La Nación mexicana está urgida de democracia, principalmente en los sindicatos. La democracia sindical es fundamental para que haya cambios sociales verdaderos. El sindicalismo mexicano tiene una imagen deplorable porque el "charrismo" ha desnaturalizado a los sindicatos haciendo de éstos un botín y el medio para sojuzgar a los trabajadores. Es, por tanto, necesario recuperar a nuestros sindicatos y hacer de estos un medio para el ejercicio de nuestros derechos laborales, sindicales y políticos. Petroleros, electricistas y nucleares mexicanos llamamos al proletariado mexicano a ser parte activa de este movimiento.

Grande ha sido la lucha histórica del pueblo de México por su independencia y libertad. En el curso de esta lucha, se han logrado importantes conquistas, básicamente el derecho a la propiedad social de los medios fundamentales de producción y recursos naturales, conquistados por la Revolución Mexicana de Villa y Zapata. La lucha de los trabajadores hizo posible la expropiación de la industria petrolera y la nacionalización de la industria eléctrica. Este patrimonio no es propiedad de ningún gobierno en turno, pertenece a la propiedad colectiva de la Nación.

El desarrollo del capitalismo plantea en la nueva situación una ofensiva caracterizada por la intensificación del dominio privado en todas las esferas de la vida social, económica, política y cultural. Con ello, se trata de expropiar totalmente al patrimonio nacional, los recursos naturales de los pueblos y, por supuesto, los productos de la fuerza del trabajo pretendiendo imponer un pensamiento único de conceptos y valores. Sin embargo, están vigentes y presentes las contradicciones fundamentales entre el trabajo y el capital expresadas en la lucha de clases. Los trabajadores tenemos nuestro punto de vista y propuestas.

En México, los últimos 25 años han sido de ofensiva neoliberal y represión, sobre todo los 3 últimos sexenios políticos. El sector estatal de la economía prácticamente ha desaparecido al ser privatizado. Ahora, la política gubernamental basada en los dictados del Banco Mundial y demás organismos internacionales pretende completar la desnacionalización del país por la vía de privatizar a las industrias eléctrica y petrolera, mediante contrareformas constitucionales o al margen de cualquier legalidad.

Los trabajadores mexicanos tenemos el deber de levantar nuestras históricas banderas de lucha. El sindicalismo y la Nación misma se han deteriorado principalmente por culpa de los charros y gobiernos, pero también ha faltado la decisión, movilización y dirección adecuadas y consistentes para rescatar nuestro patrimonio, hacer valer la soberanía nacional y defender nuestros intereses de clase. Hoy, electricistas, petroleros y nucleares constituimos al Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) de México como un frente de clase en lucha por la democracia sindical y en defensa del sector energético nacionalizado. Este Frente será solidario y en la acción desarrollaremos una lucha conjunta, al lado de los demás sectores del pueblo de México. Llamamos a los trabajadores de la energía a sumarse combativamente con esta propuesta defendiendo con honor los intereses de la clase obrera. ¡Unidos Venceremos!