Autonomía de gestión es privatización
Con más demagogia que argumentos y sin articular ninguna propuesta propia,
Beatriz Paredes se sumó a las propuestas del PAN. En términos
“generales”, la presidenta nacional del PRI se declaró
“en contra” (sic) de la privatización de Pemex y pidió
a los legisladores “revisar” las iniciativas para
“precisar” los términos. Tratando de conciliar a las diversas
posiciones de su propio partido terminó apoyando la
“autonomía de gestión”, propuesta crucial de
Calderón, el PAN y el PRI.
Política demagógica y borrosa
En el Foro del 13 de mayo sobre
“Principios de la Reforma Energética”, organizado por el
Senado, Paredes dijo: “Participo en este Primer Foro de Debate sobre la
Reforma Energética organizado por el Senado de la República, para
dejar constancia del respeto del Partido Revolucionario Institucional, por las
instituciones legítimamente constituidas, y por quienes las
integran”. ¡Orale! Sin venir al caso, lo primero que hizo Beatriz fue
volver a reconocer a Calderón y, por tanto, a su
política.
Luego quiso “orientar” a la borregada al
estilo del viejo PRI. “Son, los legisladores, en el sistema de democracia
representativa que nos rige, en quienes la sociedad delegó su
representación. Finalmente, a través de ellos, son las
mayorías las que deciden. La responsabilidad de legislar es,
exclusivamente, de ellos”.
De acuerdo con esta visión, la
sociedad solamente debe mirar y obedecer. Paredes vive en el pasado y al margen
de la legalidad constitucional. Nadie ha otorgado a los legisladores el derecho
de contravenir las decisiones políticas fundamentales expresadas en la
Constitución, el Pacto político de la nación. Dijo Paredes
que a los legisladores “los juzgará la historia”. NO, ese
juicio abstracto y demagógico se acabó; a los legisladores debe
impedírseles ahora mismo que sigan traicionando a la nación.
Paredes pretende curar a sus socios, y curarse asimisma, en salud.
¿La posición del PRI?
“El PRI tiene una posición histórica
respecto de la cuestión energética”, señaló
Paredes. “Durante muchos años, gobiernos priístas
resistieron embates que pretendían la privatización de PEMEX, con
diversas argumentaciones”, agregó. No hay tal. Tratándose de
Pemex, la “posición histórica” ha sido desastrosa; el
ejemplo reciente más negativo ha sido el gobierno priísta de
Carlos Salinas de Gortari y sus sucesores del PRI y el PAN.
Por lo
demás, desde hace más de 30 años, bajo los gobiernos del
PRI y el PAN, se ha llevado acabo una política petrolera oficial basada
en el saqueo de petróleo crudo, con excesos de corrupción
administrativa y sindical. Desde 1992 se lleva a cabo un marcado proceso de
privatización petrolera furtiva auspiciada por los gobiernos del PRI.
¿Dónde está la resistencia del PRI a los embates
privatizadores de Pemex? Evidentemente, Paredes miente.
El PRI se apoya
en su Declaración de Principios y Programa de Acción a los que
hizo alusión Paredes. Pero, son solo declaraciones, la práctica
política del PRI es otra.
Es, precisamente, el senador Francisco
Labastida, apoyado por Beltrones y Gamboa, el coautor de las iniciativas de
Calderón. Los priístas son los más interesados en la
privatización de Pemex. En la coyuntura, el PRI prefiere que su socio (el
PAN) cargue con el costo político.
Esto es, el PRI recurre a su
Declaración de Principios para aparentar su
“oposición” a la privatización pero, en los hechos,
apoya esa propuesta antinacional.
El PRI no tiene principios sino generalidades
Entre los
“principios fundamentales” que mencionó Paredes está
“Mantener la propiedad de los hidrocarburos en el poder de la
Nación y para beneficio de todos los mexicanos” pero, estas
expresiones son muy generales, el propio PAN lo dice como principios
suyos.
Otro principio es “Defender los legítimos intereses
de México en sus reservas petroleras, frente a los riesgos que enfrenta
en las zonas fronterizas, particularmente del Golfo de México”. Tal
declaración es sumamente general, no pasa de ser una vaguedad.
Eso
sí, en su discurso municipal, Paredes dijo: “Lo recalco: ni reforma
al artículo 27, ni privatización, abierta o disimulada, de la
industria petrolera nacional. El petróleo le pertenece, y le
seguirá perteneciendo a la Nación y al pueblo de
México”. Nuevamente, el propio Calderón podría
suscribir esa declaración; de hecho, así lo dice en todas sus
iniciativas privatizadoras y en la costosa campaña televisiva que
patrocina.
De acuerdo al análisis de Paredes, los elementos que
influyen “sobre la necesidad de reestablecer la fortaleza de PEMEX y del
sector energético en su conjunto” son, a) La situación
mundial de reservas, los altos precios y la demanda energética de los
próximos treinta años; b) La presión geopolítica
para asegurar el abasto oportuno; c) El otro factor es haber llevado a PEMEX a
una situación extrema; mediante un confiscatorio sistema fiscal PEMEX fue
descapitalizado y varió sus objetivos. Entonces, Paredes pasó a
enumerar los problemas enunciados en el Diagnóstico catastrofista que
preparó el gobierno acerca de Pemex.
