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Organización obrera afiliada a la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL

Volumen 6, Número 73, marzo 20 de 2006

15 CONGRESO SINDICAL MUNDIAL, La Habana, Cuba, 2005.

II. Informe de Zharikov

Segunda parte

Convenios y promesas incumplidas

El compañero Zharikov, en su informe, señaló que preocupa enormemente que hasta la fecha la sede de las mayores trasnacionales del mundo --los Estados Unidos--, tenga la menor cifra de certificaciones de la OIT en el mundo y que, hasta la fecha, no haya ratificado los convenios básicos sobre Libertad de asociación y de Contratación colectiva. Asimismo, la tasa de sindicalización en los Estados Unidos ha disminuido drásticamente. Por otro lado, Estados Unidos son un país donde los sindicatos no cumplen sus funciones y, esta tendencia, se ha acentuado después de la mundialización.

Esto es significativo porque las empresas trasnacionales dicen que los convenios de la OIT deben ser flexibilizados. Incluso utilizan a la OIT para desde allí acusar al movimiento sindicalista de algunos países de violar supuestamente los mismos convenios. Ataques de esta índole en contra de Cuba, China, Venezuela, Sudan y otros países se han rechazado por ser una burda continuación de la política de Guerra Fría.

La OIT misma se considera una organización laboral pero carece de una verdadera representación mundial de los trabajadores. Esta debilidad debe ser superada mediante los esfuerzos colectivos de todos los interesados. En este sentido la FSM lamenta profundamente que en las elecciones al órgano rector de la OIT, los representantes de la Federación de Sindicatos de toda China --la mayor organización sindical de todo el mundo--, así como los representantes de otros movimientos, no hubiesen sido electos. Esta discriminación restó representatividad a la OIT y debilita a la propia organización.

Por lo anterior, coincidimos con la posición de la delegación sindical china en el sentido de que el resultado final de las elecciones de la OIT demostró que se siguen aplicando las políticas de enfrentamiento de la Guerra Fría y que se manipularon las elecciones injusta y antidemocráticamente.

Se hace necesario entonces analizar cuidadosamente todos estos aspectos al seno del movimiento sindical mundial y que éste rechace toda discriminación y formas de imperialismo.

En la Conferencia Internacional del Trabajo, así como en otras reuniones importantes, la FSM ha reiterado su solicitud de que la OIT insista en la aplicación y cumplimiento plenos de sus convenios básicos, particularmente el número 87 y el 98. La FSM exigió que los estados miembros presenten leyes para asegurar que los informes de trabajo detallen la forma en que aplican dichos convenios y que mencionen específicamente lo referente a los acuerdos de negociación colectiva suscritos con los sindicatos, así como los nombres de dichos sindicatos. La OIT y los gobiernos mismos deben publicar informes periódicos sobre el avance del derecho de asociación bajo el convenio 87 de ese organismo.

Crisis del movimiento sindical y respuesta de los trabajadores

Lo anterior tiene que ver con la crisis sindical a nivel mundial. Se reconoce, por ejemplo, que incluso en muchos países industrializados los sindicatos enfrentan múltiples dificultades y, sobretodo, insistió Zharikov, la disminución del número de sus afiliados principalmente en el sector privado. Ello refleja la magnitud de los ataques que se han lanzado en contra de los derechos sindicales. De ahí que se considere vital lograr el reconocimiento del derecho fundamental a organizarse. El derecho de asociación, no sólo no se reconoce actualmente, sino que deliberadamente se ataca por las fuerzas reaccionarias.

Muchos sindicatos realizan esfuerzos a fin de promover campañas de organización sindical en las condiciones actuales de la economía mundial. Esta experiencia es positiva y es de aplicación universal, sin embargo, ante las nuevas condiciones de la mundialización deberíamos analizar y sugerir instrumentos adicionales, a fin de crear las condiciones que permitan una aplicación más efectiva de los convenios actuales de la OIT.

Por otra parte, la situación en los países en desarrollo muestra también un bajo porcentaje de trabajadores organizados en sindicatos. La violación de los derechos sindicales llega a extremos incluso brutales con el asesinato de líderes sindicales, tal y como ocurre en Colombia y otros países como Irak ocupado, Palestina y otros territorios árabes, también ocupados. La situación allí es realmente difícil para la organización de sindicatos. Éstos toman sus propias medidas y se coordinan con otras organizaciones no gubernamentales --y en general con otras fuerzas democráticas-- para realizar acciones que permitan resistir estas violaciones de los derechos sindicales y humanos. Con dichas organizaciones se avanza para impulsar la promulgación de leyes nacionales y normas para el reconocimiento obligatorio de los sindicatos por parte de los patrones, tanto en el sector público como en el privado.

