Volumen 5, Número 70, diciembre 1o de 2005

En México 93 de cada 100 trabajadores no están sindicalizados

Sindicalismo mexicano DESTRUIDO

El nivel de sindicalización nacional es menos del 10%.
Existen 1 mil 165 sindicatos y 34 centrales con reconocimiento oficial.
Se estima un total nacional de 12 mil sindicatos, el 92% son falsos.
De los sindicatos oficializados, el 99.9% están controlados por el charrismo.
Es necesaria la reorganización del movimiento obrero de México.

Introducción

A pesar de graves distorsiones, las cifras oficiales revelan la descomposición política y el retroceso en los índices de sindicalización en México. La población económicamente activa es de casi 43 millones, de los cuales solo 26 millones son “subordinados y remunerados”. De éstos, las autoridades laborales registran únicamente 1.4 millones de trabajadores “organizados”, esto es, el 3.4%. La estructura sindical, reducida y secuestrada por el charrismo, impide una adecuada respuesta organizada a la política neoliberal.

El siguiente es un informe preparado por el FTE de México con base en las cifras oficiales disponibles. Las fuentes son el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Los datos son incompletos porque el gobierno mexicano siempre los ha considerado secretos. Pero el mismo gobierno carece de suficientes datos (actualizados) porque el charrismo todo desorganiza, simplemente no hay estadísticas completas y verídicas.

La Ley Federal del Trabajo (LFT) mexicana establece la obligación sindical de actualizar los datos e informar a la autoridad laboral pero, casi nadie lo hace y la STPS siempre incumple sus funciones. Al gobierno y a los charros sindicales les conviene mantener la irregularidad para evitar que se modifique el actual esquema corporativo.

Las apreciaciones que siguen no son las últimas y tienen limitaciones cuantitativas pero, cualitativamente la situación es muy clara. Visto en su conjunto, el sindicalismo mexicano tiene una imagen deplorable resultado de una estrategia exitosa para desnaturalizarlo y destruirlo suprimiéndole cualquier dinámica social, sindical y/o política.

Las estadísticas más recientes de empleo del INEGI revelan que en México la población de 14 o más años de edad es de 74.3 millones, de los cuales el 57.4% --es decir unos 42.7 millones--, constituyen la llamada Población Económicamente Activa (PEA), es decir aquella en edad de desempeñar un trabajo [www.inegi.gob.mx, datos al primer trimestre de 2005].

El INEGI calcula que el 96.1% de la PEA, casi 41 millones de trabajadores, constituyen lo que define como "Población Ocupada" (PO), término que en el Sistema de Cuentas Nacionales de México (SCNM) se refiere a cualquiera que desempeñe un trabajo, independientemente de que perciba o no un ingreso salarial (trabajo para autoconsumo o en empresa familiar, por ejemplo).

A partir de dicho parámetro, INEGI reporta que solo el 64.3% de la PO, es decir unos 26.3 millones, son trabajadores subordinados y remunerados, mientras otro 23.6%, unos 9.6 millones, laboran por cuenta propia. Esto implica, al comparar con las cifras de la STPS, que solo un 3.4% de los trabajadores considerados como "población ocupada" está afiliado a algún tipo de organización sindical, es decir, 1 millón 392 mil 196 de los 41 millones 33 mil 958 mexicanos que realizan algún tipo de trabajo.

A nivel nacional el porcentaje de trabajadores sindicalizados, respecto de la "población ocupada" por entidad federativa, confirma la inexistencia de organización obrera. Salvo el Distrito Federal, que presenta el más alto porcentaje (con un 29.4%), solo los estados de México, Nuevo León, Aguascalientes, Guanajuato, Puebla y Baja California Sur superan el 1% (aunque ninguno rebasa el 3.3%); los demás ni siquiera alcanzan un dígito.

Estadísticas “optimistas”

El capitalismo, en su etapa neoliberal, para concretar la disminución de los salarios reales y la disminución del gasto social, en salud, educación, vivienda y alimentación, lleva adelante a nivel internacional una política antisindical como parte fundamental de las políticas para la reactivación del capital y la ganancia.