¿Qué propuso
Paredes para resolver todos esos males? “Respuestas creativas en la
reforma energética que se apruebe” (sic). Es decir, puras
vaguedades que omiten el fondo del asunto.
“Reformas” a las reformas
El PRI no está en contra de la reforma
energética y, Paredes, mucho menos. Esta dijo en su comparecencia que
“La reforma energética debe comprender medidas legislativas y
acciones administrativas, y contar con capacidad pública y voluntad
política para efectuarlas”. Desde luego que, el sector
energético nacionalizado no requiere solo de medidas legislativas y
acciones administrativas, sino de política. Esto significa una nueva
política energética contraria al interés del imperialismo
pero Paredes no propone ningún cambio en este
sentido.
¿Qué propone entonces? “Proponemos se realicen
las reformas necesarias a las iniciativas presentadas”, dijo. Esto es, el
grupo del PRI al que pertenece Paredes no pretende ningún cambio en la
política petrolera oficial ni tampoco a las iniciativas privatizadoras de
Pemex sino “las reformas” necesarias, es decir, el maquillaje,
“a las iniciativas presentadas”.
Lo anterior implica que las
iniciativas “se revisen” para redactarlas “bien”,
eliminando términos molestos y desagradables al oído. Donde dice
privatización, debe decir “fortalecimiento”, por ejemplo. Eso
es exactamente lo que ha venido haciendo el PAN, cambiando términos pero
manteniendo la esencia de las propuestas.
El discurso borroso de Paredes
es privatizador así diga lo contrario. Al momento, el PRI no ha atendido
las consideraciones de otros priístas que han argumentado en contra de
las iniciativas neoliberales. Paredes se mueve con base en sus propios
intereses.
PRI y PAN coautores de las mismas propuestas
Beatriz Paredes enumeró “sus”
propuestas. No son tales sino las del PAN. Primero, dijo que “La
política sectorial deberá ser regulada por un ente
autónomo, ajeno a los vaivenes políticos, integrado por consejeros
de reconocida experiencia y valía, que no tengan conflicto de
intereses”. Ese “ente autónomo” se llama
Comisión Reguladora de Energía (para el gas, la refinación
y el sistema de ductos) y Comisión del Petróleo (para el crudo).
Paredes no les quiso llamar por su nombre pero, esos “entes
autónomos” serían los encargados de operar la
privatización de Pemex. Así lo viene haciendo la CRE desde 1995,
así lo propone el PAN y así lo indican las
iniciativas.
Luego, Paredes presentó la propuesta consistente en
“otorgarle autonomía de gestión financiera, presupuestal
administrativa y operativa, esto de a de veras”, a Pemex. ¿Qué
quiere decir eso de “a de veras”? Es la “misma gata” de
concepto pervertido que propone el PAN.
Después, propuso un
Consejo de Administración “al que se le incorporen consejeros
profesionales, con un perfil predeterminado, sin conflicto de intereses, los que
serán propuestos por el Ejecutivo Federal y con voz y voto equivalente
para todos”. Eso es lo mismo que propone Calderón. ¡Ah!,
Paredes adicionó que “la figura de consejeros profesionales
propuestos por el Ejecutivo Federal deberán ser ratificada o rechazada
por el Congreso, en cuyo caso, el Ejecutivo habrá de realizar nuevas
propuestas”. ¡Qué brillante propuesta! Es simple
maquillaje.
En plan de conciliación oportunista con el sector de
gobernadores “petroleros”, “se propone que al Consejo de
Administración de PEMEX se incorporen algunos consejeros propuestos por
los gobernadores de los estados”, dijo Paredes.
Tosco discurso
Otra vez repitió “Debo ser enfática.
No aceptamos la privatización, abierta o encubierta, de las
refinerías. Conocemos los problemas que las refinerías tienen. Es
necesario encontrar una solución en esta materia (sic)”.
¿Qué propone?
“El destino de los excedentes derivados
de los precios del petróleo, el ahorro de las AFORES; los bonos en los
que participe la ciudadanía, bien podrían apoyar la
rehabilitación de las refinerías existentes y la
construcción indispensable de otras nuevas”. ¿Con los bonos
ciudadanos en manos de especuladores e intermediarios financieros?
¡Ridículo, por decir menos!
Para finalizar, Paredes dijo que
“No apoyaremos cambio alguno que signifique compartir la renta petrolera
con empresas privadas, nacionales o extranjeras, ya sea por la vía
directa o por los llamados “contratos de riesgo”. ¿Cómo
le harán? “Solicitamos a los legisladores del PRI realicen una
revisión exhaustiva de este articulado, y precisen términos
claros, transparentes y acordes con los principios constitucionales que
defendemos, que detallen con precisión las prohibiciones y restricciones
para evitar la entrega del patrimonio nacional a los contratistas”. Esto
es, Paredes fue reiterativa en las “reformas” a las
reformas.
¿Qué dicen las corrientes opositoras dentro del
PRI? Salvo el Lic. Manuel Bartlett los demás están mirando,
esperando en silencio y cruzados de brazos. Si hay priístas que de verdad
creen en sus Principios y Programa, en un acto de coherencia política,
deben sumarse a la movilización del pueblo de México e impedir la
reforma energética neoliberal. (b143, 27 mayo 2008).
La iniciativa de Calderón y el PAN pretende entregar las aguas profundas
del Golfo de México a las transnacionales