Reyes Heroles y Kessel anuncian la violación constitucional
Diagnóstico privatizador de Pemex
El 30 de marzo, la secretaría de
energía (Sener) y Pemex dieron a conocer el “Diagnóstico:
Situación de Pemex”. Se proponen adecuaciones al marco regulatorio,
la exploración y desarrollo de las aguas profundas del Golfo de
México, el acompañamiento (sic) de otras empresas, el apoyo de
terceros para el transporte y almacenamiento en refinación, la
contratación de tecnología de punta, flexibilidad para contratar
con terceros, autonomía de gestión, un gobierno corporativo y
fortalecer a la autoridad reguladora. El gobierno declara lo contrario pero se
trata de la privatización TOTAL de Pemex.
Privatización TOTAL de Pemex
Con base en la declinación de los
principales yacimientos y la necesidad de sostener una alta plataforma de
producción (y exportación) de crudo, las burocracias de la Sener y
de Pemex dieron a conocer ayer un supuesto diagnóstico “para
fortalecer a Pemex”. No hay tal. Se trata de la propuesta regresiva
más severa desde la Expropiación Petrolera de 1938.
Para
lograrlo, se proponen “adecuaciones al marco regulatorio”. Esto
significa reformar, abiertamente, las disposiciones constitucionales en materia
de hidrocarburos cambiando los artículos 25, 27 y 28 constitucionales y/o
alterando inconstitucionalmente la legislación petrolera secundaria,
especialmente, la Ley Orgánica de Pemex y la Ley de la Comisión
Reguladora de Energía, entre otras. De prosperar estas propuestas, Pemex
sería desincorporada del Estado para convertirse en una Sociedad
Anónima con funcionamiento típicamente privado.
Las
“razones” esgrimidas por Georgina Kessel (Sener) y Jesús
Reyes Heroles (Pemex) no son económicas ni técnicas sino
ideológicas enmarcadas en la estrategia de geopolítica
norteamericana.
Argumentación deliberadamente sesgada
Según la Sener y Pemex,
“todos los países” han promovido “cambios a sus modelos
de organización industrial” para fortalecer a sus empresas
petroleras “permitiendo esquemas modernos y efectivos de
colaboración con terceros”. Según los promotores del
“Diagnóstico”, esto constituye “una palanca para el
desarrollo nacional y el bienestar social”.
El gobierno de la
ultraderecha manipula los conceptos y miente. En el
“Diagnóstico” no se proponen cambios en la
organización industrial sino en el régimen de propiedad mediante
cambios constitucionales, no organizativos. Los esquemas de
“colaboración con terceros” representan esquemas de
privatización explícita. No se trata de
“colaboración” sino de alianza con los terceros, es decir,
las corporaciones transnacionales.
Tales alianzas de negocios, en ninguna
parte del mundo, han sido una palanca del desarrollo nacional ni menos del
bienestar social. A las corporaciones les interesa apoderarse de los recursos
naturales ajenos y de la renta petrolera que comparten con sus socios. Desde
este punto de vista, tal “colaboración”, es nociva para el
desarrollo nacional.
Producir más para exportar más
La supuesta
preocupación del gobierno reside en el sostenido declive de las reservas
de todo tipo (probadas, probables y posibles). En el caso de las reservas
probadas (de hidrocarburos) afirma que solo se cuenta para 9.2 años al
actual ritmo de extracción. Consecuentemente, se propone considerar
“descubrimientos de nuevos campos a partir de recursos prospectivos”
(sic).
Se dice que el 83% de las reservas probadas se encuentran en
campos en franca declinación. Por tanto, se propone la
“exploración y desarrollo de las aguas profundas del Golfo de
México”. A las cuencas del Sureste, campos abandonados y
Chicontepec las consideran insuficientes para sostener la actual plataforma de
producción. Entonces, insisten, “iniciar el desarrollo
(sic) de las aguas profundas es fundamental”. Ese es el
interés central del gobierno federal.
