Procesamiento de gas natural en México
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) está
promoviendo alianzas con transnacionales en materia de gas natural otorgando
ilegales concesiones. Sempra anunció desde enero que pronto
recibiría el primer embarque de gas natural licuado (GNL) en su Terminal
Costa Azul, instalada en Baja California, para la fase final de pruebas y
así comenzar la operación comercial de la planta en junio
próximo. No es el único caso, también están la
española Repsol y otras empresas japonesas y coreanas.
La Terminal
Costa Azul tiene una capacidad de regasificación de 28 millones de metros
cúbicos por día (28Mm3/d) de los cuales, poco mas de la mitad, se
destinará a uso doméstico. Sempra tiene un contrato de suministro
de gas natural a 15 años con la CFE y, el resto, será exportado a
Estados Unidos (bnamericas.com).
Comercialmente, Shell tiene la propiedad
de la mitad del gas que produzca la Terminal, la otra mitad pertenece a Sempra.
El proyecto fue políticamente sustentado en los planes para la
integración energética norteamericana que incluye, al menos, otra
planta en Sonora. De esa forma, el mercado energético de EU se ve
beneficiado sin instalar una sola planta en su territorio, contará
además con la electricidad producida por las grandes plantas generadoras
–privadas- instaladas en Baja California, cuya concesión
prevé su exportación. El plan es la interconexión
eléctrica y de gas con ese Estado, donde Sempra posee las empresas
Southern California Gas Co. y San Diego Gas Electric Co.
En el lado
norteamericano no se ha instalado una sola planta de GNL ni en toda la Costa
Oeste. Para realizar estos planes, la Comisión Reguladora de
Energía (CRE) de México ya autorizó la ampliación de
Costa Azul mientras Transcanada construye un gasoducto desde Ehrenberg, Arizona,
hasta el gasoducto Bajanorte propiedad de Sempra.
Retraso en Costa Azul
A fines de febrero, la agencia Bloomberg anunció que
Sempra, y su socia la Royal Dutch Shell, postergaban dos meses la entrada de la
Terminal Costa Azul indicando que el retraso obedecía al incumplimiento
del programa de obra. Esta situación reveló involuntariamente otro
tipo de problemas en relación al comercio y transporte del
energético.
Resulta que, un buque cargado de gas natural (que se
supone destinado a Costa Azul) permanecía anclado en el puerto de
Fujairah, en los Emiratos Arabes. El retraso motivó el nerviosismo de la
autoridades árabes ya que, además de representar un gasto
adicional (y un desperdicio), el almacenamiento de gas en una nave, que requiere
de instalaciones especiales para mantenerlo licuado, resulta peligroso. A este
retraso se suma al de la planta de Tangguh, en Indonesia, propiedad de la
British Petroleum (BP), una de las fuentes previstas de suministro del gas que
se procesará en Costa Azul, con lo que podría complicarse aun
más el abastecimiento oportuno para las plantas generadoras de CFE.
Manzanillo-Corea-Madrid
La agencia BN Americas informó que la CFE otorgó la concesión
de la Terminal, Manzanillo, Colima, al consorcio asiático KMS,
constituido por la japonesa Mitsui y las corporaciones coreanas Samsungy Korean
Gas Corporation (Ko Gas). El contrato otorga la recepción, almacenamiento
y regasificación de gas licuado.
En 2007, CFE otorgó el
contrato de suministro de gas para dicha Terminal, por 15 años, a Repsol
Comercializadora de Gas (filial española), la cual aseguró que el
suministro seria importado del Perú. Entre los documentos que
entregó Andrés Manuel López Obrador (AMLO) el pasado
día 24 de febrero, para sustentar sus acusaciones de fraude de Juan
Camilo Mouriño, actual secretario de gobernación de México,
se encuentra dicho contrato donde se establece que la construcción de un
puerto para la Terminal se hará con cargo al presupuesto federal, aunque
la obra sea de uso exclusivo de Repsol (Méndez E., Pérez C, en La
Jornada 29.02.08).
El escándalo provocó la renuncia de la
Fundación Heberto Castillo a seguir atestiguando cualquier
licitación pública, y absurdas justificaciones del
“especialista” David Shields, quien fungió como
“testigo social” por parte de dicha Fundación.
Integración energética norteamericana
La CFE apadrina otros proyectos
de GNL “para el mercado interno” en el área del Pacifico, que
implica instalar plantas en Altamira, Topolobampo y Lázaro
Cárdenas. Estos proyectos pretendes paliar la desventaja de que
México es un importador neto de gas natural.
Los planes de
integración en el tema del GNL se encuentran en la página de la
Comisión (Federal) Reguladora de Energía (FERC) (
http://www.ferc.gov/industries/ing.asp).
En la sección titulada “GNL Projects” se presenta
información global de Norteamérica, sobre plantas existentes,
propuestas y potenciales, además de un pronostico de factibilidad.
Según este estudio, las trasnacionales que juegan un papel determinante
en la plantación energética mundial, siempre a favor de sus
propios intereses y beneficios, optarían por construir las plantas de
Puerto Libertad y Topolobampo. La FERC también considera que las
autoridades de México están en condiciones de aprobar dichos
proyectos.
CFE promotora del gas privado
La estrategia consiste en que, al convertir a la CFE en un
comprador mayorista de gas, podría ejercer cierto” poder de
mercado” para asegurarse un factor adecuado de suministro y precio. La CFE
tiene firmados contratos de compra de energía eléctrica (para el
servicio publico) con varios “productores independientes”. En dichos
contratos se establece que la Comisión proveerá el gas. La propia
CFE se encuentra inmersa en un programa de conversión de sus plantas
termoeléctricas a gas natural, un combustible que no tenemos “en
cantidades suficientes”, razón por la cual CFE se esta
“asociando” con las trasnacionales energéticas.
Para
manejar volúmenes significativos de gas, la CFE tendría que crear
una especie de filial dedicada al transporte, almacenamiento y
distribución de GNL para aprovechar la infraestructura que está
financiando y, otra adicional, para convertirse en un proveedor industrial de
gas natural, fundamentalmente hacia la región de Guadalajara y, tal vez,
parte del Bajío.
La CFE tendría que construir más
infraestructura (para empezar, toda una red de gasoductos). Como las
trasnacionales seguramente se lo pedirán, la Comisión
tendría que “asociarse” a éstas o más bien
convertirse en socio financiero, ante la alternativa de “competir”
con ellas en condiciones desventajosas o perecer. Este, es un anticipo de los
peligros que representarían las “asociaciones” de PEMEX para
la perforación de pozos en aguas profundas.