En México, las cifras "macroeconómicas" se manipulan para simular recuperación, se infla el empleo con salarios inferiores al mínimo (en la industria maquiladora), aumentan los recortes de personal en las empresas, el cierre de fábricas y la reubicación de los centros laborales. Como en otros países subdesarrollados, la mayoría de los trabajadores mexicanos son explotados, sin contrato colectivo de trabajo o con alguno que encubre esquemas irregulares de remuneración, siempre carentes de protección social (jubilación). Lo peor es la incapacidad para articular una respuesta. Las cifras oficiales, aún parciales, revelan la crisis del sindicalismo mexicano.

De acuerdo a los datos de 2005 del INEGI, la población mexicana mayor de 14 años es de 74 millones 388 mil 900, la población económica activa (PEA) es de 42 millones 699 mil 228 y, de ésta, el 96.1%, es decir, 41 millones 33 mil 958 mexicanos son población ocupada. Eso quiere decir que, el desempleo es del 3.9%.

Se trata de cifras publicadas con muy buena voluntad pero irreales. El nivel de desempleo es, por supuesto, mayor. Las estadísticas ocultan la verdad, son muy superficiales y engloban a todos los casos aún siendo disímbolos. Además del desempleo abierto, existe un ALTÍSIMO nivel de subempleo. Una enorme proporción de mexicanos “trabajan” por su cuenta en lo que pueden, generalmente en el comercio callejero, constituyendo lo que los economistas llaman el sector informal.

Pero un análisis más cercano de las estadísticas oficiales permite apreciar mejor la gravedad del asunto. Los trabajadores asalariados son solo el 64.3%, o sea, 26 millones 384 mil 835. Según el INEGI, el 23.6% (9 millones 684 mil 14 mexicanos) trabajan por su cuenta y, por supuesto, no son asalariados.

Más de la mitad de los trabajadores asalariados reciben un ínfimo salario. El 38.6% de la población ocupada, 15 millones 839 mil 108, reciben 2 salarios mínimos o menos. Los demás, reciben un salario nominal mayor. Sin embargo, TODOS los asalariados mexicanos reciben un salario REAL cada vez más deteriorado. Desde agosto de 1976, el salario REAL de los trabajadores mexicanos está a la baja, la caída es casi vertical, sin recuperación en NINGUN momento. La caída llegó hace tiempo al nivel de los años 50 e, incluso, a niveles de 1900, antes de la Revolución Mexicana.

En cuestión de seguridad social, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene registrados a casi 13 millones de trabajadores (12 millones 847 mil 253 derechohabientes entre permanentes 10 millones 934 mil 205 y eventuales 1 millón 913 mil 048) mientras el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales (ISSSTE) atiende a 2.5 millones más; es decir, apenas cerca de 15.5 millones, de los 26.5 de trabajadores “subordinados y remunerados” que existen en el país, tienen acceso a este servicio mientras 10.8 millones de trabajadores y sus familias carecen de toda seguridad social.

ESTADÍSTICAS DE EMPLEO INEGI
(Datos al primer trimestre de 2005)
CONCEPTO
REFERENCIA
%
NUMERO




Población de 14 y más años de edad


74,388,900
Población económicamente activa (PEA)
Porcentaje de la población de 14 y más años de edad
57.4
42,699,228
Población ocupada (PO)
Porcentaje de la PEA
96.1
41,033,958




Población ocupada en el sector agropecuario, silvicultura, caza y pesca
Porcentaje de la PO total
15.3
6,278,195
Población ocupada en el sector industrial
Porcentaje de la PO total
25.9
10,627,795
Población ocupada en el sector comercio y servicios
Porcentaje de la PO total
58.3
23,922,797




Trabajadores subordinados y remunerados
Porcentaje de la PO total
64.3
26,384,835
Trabajadores por cuenta propia
Porcentaje de la PO total
23.6
9,684,014




Población ocupada que gana hasta dos salarios mínimos
Porcentaje de la PO total
38.6
15,839,108
Población ocupada en micro-negocios
Porcentaje de la PO total
40.9
16,782,889
Fuente: Elaboración propia con información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI [www.inegi.gob.mx].

Nivel bajísimo de sindicalización

En materia sindical la situación es más grave. Según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), responsable en el plano jurídico de normar las relaciones del Estado y los trabajadores en México, la estructura sindical se compone 1 mil 165 organizaciones sindicales (asociaciones, según la STPS) legalmente registradas. Esas asociaciones están agrupadas en 34 centrales reconocidas por la misma dependencia estatal. A dichas organizaciones están afiliados un total de 1 millón 392 mil 196 trabajadores.

