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Volumen 6, Número 78, agosto 27 de 2006

La “modernización” la pagarán los trabajadores

Despidos y jubilaciones en Pemex

Sobran trabajadores petroleros y hay que despedirlos. Hay muchos jubilados jóvenes, deben cancelarse las jubilaciones. Para modernizarse, Pemex propone reducir la plantilla laboral y crear un nuevo sistema de pensiones pagado por los propios trabajadores. A cambio, los charros sindicales aumentarían su ilícito enriquecimiento al aumentar su participación como contratistas. Empresa y sindicato realizan pláticas tendientes a modificar el Contrato Colectivo de Trabajo. Los planes están muy avanzados.

Sucias negociaciones para eliminar petroleros

Desde hace un año, la administración de Petróleos Mexicanos (Pemex) y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) han venido realizando pláticas tendientes al ajuste de la plantilla laboral, de acuerdo al plan aprobado en 2004 por el Consejo de Administración de Pemex.

El 7 de agosto anterior se anunció en la prensa nacional (El Universal) que Pemex y el sindicato preparan ya los cambios al Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) para acordar la flexibilidad laboral en el marco de la propuesta foxista para imponer la llamada reforma laboral neoliberal. Esta propuesta no ha sido aprobada legalmente, sin embargo, el gobierno ha seguido la vía de los hechos mediante pactos con los charros sindicales.

La flexibilidad laboral en Pemex consiste en definir rígidos procedimientos para el ingreso de trabajadores e introducir mecanismos de competencia, evaluación periódica y planes de carrera para los trabajadores sindicalizados y de confianza. A cambio de las modificaciones contractuales, los charros sindicales tendrán más participación como contratistas de Pemex.

Reforma laboral neoliberal en los hechos

Modernización laboral le llaman a estas medidas consistentes en el despido masivo de petroleros. El reajuste se iniciaría en Pemex-Refinación, afectando a los trabajadores que laboran en las refinerías de Cadereyta, Ciudad Madero, Minatitlán, Salamanca, Salina Cruz y Tula. Según Pemex, actualmente laboran 145 mil 427 trabajadores, de los cuales, 126 mil 521 son plazas de base y el resto son temporales. En Pemex Exploración laboran 49 mil 494 trabajadores y, en Pemex Refinación, 49 mil 130 trabajadores.

Pemex Refinación, precisamente, ha señalado "la necesidad de modernizar las relaciones laborales entre empresa y sindicato, incorporando la representación sindical a la visión de negocio en áreas de oportunidad que tienen un valor de mil 100 millones de pesos anuales". Esto significa que Pemex, al prescindir de sus trabajadores, dejaría de realizar las actividades de mantenimiento mismas que ahora realizarían los charros sindicales en su carácter de contratistas. Para ello, los charros, constituidos como empresarios contratarán trabajadores asumiendo el papel de patrones. Esos trabajadores, por supuesto, estarán sujetos a condiciones laborales infames.

El plan incluye también a las áreas de almacenamiento y distribución, ductos y terminales marinas, así como las actividades realizadas con buques, remolcadores y lanchas. Tan solo por realizar actividades para el mantenimiento de las instalaciones, los charros aumentarán su ilegítimo enriquecimiento en más de 1 mil millones de pesos anuales. No es cualquier cosa.

Proyectos para eliminar jubilados jóvenes

Respecto al pasivo laboral, se ha informado que éste asciende a 347 mil millones de pesos. Para “sanear” este problema, la administración de Pemex ha propuesto dos planes, uno llamado “La transición gradual a la jubilación” y, otro, denominado “Sistema Mixto de Tres Pilares”.

En 2004, había 67 mil 640 jubilados en Pemex (en www.energiaadebate.com.mx) y se estima que la antigüedad laboral promedio de los trabajadores al momento de la jubilación es de 23.5 años con una edad promedio de 56.9 años. Se argumenta por la empresa que las jubilaciones se han desvirtuado. Pero, ¿quienes autorizaron esas jubilaciones tempranas? y ¿por qué?

De acuerdo al primer plan, la edad para la jubilación sería de 69 años. Para aplicar el nuevo sistema, el actual deberá “cerrarse”, esto es, no debe haber más jubilaciones. Para incentivar este plan se propone implantar programas de capacitación y servicios de medicina ocupacional (sic).

El segundo plan pretende proporcionar vialidad económica al nuevo esquema de pensiones. Para ello, se separarían los fondos, uno actualmente existente mismo que sería cerrado al suspenderse las jubilaciones y, otro, constituido a partir de cero con las aportaciones al Sistema para el Ahorro del Retiro (SAR-92) más las aportaciones adicionales voluntarias de los trabajadores.

