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Volumen 7, Número 93, septiembre 30 de 2007  

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El EPR se reivindica, pero no explica políticamente, los hechos

Privatización militarizada de Pemex



n La inteligencia militar irresponsablemente involucra a los trabajadores petroleros.
n El EPR se atribuye los hechos y reitera la demanda de liberación de los detenidos.
n El Estado maneja políticamente las explosiones, su objetivo es privatizar a Pemex.

Investigan vínculos con el sindicato petrolero

Se publicó que “organos de inteligencia del gobierno federal estiman que al menos tres células del Ejército Popular Revolucionario (EPR), de “alta movilidad”, fueron responsables de las explosiones en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Veracruz y Tlaxcala, e informaron que también se investiga una presunta colaboración de empleados de la paraestatal con el grupo armado, revelaron fuentes de alto nivel (Aranda J., Castillo G., Martínez F., Sánchez M., Chávez M. en La Jornada 12 sep 2007).

De acuerdo con esa información, las secretarías de Marina, Gobernación (mediante el Centro de Investigación y Seguridad Nacional), Defensa Nacional y de Seguridad Pública Federal, así como la Procuraduría General de la República (con los recursos del Centro Nacional de Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia) trabajarán de manera coordinada en la recolección de información y análisis para que, en un “plazo breve”, se ataque a las estructuras del EPR.

En la Secretaría de Gobernación se dio por válida la carta del EPR en la que se adjudica la autoría de las explosiones en gasoductos de Veracruz.

Según la PGR, se consideraba que en los ataques el EPR utilizó nuevamente una mezcla de Anfo, explosivo compuesto por nitrato de amonio y combustible que utiliza como agente el aluminio, el cual se emplea mucho en la minería, y con Semtex, explosivo plástico fabricado en la República Checa.

Se publicó en la prensa que “una vez que el EPR reivindicó la autoría de las explosiones en gasoductos de Pemex, los órganos de inteligencia de las fuerzas armadas investigan la posible colaboración de integrantes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) con los eperristas” (Aranda J., Castillo G., Martínez F., Sánchez M., Chávez M. en La Jornada 12 sep 2007).

Fuentes castrenses confirmaron lo anterior, y agregaron que las circunstancias de las explosiones y el hecho de que tuvieron lugar en instalaciones estratégicas permiten suponer que los integrantes del EPR obtienen información de acceso restringido de la paraestatal.

¿Se trata de nerviosismo de la “inteligencia” o de irresponsabilidad política? Si el grupo que se atribuye los hechos tiene esa capacidad, entonces, debe respetársele; de no ser así, los militares debieran comportarse con decoro.

Tan solo pensar en la colaboración de personal sindicalizado es temerario. No es la primera vez que se busca involucrara al sindicato. Sin embargo, es conocido por las fuentes políticas y militares del gobierno que el sindicato petrolero está a su servicio, es su socio privatizador, hace décadas que el sindicato está corporativizado. Los hechos son elocuentes: los trabajadores petroleros están literalmente secuestrado en su propia organización y centros de trabajo, sujetos a un control administrativo y militar excesivos. Entre los petroleros existe descontento pero la incapacidad de actuar es absoluta.

¿Porqué el Estado insiste en involucrar a los petroleros?

Reivindicación del EPR

Fechado el 11 de septiembre de 2006, el EPR dio a conocer un comunicado que fue publicado por la prensa nacional (en La Jornada 12 sep 2007) señalando lo siguiente:

“Ante la actitud hipócrita y fascista de este gobierno ilegítimo de profundizar la guerra sucia y el terrorismo de Estado como su principal política contra los luchadores sociales, los oponentes políticos y los revolucionarios; ante la creciente escalada de represión contra nuestro pueblo, los luchadores sociales y activistas defensores de los derechos humanos; ante la existencia de presos políticos y de conciencia del país condenados a penas y tratos inhumanos en cárceles de exterminio; ante la práctica fascista de la desaparición forzada de luchadores sociales; ante la pretensión del gobierno calderonista de mantener en calidad de detenidos-desaparecidos a nuestros camaradas Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, damos a conocer que:

“1. Unidades militares pertenecientes a nuestro ejército colocaron 12 cargas explosivas en igual número de ductos de Pemex en los municipios de La Antigua, Úrsulo Galván, Olmeaca, Mendoza y Cumbres de Maltrata, en Veracruz, y en Cuapiaxtla, Tlaxcala, de las cuales la colocada en el oleoducto de 24 pulgadas Nuevo Tepa-Cadereyta (en La Antigua) no se activó. Todas fueron activadas simultáneamente a las 2:00 horas del día 10 del presente mes.

“2. Este accionar político-militar es parte de la campaña nacional para exigir la presentación con vida y libertad de nuestros compañeros detenidos-desaparecidos en la ciudad de Oaxaca desde el 25 de mayo por fuerzas federales.

“3. Dichas acciones fueron preparadas y ejecutas con la finalidad de no causar pérdidas humanas en la población, que es parte de nuestro pueblo.

