Privatización de TODAS las fuentes de energía
La reforma energética neoliberal
auspiciada por Calderón, el PRI y el PAN no se refiere solamente al
petróleo. El objetivo es privatizar los hidrocarburos y TODAS las
demás fuentes energéticas alternas. La Comisión Reguladora
de Energía (CRE) y la Comisión del Petróleo (CP)
serían las encargadas de “regularlas”, es decir,
privatizarlas. Actualmente, las transnacionales se están apoderando del
agua y del viento, y pretenden hacerlo con todos los recursos naturales
renovables y no renovables.
Privatizar TODAS las fuentes energéticas
En La Jornada del 19 de
abril de 2008, Juan Tonda escribió que, al igual que lo había
expresado el Premio Nobel de Química, Mario Molina, sorprendía que
la reforma energética “esté destinada a un solo recurso
energético: el petróleo. Tal parece que únicamente existe
una fuente de energía para satisfacer las necesidades energéticas
de la población, cuando en realidad existen muchas, como la fisión
nuclear, el carbón, y las fuentes renovables de energía como son
la solar, la de los vientos, la biomasa, la geotermia, la energía
oceánica, la hidráulica y la que se obtiene del hidrógeno
combinada con fuentes renovables. Todas ellas fuentes de energía
útil en las que México tiene experiencia y desarrollo, pero parece
que han sido ignoradas en la reforma
energética”.
Desafortunadamente no es así, ninguna
fuente ha sido ignorada. Al contrario, el gobierno federal aprovecha la
situación para privatizar el petróleo y TODAS las demás
fuentes de energía incluyendo el agua. Estas propuestas están
contenidas en las iniciativas de reformas a la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal y la Ley de la Comisión
Reguladora de Energía. En el primer caso, de acuerdo al artículo
33, fracciones V y XII, se otorgaría a la Secretaría de
Energía (Sener) las facultades para “promover la
participación de los particulares en las actividades del sector,
así como para “regular y promover el desarrollo de fuentes alternas
a los hidrocarburos”. En el segundo caso, la CRE tendría facultades
para otorgar permisos privados a partir de todas las fuentes disponibles.
Tonda indica que “Lo único que señala la reforma es
que se tienen metas ambiciosas para usar las fuentes alternas de energía,
pero no se dice cómo, cuáles, dónde y cuándo,
cuestiones de vital importancia para el país ... ”. Efectivamente,
no se dicen planes ni proyectos pero, adelantándose, el gobierno propone
la privatización de las fuentes alternas aún antes de que sean
desarrolladas.
Privatizar TODO es el plan
Tonda dice que “las fuentes alternas son de
energías renovables que no se agotarán a corto y mediano plazos,
como el Sol y la energía de los vientos, cosa que sí
sucederá con las no renovables: petróleo, gas, carbón y
combustibles nucleares (uranio) ... Así que la independencia
energética que se logrará al emplearlas es para largo plazo o toda
la vida; el Sol “vivirá” otros 4 mil 500 millones de
años ... En cambio, el petróleo y el gas se van a acabar. En el
reporte gubernamental se indica que las reservas probadas de petróleo
durarán 9.2 años; aunque las cifras difieren de lo que creen
algunos especialistas, es un hecho que se van a terminar”.
Desde
luego, el petróleo es un recurso natural finito pero, las fuentes
alternas no están suficientemente desarrolladas y algunas son muy
cuestionables. Es cierto que el Sol tiene una apreciable vida por delante pero
el aprovechamiento de la energía solar no está dominado
aún. Por lo demás, reiteramos, la reforma energética
neoliberal propone “privatizar” TODAS las fuentes alternas ANTES de
que sean desarrolladas. De manera que, el centro del asunto, no es la
utilización de las fuentes energéticas sino los términos
(privados) en que ésta ocurriría.
Al Estado NO le interesa el desarrollo
Tonda propone diversas ideas “para
contribuir al debate energético”, entre otras, “invertir 1.1
por ciento del presupuesto dedicado a la ciencia y la tecnología ... la
creación de instituciones gubernamentales, con investigadores,
técnicos y divulgadores mexicanos dedicados a resolver problemas
concretos de abastecimiento de energía a mediano y largo plazos ... que
el debate sobre la reforma energética priorice la obtención de
recursos para el funcionamiento adecuado del país, pero que a la vez
privilegie cuando menos la reducción y ahorro del petróleo y el
gas hacia el interior de la nación, a través del uso de fuentes
renovables de energía, dado que la importación (sic) de las mismas
resulta indispensable (sic) para la economía de México (aunque se
ha reiterado que hay que buscar depender menos del petróleo y más
de otras importaciones) ... que se reduzca en el consumo de petróleo y
gas en México redundará en reservas que duren más para los
mexicanos ... tomar en cuenta seriamente el cambio climático y la
emisión de gases de efecto invernadero, lo cual sólo se puede
conseguir con la adopción y empleo de nuevas fuentes de energía
que no contaminen, como son la solar, el viento, la geotermia y el
hidrógeno ... la adopción de una política de desarrollo
energético sustentable ...”.
Señala Tonda que
“La realización de estas propuestas se puede lograr tanto con los
recursos petroleros como con la eficiencia de la paraestatal”.
Lo
que se plantea en el fondo es promover el cambio de una civilización
basada en el petróleo para utilizar fuentes renovables. Sin embargo, el
Estado NO está interesado en NINGUN desarrollo propio sino en la
apropiación privada de las TODAS las fuentes de energía. Es decir,
el problema no es solamente técnico sino, ante todo,
político.
Primero, IMPEDIR la reforma energética neoliberal
Indica Tonda: “creo que
la actual reforma energética no atiende los problemas estructurales en
relación con el abastecimiento de energía para el país y la
contribución de México para evitar el cambio
climático”.
Eso es evidente, el problema del cambio
climático no está en la agenda del gobierno.
Por supuesto
que “no se están atendiendo problemas energéticos de fondo
... y se está haciendo a un lado la capacidad y las fuentes de trabajo de
los profesionales mexicanos”. Pero el asunto no es de “fuentes de
trabajo para los profesionales” sino de índole política. De
allí la necesidad de oponerse con firmeza y convicción a la
privatización energética, no solo en materia de hidrocarburos sino
de todas las fuentes, proceso en marcha desde 1992 mismo que ha llegado a
niveles alarmantes.
Impedir la privatización de Pemex es una
necesidad que debe continuar con la reorganización a fondo del proceso de
trabajo energético basado en una Política Energética
Independiente. Con la actual política oficial simplemente no será
posible ninguna transición energética.
Las múltiples
propuestas de los mexicanos son loables y deben impulsarse teniendo presente
que, para lograrlas, se precisa de la movilización social en todo el
territorio nacional con todas las formas al alcance para impedir la reforma
energética neoliberal.