energia@fte-energia.org
prensa@fte-energia.org
Organización obrera afiliada a la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL

Volumen 6, Número 73, marzo 20 de 2006

Los candidatos son parecidos pero no iguales

¿Populismo neoliberal?

La política de López Obrador se basa en la apariencia y la superficialidad.
No habría cambio en la política económica neoliberal sino simple adecuación.
La propiedad privada en manos de transnacionales NO se toca ni se discute.
Sin organización social, López gobernaría con el aparato burocrático del PRI.
Fox prometió changarros, López Obrador promete trabajo precario.

Movilización electoral ciudadana

La mayoría de mexicanos están alejados de la política. Décadas de engaño, corrupción y fraudes han decepcionado a la mayoría. Para los trabajadores ha sido peor. Los sindicatos son de las pocas organizaciones sociales que existen pero, allí no hay espacios para la participación, los charros sindicales prohíben cualquier acción. En México, la política la practican las cúpulas y, a esa importante actividad, la han corrompido hasta el desprecio. La política se ha vuelto sinónimo de lo peor.

Se ha dicho que los mexicanos somos muy aguantadores. Gobiernos van y gobiernos vienen y, todos, han incrementado los agravios contra el pueblo, se han enriquecido sin límite, han saqueado al país, hundiendo a la mayoría en la pobreza y entregando el patrimonio colectivo social al imperialismo. De la Revolución Mexicana, la de Flores Magón, Villa y Zapata, no queda ni el discurso. Lo más importante: hemos perdido capacidad de organización e intervención en la solución de los asuntos nacionales y, por tanto, la capacidad de hacer historia.

Tanto hemos perdido, tanto nos han quitado los sucesivos gobiernos, tan grandes retrocesos ha habido que, actualmente, cualquier candidato diferente al PRI o al PAN es “bueno”. Se trata, por supuesto, de una reacción elemental que revela un nivel político muy bajo. Pero, hay algo de verdad. El pueblo mexicano, en su mayoría, es noble, sencillo y se deja llevar por la apariencia.

Muchos políticos, educados en el priísmo, lo saben y se aprovechan, algunos con gran habilidad. Durante las campañas electorales, especialmente las presidenciales, mueven cielo, mar y tierra para atraer votantes. Hacen concentraciones de masas que, numéricamente, dan la impresión de una gran movilización. Todas tienen la misma característica: es política de ciudadanos, la que no organiza ni educa. PRI y PAN realizan movilizaciones “forzadas” y/o pagadas, que llamamos de “acarreados”, aprovechándose de la pobreza e incultura de nuestro pueblo. Esos políticos saben que los votos les son útiles solo a ellos porque los votantes son anónimos.

Política de promesas e ilusiones

Prometer es muy fácil pero cuando los políticos “se sientan en la silla” se olvidan de todo, se vuelven intocables, hacen lo que quieren. Sobre todo, cuando sus campañas se realizaron sin programa ni referencias políticas de ningún tipo. El extremo ha sido la práctica política de 70 años del PRI, superado por el PAN en tan solo 6 años.

Hacer obras es la promesa favorita de los candidatos tradicionales. Luego, algunos ciudadanos hasta dicen “robó pero al menos hizo obras”. Una vez, en un mitin de campaña un candidato dijo: “¡Prometo que en este pueblo les vamos a poner un puente!” (aplausos). Un campesino comentó: – “Pero, ¿cómo un puente? si aquí no tenemos río”. “¡También se los ponemos!”, contestó el candidato de inmediato. ¡Ah bueno, pues a votar! “La economía del país crecerá en más del 7 por ciento”, repitió Fox muchas veces y su sexenio ha sido el peor con un crecimiento promedio de casi 0 (cero) y ¡ninguna! obra.

Para los participantes de la movilización electoral NO hay manera de reclamar. “Yo no prometí eso” contestan todos, “nunca lo dije”, agregan. A lo más que llegan es a decir, “las condiciones cambiaron” pero “vamos avanzando”.