“Informamos a nuestro pueblo y a los pueblos del mundo:

“1. Que nuestro accionar político-militar no se detendrá hasta que sean presentados con vida y en libertad nuestros compañeros detenidos-desparecidos.
“2. Estamos actuando en el marco de la autodefensa armada ante la guerra sucia que el gobierno de Calderón ha decidido llevar en contra del pueblo mexicano, asumiendo una actitud hipócrita que pretende cotizarse en el extranjero como un gobierno democrático, al tiempo que tiene manchadas las manos de sangre por los delitos de lesa humanidad que se están cometiendo en el país bajo sus órdenes en calidad de jefe supremo de las fuerzas armadas.

“Para nosotros como partido y ejército revolucionario no hay cabida al perdón o al olvido de los crímenes de lesa humanidad sobre la indignidad de traicionar o capitular en aras de prebendas y concesiones políticas.

“A todas las estructuras de partido y ejército, a todos los militantes, simpatizantes y colaboradores les comunicamos que la campaña por la presentación con vida y libertad de nuestros compañeros debe continuar a pesar de la ofensiva de este gobierno en nuestra contra, que pretende aniquilarnos como proyecto revolucionario, por lo que la orden de ejecutar el plan de autodefensa se mantiene vigente.

“Comité Central del Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR).
“Comandancia General del Ejército Popular Revolucionario (CG-EPR).

“República Mexicana, a 11 de septiembre de 2007”.

¿De qué se trata?

Todavía no está claro, hay serias dudas. Mientras tanto, el Estado amenaza al movimiento social en su conjunto, no solamente a los petroleros a quienes mantiene amedrentados por el control férreo del charrismo sindical.

El gobierno federal, con la militarización que lleva a cabo en el país, encubierta con el combate al narcotráfico del cual es partícipe, extiende esa política enviando claros mensajes a la población. Calderón trata de imitar a su Bush en el combate a lo que llaman “terrorismo” y, para ellos, toda protesta social debe ser criminalizada. Las explosiones en Pemex le dan al gobierno un fuerte pretexto habida cuenta que, en el fondo, se trata de imponer la privatización TOTAL de Pemex al precio que sea.

Las explosiones de julio se mantuvieron ocultas varios días, las segundas fueron publicitadas por los propios militares que atribuyeron de inmediato los hechos al EPR. Luego, el propio EPR se atribuyó los hechos con base en una demanda legítima pero insuficiente: la liberación de dos detenidos-desaparecidos.

¿A quién benefician las explosiones? Por ahora al Estado pues resulta que la mayor parte de ductos y poliductos de Pemex tienen 30 años o más, gran parte sin mantenimiento adecuado y, el gobierno lo que pretende es desincorporarlos, es decir, privatizarlos. El manejo de las explosiones, por parte del gobierno, es abiertamente político.

Esta vez, las reacciones en los medios políticos ha sido débil, todos se deslindan de los hechos pero eso no es suficiente. Qué las explosiones fueron hechas con conocimiento de causa es indudable. Pero, ¿quién las realizó? No hay explicación clara para el pueblo, ni por parte del gobierno ni del EPR. Una célula aislada, que toma sus propias decisiones, no explica en términos político-militares el alcance de las acciones. Lo único claro es el terrorismo de Estado, se perfila una situación de miedo, la amenaza es real.

Mientras tanto, la vigilancia militar en los centros de trabajo, petroleros y eléctricos, ha sido reforzada. En las subestaciones del valle de México se presentaron elementos de la inteligencia militar e interrogaron a los trabajadores respecto a ¿qué pasaría? si hubiera un disturbio. ¡Qué casualidad!

Privatización petrolera militarizada

Lo que el gobierno está anunciando es la privatización petrolera militarizada. El gobierno federal sabe que en el país existe un descontento generalizado y que, en diversas partes, aún con muchas dificultades, existen procesos de movilización social que no se reducen a la resistencia obradorista.

Sin embargo, los comunicados del PR están lejos del Manifiesto de Aguas Blancas. Antes se hablaba de la nacionalización de los bancos y los medios, de soberanía, antiimperialismo, desconocimiento de la deuda. Ahora, las demandas programáticas están prácticamente ausentes.

El gobierno de Calderón, a través del presidente del PAN Manuel Espino, lo que hace es auspiciar la provocación involucrando a luchadores sociales, entre ellos, a universitarios distinguidos por sus actividades solidarias. Al mismo tiempo, preventivamente, cerca de los trabajadores especialmente del sector petrolero, para imponer medidas antinacionales.

Los trabajadores mexicanos somos parte de la resistencia nacional al neoliberalismo. Independientemente de los hechos relacionados con las explosiones en los ductos de Pemex, y su (s) probable (s) autoría (s), llamamos a articular la lucha contra la privatización petrolera furtiva, que NO es ningún intento sino que está en marcha desde hace 12 años.



La “pinta” del EPR en los gasoductos


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