energia@fte-energia.org
prensa@fte-energia.org
Volumen 7, Número 84, febrero 27 de 2007  

Organización obrera afiliada a la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL

Descargar/imprimir pdf (90kB)

Demostración del descontento social en México

Marcha del 31 de enero


Ü Miles de trabajadores se manifestaron contra la política seguida por el gobierno.
Ü Un nuevo “pacto social” y la “reforma el Estado” fue la propuesta de las cúpulas.
Ü López Obrador fue el único que propuso un aumento salarial de emergencia.

Respuesta al tortillazo del gobierno

Se calcularon miles de participantes y más de 100 organizaciones diversas que confluimos en el Zócalo de la capital mexicana la tarde del 31 de enero de 2007. Marcha por la soberanía alimentaria, la defensa del salario y el empleo, se denominó a la acción. Se dijo que el Zócalo se llenó dos veces y allí se leyó la llamada Declaración del Zócalo.

En esa “declaración” se propuso un ''nuevo pacto social'', que modifique la política económica, asegure alimentación, el empleo, la soberanía sobre los bienes nacionales y frene la exclusión y represión. La “declaración” fue leída por la comunicóloga Verónica Velasco.

¿De qué pacto social se trata? ¿A quien se propone ese pacto? ¿Con quién se firmaría? En el cabildeo previo se dijo que nadie debía sobresalir, qué debía haber solo un orador y que éste fuera externo a los participantes (sic). No era tal. El documento lo pudo haber leído cualquiera, el problema está en lo escrito. El documento de marras expresa la política de Hernández Juárez (HJ) y demás charros de la UNT.

La idea del “pacto” es un remedo de las prácticas de Fidel Velásquez hace ya algunas décadas. En su tiempo, Velásquez pactaba con los gobiernos en turno para que siguieran sometiendo a los trabajadores. ¡Eso es lo mismo que propone HJ con otro pacto!

Evidentemente, la intención política es mediatizar la protesta y, en su caso, aprovecharla para lograr posiciones contrarias al interés obrero. La marcha del 31 reveló un amplio descontento que, sin embargo, fue aprovechada por las cúpulas para limarle el filo a las masas.

En la “Declaración” se afirma que “La reforma social y democrática del Estado es hoy, más que nunca, una tarea fundamental. Para alcanzarla se requiere de un nuevo pacto social incluyente”. Obviamente, esa “reforma del Estado” no es propuesta de los trabajadores sino de las cúpulas políticas uncidas al mismo Estado; tampoco es la “tarea fundamental” de los mexicanos.

La marcha de los sindicatos

El 31 de enero no hubo una sino dos marchas. La primera estuvo integrada básicamente por organizaciones sindicales. Del Monumento a la Revolución salieron los contingentes del Frente Sindical Mexicano (FSM), encabezados por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Como en otras ocasiones, los electricistas del SME integraron al contingente mayoritario.

El contingente de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) no marchó, prefirió llegar directamente al Zócalo. Durante días y días, la UNT había estado declarando y llamando a la marcha y, a la mera hora, no marchó. Llegar “directamente” al Zócalo es más cómodo porque así no es necesario movilizar a los trabajadores. Así ocurrió. Los contingentes del seguro social, telefonistas, pilotos, tranviarios y universitarios estuvieron presentes pero muy reducidos, algunos ni se vieron.

Del monumento a la Independencia, partieron contingentes del Congreso Agrario Permanente (CAP) y de la Confederación Nacional Campesina (CNC), ésta última afiliada al PRI y firmante del “pacto” con Calderón para aumentar el precio de la tortilla. Más adelante, en la glorieta a Colón se incorporó la Alianza Ciudadana por la Democracia.

El mitin en el Zócalo se inició a las 5 de la tarde y a las 6 había terminado para dar paso al acto que encabezaría AMLO.

La marcha de López Obrador

Saliendo del monumento a la Independencia, se realizó una segunda marcha encabezada por AMLO, llamado “presidente legítimo”. Organizaciones como la Asamblea de Barrios, comerciantes, colonos y ciudadanos a título personal marcharon hacia el Zócalo, detrás de la primera marcha.

Cuando AMLO llegó al mitin ya lo esperaba la cúpula del Frente Amplio progresista (FAP). La marcha obradorista reunió a un importante número de manifestantes. Entre sus filas hay contingentes dispuestos a la lucha social, más allá de los procesos electorales. Falta la organización social correspondiente, relegada al último plano. No obstante, la participación de las bases del PRD, al lado de las organizaciones sindicales, es importante.

Marchas en el interior del país

En varios estados también se realizaron marchas de protesta por aumento salarial, generación de empleos, defensa del agro, la no militarización del país, así como la libertad de presos políticos, y expresaron su rechazo a los aumentos en carne, tortillas, maíz, leche y azúcar, y en los servicios de educación, electricidad, agua y transporte.