Alianzas en aguas profundas
El “Diagnóstico” propone este
desarrollo “a gran escala”. La Sener y Pemex reconocen que, entre
2004 y 2007, Pemex perforó 6 pozos en tirantes de agua superiores a 500
metros (m) y, de éstos, solamente 1 (uno) tiene reservas suficientes para
su operación comercial. Sin argumentos, se propone que, en los
próximos años, “será necesario llegar a profundidades
de hasta 3,000 metros”. Si a tirantes de 500 m no han encontrado
petróleo, ¿Cómo pueden asegurar que a 3,00 m si lo
encontrarán? En todo caso, se está hablando de perforación
y perforar NO es sinónimo de producción.
“Se estima
que más del 50% de los recursos prospectivos del país se localizan
en la cuenca del Golfo de México Profundo, lo que equivale a un potencial
a recuperar de 29.5 miles de millones de barriles de petróleo crudo
equivalente (MMMbpce) en una extensión de más de 575,000
kilómetros cuadrados”. El gobierno habla de recursos
“prospectivos” pero, esos, son recursos de petróleo NO
descubiertos. Simplemente, se están infiriendo volúmenes
completamente inciertos.
El aspecto medular NO es encontrar ese
petróleo sino ceder los actuales (y futuros) recursos naturales
DESCUBIERTOS a las transnacionales. Lo dicen la Sener y Pemex, como
conclusión a su sesgada argumentación: “Es necesario que
Pemex pueda hacerse acompañar de otras empresas al desarrollar las
actividades propias de su giro, bajo mecanismos que le permitan obtener la mejor
tecnología y conduzcan a maximizar la renta petrolera del
país”.
El gobierno le llama “hacerse
acompañar de otras empresas” a la alianza con las transnacionales.
Se argumenta que se puede “obtener la mejor tecnología” pero
no se dice ¿para qué? Se piensa solamente en la perforación a
sabiendas que la tecnología de explotación a 3,000 m NO
está disponible. Lo que se pretende es entregar los recursos
energéticos al capital extranjero. Cualquier de los
“mecanismos” implicaría ceder FUNCIONES constitucionales,
recursos naturales y parte de la renta petrolera, así sea
“maximizada”. Estos hechos están expresamente PROHIBIDOS por
la Constitución política del país. Concretar tales planes
supone modificar a la Constitución o violarla flagrantemente, sea por la
inobservancia o por la inconstitucionalidad si se trata de reformar la
legislación secundaria.
También privatización de la refinación, gas natural y petroquímica
La ofensiva privatizadora del gobierno va a
fondo, no solamente tratándose del petróleo crudo. En materia de
refinación se propone “Que Pemex se apoye en terceros para
expandir su infraestructura de transporte, almacenamiento y distribución
de petrolíferos, por medio de ductos y no solo de pipas, como lo hace
hasta ahora”. Esto significa la privatización de la
refinación. También se propone “Que PEMEX cuente con la
flexibilidad suficiente para contratar, bajo esquemas que garanticen un
óptimo desempeño, una mayor capacidad de ejecución y la
incorporación de tecnologías de punta ...”. Tal
“flexibilidad” significa que Pemex CONTRATE las funciones que le
corresponde realizar de manera exclusiva. Eso representa, una violación
constitucional más.
En el caso del gas se propone
“inversión complementaria para incrementar la capacidad de
transporte, introducir flexibilidad al sistema nacional de gasoductos,
así como construir infraestructura de abasto, ...”. Eso es,
sencillamente, la desincorporación del sistema nacional de gasoductos y
la entrega de las fases del proceso de trabajo del gas natural al capital
privado. No se trata de ninguna “flexibilidad” sino de la
privatización total.
En la Petroquímica, la propuesta
consiste en “proporcionar seguridad jurídica a los inversionistas
a través de contratos de suministro a largo plazo y el establecimiento de
un mecanismo de precios financieramente viable ...”. Es decir, la Sener y
Pemex apoyan la profundización de la privatización de la
petroquímica limitando a la paraestatal a ser proveedor de los
inversionistas privados.
