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Organización obrera afiliada a la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL

Volumen 6, Número 72, febrero 28 de 2006

15 CONGRESO SINDICAL MUNDIAL, La Habana, Cuba, 2005.

II. Informe de Zharikov

Primera parte

CINCO AÑOS DE INTENSA LUCHA DE LA FSM. En el primer día de sesiones del XV Congreso Sindical Mundial Alexander Zharikov, secretario general de la Federación Sindical Mundial (FSM), presentó un informe de las actividades realizadas en los últimos 5 años. Dada la importancia del informe presentamos una breve síntesis, en dos partes, destacando algunos puntos de interés.

FSM solidaria y antimperialista

Al comenzar expresando el reconocimiento de los participantes en el XV Congreso Mundial Sindical, Alexander Zharikov, secretario general de la Federación Sindical Mundial (FSM), subrayó la hospitalidad de los trabajadores, pueblo y gobierno de Cuba para acoger decididamente el evento al tiempo que les felicitó por los logros alcanzados en todos los órdenes, así como por la gran respuesta de los trabajadores y organizaciones a este Congreso, lo que debe interpretarse como un rechazo de los trabajadores del mundo al bloqueo impuesto por el gobierno de EU al pueblo de Cuba.

Con ello, Zharikov expresó el rechazo unánime de los sindicalistas a toda forma de imperialismo y neocolonialismo recordando, además, que ésta ha sido la característica política de la FSM en los pasados 5 años durante los cuales la FSM se ha solidarizado por iguales circunstancias con Vietnam, Argelia, Sudáfrica, Palestina, Irak y otros pueblos en lucha.

Zharikov hizo una rápida semblanza histórica de la FSM, a partir de su creación hace 60 años. Este Congreso, señaló, se propone ampliar los logros de la Federación a fin de preservar la paz y desarrollar la lucha por la justicia, la independencia, la democracia y el progreso de los pueblos.

De la resistencia a la consolidación

El secretario general en funciones se refirió a la defensa de la FSM a los convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre la Libertad de asociación y los Convenios colectivos, como una forma de lucha en contra de la hegemonía imperialista que pretende subordinar al mundo a los intereses del gran capital y de las corporaciones transnacionales con su poder militar, económico y político. La globalización neoliberal, dijo, es hoy el principal instrumento del neocolonialismo que amenaza a los trabajadores con nuevas formas de explotación.

La Declaración del Milenio, que fue aprobada unánimemente por representantes de más de 407 millones de trabajadores de todo el mundo, rechazó las políticas de liberalización económica impuestas por los organismos financieros a escala mundial. Este paso estableció la oportunidad para que los sindicatos se conviertan en la vanguardia para asegurar que el tercer milenio no pertenezca ya a las corporaciones transnacionales. Esa, dijo el camarada Zharikov, ha sido la tarea del Consejo Presidencial y de las Uniones Internacionales de Sindicatos (UIS) de la FSM en los pasados 5 años para consolidar a la FSM.

Las reuniones de Kuwait (2000), Brasilia (2002), Hanoi (2003) y Atenas (2004) establecieron metas concretas en ese sentido, luego de reuniones, conferencias y encuentros realizados en Asia, América y Europa con el apoyo de las diversas oficinas regionales de la FSM, donde se abordaron las cuestiones económicas y sociales, la deuda externa, los salarios, la situación de la mujer trabajadora y el medio ambiente. Estos temas se abordaron también en seminarios de análisis auspiciados por la OIT y sus órganos regionales, así como por instituciones independientes, como la Escuela Sindical Lázaro Peña de Cuba, que anualmente imparte cursos a sindicalistas de América Latina y el Caribe.

Incumplimiento gubernamental

Los esfuerzos de los últimos años llevaron a la FSM a participar en eventos internacionales, dedicados al desarrollo social y político mundial, para presentar en ellos la visión de la FSM sintetizada en la Declaración del Milenio: por el alivio de la deuda externa y el mejoramiento de las condiciones sociales. Desafortunadamente, poco se ha logrado concretar en este sentido más allá de declaraciones solemnes de los gobiernos a escala mundial.

Zharikov puso como ejemplo las sesiones especiales convocadas en el marco de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, a partir de Copenhague en 1995 (Copenhague +5), aunque por el incumplimiento de las resoluciones, terminaría siendo recordada como (Copenhague -5) y en las cumbres posteriores, incluida la del Milenio en la ciudad de Nueva York.

En esos encuentros los gobiernos nacionales se comprometieron a hacer esfuerzos por incorporar las propuestas presentadas por los sindicatos y organizaciones sociales participantes, en materia de erradicación de la pobreza, el desempleo y a favor de la integración social.