Las principales marchas se realizaron en Morelia, Chilpancingo, Monterrey, Tepic, Coatzacoalcos, Culiacán y Mazatlán.

El primer mitin

En la “Declaración del Zócalo”, del primer mitin realizado en la capital, se hizo un llamado a todas las organizaciones del país a ''construir la amplia unidad social'' y establece que en el ''nuevo pacto social'' se tiene que hacer del campo la prioridad; revertir la destrucción de los pequeños y medianos productores; actualizar el Acuerdo Nacional para el Campo; renegociar el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; crear un programa emergente de fomento a la producción; frenar el aumento en los precios; castigar a los acaparadores; pactar un aumento salarial de emergencia; impulsar la generación inmediata de empleos formales, y detener la respuesta represiva a los movimientos sociales.

En suma, se retoman demandas sentidas por varios sectores, se adicionan otras generalidades y lugares comunes pero, todo se canaliza a través del gobierno. La sumisión es obvia. Tan así que, el propio Calderón respondió de inmediato expresando su disposición al “pacto” y, antes de terminar la marcha, ya había girado "instrucciones precisas" a los secretarios de Economía, Agricultura y Trabajo para atender en forma "expedita, sensible y respetuosa" el "nuevo llamado al diálogo" que formularon organizaciones sindicales, campesinas y sociales durante la manifestación contra la carestía.

Antes de redactar el documento, había evidente cabildeo con las cúpulas charras. Valdemar Gutiérrez, “líder” del seguro social, que se impuso violentamente en un congreso espurio, planteó que si el gobierno no atiende las demandas sociales podría haber “estallidos sociales” (sic). Hernández Juárez dijo que Calderón tendrá que “ser sensible” a los planteamientos, de lo contrario se generaría un descontento nacional. Y así, sucesivamente, se expresaron otros.

En la “Declaración”, los promotores ignoraron (deliberadamente) que es al menos ilusorio proponerle un “pacto” a los mismos que están aplicando a la ofensiva las recetas neoliberales que tanto afectan a los trabajadores y a la población en general.

La “Declaración” fue firmada por el Consejo Nacional de Organizaciones Rurales y Pesqueras (Conaorp), Frente Sindical Mexicano (FSM), Coalición Ciudadana Nacional (CCN), Consejo Agrario Permanente (CAP), Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (Conoc) y el Frente Amplio Progresista (FAP), a nombre de los convocantes.

El segundo mitin

A pesar de que muchos manifestantes se habían retirado, muchos otros se esperaron al mitin con López Obrador. Este, hizo un llamado a la movilización popular pacífica, “ante el embate de 24 años de políticas neoliberales y, en particular, para contrarrestar las recientes medidas tomadas por el gobierno "usurpador" de Felipe Calderón.

Ante miles de seguidores, AMLO propuso un plan de cinco untos que incluyen, “Aumento salarial de emergencia; programa de apoyo a los productores de alimentos básicos; impedir la entrada en vigor el año próximo de la cláusula del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que permite la libre importación de maíz; subsidio urgente para reducir el precio de la tortilla, y aprobar de inmediato la ley sobre precios competitivos, presentada por el PRD en la Cámara de Senadores”.

AMLO se mostró más combativo que las cúpulas sindicales, y que el propio FAP, pero siempre en un tono conciliador. Como acción inmediata, llamó a participar en la convención nacional democrática a realizarse del 21 al 24 de marzo. Correctamente, AMLO planteó que es urgente un aumento salarial, porque en sólo dos meses del gobierno "usurpador, espurio", el minisalario amentó un peso con 90 centavos al día, es decir, un "raquítico" 3.9 por ciento, mientras los precios de la mayoría de los productos básicos se han incrementado 26 por ciento. Todo, sin embargo, lo dejó en manos de la fracción parlamentaria del PRD, lo cual conduce a la nada.

El aumento salarial de emergencia OLVIDADO

Ni siquiera se planteó, era parte del cabildeo entre cúpulas. Fue López Obrador quien hizo el planteamiento, no así los “líderes” sindicales.

El 2 de febrero, presente en un acto conmemorativo del 40 aniversario del sindicato nacional de trabajadores del Instituto Mexicano del Petróleo, el secretario del trabajo de Calderón aprovechó para enviar a los sindicatos un claro mensaje, para el caso en que se atrevieran a pedir aumento salarial de emergencia. Dijo, sencillamente, ¡No! Lo mismo dijo Eduardo Sojo desde Guanajuato. Como si se hubiera atendido el llamado, tal petición no fue formulada en el mitin de los sindicatos.


El FTE presente en la marcha del 31 de enero de 2007

Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.


Comentarios: Comisión de Energia Suscripciones: Comisión de Prensa