Hoy, las campañas presidenciales están muy pobres. Políticamente se nota que NO hay programa ni compromisos serios. Lo único que hay son superficialidades y migajas. Desde luego, no se trata de creer en promesas sino de construir colectivamente un proyecto social para la Nación. Pero, eso, no interesa a ningún partido político. Entre los candidatos presidenciales, López Obrador dice que tiene un proyecto (personal) de Nación y “aventaja” a los candidatos del PRI (Madrazo) y del PAN (Calderón) que ni a eso llegan. Estos últimos, ofrecen más de lo mismo: privatizaciones, pobreza, sumisión al imperialismo, corrupción y fraude.

¿Gobernabilidad para qué y para quién?

López Obrador, antes de ser candidato, insistía en sus conferencias de prensa diarias “No afectar la figura presidencial”. A Fox siempre se refería como “el ciudadano presidente”. Cuando Fox trató en 2005 de “desaforar” a López para impedir su candidatura, éste llamó a la movilización. 1 millón de mexicanos, en la capital del país, estuvimos presentes. López fue enfático y reiterativo para impedir que las masas se movilizaran. “Reuniones los fines de semana” en las plazas públicas, fue una de sus propuestas; quería una masa silenciada. Así son los mítines electorales. Los candidatos hablan, las masas oyen, los candidatos les piden votar por ellos, algunos votan.

En este escenario, López ha sido muy cuidadoso del discurso hacia los “mercados” ofreciéndoles “gobernabilidad”. Con mucha habilidad, foxy (astuto) le ha llamado la revista The Economist, ha demostrado tener control sobre las masas de suyo socialmente desorganizadas y sin ningún espacio para la participación. Ni siquiera el PRD, su partido, tiene NINGUN espacio para la participación de sus militantes. En el PRD deciden las mafias, autollamadas “tribus”, los militantes no cuentan, los ciudadanos menos.

Los gobiernos locales del PRD dan cuenta de lo anterior con creces, incluyendo el propio gobierno capitalino de López Obrador. Ahora, su campaña presidencial es ilustrativa. López NO toca a la propiedad privada para nada, siendo que este sector es el principal responsable de la miseria en que nos encontramos la mayoría de mexicanos. Los grandes empresarios y comerciantes son los autores e impulsores del neoliberalismo, y sus principales beneficiarios; también lo fueron durante el gobierno local de López. ¿Dónde está el cambio? ¿Cómo es que López seguirá una política económica distinta? ¿De qué política se trata?


AMLO un una conferencia de prensa

Epidemia priísta incurable

Al escuchar y/o leer las declaraciones de López “pareciera que estamos oyendo al PRI”. No es para menos, López se ha rodeado de priístas, algunos verdaderamente deleznables. López Obrador mismo tuvo su formación política con el PRI en su estado natal, habiendo sido funcionario del gobierno estatal. De manera que, el estilo de López, es típicamente priísta. Entonces, en la presente contienda electoral, es como si el PRI tuviera 2 candidatos, uno malo (Madrazo) y otro bueno (López Obrador), ambos paisanos, los dos originarios de Tabasco.

Después de 1968, luego de la matanza estudiantil en Taltelolco por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, lo sucedió “en la silla” Luis Echeverría, mismo que siendo secretario de gobernación tuvo una responsabilidad directa en los hechos. Luego, como presidente, de la República, Echeverría trató de reconciliarse con los estudiantes: era imposible. Ante tanta crítica, una vez dijo acre y perversamente: “La juventud es una enfermedad que se cura con la edad”.

En varios casos tuvo razón y hasta se quedó corto. Varios luchadores sociales no necesitaron envejecer “para curarse” bañándose “oportunamente” en las aguas sucias del Estado y su política, simplemente “se pasaron del otro lado” y hasta se volvieron represores igual que su Jefe. En 1976, los electricistas de la Tendencia Democrática fuimos violentamente reprimidos, militar y políticamente, con motivo del intento de una Huelga Eléctrica Nacional. Hoy, varios aliados de aquella época no solo se hicieron priístas sino panistas. Uno de esos enfermos graves es, nadamenos, que el vocero personal de Fox.

Recientemente, en uno de sus mítines López Obrador, que en 1968 andaba “haciendo méritos” en las juventudes priístas con Roberto Madrazo, parafraseando a Echeverría (sin mencionarlo) dijo en Saltillo, Coahuila, que “El priísmo es una enfermedad que se cura con el tiempo” (Becerril A., Ramos L., en La Jornada 18 feb 2006). Bueno, como médico, López Obrador “no la hace”.

