¿Productividad, flexibilidad laboral, “diablitos”?
La reciente revisión contractual entre Luz y Fuerza del Centro (LFC) y el
Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) culminó con la firma de un
convenio para la Reestructuración Integral de LFC. Este es un convenio
adicional al de la revisión contractual. Se indica que el convenio es
para “mejorar la eficiencia y eficacia en la prestación del
servicio público de energía eléctrica que tiene encomendado
desarrollar en la zona central del país”. Para lograr lo anterior,
“es necesario establecer las bases para el incremento de la productividad
y competitividad del organismo”, se dice. ¿La propuesta la hizo la
empresa o la representación sindical? ¿Se trata de una propuesta
patronal o existe un proyecto sindical propio?
Compromisos de corto plazo
El convenio incluye diversas cláusulas. De acuerdo a
la “PRIMERA.- Las partes acuerdan la adopción de indicadores
y metas de productividad globales y de área, con objeto de mejorar el
desempeño del organismo, mismos que se señalan en el Anexo de este
Convenio”.
Se trata de 26 Indicadores que incluyen la Unidad de
medida (en horas y días) y las Metas (para los años 2008-2012) con
una disminución drástica del tiempo para la realización de
los trabajos, un aumento en la atención a usuarios y una
disminución en los costos de transmisión, distribución,
subestaciones y administración.
Se dice en el convenio que
“Los nuevos indicadores y metas estarán sujetos, en su caso, a los
planes y programas para el desarrollo de la infraestructura requerida para la
prestación del servicio público de energía eléctrica
con un alto nivel de confiabilidad, así como a la reingeniería de
los procesos de trabajo y la selección e implantación de los
adelantos tecnológicos que permitan el mejor desempeño del
organismo y al suministro de recursos materiales
indispensables”.
De acuerdo a la cláusula
“SEGUNDA.- Las partes acuerdan que en un plazo no mayor de 60
días naturales, se instalará la mesa de trabajo de la
Comisión Mixta Permanente de Productividad, misma que habrá de
definir las nuevas metas globales y por área, así como la
metodología de implantación y evaluación de los indicadores
y metas”.
Para lograr lo anterior, se llevará a cabo una
reingeniería en LFC, según la cláusula
“TERCERA.- Las partes acuerdan ampliar la cobertura del Convenio de
Colaboración celebrado entre LyF y el Instituto Politécnico
Nacional el 15 de septiembre del 2006, a efecto de llevar a cabo una
reingeniería de todos los procesos de trabajo del organismo. A partir de
los resultados así obtenidos, las partes están de acuerdo en
reestructurar orgánicamente a LyF, mediante la revisión de los
convenios y acuerdos departamentales correspondientes”.
“Una
vez que se conozcan los resultados de la reingeniería de procesos del
organismo y, como consecuencia de ello, se determinara, en su caso, que los
procesos pueden ser desarrollados con un menor (sic) número de
trabajadores en las respectivas áreas, el personal que quede sin
actividad será reubicado en aquellas áreas que requieran
más personal en términos del propio proceso de
reingeniería, previa capacitación”.
“Con la
finalidad de garantizar el empleo y evitar separaciones, las partes acuerdan que
el personal que no pueda ser reubicado conforme al párrafo anterior,
pasará a ocupar las vacantes que se generen con motivo de la
jubilación (sic) de trabajadores, previa la capacitación
correspondiente y los movimientos de personal a que haya lugar, en la
inteligencia de que la plaza que deje el trabajador que sea reubicado no genera
una vacante”.
En términos de la “CUARTA.- Las
partes se obligan en un plazo no mayor de 90 días, contados a partir de
la fecha de firma de este Convenio, a presentar un programa para revisar todos
los convenios y acuerdos departamentales, a fin de elevar la productividad de
los trabajadores”.
El compromiso para elevar la productividad es de
muy corto plazo. Todos los rezagos habidos por muchos años tendrán
que resolverse en unos cuantos días.
