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Volumen 8, Número 102, abril 30 de 2008 www.wftucentral.org
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¿Nación sin ingeniería?




En la conferencia sobre “Aportaciones al debate sobre la reforma energética”, organizada por la Academia de Ingeniería, el ingeniero Javier Jiménez Espriú, miembro de honor de la misma, refutó inmediatamente a Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y Producción (PEP). “No tocan la Constitución ni con el pétalo de una rosa. Le dan la vuelta para obtener lo que en realidad se persigue: abrir la riqueza petrolera a la iniciativa privada”, dijo el ingeniero Jiménez el 20 de abril.


Urgencia privatizadora

En efecto, los privatizadores de Pemex no proponen modificar la Constitución sino violarla flagrantemente mediante reformas inconstitucionales a la legislación petrolera secundaria, especialmente, la Ley Orgánica de Pemex y la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo. Dicen “Fortalecer a Pemex” pero proponen su destrucción y entrega a las transnacionales, incluyendo los recursos naturales, las funciones estratégicas constitucionales y la infraestructura física patrimonio de la nación.

“Las verdades a medias son mentiras dolosas”, dijo Jiménez Espriú en la ponencia que presentó señalando que “la urgencia de ir al fondo del mar es sólo de los interesados en abrir los campos exclusivos de Pemex a la participación privada”.

El ingeniero Jiménez Espríú dijo que “con advertencias similares hace algunos años se abrió la generación de electricidad al sector privado, que hoy produce 30 por ciento de la energía eléctrica en el país en un negocio redondo, seguro y con grandes ganancias”. El ingeniero se quedó corto, el 30% corresponde a la participación, en la modalidad de Productor Privado Independiente (PIE), en la generación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La proporción es mayor si se consideran las modalidades de falsos Autoabastecimiento y Cogeneración, llegando ya la privatización eléctrica furtiva al 43% de la capacidad de generación eléctrica total a nivel nacional.

Volverán las guardias blancas

Jiménez Espriú criticó seriamente las propuestas de Morales Gil y preguntó: “¿No será que ya fueron vendidos los futuros de nuestro petróleo en el pasado?”. Seguramente sí.

Se refirió también a las propuestas para abrir al capital privado las actividades relacionadas con la refinación del petróleo crudo y el sistema nacional de ductos. Al respecto, preguntó si los ductos y refinerías del sector privado, en los términos propuestos por la iniciativa presidencial, “serán cuidados por el Ejército Mexicano o sus propietarios contarán con sus propias guardias blancas y sus generales”.

Los señalamientos del ingeniero Jiménez Espriú son correctos y deben ser atendidos. Las propuestas privatizadoras de Pemex son violatorias de la Constitución y, por tanto, atentan contra la soberanía y seguridad nacional promoviendo una industria y un ejército paralelos.

Ingeniería destruida

La supresión de la ingeniería en la industria nacionalizada es motivo de alarma. La ingeniería mexicana construyó a las industrias eléctrica y petrolera de México. Las diversas especialidades de la ingeniería se desarrollaron en la industria nacionalizada habiendo obtenido sobresalientes logros.

Sin embargo, en plan deliberado, los gobiernos neoliberales en turno han impedido el desarrollo de la ingeniería y, con ello, el desarrollo tecnológico propio. Tanto en Pemex como en el Instituto Mexicano del Petróleo, la ingeniería fue prácticamente suprimida, los ingenieros despedidos y la información y experiencia obtenidas desaprovechadas en favor de los contratistas.

El ingeniero Jiménez Espriú cuestionó: “¿Qué sería de una nación sin ingeniería propia?”. Los privatizadores no dan ninguna respuesta sabedores que sus propuestas no consideran el desarrollo de la ingeniería nacional ni tampoco las consecuencias.

Una nación sin ingeniería está condenada a la dependencia tecnológica total. No desarrollar tecnología propia es el camino directo al subdesarrollo. Eso es lo que proponen los privatizadores de Pemex; todas sus “opciones” se reducen a contratar o comprar la tecnología.

Desarrollar tecnología propia

Los ingenieros mexicanos debemos intervenir enérgicamente en el debate nacional. La argumentación del gobierno y partidos políticos carece de una argumentación técnica convincente. El problema relacionado con la privatización de Pemex es, ante todo, un asunto político. Sin embargo, se insiste en un discurso que indica la incapacidad nacional para promover el desarrollo y, ante ese supuesto, concluyen que la única solución es entregar las funciones constitucionales en materia energética a las transnacionales, únicas poseedoras de la tecnología (sic).

Desarrollar tecnología propia no es algo simplista pero es posible. La única manera de no dominar la tecnología es no haciéndola. Existen experiencias relevantes de la ingeniería mexicana al resolver problemas que parecían fuera del alcance. Pero, sin hacer ingeniería no es posible el desarrollo tecnológico pues el conocimiento y la experiencia no se improvisan.

Presencia de los ingenieros (as)

El FTE de México propone la integración del proceso de trabajo energético, como base de la re-nacionalización. En esta propuesta, la investigación y desarrollo tecnológico son un aspecto esencial y parte del mismo proceso de trabajo. La ingeniería de proyectos en sus vertientes conceptual, de procesos, de diseño y de detalle debe ser el eje para la autodeterminación tecnológica de México.

Pero una política energética independiente, que incluya la lucha en el espacio del saber, no la hará ningún gobierno neoliberal porque sus objetivos son contrarios al desarrollo de la nación. Es preciso que los investigadores e ingenieros mexicanos recuperemos nuestra personalidad e iniciativa al interior de los centros de trabajo y nos sumemos con entusiasmo a la movilización del pueblo de México en defensa de Pemex y de la industria energética en general.

La ingeniería mexicana tendrá relevancia si quienes la hacemos actuamos con coherencia y convicción. El FTE de México llama a los ingenieros (as) mexicanos (as) a ser parte de la lucha por un México mejor y a fortalecer la industria nacionalizada con opiniones, conocimientos, argumentos, alternativas y proyectos necesarios para la nación.


    
Pemex y el IMP han “abandonado” el desarrollo de la ingeniería.
Se trata de una política deliberada a favor de las corporaciones transnacionales
y en contra la nación mexicana.


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