El priísmo es un mal incurable, ni a López Obrador se le ha quitado. ¿Apoco ya se le quitó a Camacho, a Núñez, a Cué y otros recién llegados al PRD, ahora candidatos a diputados y senadores, que NO han tenido ni tiempo para militar dentro del PRD? Esa “enfermedad” es incurable, porque es política, y en el PRD ya es epidemia, un verdadero problema de salud pública.

Política interior de apariencias

Conocedor “del sistema” como le llaman los priístas, López Obrador se esfuerza en mostrarse “bueno”, se retrata cargando bebés, asume el folklorismo de las regiones, solo le falta montar a caballo. Esa es la apariencia borrosa y el manejo empresarial de sus cuidadores de imagen.

López ha recorrido el país haciéndose promoción personal, lleva años ocupando páginas en los medios a través de sus conferencias de prensa diarias. Pero, en ningún caso, ha habido un mínimo intento, ni siquiera una propuesta, para organizar a su propio partido ni menos para promover la organización social. Sabe bien que, las masas organizadas y movilizadas independientemente “son veneno” para los políticos tradicionales y, contra eso, No hay antídoto.

Algunos de sus colaboradores ya han sido mencionados. Las posiciones privilegiadas serán para Camacho; ya se empezó con el apoyo otorgado por López a Marcelo Ebrard para ser el siguiente jefe del GDF. Candidaturas importantes para legisladores serán para expriístas. A Juan Ramón de la Fuente, actual rector de la Universidad Nacional (JNAM), López “ya lo destapó” para que se encargue de la política interna, seguramente en la secretaría de gobernación.

De la Fuente es un político muy cercano a Carlos Slim, el magnate privatizador que promueve con otros empresarios y transnacionales el llamado Acuerdo de Chapultepec. De la Fuente llegó a la UNAM siendo miembro del gabinete de Zedillo e inmediatamente a la represión de la huelga estudiantil de 1999, y ocupación policiaco-militar de la Universidad, que llevó a más de mil estudiantes a la cárcel y a varios les arruinaron la vida. Uno de sus primeros “aciertos” fue expulsar a los estudiantes calificados de “ultras” y sostenerse con el apoyo del charrismo sindical universitario.

¿De la Fuente, y el propio López, procederán a desmantelar al charrismo sindical en México? ¡Ni en sueños! ¿Entonces, como van a extirpar la corrupción y el crimen organizado de las mafias? ¿Ya no habrá corporativismo? Creerlo sería ilusionarse. López y De la Fuente gobernarían apoyado en las viejas estructuras corporativas del Estado, incluyendo las burocracias administrativas, sindicales, militares y policíacas. De eso, además, López no ha dicho una sola palabra porque no piensa cambiar nada.

Política exterior descolorida

“Mi política exterior será diferente” ha declarado López comparándose con las barbaridades que ha hecho Fox. Es posible. López seguramente reconoce que, de lo poco bueno que hizo el PRI en 70 años fue seguir una política exterior más o menos decorosa y de conveniencia coyuntural. Entre los aciertos, México era la casa (casi propia, hasta el abuso en algunos casos) de miles de latinoamericanos y de otros países que recibieron asilo; México era solidario de algunas causas justas, especialmente de la Revolución cubana. Hoy, eso no existe en el gobierno sí en el pueblo.

Sin embargo, en la precampaña y en la campaña de López ha sido notoria la ausencia de la palabra “Latinoamérica”, esta palabra, la sola palabra, Ni siquiera la ha mencionado. MENOS se ha pronunciado sobre ninguno de los problemas de la región ni sobre los esfuerzos múltiples que realizan algunos pueblos y algunos gobiernos. ¿Cuál va a ser esa nueva política exterior?

Por supuesto, es posible que las embajadas mexicanas se llenen de intelectuales “útiles” para tomarse unas vacaciones pagadas de 6 años. Con eso, López se ganaría a muchos intelectuales y aduladores. Desde luego, mal haría López en no sustituir a tantos embajadores que, no solo no hacen nada sino que, promueven una imagen “torcida” de México. López “destapó” a su asesor, el escritor crítico del comunismo José María Pérez Gay, para encargarse de la política exterior. ¿Cuál será su programa? Nadie lo sabe, lo que él quiera; para López, hasta ahora, el mundo no existe.

