A sabiendas de que la palabra
"privatizar" se ha vuelto muy impopular, Vicente Fox
ha optado por sustituirla por la de "apertura al
capital privado", lo que viene a ser lo mismo, pero
causa un efecto engañador ante la opinión pública.
Modifica el término pero no el propósito.
A reserva de conocer la
iniciativa que Fox envíe al Congreso de la Unión para
modificar la Constitución, pensamos que será casi
igual al proyecto que presentó su equipo de
transición económica el pasado 5 de octubre de 2000:
"Reorganización de la Industria Eléctrica Nacional" y
que el actual Secretario de Energía, Ernesto Martens,
resumió en declaraciones hechas en la Secretaría de
Gobernación el pasado 13 de diciembre de 2000: "No se
venderán los activos existentes" (CFE y LyFC), pero
"se abrirá a la inversión privada la distribución y
comercialización de la energía eléctrica"
La estrategia de Fox es más
peligrosa y perversa, porque al no vender los activos
de CFE y LyFC y hacer el anuncio en forma
espectacular en los medios de información, pretende
varios propósitos: desactivar la resistencia del SME
y del Frente Nacional de Resistencia Contra la
Privatización de la Industria Eléctrica (FNRCPIE),
confundir a la opinión pública haciéndole creer que
ya no habrá privatización y lograr el aplauso de los
trabajadores, activos y jubilados presentes en la
celebración del 86°. Aniversario del SME en Coapa, el
pasado 14 de diciembre de 2000.
El proyecto privatizador de Fox
es engañoso porque a cambio de no privatizar los
"activos existentes", su equipo de transición
económica contempla "crear un mercado de energía y
una regulación eficaz y transparente...reducir las
inversiones públicas...establecer una estructura
competitiva que promueva la participación privada
(Pág. 14)...en la generación a través de los PIEs
(Productores Independientes de Energía), (de los)
excedentes (autoabastecedores y cogeneradores)...(de
la) apertura de la comercialización a usuarios
calificados...(la) concesión de la operación,
mantenimiento y expansión (de la distribución y la
comercialización) (Pág. 16)...(de) generadores libres
(que) también puedan vender energía mediante
contratos bilaterales, a comercializadores o usuarios
calificados entre los que estarían las compañías de
distribución, industrias y otros grandes usuarios
(Pág. 23).
Al "reducir las inversiones
públicas" y alentar la participación privada en
generación "a partir de la nueva capacidad", durante
un tiempo corto se permitirá la competencia pública y
privada "en un mercado abierto" (Pág. 26). Es decir,
ir asfixiando técnica y financieramente a CFE y a
LyFC y paralelamente impulsar a las empresas privadas
(que a partir de junio de 2001 entrarán con una
capacidad de 10,600 Mwe, casi la tercera parte de la
capacidad actual del Sector Eléctrico).
Su "Visión para la reforma en
distribución y comercialización" consiste básicamente
en "separar la comercialización de la distribución y
permitir la participación privada, en competencia por
la comercialización a grandes usuarios" (Pág. 27) a
través de "monopolios regionales regulados" (Pág.
16).
Es decir, dejar en manos
privadas un jugoso negocio de más de CIEN MIL
MILLONES DE PESOS anuales, que dejarían de ingresar
al erario público. Al concesionar la distribución y
la comercialización a la iniciativa privada, se
privatiza...sin mencionar la palabrita.
El proyecto privatizador de Fox
(hay que llamarlo por su nombre) contempla, en cuanto
a la operación del Sistema, quitarle el Centro
Nacional de Control de Energía (CENACE) a la CFE y
pasárselo a la Comisión Reguladora de Energía (CRE)
(Pág. 16), y en cuanto a la Transmisión, abrirla como
un "monopolio nacional regulado con libre acceso"
(Pág. 16) para todos los productores (generadores)
privados, "de tal forma que si alguien produce
electricidad en un lado, la pueda transportar para
venderla en otro lado" (Elías Ayub, Director de CFE,
en La Jornada 6/dic/00). Es decir, ya no sólo
vendérsela a CFE o LyFC, como lo establece la actual
Ley, sino comercializarla directamente (lo cual está
prohibido por la Constitución).
El proyecto también es
desnacionalizador, porque nos ata a las
transnacionales del gas y del petróleo, dado que
"será necesario importar gas del sur de Texas" y por
tanto, "hay necesidad de fortalecer la capacidad de
interconexión internacional y de transporte nacional"
(Pág. 28).
El proyecto foxista es claro en
sus intenciones: desactivar la resistencia; ahogar
financieramente a CFE y LyFC, dejándolas que mueran
por inanición y paralelamente desarrollar una
industria eléctrica privada.
El panorama es sumamente
negativo para la Nación: en el mediano plazo CFE y
LyFC se convertirían en "cascarones" estatales; las
tarifas se irían a las nubes; se dificultarían mucho
tanto la operación como la planeación y desarrollo
del Sistema Eléctrico Nacional; se pondría en alto
riesgo la continuidad y confiabilidad del mismo, con
grandes apagones; también los sindicatos (SUTERM y
SME) se convertirían en "cascarones" sindicales y sus
conquistas contractuales pasarían a ser verdaderas
piezas del museo laboral del país. ¿Es esto lo que
aplaudieron nuestros compañeros en el desayuno de
Coapa?
Por supuesto que no: se aplaudió
que el SME y el FNRCPIE lograron el objetivo de
impedir la privatización del Sector Eléctrico
Nacional. Es un triunfo parcial, lo que sigue es
impedir la "apertura" foxista y su pretensión de
quitar la prohibición constitucional para concesionar
el Sector Eléctrico a los particulares.
Las tareas futuras del SME son:
rechazar la reestructuración FENOSA-LyFC, reforzar la
política de alianzas adhiriéndose al Frente de
Trabajadores de la Energía (FTE), (para lo cual
existe una formal invitación), continuar construyendo
un Proyecto Alternativo con la participación
democrática de todos los trabajadores por centro de
trabajo y con las aportaciones (públicas y privadas)
de los investigadores, académicos y especialistas.
FRATERNALMENTE
"Por el Derecho y la Justicia del
Trabajador"
"Movimiento 27 de Septiembre" del SME
Responsables de la publicación:
Humberto Montes de Oca, José Manuel Pérez Vázquez,
Romeo Maisner Seidel, Humberto Plata Suárez
y César Torroella Labrada.