica que no existe (en la
Constitución)”. El mozalbete español, por supuesto, ni
siquiera ha leído la Constitución mexicana. Para Santiago Creel,
senador del PAN, la propuesta de Ebrard “es un engaño” y el
PRD quiere “descarrilar” la reforma energética. El jefe del
GDF contestó que la consulta se hará. Luego, Amalia
“reconoció (sic) que la consulta ciudadana no está prevista
(sic) en la legislación vigente”. Godoy dijo que la consulta en el
DF “es perfectamente constitucional” pero, sobre la consulta en su
estado, no ha dicho nada. Otros gobernadores “perredistas” como
Zeferino Torreblanca (Guerrero) y Jaime Sabines (Chiapas) no han movido un
dedo.
El más tosco fue Jesús Reyes Heroles, seudodirector
de Pemex quien afirmó que la población no tiene capacidad para
opinar sobre la reforma energética. El cardenal Norberto Rivera se
declaró en contra y la arquidiócesis criticó a Ebrard y la
“facción” perredista por proponer la consulta. Sin embargo,
Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal Las Casas, dijo que “el
petróleo es de los mexicanos y todos tenemos que expresar nuestra palabra
sobre esta iniciativa”.
La Confederación Patronal de la
República Mexicana (Coparmex) se opone a la consulta lo mismo que el
Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP). No obstante, el
propio CEESP reconoció que la consulta está tomando fuerza y
criticó el “debate sin rumbo” del Senado. No obstante
subordinarse a las transnacionales, en estos últimos aspectos el
empresariado tiene razón.
En el IFE no se puede confiar
Ebrard pidió apoyo al Instituto
Electoral del Distrito Federal (IEDF) para realizar la consulta. De inmediato,
el IEDF se declaró listo. “Se tiene la idea de hacer una gran
consulta ciudadana como si fuese una elección constitucional”
(sic). Ojalá no, sería lamentable un nuevo fraude. El 7 de junio,
el IEDF precisó que “en la redacción de la pregunta o
preguntas se limitaría a hacer una propuesta de metodología para
que una institución de educación superior la
elabore”.
La solicitud de Ebrard se hizo de conformidad con lo
establecido en el artículo 86 del código electoral local. Al IEDF
se solicitó que “proceda a la realización de los trabajos
conducentes para la organización de la consulta y el desarrollo de la
jornada, utilizando los mecanismos de votación que considere convenientes
(sic), el cómputo respectivo (sic) y la declaración de los
resultados (sic) de conformidad con la ley en la materia”.
En la
solicitud, firmada por el secretario de Gobierno, José Ángel
Ávila, el GDF también planteó que este órgano
electoral proponga el mecanismo más adecuado para el diseño de las
preguntas materia de la consulta. El IEDF será el que determine el
tamaño, puntos de votación, personal y las preguntas (sic) que se
formularán en la consulta, declaró Avila.
El PRD
planteó (sic) al Instituto Federal Electoral (IFE) para que participe en
la organización de la consulta popular que impulsa el FAP, relacionada
con la reforma energética. Sería un craso error, el IFE es un
organismo especializado en organizar fraudes.
El 9 de junio, el GDF y el
IEDF firmaron “un convenio marco de apoyo y colaboración
interinstitucional para realizar, el próximo 27 de julio, la consulta
ciudadana respecto de la iniciativa de reformas legales (sic) en materia
petrolera, con lo que se instalarán mil 250 centros de votación en
puntos como plazas, jardines y mercados, con un despliegue de 5 mil a 10 mil
urnas, algunas electrónicas”. Por lo que respecta a la o las
preguntas se acordó que queden bajo la responsabilidad de un amplio
comité técnico, formado por académicos de la mayoría
de las universidades de la ciudad, a la par de que el IEDF propondrá una
metodología que ayude en esta tarea. Un punto adicional es la
creación de un comité de organizaciones de la sociedad civil (sic)
que funjan como observadores (sic) para la consulta, lo que ayudará a
darle mayor transparencia y credibilidad. ¿Observadores? Eso es muy poco.
Y, el programa fuente de cómputo, ¿quién lo hará? Eso
es crucial y debe ser elaborado de manera independiente, jamás por el
IEDF y menos por el IFE.
La petición se hizo a nombre de 408
municipios de 26 estados y el GDF; en éste último la consulta se
realizará en 14 delegaciones. El Frente Amplio Progresista (FAP), por su
parte, declaró que en una fecha “cercana al 7 de agosto”
hará una consulta adicional en otras partes del país.