En ese sentido consideramos útil establecer un Centro Internacional de Información Sindical, como se propuso por parte de los participantes en el Foro Internacional de Sindicatos, para mejorar las comunicaciones entre éstos e informar a los trabajadores acerca de los verdaderos problemas que están en curso y contrarrestar así la campaña de propaganda en contra de los sindicatos auspiciada en todo el mundo por los monopolios nacionales y los medios de comunicación.

Crisis de unidad, crisis subjetiva

En dicha campaña propagandística se sostiene que los sindicatos son instituciones fuera de moda, inadecuadas para una sociedad y economía modernas. Esto se dice para entorpecer la lucha de los sindicatos e impedirles lograr mejoras o impulsar los cambios necesarios. Con mucha frecuencia, además, los sindicatos se encuentran divididos y debilitados.

No obstante, los trabajadores están cada vez más convencidos de que sólo a través de sindicatos fuertes y unidos podrán defender sus derechos básicos y revertir la situación. Para ello tenemos que admitir, en primer lugar, que el movimiento sindical mundial enfrenta los retos de la mundialización en condiciones de debilidad, e incluso hasta de retroceso. Las razones para ello son diversas. Los sindicatos en muchos casos están sujetos a severos ataques de toda índole y esa es una razón objetiva.

En segundo lugar, el atraso del movimiento sindical internacional se debe a su propia debilidad nacional e internacional, por la división propiciada con los recursos del capital internacional. Tal división es provocada. Hay quienes pretenden separar a los sindicatos en “libres” y “no libres” mientras otros los dividen entre los que solo promueven la negociación y aquellos que toman medidas y luchan.

Desde su creación, y durante los últimos 30 años, la FSM ha promovido la naturaleza unitaria de los sindicatos y ha rechazado las divisiones artificiales que no están a favor de los trabajadores sino que promueven el interés del capital. Al mismo tiempo, la FSM alienta el carácter militante y combativo de los sindicatos para defender los intereses de los trabajadores no sólo con palabras sino con acciones concretas. En el momento actual, entendemos que ésta es la forma más efectiva --en realidad la única--, que permitirá cambiar la pauta de la mundialización, expresó Zharikov.

La experiencia ha demostrado que esta política de la FSM es correcta. Como muestra está el caso de la lucha en contra de la privatización de las industrias y servicios estratégicos, que ha podido detenerse parcialmente a través de la lucha sindical. Otro ejemplo son las leyes laborales contrarias a los trabajadores, que se detuvieron mediante acciones encabezadas por los sindicatos. Esta situación se ha vivido en América Latina, en Asia y África, incluso en Europa donde hay un avance, aunque lento, que permitió rechazar la nueva Constitución europea.

En el mismo sentido está la decisión de la mitad de los sindicatos estadounidenses de rechazar la política de avenencia, o el de los sindicatos en América Latina orientados a la clase y en favor de crear una organización sindical regional, así como establecimiento del Foro Internacional de Sindicatos ya mencionado. Estas son pruebas convincentes y deben tomarse en cuenta a la hora de determinar cómo, la FSM, podrá desempeñar su papel en la concreción de avances sustanciales para los trabajadores.

Unidad, ¿cómo y con quién?

Desde los años 90s se han producido muchas transformaciones. La Federación ha examinado su Constitución para que sea más independiente y flexible. Pese a una situación constantemente contraria en todo el mundo, que ha llevado a muchas organizaciones a separarse de la OIT, las filas de la FSM siguen aumentando. La creación del Foro Internacional de Sindicatos, encabezado por China y algunas otras organizaciones, es un paso positivo. Sin embargo, a pesar de que la Federación amplía su legitimidad y goza del apoyo y reconocimiento de los trabajadores, no cuenta con la fuerza ni los medios necesarios para llevar a cabo un trabajo efectivo a nivel regional e internacional.