La lucha de los trabajadores es mundial

Zharikov resumió la lucha de los trabajadores en distintas partes del mundo. En América resaltó el papel de los trabajadores al lado de importantes sectores sociales, como en Argentina y otros países del cono sur en lucha por la defensa de los recursos energéticos. En Asia, con los trabajadores de la India en lucha contra las políticas económicas del gobierno y de las leyes antisindicales y contrarias a los trabajadores y a favor de la seguridad social, que han requerido fortalecer la organización obrera para concretar importantes huelgas.

En Europa, los trabajadores de Grecia, Italia, España, Alemania y otros países han llevado a cabo importantes protestas contra las políticas neoliberales, que derivaron en la paralización de diversos procesos de reforma constitucional en el continente a pesar del rechazo de muchas organizaciones sindicales importantes. La división histórica de los trabajadores impidió la concreción de una sola estrategia sindical.

Otro aspecto destacado por Zharikov fue la lucha de los trabajadores de Palestina, Irak, Afganistán, Cuba, Siria, Venezuela, Sudán, Irán, Zimbabwe y otros países, que resisten las agresiones imperialistas. Estos trabajadores y sus organizaciones, así como las oficinas regionales de la FSM, han desempeñado un papel muy activo e importante para desarrollar la solidaridad internacional.

Zharikov comentó, además, que una delegación de alto nivel de la FSM visitó Irak pocos días después de la invasión norteamericana para organizar la solidaridad mundial. Otro tanto ocurrió con Palestina.

Hoy la FSM tiene mayor presencia

Un aspecto a destacar en el Informe es el importante crecimiento de la FSM a pesar de los escasos recursos disponibles. En este periodo se abrieron oficinas de la FSM en diversos partes del mundo para coordinar las acciones ante los organismos mundiales: en Ginebra (Organización Internacional del Trabajo, OIT), en Nueva York (Organización de las Naciones Unidas, ONU) y en Paris.

La FSM tuvo también una activa participación en los foros sociales desarrollados bajo el lema de "Otro mundo es posible" que contaron con la participación de miles de sindicalistas. Otros eventos fueron organizados por las diversas Uniones Internacionales Sindicales (UIS) de la FSM. El compañero Zharikov detalló, luego, la participación de la FSM en diversos organismos e instituciones como el Parlamento Europeo, el Instituto de Estudios de Países no Alineados, así como diversas invitaciones recibidas para a participar y cooperar a nivel bilateral y multilateral con organizaciones democráticas en África, Asia y América.

Unidad de los trabajadores, política de la FSM

Con su política de unidad histórica, la FSM se sumó a la iniciativa para crear el Foro Internacional de Sindicatos del que han habido dos reuniones en 2004 y 2055 en China, con la participación de representantes de los trabajadores de aquel país, de la India y Brasil, además de diversas organizaciones sindicales. Considerando que el Foro contribuye a una verdadera cooperación entre sindicatos, se impulsó la candidatura de China al órgano rector de la OIT sin que pudiera concretarse como se esperaba.

Esta política ha dado a la FSM mayor fortaleza al avivar las expectativas de unidad de nuevas organizaciones sindicales en todas partes del mundo. Como un ejemplo: al momento de inaugurarse el presente Congreso, más de 30 nuevas organizaciones solicitaron su afiliación a la Federación.

Balance del quinquenio y las metas futuras

No todos los objetivos se cumplieron, principalmente por falta de recursos. No existe, por ejemplo, una red efectiva de comunicación (especialmente para las publicaciones regulares de prensa escrita e Internet); pero, además, enfrentamos problemas de diversa índole, expresó Zharikov. Después dijo que, no hace mucho, los enemigos de la clase obrera decían que la FSM desaparecería. Hoy, no queda duda acerca de nuestra existencia y legitimidad. No obstante, no hemos encontrado la forma de estimular y reforzar los movimientos sindicales y la lucha de la clase obrera para enfrentar el nuevo orden mundial que ha causado un grave daño a todo el mundo y, en especial, la situación de los trabajadores.

No hay en ello polémica. El conflicto capital-fuerza de trabajo está vigente y no podemos retroceder. Antes bien, debemos abrir una nueva etapa de lucha por la necesaria transformación, para lo cual debemos centrarnos en buscar formas de movilizar a los trabajadores, de reforzar a los sindicatos para pasar de la defensa a la ofensiva.

Los trabajadores hemos demostrado que los sindicatos están en condiciones de luchar por esos cambios, expresó. La lucha laboral avanza hoy en América, Asia y África. En Europa los trabajadores rechazan la Unión capitalista y aún en EU se levantan voces que reclaman cambios. La solidaridad con todos ellos es necesaria. Sin embargo, seguimos teniendo muchos obstáculos, tanto de índole objetiva como subjetiva, y debemos enfrentarlos para no desviarnos de nuestro camino principal. Necesitamos un aporte optimista, constructivo e innovador, mayor solidaridad, una conciencia más fuerte y un internacionalismo sólido, dijo Alexander.