Según la
cláusula “QUINTA.- Con el propósito de mejorar la
atención de los usuarios, dar seguimiento en tiempo real a todas las
actividades del proceso comercial, así como reducir significativamente el
valor de las pérdidas no técnicas, las partes acuerdan iniciar la
implementación del nuevo sistema comercial diseñado por el
Instituto Politécnico Nacional, en un plazo no mayor de 120
días”.
La reducción de pérdidas no
técnicas no es un asunto sencillo, en ninguna parte del mundo, menos en
la ciudad de México dónde el crecimiento y desarrollo social es
tan desigual y desordenado.
De acuerdo a la cláusula
“SEXTA.- El Sindicato se compromete a coadyuvar con LyF en el
objetivo de disminuir las pérdidas de energía no técnicas,
hasta alcanzar al 30 de noviembre de 2012, un nivel de pérdidas similar
al resto del Sector Eléctrico Nacional”.
El plan para la
reducción de pérdidas técnicas implica un compromiso
permanente. De aquí al 2010, el gobierno insistirá en lo mismo
aplicando amenazas y chantajes.
Se indica en la cláusula
“SÉPTIMA.-El Gobierno Federal, a través de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, procederá
a la asunción de la deuda de LyF. Para tal efecto, dentro de los 30
días siguientes a la fecha de firma del presente Convenio, la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público asumirá el
equivalente al diez por ciento de dicha deuda y, el remanente, se
reducirá proporcionalmente al cumplimiento de las metas de
reducción de pérdidas consignadas en el punto 13 del Anexo del
presente Convenio”.
Esto es, el gobierno asumiría la
reducción inicial del 10% de la deuda de LFC pero sujetará dicha
reducción al cumplimiento de las metas para la reducción de
pérdidas. Eso implicaría que la deuda
“histórica” continuará, y las amenazas,
también.
La siguiente cláusula indica promesas
difíciles de cumplir. “OCTAVA.- El Gobierno Federal, a
través de la Secretaría de Energía, convocará en un
plazo no mayor de 30 días, contados a partir de la fecha de firma de este
Convenio, a la instalación de una mesa de trabajo con la
participación de la Comisión Federal de Electricidad, LyF y el
Sindicato, a fin de revisar el contrato de compraventa de energía
celebrado entre ambos organismos públicos el 23 de febrero del 2000, con
la finalidad de disminuir el precio de la energía en
bloque”.
La CFE no está en condiciones de disminuir el
precio de la energía en bloque que suministra a LFC toda vez que se ha
venido convirtiendo en una empresa REVENDEDORA de la energía que
crecientemente generan las transnacionales.
Según la
cláusula “NOVENA.- LyF se compromete a preparar la
ingeniería conceptual para la construcción de una central de ciclo
combinado en los terrenos de la central termoeléctrica Ing. Jorge Luque
Loyola, y a licitar la elaboración del proyecto de ingeniería
básica, de ingeniería de detalle y las bases de licitación
respectivas”.
“Preparar” la ingeniería
conceptual NO implica “realizarla”. Seguramente, LFC se
limitará a definir los términos para la licitación de la
central y la contratación de la ingeniería, construcción,
montaje electromecánico y puesta en marcha. Además,
¿porqué debe ser una central de tipo ciclo combinado a base de gas
natural, mismo que no se produce suficientemente en el país sino que lo
importa CFE a través de las transnacionales y cuya política ha
sido cuestionada por los propios electricistas. O, ¿ya cambio esa
política que tanto criticamos en la CFE?
Se indica, también que
“De igual forma y con objeto de dar cumplimiento a la transitoria cuarta
de la cláusula 10 del Contrato Colectivo de Trabajo, LyF se compromete a
llevar a cabo los estudios para la repotenciación de la central
hidroeléctrica de Necaxa y preparar la ingeniería conceptual, con
objeto de licitar la ingeniería básica, la ingeniería de
detalle y las bases de licitación. Lo anterior se deberá llevar a
cabo durante el año 2009”.
