Los mexicanos no reconocemos a ninguna corona
México no es la Nueva España
Durante el mitin del
24 de febrero frente a la Torre de Pemex, Andrés Manuel López
Obrador (AMLO) denunció a Juan Camilo Mouriño, secretario de
gobernación de Calderón, por tráfico de influencias y
enriquecimiento mediante contratos otorgados por Pemex a sus familiares. El
español no ha sabido contestar porque no puede. Mouriño debe salir
del gobierno y del país.
Tráfico de influencias de Mouriño
Con habilidad política,
AMLO subió al ring a Mouriño y lo descontó. El acusado ni
siquiera ha contestado. No puede porque está involucrado en sucios
negocios. Ese individuo español tiene el derecho a defenderse. ¡Que
explique a la sociedad mexicana como la ha robado! Así podrá
aguantar, al menos, otro round. Obviamente, ninguna explicación del robo
puede ser convincente pues se trata de hechos delictuosos realizados con
premeditación, alevosía y ventaja.
Según AMLO,
“La familia de Mouriño tiene, al amparo del poder público,
80 empresas. Los panistas son unos verdaderos hampones, unos verdaderos
delincuentes”. AMLO ha sido claro y duro. “Lo que estoy haciendo es
acusarlo de tráfico de influencias y de otros delitos. Él debe
desmentir con pruebas, debe aclarar con pruebas por qué firmó
contratos con Pemex siendo funcionario público. Fueron contratos para
beneficiar a su empresa familiar. Eso es lo que tiene que aclarar. Nada
más”.
La situación es peor
Mouriño, antes secretario de energía, no
solamente es un corrupto por favorecer los negocios familiares al amparo de
Pemex. La principal función de este individuo español consiste en
promover los negocios ilegales de las grandes corporaciones transnacionales de
la energía. Mouriño, más que ser parte del gabinete de
gobierno de Calderón es parte del equipo de las transnacionales
españolas. Estas, a través de Aznar, lo designaron sin siquiera
tener la nacionalidad mexicana sino española.
El interés de
Iberdrola, FENOSA, Endesa, Gas Natural, Aguas de Barcelona, Aguas de Valencia,
entre otras corporaciones españolas, es apoderarse del petróleo,
el gas, la energía eléctrica y el agua de los mexicanos. A la
fecha, esas empresas dominan la privatización furtiva de la
energía y el agua, es decir, la privatización de sectores
estratégicos de la nación.
Iberdrola es la segunda empresa
eléctrica que opera en el país, después de la CFE, seguida
de Gas Natural (que recientemente el compró 4 centrales eléctricas
privadas a Electricidad de Francia) y Unión FENOSA (que construye la
central privada más recientemente autorizada, por la Comisión
Reguladora de Energía, en Durango). Gas Natural también se ha
apropiado de la mayoría del territorio nacional para la
distribución de este energético. Por lo que hace a las
transnacionales españolas del agua su participación, como
organismos operadores privados es creciente día a día. Todas las
acciones de estas corporaciones son inconstitucionales. ¿Qué
pretenden Mouriño y su jefe Aznar? Legalizar la ilegalidad.
También quieren el petróleo crudo
Pemex es la empresa petrolera más
rentable del mundo, la primera y principal fuente de ingresos del Estado, uno de
los 3 suministradores de crudo al imperio norteamericano. Se trata de un negocio
en alta escala. En este negocio, los capitalistas españoles están
sumamente interesados.
Actualmente, la petrolera española Repsol
participa en actividades constitucionales propias de Pemex, mediante contratos
para la exploración y explotación del gas seco en la Cuenca de
Burgos. Repsol también tiene contratos con la CFE para suministrarle gas
natural, mismo que CFE importa para luego suministrarlo a las transnacionales
eléctricas españolas. Asimismo, Pemex tiene acciones con Repsol de
las cuales jamás ha informado a la nación.
La nueva
generación neoliberal de capitalistas transnacionales mira a
México como si aún fuera la Nueva España. Entonces, se
atribuyen derechos que no tienen para seguir saqueando a la nación. Ahora
van tras el petróleo crudo en las aguas de los mares en el marco de la
estrategia de geopolítica norteamericana. A las transnacionales
españolas les interesa el petróleo y, seguramente esperan, que su
empleado Mouriño haga lo necesario para privatizar a Pemex.
Mouriño debe ser sancionado
El español debe ser sancionado por usurpador,
por incurrir reiteradamente en delitos contra la nación y por abuso de
funciones al entregar a las transnacionales el patrimonio que no es suyo sino de
la nación mexicana. México no es la Nueva España ni los
mexicanos reconocemos a ninguna corona
extranjera.
AMLO ha dicho que “No vamos a
aceptar que sigan desmantelando al país. Ni un paso atrás, ni
siquiera para tomar impulso. Si entregan el petróleo sería el
acabose”. Tiene toda la razón. El FTE no es acrítico y
espera que AMLO “no se eche p’atrás”. Por el momento se
ve bien pero no estamos seguros hasta dónde querrá llegar. En esta
lucha, se trata de “quemar las naves”. No basta que lo haga
él sino todos los demás. Nosotros estamos definidos. ¿Lo
está el grupo sectario, arrogante y excluyente que rodea a AMLO?
Esclavos, Mural
de Diego Rivera en la SEP