Volumen 5, Número 70, diciembre 1o de 2005

Organización y conciencia de clase

Lucha obrera clasista

Nuestra tarea política: construir la organización de la clase obrera.
Nuestros objetivos: 1- Formular el programa obrero, 2- Desarrollar la solidaridad internacional.
Nuestra concreción: Otro Comenzar de Nuevo para transformar al mundo.

Conciencia obrera

La conciencia, en general, no ha existido siempre; surgió con el desarrollo humano. Al momento hay varios niveles, se convive con una conciencia desigual. La conciencia de clase está reducida y es difícil de alcanzar. Pero lograr ese nivel de conciencia es una necesidad para el movimiento obrero. Nuestro movimiento es un proceso conciente, no espontáneo ni improvisado.

El conocimiento humano es un conocimiento acumulado que fue espontáneo al principio, luego se hizo empírico, después se volvió científico. Hoy, en el mundo se sabe mucho, se conocen varios fenómenos, se maneja una enorme información, las comunicaciones se han extendido y se preparan cada vez proyectos más ambiciosos. Muchas cosas se pueden entender y se tiene una mejor interpretación del mundo. Pero, hace 150 años lo escribieron Marx y Engels: No se trata solo de interpretar al mundo, de lo que se trata es de transformarlo.

Adquirir el nivel necesario de comprensión teórica y política implica el desarrollo de la conciencia y alcanzar los niveles más elevados en su expresión de conciencia de clase. Eso no es sencillo pero debemos esforzarnos en lograrlo.

Construir organización obrera

Siempre se aprende, y se enseña, en concreto. Pero este proceso requiere organizarse. La organización es el medio para desarrollar la lucha y necesitamos una organización adecuada a nuestros objetivos. Construir organización obrera es, por tanto, la tarea política de nuestra época. Esto no es nuevo pero hoy es urgente. No basta, sin embargo, la organización gremial, es precisa la organización política.

El FTE de México propone la reorganización del movimiento obrero con base en sindicatos nacionales por rama de actividad económica. En nuestro país serían 20 sindicatos nacionales de industria, estructurados en secciones por centro de trabajo y/o cercanía geográfica. En cada sector, 3 serían las banderas de lucha: 1- Integración de todas las fases del proceso de trabajo, 2- Un solo sindicato de rama industrial, 3- Contratación Colectiva de Trabajo Unica.

A nivel nacional, los sindicatos de rama industrial deben constituir la base de la Central Unica de Trabajadores, en cada país. En nuestro caso, necesitamos también una organización regional: la Central de Trabajadores de América. También, requerimos de una organización internacional, actualmente representada por la Federación Sindical Mundial.

La organización obrera, en su expresión sindical, es necesaria a todos los niveles pero no es suficiente. Para extender el movimiento se necesita de la organización social, expresada en una política de frente único y, la organización política que articule y dirija la lucha social.

Formular el Programa Obrero

La organización, en todos sus niveles es el medio para desarrollar un programa. El Programa Obrero ha de formularse con base en la experiencia histórica. El programa no es de una vez y para siempre, corresponde a determinado momento y es pertinente actualizarlo. Pero no se puede marchar sin programa, el movimiento necesita sus banderas expresadas en los puntos programáticos centrales.

Desde el Primer Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores, presidida por Carlos Marx y Federico Engels, la propuesta para el movimiento obrero del mundo fue precisamente la formulación del programa. Este supone la definición colectiva de nuestros objetivos de clase a nivel internacional y su concreción en cada país. A nivel local puede haber modalidades pero, la unidad ha de expresarse en los objetivos comunes aplicados a la realidad de cada lugar.

A la ofensiva global del capital es preciso ofrecerle una resistencia obrera de escala internacional. La clase obrera del mundo sigue siendo fuerte por su número. Pero el número solo cuenta cuando está unido por la organización y guiado por el saber. La organización es la expresión del acuerdo político por lo que, la organización debe ser (es) política. Los acuerdos se expresan, a su vez, en el Programa.

Pero hace falta el “saber” y eso significa la dirección política. Esta no se improvisa porque no se puede dirigir sin experiencia y sin conocimiento. Para nuestro movimiento es de gran importancia socializar el saber obrero, el conocimiento que se adquiere en la concreción de los procesos de trabajo, en el estudio de la teoría proletaria, en el conocimiento de la historia de la lucha de clases y en el sentido profundo de nuestro movimiento.

Movimiento con dinámica social

No es lo mismo movimiento sindical que movimiento obrero, pues el primero está limitado a las reivindicaciones gremiales y economicistas que, siendo legítimas, son insuficientes. El movimiento obrero incluye a las aspiraciones sindicales pero no se reduce a éstas sino que ejerce tareas hacia la transformación social. Esto es lo que distingue a la socialdemocracia del verdadero movimiento obrero.

Tampoco es lo mismo ser líder obrero que ser funcionario sindical. En este último caso se trata de figuras burocráticas innecesarias. Lo que nuestro movimiento requiere es liderazgo político. En la medida en que éste es débil, con facilidad se olvida lo esencial, es decir, la acción en las bases. Sin bases concientemente movilizadas no existe dinámica social.

Por supuesto, lo anterior implica desarrollar y fortalecer a las organizaciones existentes, potenciar procesos de unificación por rama industrial, construir nuevas organizaciones y generalizar la lucha pues nuestro movimiento es, esencialmente, internacional con formas nacionales.

Desarrollar la solidaridad internacional

El segundo punto del Primer Congreso de la Asociación Internacional de los Trabajadores fue el ejercicio de la solidaridad. Hoy, es menester internacionalizar las luchas obreras. Pero la solidaridad proletaria significa desarrollar acuerdos políticos. La solidaridad que necesita nuestro movimiento rebasa los encuentros de cúpula y las declaraciones improvisadas. Lo que necesita el movimiento es la coordinación de acciones, la promoción de propuestas alternativas, la respuesta unificada a todos los niveles.

La solidaridad obrera es para los trabajadores que están en lucha. La solidaridad proletaria internacional es una acción política, no es una cuestión protocolaria. Nuestro movimiento debe proceder con criterio ya que dista de ser idílico.

En esta perspectiva, los trabajadores del mundo, tenemos el deber de solidarizarnos con nuestra propia organización internacional, la FSM, misma que tiene innumerables tareas que realizar y requiere del apoyo concreto y real.

En suma, ante la difícil coyuntura, es necesario rescatar lo mejor de la experiencia previa, fortalecer política, teórica y organizativamente al movimiento obrero. Se trata de otro Comenzar de Nuevo levantando con más bríos las banderas rojas del proletariado en lucha por nuestros intereses inmediatos e históricos.

¡Venceremos!
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