¿Política económica antineoliberal?

Varias veces ha repetido López que su gobierno “cambiará la actual política económica” y ha dicho que “el neoliberalismo no ha funcionado”. ¡Bravo! Se oye re’bonito. Cualquiera diría, ¿dónde firmo? Sin embargo, “el gozo pronto se va al pozo”. En su proyecto” López propone “el aprovechamiento de lo que la globalización nos ofrece”. ¿Qué aprovechamiento? El típico de la socialdemocracia: administrar al capitalismo, “derramar” algunas migajas al populacho, que empresarios y transnacionales “roben pero no tanto”, que los políticos “se porten bien” como el nuevo presidente que ha prometido “austeridad republicana”.

Pareciera que López y sus asesores no saben que la globalización es solamente una palabreja para denominar la política imperialista de dominación, política y económica, a escala mundial. Esa política tiene como centro de la estrategia la apropiación de la propiedad privada, por la vía que sea, legal o militar o, simplemente, de facto, en los hechos, en la ilegalidad total como ocurre en México.

Actualmente, las corporaciones imperialistas Ya se apropiaron de UN TERCIO de la Patria equivalente tan solo en la industria eléctrica nacionalizada. Otro tanto ocurre con el gas natural. Pemex, por su parte, es una fuente de saqueo del poco petróleo que queda en el país. 300 transnacionales eléctricas y otras 300 del gas dominan en estos sectores clave de la economía. No son los únicos sectores. Las telecomunicaciones, los ferrocarriles, la radio y televisión, la industria químico-farmacéutica, etc. SON privadas y transnacionales.

¿La política de López, su antineoliberalismo implica recuperar la propiedad colectiva social que ha sido apropiada ilegalmente y opera en contra de la Constitución Política del país? ¡DE NINGUNA MANERA! Eso es obvio, las corporaciones son las que mandan, los socialdemócratas son simples empleados. López, en los últimos 6 años ni siquiera ha declarado, ni una simple declaración de prensa, que se opone a la privatización eléctrica nacionalizada. Todos los días se reúne con los medios pero, siempre, finge que no se acuerda ni está enterado de este tema.


Mexicana con bandera nacional

Fox: changarros
López Obrador: trabajo precario

Fox, en su “brillante” política económica repitió hasta el cansancio que habría un crecimiento económico del 7 por ciento. Para apoyar sus dichos, impulsó como “novedad” a los changarros. A cambio de las escrituras de su casa o un aval confiable, otorgó miserables préstamos para “abrir changarros”. De esta manera, los mexicanos se convertirían en pequeños empresarios especializados en “hacer tacos”, “vender gelatinas en la calle”, poner “tienditas” y otros puestos callejeros. Hoy, con préstamo o sin préstamo, el comercio ambulante callejero, el sector “informal” de la economía como le llaman los econometristas, es mayoritario en el país.

López repite insistente que va a cambiar esa política económica y, ¿qué propone? Nada menos que, el TRABAJO PRECARIO. En el sexenio de Fox, el empleo fue contenido, en su lugar aumentó el desempleo, miles de trabajadores fuimos a la calle. Se ha perdido tanto que, cuando López anuncia en Coyotepec que creará “1 millón de empleos” en el primer año de su gobierno con la reactivación de la industria de la construcción (Méndez E. en La Jornada 7 mar 2006) hay quienes le aplauden, “peor es nada” dicen. Trabajo es lo que necesitamos millones de mexicanos, algunos de lo que sea. López, habilidoso, se ha percatado bien de nuestra desesperación.

¿Cómo le hará López para crear empleos? Impulsará la reactivación de la industria de la construcción mediante obras públicas, ha dicho. Desde luego, “habrá puentes” y no uno sino varios. No habrá río porque en la capital hay carencia de agua y la promesa podría prestarse a burlas. Pero López, de gira por Atizapán de Zaragoza, ya prometió segundos pisos en el periférico de la zona conurbada del Estado de México e, incluso, Metro por esos lugares (Garduño R., en La Jornada 5 mar 2006). Lo mismo haría en otras partes del país. Seguiría el modelo que le dio resultados y popularidad en el GDF. Con ello aumentaría el caudal del río de vehículos fortaleciendo el transporte privado, la contaminación ambiental y la monstruosidad de la ciudad.