Regulación es sinónimo de privatización
Para el gobierno
usurpador, “la normatividad vigente resulta sumamente restrictiva ...
particularmente para desarrollar los yacimientos en las aguas profundas del
Golfo de México”. Es decir, la Constitución les estorba.
Reconocen que, en este tipo de proyectos, “la incertidumbre es muy
elevada”. No obstante, proponen que “es condición necesaria
permitirle a Pemex mayor flexibilidad para contratar terceros”. El cinismo
no tiene límite. El gobierno cree que la “incertidumbre” se
resuelve con la “alianza” pactada con las transnacionales y quiere
“flexibilidad” para contravenir la Constitución.
Con
esa burda argumentación, la Sener y Pemex dicen que “es
fundamental adecuar el marco regulatorio de Pemex para dotarlo de mecanismos
ágiles y modernos para su operación. Ello implica un marco
operativo y de gestión que le de mayores facultades en la toma de
decisiones en la contratación, ...”. Esto es, las disposiciones
constitucionales, que representan decisiones políticas fundamentales de
la nación, se pretenden sustituir por “regulaciones”
administrativas que le permitan a la burocracia de Pemex entregar los recursos y
patrimonio que NO son suyos.
Marco regulatorio privatizador
En 2007, Pemex registró ventas
totales por 104.5 miles de millones de dólares, es decir, 1 billón
117 mil millones de pesos (a 10.687 pesos por dólar). Esta renta
petrolera, dice Pemex que “es de todos los mexicanos”. ¿Con la
privatización, esa renta (la que sea), seguirá siendo de todos los
mexicanos? Obviamente no, porque al “acompañarse” con
transnacionales, la renta sería compartida.
Pemex indica que sus
inversiones se han financiado en los últimos siete años a
través de los Pidiregas y que, esa deuda, llega a los 500.9 miles de
millones de pesos. Entonces, se propone mejorar la estructura de financiamiento
y esa estrategia “debería fortalecerse con inversiones
complementarias en aquellas áreas de la industria petrolera no reservadas
al Estado”. Es decir, TODAS las inversiones que propone Pemex
serían PRIVADAS, tanto las reservadas al Estado (como la
exploración y explotación en aguas profundas, la
refinación, gas natural y petroquímica) como las no reservadas al
mismo.
Las inversiones que proponen la Sener y Pemex serían para
“ampliar o mantener la plataforma de producción”. No se
indica que esas elevadas plataformas de producción son INNECESARIAS y que
se proponen para “ampliar o mantener” la EXPORTACION de
crudo.
A partir de esos argumentos entreguistas al imperialismo, se
propone un nuevo “Marco de operación de Pemex”. Para el
gobierno “existen restricciones regulatorias que inciden en la
operación de la empresa sobre todo en materia presupuestal, de
contratación de obras, ...”. Entonces, dicen, “es
necesario un nuevo marco regulatorio para Pemex, que le otorgue flexibilidad en
aspectos fundamentales de su gestión”. Este marco,
debería permitir “Modalidades y procedimientos adecuados para la
contratación de inversiones (sic), bienes y servicios conexos”,
así como, “un ejercicio ágil de la contratación de
ingenierías, procura y construcción de
proyectos”.
Ese “nuevo marco regulatorio”
sería inconstitucional, la “flexibilidad” para la
contratación de inversiones implicaría la
desnacionalización de Pemex, contraviniendo las disposiciones
constitucionales. Contratar la ingeniería, en vez de desarrollarla,
sería condenar a México al subdesarrollo y el atraso. Esto no es
nuevo, el gobierno ha venido suprimiendo la investigación y desarrollo
tecnológico propio, eliminando las ingenierías y desnaturalizando
al Instituto Mexicano del Petróleo.