El avance de estos proyectos está muy adelantado y los asesores lo consideran “urgente” y muy bondadoso.

Charro, gobierno y patrón son el mismo bribón

En Pemex, los charros sindicales y administración burocrática en turno hacen omisión de las causas que originan el desbarajuste interno. NO fueron, NO son los trabajadores los únicos culpables. Los principales (i)responsables del desastre financiero en Pemex son, precisamente, los charros sindicales, las burocracias y gobiernos en turno. Hace décadas que impunemente se destruye a Pemex y el problema principal NO son ni los trabajadores activos ni los jubilados. Este sería, en todo caso, un problema menor.

La destrucción de Pemex está basada en la imposición de una política petrolera ERRÓNEA. La persistente política de extracción IRRACIONAL de petróleo crudo, y su consecuente exportación, cada día hace mayores estragos dañando no solamente a la empresa sino a la Nación.

No es el pasivo laboral el causante de todos los males, es la corrupción generalizada de charros, administración y gobierno, es el saqueo diario de petróleo crudo, el cáncer del contratismo y la intervención inconstitucional de más de 300 transnacionales que ejecutan funciones operativas estratégicas así como de planeación en Pemex.

Los problemas de Pemex no son meramente administrativos, ni siquiera financieros, sino de POLITICA. La industria petrolera nacionalizada recibe, día a día, cuantiosos recursos en dólares mismos que NUNCA han servido para el desarrollo nacional ni para ampliar sus planes de expansión. Esos recursos han sido solamente para alimentar la corrupción a todos los niveles. En estos momentos, con la elevación de los petroprecios las divisas obtenidas se han más que duplicado pero la Nación no ha recibido siquiera información.

Lo más grave es que, con esta política petrolera proimperialista, el trío Los Bribones (charros, patrones y gobierno) siguen dilapidando la riqueza nacional que constituye un patrimonio colectivo social de la Nación. Las reservas probadas de petróleo crudo siguen a la baja en un alarmante declive. Nuevos descubrimientos NO los hay. Ese despilfarro es más cuantioso y grave que cualquier pasivo laboral o salarial de los petroleros activos.

Es necesaria la voz y acción de los trabajadores

Lo que está en peligro no son solo las 30 mil plazas ni las jubilaciones actuales, sino la industria petrolera nacional misma. Frente a esos avanzados planes solamente hay un antídoto: la lucha decidida y organizada de los petroleros en todo el país. Sin la acción de los trabajadores petroleros no solamente no es posible enfrentar la agresión laboral, sino que, no será posible la existencia de la industria petrolera nacional misma.

La responsabilidad que tienen los petroleros mexicanos está fuera de duda. Por temor, apatía, conformismos e, incluso, fenómenos de corrupción es que el charrismo se ha entronizado destruyendo al propio sindicato. Ya es la hora de que los trabajadores tomemos en nuestras manos a nuestra propia organización sindical. No es necesario esperar a que una nueva traición se consume ni es necesario aumentar el número de demandas jurídicas.

Hacia el fin de año, corresponde realizar elecciones en todo el sindicato. Desde ahora mismo, es conveniente estructurar las correspondientes Planillas Democráticas en las 36 secciones sindicales y prepararse para disputarle el poder sindical a los charros. Estos, seguramente, volverán maniobrar, harán uso de sus grupos de choque, impedirán las asambleas e incurrirán en flagrantes fraudes electorales. Sin embargo, en plan de lucha, es pertinente desafiarlos y desarrollar la movilización desde ahora mismo. Reuniones, volantes, entrevistas con la prensa, construcción de organización, búsqueda de solidaridad, en una palabra, ACCION es lo que se requiere. Tres banderas deben enmarcar la lucha: 1- NO privatización de Pemex, 2- Democracia sindical, 3- Respeto a los derechos obreros.

La lucha de los petroleros NO es ajena a otras luchas obreras ni a las demás luchas sociales. En el curso de la movilización es preciso integrarse a los contingentes del pueblo mexicano en lucha levantando juntos las mismas banderas de lucha. ¡Unidos Venceremos!


Petroleros mexicanos en el Zócalo de la Ciudad de México, 1938. Los trabajadores petroleros formaron un importante sindicato nacional de industria, el STPRM. Hoy, 71 años después, el sindicato ha sido desnaturalizado por el charrismo. En aquella ocasión, los petroleros en lucha potenciaron la expropiación de la industria petrolera y, más aún, construyeron a la industria de vanguardia en su tiempo. Hoy, Petróleos Mexicanos (PeMex) parece Petróleos de los United States (PeUSA), sometido a una creciente privatización furtiva. Ya es la hora de rescatar a Pemex de las corporaciones transnacionales; también es hora de rescatar democráticamente al sindicato petrolero.

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