Se trata de muchos empleos sí, TODOS precarios, es decir, MUY mal pagados (apenas el salario mínimo); contratados por sindicatos charros; sin NINGUNA protección social; sin medios de protección para el trabajo, apenas un casco, ni siquiera ropa de trabajo ni calzado de seguridad; sin ningún contrato de trabajo; simples empleos temporales y ¡Adiós! sin nada, al margen de la ley. ¡Ah!, pero eso sí, todos esos empleos aparecerán en las estadísticas, en las fotos y en las conferencias de prensa mañaneras.

Slim, empresario neoliberal y cínico

Para corroborar lo anterior, Carlos Slim, el tercer hombre más rico del planeta (30 mil millones de dólares gracias a la privatización de las telecomunicaciones en México) según la revista Forbes, amigo cercano y promotor de López, ya anunció que tiene “un catálogo” de 109 obras que son necesarias. Se trata de los planes de los empresarios, los grandes contratistas, siempre dispuestos a llevarse la mejor y mayor parte del pastel. ¡Que habilidoso es el foxy! Con una misma propuesta, ilusiona a millones de hambrientos y “ceba” a los poseedores del capital, la maquinaria y la propiedad privada.

Simultáneamente a las declaraciones de López, en reunión con la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros (UMAI), integrados como sector al llamado Pacto de Chapultepec que promueve Slim y otros grandes empresarios, el magnate privatizador anunció la creación de un fondo de 100 millones de pesos “para impulsar el estudio y análisis de factibilidad de un catálogo de 109 obras prioritarias para el desarrollo del país y romper con la ''inercia del subdesarrollo'' (Cardoso V., en La Jornada 8 mar 2006).

Al fondo se integrarían las empresas de Slim así como Ingenieros Civiles Asociados (ICA) o Grupo Mexicano de Desarrollo (GMD), agrupaciones y personas físicas, y “tendrá una participación de 40 por ciento de contribuciones, en principio, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y la Comisión Nacional del Agua”, es decir del sector público.

Los participantes en ese “fondo de obras prioritarias” son algunos de los más connotados contratistas privados transnacionales, cuyo objetivo es el impulso de supuestas obras prioritarias para el desarrollo nacional, “hasta alcanzar una dinámica de inversión que llegue en promedio a 8 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional, es decir, alrededor de 30 mil millones de dólares anuales”.

A los pobres, trabajo precario; a los ricos, insultantes ganancias. Si López cree que va a gobernar “para las mayorías”, sus socios dicen lo contrario. López ha dicho en los mítines que no será “pelele” de nadie pero, Carlos Slim, parece el coordinador de asesores de López en materia económica y social.

Política de ciudadanos y de cúpulas

Otras propuestas en materia social, como la ayuda económica a las personas de la tercera edad son “loables” porque muchos viven de milagro. Pero, López confunde la seguridad social con la caridad. De hecho, la política de López Obrador es como la de Francisco I. Madero (1910): sin contenido social.

En suma, la política de López es muy simplista y es neoliberal. Lo es porque NO toca en lo más mínimo ni las causas ni a los causantes del neoliberalismo. Aprovechar las supuestas ventajas de la Globalización es un engaño e, incluso, autoengaño, es guiarse por la superficialidad y la apariencia.

¿López, Calderón y Madrazo, son lo mismo?

No, no son lo mismo, son parecidos pero no iguales. Los 3 son neoliberales, los 3 serían subordinados del capital, los 3 se proponen “administrar” jamás “cambiar” o “transformar” al sistema social capitalista. Entonces, ¿qué los distingue?

Madrazo (PRI) y Calderón (PAN) son muy brutos, ambos entreguistas al imperialismo confesos y torpes. No lo decimos nosotros, ellos lo han demostrado por décadas. Ambos, tampoco son iguales entre sí pero se parecen mucho, PRIAN les ha llamado López. Lo grave es que PRI y PAN, coaligados, hacen mayoría. La próxima legislatura, como la actual, estará dominada por esas mafias y entorpecerían a López.

