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Volumen 6, Número 74, abril 20 de 2006

2006, 100 años de la Huelga minera de Cananea (México)

Preludio de la huelga
de Cananea

Los magonistas se repliegan a Canadá y siguen elaborando el programa del partido.
La indignación obrera en Cananea aumentaba; patrones y gobierno deciden reducir el salario.
En secreto, los clubes liberales y militantes del PLM analizaban la situación minera.
Las condiciones eran propicias para la explosión, los magonistas lo comprendían.



A partir de marzo de 1906, Ricardo y Enrique Flores Magón junto con Juan Sarabia, ocupados en la elaboración del programa del Partido Liberal Mexicano (PLM), sufrieron una feroz persecución por parte de los agentes de la Pinkerton y los espías de Porfirio Díaz. Cuando estalló la huelga de Cananea ellos se encontraban en Montreal, Canadá. Este hecho (y otros muchos) han hecho que algunos historiadores (extranjeros sobre todo), afanados en reescribir la historia según la visión del vencedor, minimicen las influencia de las ideas magonistas en el conflicto. En contrapartida, Ethel Duffy, quien fuera esposa de John Kenneth Turner, se unió a la lucha del PLM en EU (redactando en una época la sección en inglés de Regeneración). En su libro, sobre Ricardo Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano, rescata parte del contexto de aquella época.

CAPITULO V
HACIA LA REVOLUCION [*]

Ricardo Flores Magón, Enrique Flores Magón y Juan Sarabia se dirigen a Canadá. Villarreal, Rivera y Manuel Sarabia editan Regeneración. Persecución por espías en Canadá. Se publica el manifiesto del Partido Liberal. La Huelga de Cananea. Se lanza el Programa del Partido Liberal. Los jefes de la Junta se dirigen a El Paso, Texas, a fin de prepararse para la revolución. Librado Rivera continúa publicando Regeneración en St. Louis. Missouri.

La vigilancia de los espías había sido tan perjudicial para su trabajo que el 16 de marzo de 1906, Ricardo Flores Magón, Enrique Flores Magón y Juan Sarabia partieron de St. Louis, Mo., al Canadá. Su preocupación inmediata era el manifiesto del Partido Liberal.

Este programa y la declaración de principios se habían discutido durante algún tiempo, y parte del documento ya se había escrito antes que salieran de St. Louis, Mo., pues Antonio I. Villarreal ha manifestado que escribió las partes correspondientes a educación y al agrarismo. Villarreal, Rivera y Manuel Sarabia quedaron encargados de la publicación de Regeneración y el periódico continuó publicándose.




John y Ethel Duffy Turner FOTO:www.antorcha.net


En su viaje al norte, surgió la esperanza en los corazones de los dirigentes del Partido Liberal, ya que el Canadá, como miembro de la Comunidad Británica de Naciones, reflejaba el orgullo británico de mantener las libertades civiles, aunque los irlandeses y los nativos que eran subyugados en las colonias, naturalmente, no se les permitía gozar de esas libertades.

Nuestros hombres primeramente fueron a Toronto, Ontario, donde se mantuvieron con trabajos esporádicos y al mismo tiempo continuaban elaborando el manifiesto. Pero pronto supieron que los sabuesos de Pinkerton así como los espías de Porfirio Díaz les seguían la pista, conocían donde se alojaban y el trabajo que hacían. Se transladaron de casa y cambiaron de trabajo; los espías los siguieron. Intempestivamente se fueron a Montreal, Quebec, pero los espías les siguieron el rastro. Ya no podían ir más lejos por falta de dinero; de cualquier manera, ¿de qué les serviría? Así es que, a pesar de la constante amenaza, se establecieron para terminar el programa del Partido Liberal. Se encontraban en Montreal cuando estalló la huelga de Cananea, Sonora.

Cananea era uno de los centros mineros más importantes de México. Las ricas minas de cobre eran propiedad de un coronel norteamericano cuyo nombre era William C. Greene, y quien había comprado enormes extensiones de tierra a muy bajo precio, debido a sus relaciones con Porfirio Díaz. Sus propiedades denominadas la Cananea Consolidated Copper Company, se cotizaban muy alto en la bolsa de valores, a la par de los de Guggenheim y otros magnates del cobre. Greene mantenía muy buena amistad con Ramón Corral y con el Gobernador lzábal de Sonora. Esta cadena de influencias conducía directamente a Porfirio Díaz.