De manera que, suponiendo que el 96.1% de la PEA es población ocupada, es decir, 41 millones 33 mil 948 mexicanos son trabajadores y, de este total, 1 millón 392 mil 196 trabajadores están afiliados a alguna “asociación” sindical, entonces, el nivel de sindicalización en México sería del 3.4%. Pero los datos oficiales están incompletos. Aún suponiendo que fuera el doble, considerando un 100% de error en los datos, la tasa de sindicalización es bajísima. En la propaganda oficial, los charros hablan del 17% pero no hay tal. En el mejor de los casos, el nivel de sindicalización nacional NO llega al 10 por ciento.

Es decir, la enorme mayoría de trabajadores mexicanos NO están sindicalizados ni organizados en nada. Si se considera únicamente al sector industrial, es decir, al 25.9% de los trabajadores (10 millones 627 mil 795), el resultado sería del 13.09%. El nivel sigue siendo bajísimo y, a la vez, demasiado optimista porque se estaría excluyendo a los trabajadores de los demás sectores, algunos (como el sector servicios) en creciente aumento. El mayor nivel de sindicalización está en la capital mexicana (Distrito Federal) con 29.4%. Salvo los estados de México y Nuevo León, en el resto del país el nivel no llega al 1%.

ORGANIZACIONES SINDICALES CON REGISTRO ANTE LA STPS
(Datos a julio de 2005)
CENTRAL
Número de
organizaciones
agremiados
CTM
CONFEDERACION DE TRABAJADORES DE MEXICO
341
548,173
“SIN CENTRAL” *
CONGRESO DEL TRABAJO
249
489,771
FESEBS
FEDERACION DE SINDICATOS DE EMPRESAS DE BIENES Y SERVICIOS
9
133,558
CROC
CONFEDERACION REVOLUCIONARIA DE OBREROS Y CAMPESINOS
169
75,043
FENASIB
FEDERACIÓN NACIONAL DE SINDICATOS BANCARIOS
9
36,604
CROM
CONFEDERACION REGIONAL OBRERA MEXICANA
152
28,532
FTSA
FEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE SINDICATOS AUTÓNOMOS
9
13,004
FENASA
FEDERACIÓN NACIONAL DE ASOCIACIONES SINDICALES AUTÓNOMAS
10
7,785
FNSP
FEDERACION NACIONAL DE SINDICATOS PROGRESISTAS "JOSE MARIA MORELOS Y PAVON"
4
6,064
CRT
CONFEDERACION REVOLUCIONARIA DE TRABJADORES
27
5,647
COM
CONFEDERACION OBRERA DE MEXICO?
23
5,623
COR
CONFEDERACION OBRERA REVOLUCIONARIA
32
5,266
CTC
CONFEDERACION DE TRABAJADORES Y CAMPESINOS
26
5,250
COCEM
CONFEDERACION DE OBREROS, CAMPESINOS Y EMPLEADOS DE MÉXICO
5
4,383
FNSI
FEDERACIÓN NACIONAL DE SINDICATOS INDEPENDIENTES
8
3,738
FASTA
FEDERACION DE ASOCIACIONES Y SINDICATOS DE TRABAJADORES DE AVIACION DE MEXICO
1
3,672
FNRTOI
FEDERACIÓN NACIONAL DEL RAMO TEXTIL Y OTRAS INDUSTRIAS
13
3,297
FSL
FEDERACION DE SINDICATOS LIBRES
5
2,599
CORAS
CONFEDERACION OBRERA REVOLUCIONARIA DE AGRUPACIONES SINDICALES
2
2,578
CGT
CONFEDERACION GENERAL DE TRABAJADORES
14
2,321
FRET
FEDERACIÓN REVOLUCIONARIA DE EMPLEADOS Y TRABAJADORES
9
1,775
ASP
ASOCIACION SINDICAL PROGRESISTA
2
1,718
FAO
FEDERACION DE AGRUPACIONES OBRERAS DE LA REPUBLICA MEXICANA
7
1,550
CAT
CONFEDERACION AUTENTICA DE TRABAJADORES DE LA REPUBLICA MEXICANA
7
839
FSR
FEDERACION SINDICAL REVOLUCIONARIA
5
780
FNAS
FEDERACION NACIONAL DE AGRUPACIONES SINDICALES
3
679
FOS
FEDERACION DE ORGANIZACIONES SOCIALES
5
634
FROT
FEDERACIÓN REVOLUCIONARIA DE OBREROS TEXTILES
2
556
FISNE
FEDERACION INDUSTRIAL DE SINDICATOS NACIONALES Y ESTATALES
5
278
FSTCS
FEDERACION DE SINDICATOS TEXTILES, CONEXOS Y SIMILARES DE SANTA MARIA CHIAUTEMPAN
3
207
FSCNT
FEDERACIÓN SINDICAL COORDINADORA NACIONAL DE TRABAJADORES
3
129
FORAS
FEDERACIÓN OBRERA REVOLUCIONARIA DE AGRUPACIONES SINDICALES
2
72
UNO
UNIDAD NACIONAL OBRERA
3
71
FAITA
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE LA INDUSTRIA TEXTIL Y AGREMIADOS
1