La fuerza de la mayoría de las organizaciones afiliadas a la FSM a nivel nacional e internacional no es suficiente para incidir decisivamente en el movimiento sindical a nivel internacional. La OIT no ha podido promover ni imponer decisiones importantes. Debemos mirar al futuro con esta óptica realista: tenemos que aumentar nuestra fuerza, ésta es la tarea primordial de nuestra organización y vale tanto a nivel internacional, regional y en muchos casos a nivel nacional e industrial.

Todo esto, y mucho más, constituye la lucha principal que debe emprenderse si queremos incidir realmente en la situación mundial para cambiar el ritmo de la mundialización neoliberal y su impacto en el mundo del trabajo. Para ello es necesario cumplir algunos requisitos importantes comenzando por considerar a la FSM como el instrumento de lucha de todos. Con las expectativas despertadas en muchos sindicatos a partir de este Congreso, debemos aprovechar todas las oportunidades de fortalecer a la FSM para seguir aumentando su capacidad de lucha.

Hay indicios en el sentido de que los sindicatos, en distintos países y en distintas regiones, se orientan en el mismo sentido y comprenden la necesidad de una estrategia común y de coordinar medidas que ayuden a fortalecer a los sindicatos, a aumentar la sindicalización y a unir las fuerzas a nivel mundial. Esto se basa en un hecho objetivo: en una economía mundializada, los sindicatos deben desarrollar una fuerza global, no sólo de nombre sino en los hechos.

En ése sentido, todos los intentos por dividir al movimiento sindical, a partir de criterios artificiales, debilitan al movimiento, no favorece a los trabajadores ni a los sindicatos en su lucha en contra de la neoliberalización y la mundialización. Es por ello que debemos aprovechar toda iniciativa de intercambiar experiencias a fin de ampliar aún más nuestra lucha para que los sindicatos se conviertan en una fuerza verdadera capaz de incidir en la situación mundial.

El tipo de cooperación se basa en la independencia y la igualdad de todas las organizaciones sindicales a las que debe respetarse su soberanía e independencia. En opinión de Zharikov, esta estrategia debe ir aunada a las iniciativas que elaboren los propios sindicatos en cooperación con otras fuerzas sociales pues, sin movilizaciones conjuntas, esta lucha no tendrá una verdadera posibilidad de cambiar la situación.

Lo anterior implica realizar campañas a fin de promover los intereses sindicales que resulten atractivos a la masa trabajadora para defender sus intereses. La Federación tiene que reforzar la lucha contra la privatización del sector energético, de los recursos hídricos y otras industrias estratégicas. Esta nueva política de unidad debe basarse en la cooperación plena del movimiento sindical a escala industrial, nacional, regional e internacional, trabajando en demandas comunes y adoptando o modificando las leyes en favor de la estrategia sindical y del interés de los trabajadores. Se necesita, también, una campaña decidida para garantizar la aplicación de las leyes laborales en vigor.

Es importante mantener la presión sobre las instituciones económicas internacionales, que inciden cada vez más en la política y determinan la orientación de la economía mundial, creando o apoyando mecanismos nacionales e internacionales e intensificando el trabajo por parte de los representantes sindicales. En el seno de estas instituciones debemos reforzar la campaña sindical mundial a favor de la ratificación de los convenios de la OIT y sus recomendaciones por todos los estados miembros de las Naciones Unidas. Debemos estar vigilantes frente a los esfuerzos por desmantelar estos instrumentos importantes, dando nuevos pasos en apoyo de los sindicatos y de los derechos de los trabajadores, para evitar la mala utilización de las leyes a favor de los intereses económicos.

Consideró Zharikov que éste tipo de estrategias y la aplicación de medidas adecuadas ayudará a fortalecer a los sindicatos y les permitirá contribuir promover a los cambios en el mundo en favor de la paz, la justicia, el desarrollo sostenible y la prosperidad para todos.

La situación económica de la FSM

En otro aspecto, el compañero Zharikov se refirió en su informe a la difícil situación financiera que enfrenta la Federación en todas sus estructuras. Celebramos este Congreso, dijo, en una situación precaria en la que ni siquiera contamos con recursos mínimos. Hay que analizar cuidadosamente esta situación ya que ello pudiera tener consecuencias muy importantes para nuestro futuro. Por ello, consideró de suma importancia hacer un esfuerzo real por solucionar esta situación para asegurar el correcto funcionamiento de la Federación en el futuro.

