energia@fte-energia.org
prensa@fte-energia.org
Volumen 7, Número 92, septiembre 7 de 2007  

Organización obrera afiliada a la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL

Ley Eléctrica FTE Programa Obrero FTE Foros FTE Búsquedas Indice General Sala de Prensa
Descargar/imprimir pdf (78kB)






EL GRUPO SON DEL MAÍZ, DEFIENDE LA SOBERANÍA CULTURAL
DE LOS PUEBLOS MAICEROS




Nezahualcóyotl, Estado de México.— El maíz da alimento, cultura e identidad común a los pueblos de América desde hace miles de años. Hoy, la milagrosa planta da su nombre a un grupo de músicos mexicanos que desde hace cuatro años luchan por un ambicioso proyecto artístico: interpretar con la más alta calidad técnica los ritmos musicales creados por las naciones que pertenecen al área cultural del maíz, desde el sur de Estados Unidos hasta Chile, pasando por Mesoamérica, los Andes, la cuenca del Amazonas, el Caribe latino y Jamaica que produjo el reggae.

¿Por qué entonces sólo se habla de son? Porque el son es la música más popular de América Latina, dice César Hernández, fundador y director de Son del Maíz. “Porque ha sido raíz de otros ritmos y porque de los años 60 al presente, el son se asocia a los movimientos políticos y culturales de mayor contenido popular en nuestro continente; lo mismo en Cuba que en Nicaragua, El Salvador y México”, explicó Hernández, quien también reconoce que el ritmo afroantillano es el que más gusta a los integrantes del grupo.

Son del Maíz nació en 1997 y lo integran 14 músicos aficionados con distintas ocupaciones. Hay químicos, biólogos, arquitectos, maestros, obreros, empleados de servicio, artesanos, estudiantes universitarios y preparatorianos. Sus edades oscilan entre los 20 y 40 años de edad, aunque el más joven, Felipe Hernández, tiene 16. La mayoría son de ascendencia oaxaqueña o guerrerense pero el conjunto nació y se crió en Nezahualcóyotl y Chimalhuacán.

La mitad del grupo se apellida Hernández, como el maestro César y el vocalista Francisco, pero sólo cuatro (Mario, Oscar, Eduardo y Felipe) son hermanos. Su único integrante de sexo femenino es Ana María Avilés, quien toca bongó y es titular del proyecto artístico ante el Programa de Apoyo a Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) del Conaculta, que donó los instrumentos musicales.

La instrumentación de Son del Maíz la componen teclados, bajos, congas, timbales, tres cubano, percusiones menores y vocalistas. Además de son, tocan merengue, salsa, cumbia, samba, reggae y chilenas , música de origen sudamericano con arraigo en el sur de México (Guerrero, Oaxaca y Chiapas) y Centroamérica.

La mayor aspiración de los soneros de Nezahualcóyotl es interpretar con calidad y estilo propio, incluso con creatividad propia (arreglos y composición), todos los ritmos latinoamericanos, incluidos los cantos folklóricos de cada país del área de la “cultura del maíz”, dijo Vicente Gutiérrez.

La orquesta, que se inició con sólo seis elementos dentro del concepto tradicional de una charanga caribeña, como las que tocaban danzón a fines del siglo XIX, ha evolucionado y crecido con el propósito de convertirse más adelante, cuando se profesionalice, en una gran banda al estilo estadunidense que pueda tocar todo tipo de música.

Son del Maíz no tiene filiación política ni partidista, aunque desde su nacimiento participa en rolas de solidaridad con movimientos sociales y políticos como el levantamiento indigenista iniciado en 1994 por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con grupos que exigen solución a denuncias de violación a derechos humanos como la de Aguas Blancas y el esclarecimiento del reciente asesinato de Digna Ochoa o el conflicto social derivado de la expropiación ejidal en San Salvador Atenco. La corriente musical a que pertenece el grupo, revela el maestro César Hernández, procede genéricamente de la música afro-antillana (son, merengue, cumbia) pero específicamente del estilo artístico proyectado en México por el grupo Salario Mínimo que en el CCH-Vallejo de los años 80 siguió la tradición musical del movimiento chileno de los años setenta (Guaraní) e intentó conciliar rock y son como lo hizo también Maldita Vecindad.

También sigue el modelo musical de los sones nicaragüense (Luis Enrique Mejía Godoy), puertorriqueño (Mirividí), la cumbia colombiana y el merengue (República Dominicana). A la fecha maneja tres repertorios: uno con base en el son cubano tradicional; otro con cumbia, son moderno y merengue; y un tercero con música de contenido político dentro de la tradición nicaragüense de Mejía Godoy.

En cuatro años Son del Maíz ha tocado a un impresionante ritmo laboral (para ser aficionados) de dos rolas por semana, es decir unas 450 ocasiones, en plazas públicas, calles, barrios urbanos y ranchos del Valle de México, Morelos, Hidalgo y el Distrito Federal (el proyecto presentado al PACMYC tenía el nombre de Rumba en las calles) y aún en auditorios de mayor exigencia técnico-musical como Radio Educación.

El objetivo artístico más urgente del grupo sonero de Neza, coinciden todos sus integrantes, es mejorar la calidad técnica de sus interpretaciones, pues la mayoría son líricos, esto es, aprendieron por cuenta propia, o tuvieron cursos básicos en talleres y ahora se exigen elevar su nivel musical.

“El objetivo del grupo es elevar la calidad al ciento por ciento, integrar un repertorio propio y ser profesionales. Aunque la gente nos reconozca, podemos mejorar mucho más. Ya hemos alternado con orquestas y bandas reconocidas y no nos hemos quedado atrás. Pero nuestra finalidad es alcanzar el más alto nivel artístico”, dijo César Hernández.

El director de Son del Maíz advirtió, sin embargo, que la eventual profesionalización del grupo nunca les hará perder la premisa con que nació el grupo: contribuir al rescate y difusión de la música latinoamericana para afianzar la defensa de la soberanía cultural de los pueblos del área geográfica del maíz.

Fuente: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, CONACULTA,
en www.cnca.gob.mx/cnca/nuevo/2002/diarias/ene/140102/sonmaiz.htm


Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.


Comentarios: Comisión de Energia Suscripciones: Comisión de Prensa