1,165
1,392,196
Fuente: Elaboración propia con información de la secretaría del trabajo y previsión social [www.stps.gob.mx].
* La STPS le llama “Independientes” a varios sindicatos que no están afiliados (directamente) a alguna de las centrales oficialmente reconocidas. No son, de ninguna manera “independientes”. Se trata de sindicatos controlados por el charrismo sindical. Esos “independientes” forman parte del Congreso del Trabajo (CT), organismo cúpula de los charros sindicales.

Para tan ínfimo número de trabajadores sindicalizados, en cambio, ya existen 34 centrales reconocidas oficialmente. Algunas son centrales, otras son centralitas pero todas tienen un común denominador: están controladas por el charrismo sindical. NINGUNA es una verdadera central obrera, TODAS son vulgares negocios administrados por los charros sindicales.

La cobertura de dichas centrales a nivel nacional es variable. La Confederación de Trabajadores de México (CTM) abarca 31 de las 32 entidades de la República Mexicana (solamente en el estado de Hidalgo no tiene presencia). Le siguen el mal llamado sindicalismo “independiente", es decir el Congreso del Trabajo, con presencia en 23 estados y después la Central Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) presente en 22 entidades y la Central Regional Obrera de México (CROM) en 17 estados. Muchas organizaciones solo actúan regionalmente y algunas operan en 1 solo estado. Es el caso de ASP, COCEM, CORAS, FAITA, FAO, FAO, FASTA, FISNE, FNAS, FNSI, FOS, FROT, FSCNT, FSR y FSTCS. Varias de estas minúsculas centrales oficialmente reconocidas son solo membretes.

Durante décadas, la CTM declaró que afiliaba a más de 5 millones de trabajadores. Los datos oficiales disponibles indican que afilia apenas a la décima parte. Entre las organizaciones importantes de la CTM está el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) y el Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM).

En el Distrito Federal (DF) operan 521 organizaciones con 1 millón 122 mil 349 de afiliados pertenecientes a diversas ramas. El DF representaría el 80% del total nacional. Luego estarían el Estado de México (EdoMex) con 60 mil 666 trabajadores afiliados en 106 organizaciones, Nuevo León con 44 mil 964 afiliados y 59 sindicatos respectivamente, Jalisco con 33 mil 490 afiliados en 68 sindicatos, Puebla con 31 mil 819 afiliados y 88 sindicatos, Guanajuato con 20 mil 159 afiliados y 10 sindicatos y Veracruz con 14 mil 201 afiliados en 62 sindicatos.

En estos estados la situación contrasta con la prevaleciente en entidades cuyo potencial maquilador generó muchas expectativas de nuevos empleos. Tal sería el caso de Tamaulipas donde, según las autoridades laborales, solo están legalmente organizados 3 mil 262 trabajadores en 11 sindicatos (de una PO de 1 millón 245 mil 162), Tlaxcala (2 mil 711 afiliados de 394 mil 439), o Chihuahua con 376 afiliados de un total de 267 mil 361 trabajadores. En las cifras oficiales no se indica pero, seguramente, no se está incluyendo a los trabajadores que viviendo en el interior del país están afiliados a alguno de los sindicatos que operan a nivel nacional.