Para
Lorenzo Meyer, investigador de El Colegio de México (Colmex), “la
consulta no tendría un efecto legal, pero “sí un valor
político y moral muy fuerte”. Dijo que “Para el poder es una
caja de Pandora”. Precisamente por ello, la consulta debe organizarse por
la propia población. El gobierno neoliberal se opone a la consulta por
razones políticas y no se descarta que intente torcerla.
Preparar la consulta
La consulta se ganará en los preparativos.
Contrariamente a lo dicho por Reyes Heroles, la población SÍ
está capacitada para decidir. En los diversos foros realizados, sobretodo
en el interior del país, se observa que el nivel de información no
es sobresaliente pero tampoco es cero; el nivel político es desigual
pero, en algunos casos, es muy respetable. La mayoría no son
especialistas en materia de petróleo, ni tienen porqué serlo; sin
embargo, el Debate Popular está contribuyendo a elevar el nivel cultural
del pueblo en materia energética. Lo más importante es la
afirmación de la conciencia en relación a defender los recursos
naturales y patrimonio colectivo de la nación.
Hace falta extender
el Debate Popular en marcha a más lugares del país. Todavía
somos pocas las organizaciones que participamos activamente. Ampliar la
participación, la difusión de la información y la
discusión colectiva, constituyen una necesidad. Es preciso involucrar a
más mexicanos (as) lo que supone energizar las acciones de todo tipo.
Fortalecer la organización
Uno de los aspectos más importantes es
fortalecer a la organización social. No basta decir “ya estamos
organizados, ya tenemos organización”. Eso es muy general y
complaciente. Existen múltiples organizaciones pero hace falta
desarrollarlas. Hay organizaciones que se obnubilan con los reflectores pero no
ejercen ninguna acción solo hacen declaraciones. Más aún,
muchos mexicanos no forman parte de ninguna organización. En este
sentido, se hace necesario ampliar las organizaciones, integrarse a alguna de
las existentes y/o crear nuevas. Pero, la organización requiere de una
estructura propia así como de la coordinación a nivel local,
estatal, regional y nacional.
En esta lucha, la mayoría de los
participantes no pertenecemos a ninguno de los partidos políticos
tradicionales. Estos, incluso, están atrás del movimiento; en el
mejor de los casos, se mueven con una política de aparato. En varios
casos, existe más incomprensión en los partidos que en la
población. El PRD sigue omitiendo importantes cuestiones de la
temática energética “preocupado” por hacer una
propuesta alternativa de reforma energética, sin ponerla a la previa
discusión.
La población no debe ser reducida a simple
observadora y/o votante de la consulta, debe organizarla; para ello, es
necesario prepararla. Apoyarse en el IEDF podría “ayudar” en
el caso del DF y eso con todas las dudas porque NADIE sabe quién
tendrá en sus manos el programa fuente de cómputo. Pero, para el
resto del país, permitir la intervención del IFE sería
inconveniente. No se puede obviar que, incluso en el DF, la organización
social no está consolidada.
Es previsible, sin embargo, una
respuesta abrumadora de la población contraria a las propuestas del
gobierno federal. No obstante, el programa fuente, el cómputo de los
votos y la formulación de las preguntas deben realizarse de manera
independiente al IEDF o IFE. De otra manera no habría certeza dada la
total pérdida de credibilidad de esos organismos.
El
fortalecimiento de la organización social tiene mayor relevancia porque
los resultados de la consulta deben hacerse valer. La experiencia NO debe
quedarse solamente en el “valor político y moral”. La
organización social estructurada en todo el país debe impedir la
tal reforma, cuyas iniciativas de leyes secundarias opuestas a la
Constitución tendrán que ser RETIRADAS de la agenda parlamentaria.
Esto implica dinamizarse, antes, durante y después de la
consulta.
Una sola pregunta
La temática energética en discusión
es muy amplia y podrían hacerse varias preguntas que podrían
resumirse en una sola. “Mexicano (a): “¿Estás de acuerdo
con la reforma energética, violatoria de la Constitución, que
privatiza a Pemex y a TODAS las fuentes de
energía?”.
Una sola respuesta. ¡NO!
Mexicanos (as):
Digamos “¡No a la privatización de
Pemex!
¡No a la privatización de los recursos
naturales!
¡No a la reforma energética neoliberal!”
(b155, 11 de junio de 2008).
Frente de
Trabajadores de la
Energía,
de
México