¿Nación sin ingeniería?
En la conferencia sobre
“Aportaciones al debate sobre la reforma energética”,
organizada por la Academia de Ingeniería, el ingeniero Javier
Jiménez Espriú, miembro de honor de la misma, refutó
inmediatamente a Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y
Producción (PEP). “No tocan la Constitución ni con el
pétalo de una rosa. Le dan la vuelta para obtener lo que en realidad se
persigue: abrir la riqueza petrolera a la iniciativa privada”, dijo el
ingeniero Jiménez el 20 de abril.
Urgencia privatizadora
En efecto, los privatizadores de Pemex no proponen
modificar la Constitución sino violarla flagrantemente mediante reformas
inconstitucionales a la legislación petrolera secundaria, especialmente,
la Ley Orgánica de Pemex y la Ley Reglamentaria del Artículo 27
Constitucional en el Ramo del Petróleo. Dicen “Fortalecer a
Pemex” pero proponen su destrucción y entrega a las
transnacionales, incluyendo los recursos naturales, las funciones
estratégicas constitucionales y la infraestructura física
patrimonio de la nación.
“Las verdades a medias son
mentiras dolosas”, dijo Jiménez Espriú en la ponencia que
presentó señalando que “la urgencia de ir al fondo del mar
es sólo de los interesados en abrir los campos exclusivos de Pemex a la
participación privada”.
El ingeniero Jiménez
Espríú dijo que “con advertencias similares hace algunos
años se abrió la generación de electricidad al sector
privado, que hoy produce 30 por ciento de la energía eléctrica en
el país en un negocio redondo, seguro y con grandes ganancias”. El
ingeniero se quedó corto, el 30% corresponde a la participación,
en la modalidad de Productor Privado Independiente (PIE), en la
generación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La
proporción es mayor si se consideran las modalidades de falsos
Autoabastecimiento y Cogeneración, llegando ya la privatización
eléctrica furtiva al 43% de la capacidad de generación
eléctrica total a nivel nacional.
Volverán las guardias blancas
Jiménez Espriú criticó seriamente las
propuestas de Morales Gil y preguntó: “¿No será que ya
fueron vendidos los futuros de nuestro petróleo en el pasado?”.
Seguramente sí.
Se refirió también a las propuestas
para abrir al capital privado las actividades relacionadas con la
refinación del petróleo crudo y el sistema nacional de ductos. Al
respecto, preguntó si los ductos y refinerías del sector privado,
en los términos propuestos por la iniciativa presidencial,
“serán cuidados por el Ejército Mexicano o sus propietarios
contarán con sus propias guardias blancas y sus generales”.
Los señalamientos del ingeniero Jiménez Espriú son
correctos y deben ser atendidos. Las propuestas privatizadoras de Pemex son
violatorias de la Constitución y, por tanto, atentan contra la
soberanía y seguridad nacional promoviendo una industria y un
ejército paralelos.
Ingeniería destruida
La supresión de la ingeniería en la
industria nacionalizada es motivo de alarma. La ingeniería mexicana
construyó a las industrias eléctrica y petrolera de México.
Las diversas especialidades de la ingeniería se desarrollaron en la
industria nacionalizada habiendo obtenido sobresalientes logros.
Sin
embargo, en plan deliberado, los gobiernos neoliberales en turno han impedido el
desarrollo de la ingeniería y, con ello, el desarrollo tecnológico
propio. Tanto en Pemex como en el Instituto Mexicano del Petróleo, la
ingeniería fue prácticamente suprimida, los ingenieros despedidos
y la información y experiencia obtenidas desaprovechadas en favor de los
contratistas.
El ingeniero Jiménez Espriú cuestionó:
“¿Qué sería de una nación sin ingeniería
propia?”. Los privatizadores no dan ninguna respuesta sabedores que sus
propuestas no consideran el desarrollo de la ingeniería nacional ni
tampoco las consecuencias.
Una nación sin ingeniería
está condenada a la dependencia tecnológica total. No desarrollar
tecnología propia es el camino directo al subdesarrollo. Eso es lo que
proponen los privatizadores de Pemex; todas sus “opciones” se
reducen a contratar o comprar la tecnología.
Desarrollar tecnología propia
Los ingenieros mexicanos debemos
intervenir enérgicamente en el debate nacional. La argumentación
del gobierno y partidos políticos carece de una argumentación
técnica convincente. El problema relacionado con la privatización
de Pemex es, ante todo, un asunto político. Sin embargo, se insiste en un
discurso que indica la incapacidad nacional para promover el desarrollo y, ante
ese supuesto, concluyen que la única solución es entregar las
funciones constitucionales en materia energética a las transnacionales,
únicas poseedoras de la tecnología (sic).
Desarrollar
tecnología propia no es algo simplista pero es posible. La única
manera de no dominar la tecnología es no haciéndola. Existen
experiencias relevantes de la ingeniería mexicana al resolver problemas
que parecían fuera del alcance. Pero, sin hacer ingeniería no es
posible el desarrollo tecnológico pues el conocimiento y la experiencia
no se improvisan.
Presencia de los ingenieros (as)
El FTE de México propone la
integración del proceso de trabajo energético, como base de la
re-nacionalización. En esta propuesta, la investigación y
desarrollo tecnológico son un aspecto esencial y parte del mismo proceso
de trabajo. La ingeniería de proyectos en sus vertientes conceptual, de
procesos, de diseño y de detalle debe ser el eje para la
autodeterminación tecnológica de México.
Pero una
política energética independiente, que incluya la lucha en el
espacio del saber, no la hará ningún gobierno neoliberal porque
sus objetivos son contrarios al desarrollo de la nación. Es preciso que
los investigadores e ingenieros mexicanos recuperemos nuestra personalidad e
iniciativa al interior de los centros de trabajo y nos sumemos con entusiasmo a
la movilización del pueblo de México en defensa de Pemex y de la
industria energética en general.
La ingeniería mexicana
tendrá relevancia si quienes la hacemos actuamos con coherencia y
convicción. El FTE de México llama a los ingenieros (as) mexicanos
(as) a ser parte de la lucha por un México mejor y a fortalecer la
industria nacionalizada con opiniones, conocimientos, argumentos, alternativas y
proyectos necesarios para la nación.
Pemex y el IMP
han “abandonado” el desarrollo de la ingeniería.
Se trata de una
política deliberada a favor de las corporaciones transnacionales
y en contra la
nación mexicana.