Repotenciar a la central
hidroeléctrica de Necaxa es correcto pero, ¿porqué a
través de contratistas? ¿Acaso no hay recursos propios en la
industria nacionalizada? Licitar significa contratar. ¿Ya no está
vigente la lucha contra el contratismo?
De acuerdo a la cláusula
“DECIMA.- Con el propósito de facilitar el acceso a la
Sociedad de la Información, a precios y calidad competitivos en la zona
de influencia de LyF, las partes se comprometen a realizar en forma conjunta los
estudios de factibilidad técnica, jurídica y económica para
gestionar ante la Secretaría de Comunicaciones y la Comisión
Federal de Telecomunicaciones, la obtención de una concesión de
red pública de telecomunicaciones, para la prestación de servicios
de transmisión de voz, datos y video, a través de una filial de
LyF creada para ese fin, aprovechando la infraestructura del organismo”.
La propuesta es loable en sus declaraciones pero limitada a una promesa
para realizar “estudios”. Si se considera la experiencia de la CFE
en ese rubro, los resultados serían desfavorables.
Implicaciones
Los compromisos pactados entre LFC y el SME son del interés de la sociedad
mexicana. Los sindicatos son ORGANISMOS DE INTERES SOCIAL. Esto es más en
el caso de las empresas estatales, cuya propiedad es de la nación, no del
Estado ni del gobierno, ni de las administraciones en turno. En el caso
eléctrico el interés de la nación es mayor por tratarse de
un servicio público.
En el presente caso, el sindicato propuso la
revisión del Contrato Colectivo de Trabajo para el período
2008-2010. Los aspectos salariales y de prestaciones sociales fueron resueltos
de acuerdo a los “parámetros” establecidos por la
política salarial del gobierno en turno. Sin embargo, sin que fuera
motivo de la revisión, se acordó un convenio de productividad,
re-estructuración de la empresa y otras cuestiones, mismas que NO eran
parte del proyecto de revisión.
En medio de una agresiva
campaña de medios, el gobierno destinó cuantiosos recursos para
desprestigiar al sindicato auspiciando una percepción
“torcida” entre la población. En varios sectores, la sucia
campaña tuvo los efectos deseados por el gobierno, sin que hubiera habido
respuesta sindical apropiada. El objetivo político es claro. Se trata de
la misma estrategia seguida en otros países (p.e., en Perú durante
la época de Fujimori) consistente en mentir hasta el hastío para
concitar el rechazo de la sociedad contra los trabajadores y, luego, imponer las
privatizaciones.
En el caso de México, la privatización
eléctrica está en marcha desde 1992, cuando Salinas de Gortari
impuso ilegales reformas a la Ley de Servicio Público de Energía
Eléctrica, contando con el apoyo de Jorge Sánchez, exsecretario
general del sindicato, y otros. Hoy, la privatización eléctrica (a
octubre de 2007) llega al 43% de la generación eléctrica total a
nivel nacional, en todas las modalidades de generación
privada.
¿Cuál es el propósito político del
gobierno? Sacar al sindicato de la resistencia popular en contra de la reforma
energética, que incluye la privatización petrolera y de TODAS las
fuentes alternas a los hidrocarburos (carbón, uranio, agua, geotermia,
mareas, radiación solar e, incluso, agrocombustibles). La
representación sindical, que no dio respuesta adecuada a la
campaña del gobierno, podrá hacer las declaraciones que quiera
ante los medios, en los hechos se ha “cortado las alas” con base,
solamente, en el “interés” gremial.
Las implicaciones
del convenio firmado interesan a todos los trabajadores. El convenio firmado,
referido a la “productividad”, es lo mismo que el Estado ha impuesto
en otras áreas del sector energético. En el presente caso, siendo
parte de la misma industria, no se puede comparar a la CFE con LFC. Sin embargo,
se acordó equipararlas en cuanto a productividad. ¡Muy bien!