Autonomía de gestión mafiosa
En plan de atraco total a la nación,
la Sener y Pemex dicen que “es necesario alentar una mejora sustancial del
gobierno corporativo de Pemex, en congruencia con una mayor autonomía de
gestión ...”. Esto abarca, “Fortalecer su Consejo de
Administración, para que pueda tener un mayor nivel de decisión
...”.
La autonomía de gestión que propone el
gobierno de facto es la condición para llevar a la práctica los
planes privatizadores. Esa autonomía implicaría otorgarle a la
burocracia en turno, charrismo sindical e inversionistas privados la capacidad
de decisión sobre los recursos naturales y patrimonio colectivo de la
nación que NO son del Consejo de Administración de Pemex. Entre
cuatro paredes, sin estar sujetos a ningún procedimiento ni control, las
mafias terminarían apoderándose totalmente de la
paraestatal.
Traición a la nación
En las conclusiones del
“Diagnóstico” se dice que las premisas para regular
(privatizar) a Pemex son las siguientes: “a) El petróleo es y
seguirá siendo de los mexicanos; b) Se fortalece la rectoría del
Estado sobre sus recursos energéticos; y, c) No se privatiza Pemex, ni
sus activos o infraestructura”.
La agresión del gobierno es
más que un robo, se trata de una flagrante traición a la Patria.
Con el mayor cinismo se dice que el petróleo es y seguirá siendo
de los mexicanos cuando proponen su entrega explícita a las
transnacionales. Se habla de fortalecer la rectoría del Estado cuando se
propone la desincorporación de Pemex en un esquema en que las decisiones
las tomarían las mafias. Se indica que Pemex “no” se
privatiza, ni en sus activos o infraestructura pero el
“Diagnóstico” propone PRIVATIZAR las FUNCIONES
CONSTITUCIONSALES. Eso es peor.
Por si faltara alguna precisión,
el “Diagnóstico” culmina proponiendo “Fortalecer a la
autoridad reguladora, precisando sus atribuciones y dando mayor claridad a sus
objetivos, a fin de dar plena integralidad (sic) a la revisión del marco
jurídico que rige a la industria petrolera nacional”. Se trata de
la Comisión Reguladora de Energía (CRE), entidad privatizadora
ilegal por inconstitucional. Esa Comisión, creada durante el
“salinato”, ha autorizado ya la privatización del 43% de la
capacidad de generación eléctrica total a nivel nacional,
así como, la distribución, transporte y almacenamiento del gas
natural y gas LP. Ahora, Pemex y la Sener proponen que también haga lo
mismo en el caso de la refinación y el petróleo crudo. La
regulación que lleva a cabo la CRE consiste en entregar a las
corporaciones transnacionales TODO lo que le solicitan. En esas condiciones,
¿el petróleo seguirá siendo nuestro?
A la lucha mexicanos (as)
Todos los argumentos que la Sener y Pemex presentan como
“Diagnóstico” los hemos derrotado en la discusión en
las calles, reuniones, asambleas, foros y prensa independiente. El gobierno
federal NO tiene razones convincentes. Por supuesto, eso no interesa a los
neoliberales. Su intención es imponer compulsivamente la
privatización de Pemex. Sus propias palabras y escritos lo indican.
Utilizan términos como “acompañar”,
“terceros”, “inversión complementaria”,
“marco regulatorio”, “autonomía de
gestión”, “gobierno corporativo”, pero se trata de la
pri-va-ti-za-ción TOTAL de Pemex.
La agresión neoliberal es
severa y violenta. Permitir este atraco, no solamente significaría la
desnacionalización TOTAL de Pemex y el regreso a un pasado superado, sino
la entrega de la nación a las transnacionales imperialistas,
especializadas en “tecnología de punta” para el crimen, la
conspiración, el asesinato y el esclavismo.
Mexicanos (as): Todos
a la lucha, unitaria y solidaria en defensa de la Patria. Todos a desarrollar
creativamente acciones organizadas en todo el territorio
nacional.
Lecho en las aguas profundas. Fuente: www.pemex.com