Marcha de migrantes en USA
Día de protesta y lucha unitaria
No obstante que la tradición
surgió en Estados Unidos, el primero de mayo no se conmemora en este
país. Sin embargo, desde 2006, la fecha se ha convertido en un día
de trabajadores migrantes sean latinos, africanos o asiáticos.
El
1º. de mayo de 2006 se convirtió en el día que millones de
inmigrantes, mayoritariamente mexicanos, salieron a las calles en medio de una
huelga general a exigir el respeto a sus derechos elementales para ellos y sus
familias. Qué mejor día que el 1º. de mayo para hacerse
presentes y hacer de esta fecha una jornada de lucha proletaria.
La
recuperación de esta fecha fue motivada por las condiciones insoportables
de explotación y humillación que los capitalistas ejercen contra
los trabajadores impropiamente llamados “ilegales”. Pero,
también, por razones culturales. Hoy, la mayoría de migrantes son
muy jóvenes y poseen estudios universitarios. Ya no solo están en
el campo o en el comercio, sino en otras actividades diversas del mercado
laboral aportando elementos culturales que se reflejan en el
movimiento.
Este 2008, los migrantes volvieron a salir a las calles en
territorio norteamericano. En las movilizaciones se exigieron el alto a las
redadas y deportaciones, el respeto a los derechos humanos y una reforma
migratoria para los más de 12 millones de indocumentados.
Diversos actos se llevaron a cabo, tales como marchas, mítines y
otras acciones de protesta en muchas ciudades del país del norte. En Los
Angeles, Chicago, Washington, Nueva Yersey, Florida y Texas y multitud de
lugares más los millones de mexicanos participaron del 1º. de mayo,
junto con migrantes paquistaníes, guatemaltecos, chinos, palestinos,
ecuatorianos, africanos, caribeños, filipinos, colombianos y otros
más. Los puertos de la costa oeste fueron paralizados por los estibadores
en protesta contra la guerra en Irak.
La manifestación del
1º. de mayo en los Estados Unidos se ha convertido en el momento para la
expresión de la diversidad étnica, la acción unitaria, las
manifestaciones culturales diversas, la variedad de propuestas, de música
y protesta.
“Todos somos migrantes”
Las luchas obreras/no tienen fronteras” o
“Arriba, abajo/La migra al carajo”, fueron algunas de las consignas
acompañadas con ritmos de tambor y saxofón en una
manifestación alegre.
La fecha es apropiada para la protesta.
Más de cien años después de los acontecimientos de Chicago,
en Estados Unidos y muchas partes del mundo, el capitalismo no respeta los
derechos obreros y, en el caso de los migrantes, son inexistentes. Esto es
así, no obstante que la fuerza de trabajo de los “ilegales”
es lo que produce la riqueza. Pero, en vez de reconocerles derechos, los
capitalistas solo están interesados en incrementar sus
ganancias.
En la fase actual del capitalismo coexisten varias
generaciones y categorías de proletarios. Están los obreros de las
manufacturas, de la gran industria y de la tecnología. Son trabajadores
manuales e intelectuales, unos con alta calificación, otros, sujetos a
una persistente descalificación en el trabajo. Pero, coexiste
también un sector de trabajadores “sin papeles”, carentes de
derechos, discriminados y pisoteados.
En el caso de los migrantes
mexicanos, trabajadores expulsados de su patria debido a las políticas
seguidas por los sucesivos gobiernos, la situación es de
persecución a ambos lados de la frontera. Ahora, la agresión se
manifiesta con la construcción de muros que se extenderán del
Océano Pacífico al Atlántico, protegidos por
ejércitos militares y paramilitares. La policía especializada, de
aduanas e inmigraciones, se dedica a efectuar redadas militares en las ciudades
norteamericanas deteniendo trabajadores indocumentados para luego
deportarlos.
Pero los muros ni resulten el problema de fondo ni
evitarán la migración. Los seres humanos tenemos el derecho a
vivir dónde queramos y, por necesidad, tenemos que desplazarnos. De
hecho, los trabajadores no tenemos patria, somos ciudadanos del
mundo.
Sigue viva la tradición clasista
La tradición del 1º. de mayo empezó en
los Estados Unidos, en 1886, cuando se enarboló la bandera de las 8
horas. Esa vez, cerca de 500 mil trabajadores se declararon en huelga general en
todo el país. La policía de Chicago reprimió la
manifestación, en medio de provocaciones, detuvo a multitud de
trabajadores y encarceló a los líderes anarquistas, conocidos como
los Mártires de Chicago. En honor a los acontecimientos de Haymarket, a
propuesta de Federico Engels, en 1891 se realizó por primera vez la
manifestación internacional del 1º. de mayo.
Desde 2006, en
los Estados Unidos, se ha vuelto a recuperar la fecha. Han sido los trabajadores
más desprotegidos los que se han puesto al frente de la batalla. A su
lado, se han venido sumando diversos sectores estudiantiles, sindicales,
periodistas, artistas y universitarios.
Las
condiciones para la lucha son difíciles y no están exentas de
vicisitudes, provocaciones y hasta divisiones internas. Actualmente, los
inmigrantes en Estados Unidos enfrentan la propuesta del gobierno norteamericano
llamada “Guest Worker Program”, según la cual, los
trabajadores indocumentados pueden trabajar en ese país por 2 ó 3
años pero, después, están obligados a regresar a sus
países de origen.
Esta propuesta ha
sido rechazada por la mayoría quienes consideran que la medida les da un
“trato de esclavitud” porque llegan a Estados Unidos, trabajan por
una miseria, sin beneficios, sin seguro social, con bajos salarios, sin derecho
a organizarse en sindicatos, ni para exigir sus derechos elementales y, si
alguien se atreve lo deportan
inmediatamente.
No obstante tan desigual
situación, la manifestación del 1º. de mayo, en multitud de
grandes y pequeñas ciudades estadounidenses, muestra que la
tradición de lucha proletaria en los Estados Unidos sigue viva.
Ningún filósofo del pos-modernismo puede negar, y menos explicar,
que en las propias “entrañas del monstruo” está
vigente la lucha de clases. Con el movimiento de los migrantes está en
espíritu de Lucy Parsons, la mexicana esclava que fue esposa de Richard
Parsons, uno de los Mártires de Chicago; también está la
presencia de Martí, de Zapata y del Che.
Cartel anunciando la marcha del 1º. de mayo en Boston, Massachussets