¿Con qué medios, con qué recursos? ¿será de
acuerdo a la propuesta sindical o patronal?
La modalidad a seguir
está basada en una re-ingeniería, concepto patronal, a cargo del
Instituto Politécnico Nacional (IPN). ¿Porqué? ¿Acaso no
hay en LFC recursos humanos capaces de proponer la Re-organización del
trabajo, concepto sindical? ¿Quién conoce mejor el trabajo que los
propios trabajadores? El IPN es una institución respetable pero alejada
de sus deberes tiempo ha. Lo que procedería es un convenio de
colaboración entre LFC y el IPN, cuestión muy diferente a que,
desde el exterior, se defina el trabajo que, en el interior, deberán
realizar los trabajadores. Es evidente que se trata de una imposición
patronal ante la carencia de propuestas sindicales.
Con anterioridad, se
tuvo la nefasta experiencia con Unión FENOSA que se limitó a
preguntar a los trabajadores lo que sabían para, luego, proponer que lo
hicieran (sic). Esta vez será algo similar, en “todos los procesos
de trabajo” que es UNO solo, las demás son fases que integran al
proceso de trabajo. Más aún, éste debe considerarse a nivel
nacional, las fases que realiza LFC son parciales y fragmentadas. ¿Esos
aspectos serán considerados por el IPN? ¡No!, porque se carece de
una visión integral de la industria eléctrica
nacionalizada.
Las propuestas del convenio son productivistas,
eficientistas y patronales. En el convenio se pactó la
“flexibilidad laboral” consistente en realizar el trabajo con menor
número de trabajadores y reubicar a los que no funcionen o no sean
necesarios; éstos podrán ocupar solo las vacantes que dejen los
trabajadores que se jubilen. Eso significa la contracción de la plantilla
laboral. Por lo demás, la capacitación que se propone es parte de
la llamada “cultura laboral” propuesta por Carlos Abascal,
exfuncionario foxista, pues, según se indica en el convenio, la
capacitación será “para que el personal desarrolle y ejecute
nuevas y múltiples funciones”, es decir, “la
flexibilidad”.
Esta “flexibilidad” es el mismo concepto
que se propone en la Reforma Laboral auspiciada por los patrones y gobierno
neoliberal. ¿Cómo seguir oponiéndose a este proyecto
cuándo ya está firmado? Por más declaraciones que haya, no
habrá coherencia política. Esto afecta no solo al sindicato sino a
todo el movimiento sindical en su conjunto.
Se plantea en el convenio un
plazo de 120 días para iniciar un nuevo sistema comercial tendiente a
reducir el valor de las pérdidas no técnicas. De acuerdo a la
empresa, se trata de una política “diablera” consistente en
evitar que algunos usuarios se “cuelguen” de las redes mediante
“diablitos”. LFC inició de inmediato una campaña, a
través de Internet y en sus propios vehículos “amenazando
con cárcel” a quienes lo hagan pues considera que eso es un delito.
¿Qué seguirá después? ¿Cortarles al servicio a
los “ilegales”? ¿A quiénes, a los grandes empresarios o
al ambulantaje y colonias proletarias? ¿Quién hará esos
cortes? ¿El personal de confianza o los trabajadores
sindicalizados?
El objetivo patronal consiste en enfrentar a los
trabajadores con la población. La política de fondo NO puede ser
“diablera”, la política de los electricistas
democráticos está en la INTEGRACION INDUSTRIAL interrumpida
violentamente en 1976. ¿La representación sindical tiene alguna
política al respecto? ¡Ninguna! Hoy la situación se complica
más por el avance incontenible de la privatización
eléctrica pero la necesidad de la INTEGRACION ELECTRICA sigue
vigente.