“Estructura” sindical charra

Por centrales, la CTM es la mayor con una afiliación total de 548 mil 173 trabajadores y 341 organizaciones. Le siguen de cerca las organizaciones caracterizadas por la STPS como “independientes” (siendo todas totalmente dependientes del estado, gobierno y empresarios) con un total de 489 mil 771 agremiados agrupados en 249 organizaciones. Entre las organizaciones supuestamente “independientes” están el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, usurpado por gánsters y el Sindicato de Trabajadores Minero-Metalúrgicos, Similares y Conexos de la República Mexicana, encabezado por charros que nunca han sido trabajadores sino simplemente heredaron al sindicato.

Después, está la FESEBS, con 133 mil 558 agremiados en 9 organizaciones sindicales (entre las que está el SME y el SUTIN), la CROC (75 mil 043 afiliados y 169 sindicatos), la FENASIB (36 mil 604 afiliados y 9 sindicatos), la CROM (28 mil 532 afiliados y 152 sindicatos) y la FTSA (13 mil 4 afiliados y 9 sindicatos).

En México existen, legalmente reconocidos, 1 mil 165 sindicatos que en su conjunto afilian a la ínfima minoría de trabajadores. Obviamente, se trata de DEMASIADOS sindicatos para tan pocos trabajadores sindicalizados.

NO existe ninguna estructura sindical por rama industrial. Cada central o centralita afilia trabajadores de diversas ramas y muchas organizaciones son controladas por individuos que regentean varias a la vez.

Esta desorganización es deliberada porque así se controla más fácilmente a los trabajadores, absolutamente carentes de identidad e impedidos para ejercer la solidaridad. Los trabajadores de estas centrales ni siquiera se conocen.

AFILIACION SINDICAL POR ENTIDAD FEDERATIVA
(Datos al primer trimestre de 2005)
ENTIDAD FEDERATIVA
ORGANIZACIONES SINDICALES
NUMERO DE AFILIADOS
POBLACION OCUPADA1
%
AFILIACION
DISTRITO FEDERAL
521
1,122,349
3,812,553
29.4
ESTADO DE MÉXICO
106
60,666
1,828,529
3.3
NUEVO LEON
59
44,964
1,745,821
2.6
JALISCO
68
33,490
6,031,796
0.6
PUEBLA
88
31,819
2,412,744
1.3
GUANAJUATO
10
20,159
1,227,787
1.6
VERACRUZ
62
14,201
2,681,704
0.5
AGUASCALIENTES
12
9,174
381,301
2.4
COAHUILA
14
6,519
1,564,484
0.4
MORELOS
10
5,978
681,724
0.9
HIDALGO
6
5,424
2,890,770
0.2
QUERETARO
17
5,282
630,972
0.8
SAN LUIS POTOSI
8
4,048
947,221
0.4
MICHOACAN
19
3,567
1,563,240
0.2
TAMAULIPAS
11
3,262
1,245,162
0.3
OAXACA
14
3,108
1,384,611
0.2
TLAXCALA
25
2,711
394,439
0.7
BAJA CALIFORNIA SUR
8
2,480
207,235
1.2
BAJA CALIFORNIA
18
2,359
1,199,465
0.2
ZACATECAS
1
1,716
504,647
0.3
YUCATAN
11
1,678
758,378
0.2
SINALOA
11
1,615
1,190,655
0.1
GUERRERO
6
1,447
981,613
0.1
NAYARIT
6
985
393,961
0.3
SONORA
12
810
1,014,579
0.1
COLIMA
8
757
1,273,052
0.1
CHIAPAS
7
457
956,605
0.0
DURANGO
5
436
539,556
0.1
CHIHUAHUA
4
376
267,361
0.1
QUINTANA ROO
7
173
471,779
0.0
TABASCO
9
136
800,118
0.0
CAMPECHE
2
50
322,201
0.0

1165
1,392,196
42,306,063
3.3
1. Datos al cierre de 2004.
Fuente: Elaboración propia con información de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, STPS [www.stps.gob.mx] y del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI [www.inegi.gob.mx].


Las centrales nacionales están organizadas en Federaciones estatales y locales, las cuales afilian a trabajadores de diversas ramas, los cuales están sujetos a diferentes condiciones de trabajo, distintos salarios y diferentes sindicatos o sindicatitos. Esa tendencia a la pulverización obrera lleva ya más de 50 años.

Recientemente, hace 5 años, se constituyó la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) como una escisión del Congreso del Trabajo.