Este imperioso plutócrata del cobre gobernaba como un señor feudal en Cananea. El Cónsul norteamericano, en ese lugar, apellidado Galbraith, estaba sometido a sus órdenes. En aquella época, de los mineros empleados en las minas de Cananea 6,000 eran mexicanos y 600 norteamericanos. El promedio del jornal diario que se les pagaba a los mineros mexicanos era de tres pesos, mientras que por el mismo trabajo realizado, los mineros norteamericanos percibían de cinco a seis pesos diarios, y si los mexicanos trabajaban de diez a doce horas diarias, los norteamericanos sólo trabajaban siete u ocho horas al día. Debido a esta descarada discriminación racial, que se reflejaba en los salarios y en la jornada, los obreros mexicanos se indignaban cada vez más y empezaron a considerar la necesidad de reivindicar una jornada de ocho horas con un salario de cinco pesos diarios. Algunos miembros de la Western Federation of Miners de los Estados Unidos, quienes veían con simpatía su movimiento y que a la vez habían adquirido cierta experiencia para la lucha organizada de los obreros, debido a su participación en la gran huelga de Colorado, prestáronles su concurso.

La Junta del Partido Liberal se daba perfecta cuenta de la situación prevaleciente en Cananea y de lo que significaba para el movimiento revolucionario. El 16 de enero de 1906, fué organizado, en la casa de Cosme Aldana, el club liberal llamado La Unión Liberal Humanidad, y electos respectivamente para presidente, vice-presidente y secretario a Manuel M. Diéguez, quien tenía experiencia sindical adquirida en los Estados Unidos; Francisco M. Ibarra, un comerciante de ideas liberales; y Esteban B. Calderón. La mayoría de los miembros eran obreros, a excepción de unos pocos oficinistas. El Club llegó a tener, a lo más, 26 miembros y solamente se admitían aquellos en que se podía confiar completamente; se reunían secretamente como lo hacían casi todos los clubes liberales de ese tiempo. Ricardo Flores Magón mantuvo correspondencia con los dirigentes y Regeneración, que era contrabandeada a través de la frontera, les llegaba y era estudiado cuidadosamente por ellos.

Aún antes de que fuera organizado el club Humanidad, Esteban B. Calderón y otros ya actuaban a nombre de la Junta, de tal manera que cuando Ricardo Flores Magón, Enrique Flores Magón y Juan Sarabia fueron aprehendidos, nada raro fué que Calderón buscara urgentemente el respaldo de los mineros, en favor de los liberales encarcelados.

Lázaro Gutiérrez de Lara, quien practicaba leyes en Cananea y quien además era un apasionado socialista, organizó en las colonias llamadas El Ronquillo y La Mesa Grande, un nuevo grupo clandestino denominado Club Liberal de Cananea. El y este nuevo grupo trabajaron con la Junta Patriótica, al frente de la cual se encontraba Manuel M. Diéguez, ayudado con mucho entusiasmo por Esteban B. Calderón, para organizar la celebración del 5 de mayo; fiesta que ofreció una oportunidad para reunir a los obreros.

En estos dos clubes liberales no solamente se empezaba a formar el núcleo dirigente para la lucha económica, sino también para la revolución. El plan, aparentemente, se había concebido para que las dos fases de la lucha coincidieran, pero los acontecimientos se sucedieron tan rápidamente, que fué imposible realizarlo tal como se había pensado.

Se han dado muchas razones para explicar el origen de la huelga de Cananea, pero al final de cuentas, todas llegan a la conclusión de que era un problema de jornadas y de salarios, más la protesta en contra de ciertas condiciones intolerables que imperaban. En mayo, el Gobernador Izábal de Sonora tuvo una conferencia con el coronel Greene y llegaron al acuerdo de que la Compañía Cananea Consolidated Copper debería rebajar cincuenta centavos a los salarios de los mineros mexicanos porque, en primer lugar, estaban muy inquietos y listos para provocar dificultades, y en segundo lugar, porque los braceros agrícolas abandonaban el campo para ir a las minas en busca de mejores jornales y era necesario tomar esa medida para evitarlo. En otras palabras, en lugar de mejorar los sueldos de los trabajadores agrícolas había que reducir los salarios de los mineros.



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Planta de la Consolidated Cooper Company
of Cananea, 1906

Mina de Cananea a cielo abierto del Grupo Minero
México, 2006


[*] Tomado del libro Ricardo Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano (Ethel Duffy Turner, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. México, 2003, Colección Visiones Ajenas).
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