El convenio pactado plantea un evidente chantaje del gobierno
relacionado con la deuda “histórica”, misma que se sujeta al
cumplimiento de las metas de reducción de pérdidas. La
disminución del precio de la energía comprada por LFC a la CFE es
irreal, máxime que LFC no compra solamente a CFE sino a generadores
privados. Lo más grave es que por las redes que opera LFC fluye la
electricidad generada y comercializada por las transnacionales a través
del falsamente llamado “autoabastecimiento remoto”. Al respecto,
¿se dice algo en el convenio firmado? ¡Nada!
Por lo
demás, construir una nueva planta generadora, o la repotenciación,
por parte de los contratistas no representa ninguna política correcta. Lo
adecuado es la realización de la ingeniería (en todas sus
modalidades y especialidades) por administración directa. Sin embargo, a
LFC se le reduce a ejecutar obras solamente para subestaciones y línea de
transmisión.
¿Quién propuso el convenio?
Si el mencionado convenio NO era parte del
proyecto de revisión, ¿porqué fue acordado?
¿quién lo propuso? Si fue la empresa y el gobierno, se trata de una
imposición que, antes de aceptarse, debió ser consultado a la base
trabajadora. ¿Se hizo?
Si el convenio lo propuso la
representación sindical, ¿fue consultada la base? ¿ésta
lo aceptó? Proponer un convenio de este tipo, así hubiera sido en
medio de la severa campaña contra el sindicato, no fue la mejor salida.
Reorganizar el trabajo, no solo en LFC, sino en toda la industria
eléctrica nacional es una necesidad pero, para ello, se precisa de una
propuesta propia.
Un "convenio de colaboración entre LFC y el IPN"
es lo que firmaron de manera tripartita LyFC-SME e IPN. Dicho convenio
venía fraguándose hacía tiempo (desde la salida de Fenosa,
y de manera directa entre LyFC-IPN). Luego, la representación sindical
intervino. En la contratación los agarraron en falso, ampliando el
alcance del convenio e imponiendo plazos "fatales". La propuesta fue presentada
de último minuto a la Legislativa de Contrato nada más, pero
jamás a la base. Es a posteriori que la representación sindical
impulsa asambleas departamentales para recabar la aprobación al
convenio.
Lo que procedía era solicitar el apoyo del Instituto de
Investigaciones Eléctricas (IIE) y, a través de éste, del
IPN, la UNAM, la UAM y todas las instituciones de enseñanza superior y
centros de investigación.
Independientemente de quién o
quienes hayan propuesto el tal convenio, éste no resuelve los problemas
de fondo ni siquiera los inmediatos. Ahora, ¿qué pasará? Los
plazos fijados son perentorios. ¿Se dejará pasar el tiempo
“nadando de a muertito”? ¿se pospondrá la
reorganización del trabajo con base en una propuesta propia? ¿existe
tal propuesta? ¿se aplicará el convenio tal como fue firmado?
¿los trabajadores permitirán las nuevas reglas, serán
partícipes de la reorganización o solo serán obligados a
apoyarlo? En la vida hay dos opciones. Unas, que el tiempo resuelve y, otras,
que ni el tiempo resuelve. Todo depende la existencia o carencia de una
política clasista propia, democrática e incluyente. Los problemas
obreros solamente se resuelven con la socialización de la
información, así como, la participación y toma de
decisiones colectivas.
Finalmente, el convenio de marras podrá
cumplirse o no, el problema es el manejo político impuesto por el
gobierno y la empresa. Aceptar esa política no sería
conveniente.
Por lo pronto, es previsible que el sindicato se mantenga al
margen de la movilización popular en contra de la reforma
energética privatizadora de Pemex y de TODAS las fuentes alternas a los
hidrocarburos. Acción colectiva no habrá, en el mejor de los casos
se producirán algunas declaraciones de banqueta ante los
medios.
Trabajadores electricistas mexicanos de líneas aéreas