El candidato del PRD tiene una diferencia importante con Madrazo y Calderón. Esa diferencia no es la política económica pues, con matices, la de López sería similar. La diferencia es que López ha logrado atraer una base social importante. Esa base social no es suya, el PRD al momento sigue sin tener estructura nacional ni presencia organizada en la mayoría de las entidades del país.

Se trata de una base social “prestada”, son algunos millones de mexicanos que no han perdido la esperanza y se han ilusionado. Como No hay NINGUN otro espacio, las masas utilizan el único que hay: el proceso electoral presidencial. Muchos ni siquiera creen en las elecciones pero esperan que el pueblo “se vuelque” en las urnas y que su “gallo” sepa defender el voto, como si éste contara de verdad, creyendo que en México hay democracia y el voto se respeta. Es realmente una participación muy elemental porque, para ganar, se necesita ORGANIZAR PREVIAMENTE la batalla y la victoria. Más aún, se necesita organizar al próximo gobierno con base en un PROGRAMA mismo que es inexistente. De ganar, López nombrará a quien quiera, o le impongan, para hacer lo que quieran, o le impongan.

¿Hay otras opciones?

Electoralmente, para la presente contienda, NO hay opciones. Esa es la triste realidad. “De lo perdido lo que aparezca” dice un dicho mexicano. Bueno, en esas condiciones, el menos peor es López Obrador. Su política NO es nacionalista, ES socialdemócrata con tintes populistas y con fondo neoliberal. ¡Nada menos! Sin embargo, no le podemos pedir peras al olmo y menos enojarnos porque no las da.

Hace algunos años se repetía con frecuencia, en los medios de la izquierda, un discurso maniqueo asegurando que los pueblos no se equivocan, son sabios. Pero eso no es cierto, dos amargos ejemplos son la Nicaragua Sandinista y la Europa oriental socialista dónde los pueblos se equivocaron de punta a cabo. De manera que, los pueblos (así en general, la masa informe, la multitud anónima) SÍ se equivocan pero, también es cierto que los pueblos NO pueden esperar a que la vanguardia se organice, a que la izquierda se ponga de acuerdo, a que EL PARTIDO surja espontáneamente, a que la organización social se haga sola. En eso, procede una crítica a todos los críticos; nosotros asumimos, en lo que nos corresponde, la debida autocrítica.

Opciones sí las hay y rebasan a cualquier contienda electorera. Las propuestas están contenidas en el Programa Obrero que, en sucesivo batallar, hemos construido los trabajadores en lucha, principalmente de la energía, en las últimas 4 décadas. Los antecedentes incluyen una variedad de luchas previas de los ferrocarrileros, electricistas, petroleros, maestros, estudiantes, campesinos, colonos y grupos étnicos.

Gracias a esa luchas, con altas y bajas, avances y retrocesos, pero sostenidas en las más difíciles circunstancias hasta hoy, es que el Estado mexicano promovió a principios de los 80s la llamada “reforma política” para encauzar el descontento popular por la vía parlamentaria y las elecciones controladas por el propio Estado. Hoy, los partidos políticos, cuyas burocracias siempre han estado ausentes de tales luchas, se aprovechan para sacarle partido a la susodicha reforma política. Desde luego, no son la mejor, ni la única opción.

El abstencionismo, por su parte, es un rechazo muy elemental al degradante estado de cosas y es, además, contradictorio y desmovilizador. En la presente contienda, sin embargo, así como no es suficiente abstenerse tampoco lo es votar acríticamente.

¿Qué nos falta más allá del proceso electoral? Decidirnos para organizarnos social y políticamente, en todo el país, y vencer no en las urnas sino en los hechos, construir el poder popular no populista. Esa construcción no se dice se hace. Pero, eso no se logra con unas elecciones, se requiere mucho más.

Sería como darle vuelta al tiempo circular de los mayas y, con más conocimientos y experiencias, ubicarnos en una situación parecida a la de 1910 o antes, en el preludio de la Revolución Mexicana, junto a Ricardo Flores Magón, Francisco Villa y Emiliano Zapata.

¡Viva México!

Apoyo popular al Peje López Obrador en la ciudad de México, en
la Marcha Silenciada de 2005 contra el intento fallido de desafuero
de Fox al exjefe del GDF

Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.


Comentarios Comisión de Energia Suscribirse Comisión de Prensa