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Volumen 7, Número 87, mayo 30 de 2007  

Organización obrera afiliada a la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL

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Los charros mineros, charros son...

Venganza y represión de Napo

Represión estilo Napoleón

Un grupo de 48 trabajadores despedidos de la sección 271, de Lázaro Cárdenas-Las Truchas, Michoacán, se instalaron en plantón frente a las oficinas del gobierno estatal. Los metalúrgicos exigían la reinstalación en sus puestos de trabajo y el cese de la represión a que han sido sometidos por el grupo de Napoleón Gómez Urutia, quien se ostenta como secretario general del sindicato minero-metalúrgico.

El 10 de mayo, se acordó levantar el plantón al convenirse con el gobierno local la instalación de una mesa de negociación.

Los trabajadores exhibieron mantas críticas y elocuentes. "Calderón prometiste acabar con la corrupción, el apoyo a Napoleón demuestra que no. Las mafias sindicales deben acabar. ¿Has consultado a los verdaderos mineros de la nación para resolver esta situación? ¿Por qué apoyan a delincuentes disfrazados de líderes sindicales como Napo y su gente?" (Pérez M., Flores G., en La Jornada 11 may 2007). "Lozano y Calderón negociaron con Urrutia la toma de nota para sacar las reformas estructurales. Sindicatos democráticos, gracias al apoyo que ustedes dan a Urrutia, nosotros estamos sin trabajo. Les va a salir cara la alianza, las luchas sindicales son para defender conquistas laborales no para defender líderes corruptos y ladrones como Napito".

Se había dicho que los trabajadores que protestaban lo hacían manejados por Elías Morales. Esta vez, ellos mismos aclararon la situación. "No somos gente de Elías, cuando él apareció vimos la oportunidad de luchar por la democratización de la sección porque Gómez Urrutia nos había quitado la libertad de expresión, amenazaba y reprimía. Ahora que la autoridad laboral lo volvió a reconocer como dirigente sindical, nuevamente hay amenazas en contra de los trabajadores que luchan por la democracia y autonomía sindical".

Los compañeros se refirieron también al ambiente, común desde hace 50 (cincuenta) años, que existe al interior del sindicato minero charrificado. "Nuestras casas han sido baleadas, nuestras propiedades quemadas y hay amenazas de muerte si volvemos a la ciudad de Lázaro Cárdenas".

La venganza de Napito

El 12 de mayo fue denunciado que, desde que Napo fue “reinstalado” por el gobierno de Calderón al frente del sindicato minero-metalúrgico, se desató la represión interna para 920 trabajadores de la oposición. Se trata de una típica “purga” para despedirlos del trabajo por haber apoyado a Elías Morales, también impuesto en su momento por el gobierno.

Para los afectados se ha entrado de lleno en una etapa de "terrorismo sindical" que busca "aniquilar" cualquier tipo de disentimiento en las mineras Mittal Steel, AHMSA, DeAcero, Peñoles y Grupo México” (Gómez C., en La Jornada 13 mayo 2007), declararon los afectados.

Carlos Pavón, quien liderea al grupo afín a Napoleón en ausencia de éste, desestimó la acusación y manifestó que quienes no estén a gusto con la dirigencia de Gómez Urrutia "que se vayan" (sic). Agregó que los inconformes estaban “pagados” por el Grupo México.

Parece que la situación es más crítica. Benito Elizalde, asesor de los inconformes y quien fue “brazo derecho” de Napoleón padre declaró que “el sindicato ha enviado cartas a las empresas "exigiendo que apliquen el artículo 128" a trabajadores cuyos nombres se citan en las misivas, dando en algunos casos sólo "24 horas" para cumplir dicho exhorto”. Elizalde sabe bien de que se trata, él hizo exactamente lo mismo junto con Napoleón Gómez Sada para desarticular a cualquier oposición. La “cláusula de exclusión” en manos de los charros siempre ha sido el arma favorita para reprimir a quien quieren.

A los que ajustician los charros les llaman "desertores". Esos trabajadores, contrariamente a lo declarado por los afines a Napo, exhibieron los documentos que la cúpula del sindicato había enviado a Industrial Minera México, “en los que se solicita la aplicación de la citada cláusula a grupos de trabajadores en Taxco, Guerrero y Sombrerete, Zacatecas. En los escritos también se deja en claro a las empresas que si no se cumple con la petición lo antes posible "pueden desencadenarse hechos violentos que lamentar" (sic).

Choque frontal de charros y patrones

El 13 de mayo, en Jalisco, Napoleón presentó ante la Procuraduría de Justicia del Estado una demanda penal “por difamación y calumnia al presidente del consejo de administración de Grupo Minero México, Germán Larrea Mota Velasco”. Esto se deriva de la campaña televisiva que, en horario triple A, exhibe a Napo como “ratero” y defraudador de los mineros.

El 24 de mayo, en la ciudad de México, el grupo afín a Napoleón en representación oficial del sindicato realizó una marcha de las instalaciones sindicales a las oficinas del Grupo México. Las demandas fueron varias, entre otras, “que ya no se entrometa en la vida sindical y pare la campaña mediática contra su organización y su secretario general Napoleón Gómez Urrutia”. También exigieron “castigo penal contra el dueño de este consorcio, Germán Larrea Mota, por la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos”.

Urge una alternativa democrática

Lo anterior es apenas una muestra del proceder de los llamados “líderes charros”.

Urge que los mineros y metalúrgicos del país reflexiones seriamente sobre la situación y, aún en adversas condiciones, proyecten una alternativa democrática. Hoy, la respuesta combativa de las bases es necesaria. Los charros defienden intereses particulares, se escudan en la “autonomía sindical” para resolver problemas entre mafias.

Al momento, con el apoyo del gobierno de la ultraderecha, el grupo de Napoleón se ha vuelto a apoderar del sindicato, contratos colectivos y cuotas sindicales en total impunidad.

Para los trabajadores hay pérdidas porque, en varias secciones han ocurrido despidos en masa. En el sindicato minero no procede de acuerdo a la voluntad mayoritaria libremente expresada, sino mediante la manipulación, la represión y el terror.

Es ya medio siglo de arbitrariedad del charrismo. Esta vez, la situación se ha polarizado por los malos manejos económicos de Napoleón enfrentado por razones poco claras con el corporativo transnacional del Grupo Industrial Minera México, con el cual mantenía tradicionales relaciones de complicidad. Parece que la deslealtad entre mafias ha producido esta crisis que aparenta ser obrero-patronal pero tiene mayor fondo.

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Marcha de trabajadores mineros en protesta por la impunidad de que goza el dueño de Industrial Minera México, Germán Larrea Foto: María Meléndrez Parada, en ww.jornada.unam.mx

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