Detenida, por ahora, la reforma neoliberal
Luego de 16 días de haber sido tomadas
las tribunas de las Cámaras de Senadores y Diputados por los legisladores
del Frente Amplio Progresista (PRD, PT y Convergencia), el 25 de abril,
éstos desalojaron los recintos. Con ello, impidieron el
“albazo” pretendido por el PAN y el PRI para aprobar “al
vapor” las 5 iniciativas de reforma energética para privatizar a
Pemex. Previamente, se acordó entre los partidos políticos la
realización de un debate de 71 días sobre tal reforma. La
acción del FAP, respaldada por la movilización de la resistencia
civil significa un éxito así sea parcial y momentáneo.
Si la mayoría de los legisladores del FAP, asumiendo
todos los riesgos políticos, no hubieran tomado las tribunas del
Parlamento en estos momentos la mafia PRI-PAN ya hubiera aprobado la entrega de
los hidrocarburos e industria energética a las transnacionales. Con
vergonzosas excepciones, los legisladores del FAP se portaron
dignamente.
En esta acción tienen mérito los hombres y
mujeres de las brigadas de la resistencia civil que mantuvieron un cerco al
Senado, así como otras organizaciones sociales que desplegamos diversas
iniciativas en la capital y varias partes del país.
La
campaña televisiva del gobierno federal, especialmente contra
Andrés Manuel López Obrador (AMLO); superó los niveles
previos de agresión fascistoide. Pero, la mayoría del pueblo de
México no se ha dejado engañar ni corromper por el discurso
privatizador.
Un aspecto en que hicieron énfasis los legisladores
del FAP fue la realización de un debate previo a la discusión de
la reforma en las Cámaras. La propuesta es, sin embargo, limitada. Al
final se acordó que, a través de la Comisión de
Energía del Senado, se organizará un debate simulado entre las
cuatro paredes del Parlamento con la participación de una lista de
invitados entre políticos, intelectuales, juristas y especialistas
mediante un formato rígido, sectario y excluyente.
El
“debate” podrá durar 71 ó 171 días, los que
sean, pero eso no significa mucho. Al término, el PRI y el PAN
podrán proceder como acostumbran en todas las sesiones parlamentarias.
Sin tomar en cuenta para nada los argumentos, datos y razones, simplemente
pasarán a dictaminar las iniciativas en comisiones, presentarlas en las
Cámaras y aprobarlas por una mayoría previamente
comprada.
Las voces del pueblo de México no serán
escuchadas por los legisladores. Es necesario organizar nuestro propio Debate
Popular, en las calles, plazas públicas, centros de trabajo, escuelas y
otros lugares con la participación amplia de trabajadores,
jóvenes, hombres y mujeres de todas las edades, periodistas,
investigadores, profesores, estudiantes, amas de casa, niños, adultos
mayores, campesinos, etnias y demás mexicanos (as) interesados en
defender sus intereses y los de la nación.
De manera especial,
procede desarrollar la siguiente etapa de lucha no solo para ganar el debate
sino para IMPEDIR la reforma neoliberal. Las leyes privatizadoras deben
RETIRARSE del debate legislativo. La Constitución NO se negocia.