Imposición de falso debate
El 16 de abril, la toma de las tribunas en las
Cámaras de Senadores y Diputados llegó a su sexto día
apoyado por las brigadas de mujeres en resistencia. Los legisladores del FAP
propusieron una duración de 120 días para el debate sobre la
reforma energética. El PRI y el PAN sesionaron en sedes alternas,
insistían en 50 días y preparaban un debate manipulado,
superficial y
antidemocrático.
PRI y PAN sesionan unilateralmente
Dadas las condiciones, los
legisladores del PRI, PAN y otros partidos menores sesionaron en sedes alternas
a los recintos tomados. En breves reuniones tomaron acuerdos al margen del FAP.
Esa actitud muestra que, no obstante la crisis parlamentaria, los partidos
políticos anunciaban la imposición y toma de decisiones al margen
de la normalidad legislativa actualmente alterada.
Manlio Fabio
Beltrones, coordinador parlamentario del PRI en el Senado dijo que “se
realizará el debate de 50 días aprobado por las fracciones del
PRI, del PAN y del PVEM sobre la iniciativa de reforma energética”.
Más aún, la coordinación política turnó a la
comisión de energía de la Cámara de Senadores dicha
propuesta, para que organice el debate y elabore la lista de participantes
(sic).
Debate con invitados seleccionados
Francisco Labastida, senador del PRI, es el co-autor
de la propuesta de reforma neoliberal. Ahora, en su carácter de
presidente de la comisión de energía en el Senado, se
encargará de “organizar” el debate.
Se trata del mismo
individuo que, durante más de un año, se dedicó al cabildeo
político promoviendo la propuesta de reforma a un paquete de 10 leyes
secundarias tendientes a la privatización de Pemex.
De acuerdo a
sus declaraciones ante la televisión privada, el debate será en
Foros que durarán 50 días y tratarán 14 temas. De entrada,
dijo Labastida, "vamos a empezar a hacer una lista de los posibles
participantes” (sic).
Los temas no se han hecho públicos y,
respecto a los participantes “seleccionados”, Labastida
indicó que habrá cuatro grupos, a saber, políticos,
intelectuales, abogados y especialistas. Se trata de una propuesta pobre pues,
esos cuatro grupos NO representan a la sociedad mexicana. Para Labastida y
socios, los trabajadores, las mujeres, las organizaciones sociales, los
jóvenes, los profesores e investigadores universitarios y
politécnicos, entre otros, simplemente no existen.
Debate prefabricado
El PRI y el PAN señalan que el debate
será plural y suficiente pero, en la práctica promueven lo
contrario. Por lo demás, la discusión reducida al breve plazo
evita tratar el fondo del asunto. El supuesto debate debe durar lo que sea
necesario. Pero, lo más importante es definir correctamente los
objetivos, la temática, el programa, el formato y los
participantes.
La propuesta inicial de Labastida, que será apoyada
por el PAN; es excluyente y eso descalifica al tal debate. Lo peor son los
objetivos no precisados. Es evidente que el PRI y el PAN quieren un debate
“a modo” y la lista de invitados será impuesta para favorecer
opiniones, en su mayoría, proclives a la privatización
energética.
Entre los mencionados por Labastida estarían
los “líderes” de los partidos políticos,
Cuauhtémoc Cárdenas e, incluso, Andrés Manuel López
Obrador. Salvo éste último y, tal vez, los líderes del FAP,
los demás son cuestionables. Luego, entrarían los
“intelectuales”. ¿Qué intelectuales? Muchos siguen
desinformados, algunos de los que se dicen no lo son y muchos otros no
serán considerados. Entre los mencionados por Labastida estarían
Lorenzo Meyer y Enrique Krauze (sic).
Después se llamaría a
los “abogados” para que indiquen si las propuestas se ajustan a la
legalidad. Seguramente, el PRI y el PAN seleccionarán a falsos abogados
porque, si se invita a alguien con mínima ética y conocimiento,
las ahora siete (7) leyes que integran las propuestas de reforma a la
legislación secundaria deben desecharse ipso facto ya que contravienen a
la Constitución. Sobre eso, NO hay nada que debatir. Pero, ¿a
qué constitucionalistas se invitará? A nadie que sea serio porque
las propuestas del gobierno no resisten el menor análisis
jurídico.
Al final de se debate entrarían los
“especialistas”. ¿Quiénes? ¿Reyes Heroles, director
de Pemex? ¿El director del IMP? ¿Los funcionarios de Pemex? Esos NO
son especialistas sino burócratas coautores de las propuestas
privatizadoras.
Debate excluyente
Todo parece indicar que el PRI y el PAN, a
través de su cabildero Labastida, proyectan un debate manipulado,
superficial y excluyente.
¿Para qué serviría ese
“debate”? Para adornar la propuesta neoliberal de reforma
energética y simular una consulta “democrática” y
“plural”. Las probables críticas serán oídas
sin ser escuchadas. Finalmente, las comisiones del Senado dictaminarán a
su gusto con el carácter de juez y parte. Por los hechos mostrados a la
fecha, el gobierno y partidos políticos que le apoyan están en
plan de imponer jamás de convencer.
De aprobarse la reforma
energética, ésta sería ilegal por inconstitucional. En
tanto la Constitución no sea abrogada, el gobierno federal, PRI y PAN
están obligados a respetarla. De no hacerlo, se incurre en la ruptura de
la legalidad constitucional configurando una “rebelión
neoliberal” inaceptable para el pueblo de México.
Multiplicar las acciones
El gobierno puede decidir el debate que sea con el
formato y temática que quieran pero, la reforma energética
neoliberal debe ser impedida mediante el debate público, organizado en
todo el territorio nacional, en las calles, centros de trabajo, plazas
públicas y escuelas del campo y la ciudad.
Organizar este debate
popular es parte de la movilización del pueblo en contra de la
privatización de Pemex. Marchas, mítines, bloqueos, plantones,
foros, discusiones, pintas, fiestas, festivales, internet, blogs, radio y TV
independientes, perifoneo, volanteo, pláticas, todas las iniciativas al
alcance deben ser concretadas con entusiasmo y dinámica propia.
A
la imposición del Estado, los mexicanos (as) debemos oponer una
movilización organizada desplegada en todo el país con acciones
múltiples.
Debate por el Senado, salida a la toma de las tribunas por el FAP