Enfatizó que, no es posible reforzar nuestra organización si ésta no cuenta con el apoyo financiero de sus afiliados. La situación actual afecta la Federación en su conjunto, en todas estructuras y oficinas regionales, insistió. Éstas no cuentan con los recursos necesarios para desarrollar las tareas que hoy tienen muchas posibilidades y permitirán elevar el nivel de la lucha. Hoy existe la posibilidad de intensificar nuestra lucha y necesitamos recursos financieros para llevarla a cabo.

La importancia de la lucha sindical y sus prioridades

A la vez que se resuelven los problemas básicos, hay que establecer las prioridades de nuestra organización tomando en cuenta que, durante más de 100 años de existencia, la lucha de los sindicatos se ha ganado un lugar en la sociedad. Los sindicatos, a diferencia de otras ONG’s de la llamada sociedad civil, no actúan solamente ante problemas específicos, sino que abarcan la problemática más amplia de la sociedad, y no luchan de tiempo en tiempo sino que participan de forma activa y cotidiana.

Hoy se debate cuál es el tipo de sindicalismo que debe existir y cuál debe ser su función. Quienes promueven la neoliberalización atacan a los sindicatos a fin de mermar o restarles importancia y eliminar su función. Esto es cada vez más evidente y va en contra de los sindicatos y de la Federación. Por ello es que la FSM y sus estructuras deben actuar como instrumentos de la lucha cotidiana abarcando todas las facetas de la política económica y social.

Por supuesto podemos plantear tareas pero son sus propios miembros quienes deben realizar los estudios e investigaciones independientes, elaborar métodos de trabajo, organizar la capacitación de sus cuadros, etc. Todo ello es de vital importancia y exige esfuerzos adicionales, así como recursos humanos y materiales.

Una de las principales tareas de ahora es decidir cómo y quiénes aplicarán las decisiones. Se conocen los principios generales: necesitamos rotar a los cuadros, incorporar a las nuevas generaciones para que refuercen nuestros puntos débiles y orientarlos en la dirección requerida. Debemos analizar de la forma más realista y amplia la situación para tomar las decisiones y las medidas necesarias.

Concluyó Zharikov diciendo que, abrigamos la esperanza que este Congreso histórico en La Habana --en el que también se conmemoran 60 años de la FSM--, se examinarán a fondo todos estos temas y se encontrarán soluciones positivas, como han hecho los Congresos anteriores cumpliendo su responsabilidad de elevar aún más la lucha de los sindicatos y de la Federación a nivel que exige la situación actual.

“Sindicatos del mundo, unámonos y luchemos contra la globalización imperialista, la guerra, la explotación y por la justicia social y el pleno empleo, la solidaridad y la paz”, finalizó diciendo Alexander Zharikov.

Apreciación política al informe de Zharikov

El informe presentado por el compañero Alexander Zharikov, secretario general de la FSM (1990-2005) no fue debidamente valorado por el 15 Congreso Sindical Mundial, el documento ni siquiera fue impreso y distribuido oportunamente; por lo mismo, no fue posible leerlo previamente.

Sin embargo, el informe resume la firme posición política asumida por la FSM en el último período con relación a multitud de aspectos. Es realmente impresionante el cúmulo de actividades realizadas por el Secretariado con tan escasísimos recursos.

Este fue el último informe de Zharikov al frente de la FSM. El compañero Zharikov fue electo en el Congreso Sindical Mundial celebrado en Moscú en 1990, justamente en medio del colapso socialista en Europa oriental. Cuando Zharikov llegó a Praga, el edificio sindical ya le había sido arrebatado a la FSM y TODOS habían huido. Se perdió casi todo y a la FSM se le quiso expulsar de Praga. Con dificultades se rescataron algunos documentos y se hizo valer el status internacional de la Federación. En una pequeña casa, Alexander Zharikov y Valentín Pacho se dieron a la tarea de reunir las ruinas, una por una, completamente solos, casi abandonados. Gracias a ese esfuerzo desinteresado y titánico, la FSM sobrevivió. Ese será el mayor mérito de los compañeros: haberse sostenido, en los peores momentos, manteniendo en alto las banderas rojas del proletariado.

El FTE de México reconoce los extraordinarios esfuerzos realizados por Alexander Zharikov y el secretariado de la FSM en el período que cubre este informe. Valoramos la importancia de este esfuerzo y felicitamos al compañero Alexander Zarikov y demás miembros del Secretariado.


Alexander Zharikov, secretario general de la FSM
con la delegación del FTE de México
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