Mundialización deshumanizante

El curso de la mundialización neoliberal representa una grave amenaza para el desarrollo de la economía mundial y crea una división artificial aún mayor entre los trabajadores, entre los distintos sectores de la población e incluso entre los países; una división que destruye la fuerza laboral, crea desigualdades y promueve la delincuencia y la corrupción, indicó Zharikov. La mundialización pasa por alto los valores humanos de justicia, igualdad, cultura, dignidad, identidad nacional y la soberanía de los pueblos y de las naciones, y continuó detallando: casi la mitad de la población mundial vive hoy en la pobreza absoluta; dos terceras partes de las mujeres en el mundo en desarrollo trabaja en la economía "no estructurada" sin protección alguna, mientras la ganancia se convierte en el único objetivo y el dinero es el único valor a defender propiciando con ello una degradación inhumana. Todo ello, resumió Zharikov, constituye un reto de gran envergadura para la civilización.

Arremetió luego contra la competitividad mundial, “que no funciona como se proclama, no abre la puerta a la innovación ni satisface las necesidades de la sociedad, por el contrario, se busca por cualquier medio aumentar la ganancia y luego se impone a nivel mundial mediante los mecanismos de la mundialización. Múltiples estudios sobre ésta última han destacado las consecuencias negativas que los trabajadores sufren directamente”. Luego ejemplificó: Un gran número de compañeros que trabajaban en las industrias y empresas del sector público han sido despedidos por efecto de las privatizaciones, y éstas a su vez han provocado el cierre de gran número de fábricas sin que se hayan creado nuevas fuentes de trabajo. En las fuentes que permanecen los patrones recurren a formas de empleo no estable, como el trabajo a destajo, el trabajo desestructurado o por contrato, etc., dijo Zharikov.


Intervención de Alexander Zharikov

Adverso panorama mundial

La mundialización en rápida expansión afecta negativamente a todos los países en todas partes del mundo y a todos los sectores de la población. Sus consecuencias inciden en todos los aspectos de la vida de los sindicatos, de los trabajadores y del ciudadano común y corriente. Lamentablemente ellos son las primeras víctimas del modelo neoliberal de mundialización de las compañías trasnacionales, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Los países en desarrollo son los más afectados. El resultado de esta mundialización es que los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres. Y la brecha, tanto al seno de los países como entre los países, a escala nacional e internacional, se amplía.

Según Naciones Unidas y estadísticas de la OIT, la pobreza en el mundo aumenta y el desempleo ha alcanzado un nivel sin precedentes. La situación social de los trabajadores, por ende, se ha deteriorado enormemente, los salarios y las condiciones de vida de los trabajadores se deterioran porque se ven afectados por el aumento en los precios y la inflación.

Todas las medidas adoptadas para corregir estas tendencias, incluidos los objetivos de la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, el acuerdo de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, la campaña de la OIT para la creación de empleo y otros, siguen sin aplicarse o sin ser efectivas. Ello significa una mayor explotación de los trabajadores por parte del capital, la victoria de los que obtienen ganancias. Las medidas drásticas adoptadas, en contra de los trabajadores incluyen la cancelación o la violación de algunos de sus derechos vitales --ganados tras siglos de lucha--, el establecimiento de zonas “libres de sindicatos” y la imposición de contratos individuales, así como el rechazo la negociación colectiva.

Unidad para detener la ofensiva del capital

Las transacciones financieras multimillonarias no generan inversión productiva sino que aceleran la especulación financiera. Se cierran industrias tradicionales para reemplazarlas con las llamadas industrias no estructuradas, con empleos donde los salarios disminuyen constantemente y los beneficios sociales son prácticamente nulos, cuando no han sido eliminados del todo bajo amenaza de cerrar los centros de trabajo, convirtiendo a los trabajadores en individuos sin oportunidad de defensa.

Los sindicatos mismos enfrentan un clima hostil en que la fuerza de negociación de la clase trabajadora ha sido mermada considerablemente. Con frecuencia las negociaciones se convierten en una mera táctica para enfrentar a los trabajadores y rechazar sus peticiones.

Los gobiernos mismos se han convertido en un obstáculo más al hacer de los intereses empresariales y económicos del capital algo no negociable. La propia política se ha convertido en un instrumento al servicio de los grandes empresarios. Son éstos quienes eligen a los gobiernos y no el pueblo: ¿Quién puede creer hoy que un millonario y un pobre tienen los mismos derechos?, preguntó Zharikov y sentenció: La democracia y la propia libertad parecen haber agotado su significado.

"Nosotros, aquí en La Habana, en el XV Congreso Sindical Mundial de la Federación Sindical Mundial, declaramos que sólo con una acción unida y fuerte podremos detener la ofensiva capitalista, enfrentar el reto de la mundialización y cambiar el curso del desarrollo. Este es el mensaje de este Congreso que queremos sea escuchado".

(continuará en energía73)
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