Zapata vive
Aquel 10 de abril de 1919 se interrumpió
violentamente la Revolución Mexicana. Carranza y Obregón,
utilizando a las tropas asesinas de Pablo González dispararon contra
Emiliano Zapata, jefe del Ejército Libertador del Sur. Pero, el Jefe
Zapata no murió, vive en el corazón y conciencia de los
mexicanos.
La Revolución Mexicana no fue una sola sino varias,
cada una definida por su propia política. El zapatismo le dio programa a
la Revolución con el Plan de Ayala. Los campesinos levantados en armas
sintetizaron en la consigna “¡Tierra y Libertad!” las
aspiraciones económicas y políticas de los mexicanos. Ricardo
Flores Magón había explicado previamente los alcances de la
propuesta.
El Plan de Ayala fue modificado positivamente durante el curso
de la lucha armada y aplicado en la Comuna de Morelos, el hecho más
trascendente de la Revolución.
Zapata representa la radicalidad
revolucionaria y la coherencia política. Por ello, para los mexicanos, es
el símbolo más alto de la Revolución. México es
zapatista como es bolivariano y, en México, no se puede ser luchador
social consecuente sin ser zapatista.
Hoy, en medio de una severa
agresión neoliberal contra el pueblo y trabajadores mexicanos, una de las
grandes tareas políticas de nuestra época es, precisamente, la
formulación del Programa. El FTE de México propone un Programa
Obrero, es decir, el ¿Porqué Luchamos?, mismo que hace años
hemos puesto a la discusión para que sea enarbolado por todos los
trabajadores.
Otra de las tareas políticas es construir y
desarrollar a la organización, a todos los niveles y en todos los
lugares. No se trata de una organización cualquiera sino la
organización que se necesita para concretar el Programa, esto es, la
organización social y política. Una tarea más es la
práctica consecuente de la solidaridad, a nivel local, nacional e
internacional.
La experiencia zapatista durante la Revolución debe
estudiarse y comprenderse. Allí están planteados aspectos
cruciales para un momento determinado que hoy tienen validez. La lucha por la
tierra y sus recursos tiene plena vigencia e incluye, las aguas, los bosques,
los minerales, los energéticos, el viento, el espacio
radioeléctrico y la biodiversidad. La lucha por la libertad concierne a
la democracia, a la política, al saber y al pensar como hombres y mujeres
libres.
El FTE de México tiene presente la figura y el ejemplo del
Jefe Zapata. Somos parte de la misma creencia indesarraigable: Zapata no
murió en Chinameca, vive y sigue cabalgando por las montañas, en
las noches, en su caballo blanco. Como Quetzalcóatl, Zapata
volverá; más aún ya está aquí, está en
cada uno de los (as) mexicanos (as) concientes dispuestos a luchar incansables,
e incorruptibles, hasta vencer.
Este 89 aniversario del asesinato
carrancista de Zapata estuvimos en Anenecuilco, Morelos, para participar en la
marcha-caravana de la que fue casa del Jefe hacia Chinameca. Por la tarde, el
FTE participó en una Conferencia sobre el Petróleo de
México, en Tlapa, la montaña alta de Guerrero.
Con estas
acciones iniciamos el Debate Popular contra la Reforma Energética
neoliberal, mismo que continuaremos junto a otras fuerzas del pueblo mexicano
para extenderlo a todo el paí