ORGANIZACIONES SINDICALES Y NUMEROS DE AFILIADOS
A LA CONFEDERACION DE TRABAJADORES DE MÉXICO (CTM)
(Datos de la STPS a julio de 2005)
CENTRAL
ENTIDAD FEDERATIVA
ORGANIZACIONES SINDICALES
NUMERO DE AFILIADOS
CTM.
DISTRITO FEDERAL
160
436,975

ESTADO DE MÉXICO
29
25,798

GUANAJUATO
5
17,776

JALISCO
12
14,672

AGUASCALIENTES
10
9,024

NUEVO LEON
5
7,789

VERACRUZ
26
7,146

COAHUILA
10
5,332

PUEBLA
5
4,456

QUERETARO
9
2,821

TAMAULIPAS
9
2,761

SAN LUIS POTOSI
3
2,252

MICHOACAN
6
1,997

ZACATECAS
1
1,716

BAJA CALIFORNIA SUR
4
1,678

YUCATAN
8
1,623

OAXACA
1
1,430

NAYARIT
4
985

SONORA
10
627

MORELOS
5
534

DURANGO
2
309

BAJA CALIFORNIA
3
115

TLAXCALA
1
110

CHIAPAS
3
86

CAMPECHE
2
50

TABASCO
3
46

SINALOA
1
33

QUINTANA ROO
1
32

CHIHUAHUA
1


COLIMA
1


GUERRERO
1



341
548,173
Fuente: Elaboración propia con información de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social [www.stps.gob.mx]


No se conocen datos oficiales pero en la UNT, central afiliada a la CIOSL, están el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), el Sindicato de Trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (SNTSS) y el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), entre otros.

De los 1 mil 165 sindicatos oficiales, y los no incluidos, el 99.9% está controlado por el charrismo sindical. Las excepciones son muy raras y, generalmente, ocasionales e incluyen al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y algunos pocos más. El SME está afiliado a la Federación Sindical Mundial (la FSM).

Charrismo, estrategia del imperialismo

Los sindicatos mexicanos, en su amplia mayoría, están dominados por el charrismo sindical. El charrismo es una superestructura política y económica poderosa ligada corporativamente al Estado mexicano. Son los charros sindicales los que administran los Contratos Colectivos de Trabajo, ellos controlan el ingreso (y expulsión) de los trabajadores en las empresas, manipulan las prestaciones salariales y sociales, y hacen del sindicato un lucrativo negocio mediante la corrupción y el crimen organizado.

Pero el charrismo en México es algo mucho más grave. Se trata de la estrategia organizada por el imperialismo, a través de la CIA, para desnaturalizar al sindicalismo y destruirlo. Esa estrategia fue diseñada hace más de 50 años y aplicada con éxito hasta la fecha. En más de 5 décadas, el imperialismo ha concretado sus acciones a través de la Organización Interamericana del Trabajo (ORIT), oficina regional de la Organización Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL). Por muchos años, la ORIT tuvo sus oficinas en México (hasta que la expulsamos en los 70s) y se encargó de pervertir a los sindicatos.

El plan sindical del imperialismo en México consiste en apoderarse de todos los sindicatos a través de camarillas corruptas integradas al Estado y corrompidas por las empresas. Los charros sindicales son, al mismo tempo, diputados, senadores y/o funcionarios del gobierno. No nadamás, también son empresarios y contratan trabajadores asalariados a su servicio. Peor aún, se rodean de mercenarios y sicarios encargados de eliminar literalmente toda oposición.

Políticamente, el charrismo sindical es el valladar que impide a los trabajadores la lucha por sus reivindicaciones. En los sindicatos controlados por el charrismo nunca se realizan asambleas ni se organizan procesos electorales.

Actualmente, el charrismo sindical es el pilar número uno del gobierno para llevar adelante las privatizaciones en todas las áreas, al margen de la ley y en contra de lo dispuesto por la propia Constitución política del país.

El nivel de corrupción del charrismo es escandaloso. Apenas en la revisión contractual de agosto de 2005, los charros del sindicato petrolero recibieron más de 400 mil dólares por ser los titulares del Contrato Colectivo de Trabajo. Ese fue el disfraz, la suma se otorgó por ser el principal apoyo del gobierno y transnacionales para la privatización de la industria petrolera nacionalizada.

El charrismo sindical está representado por negociantes, grandes contratistas, verdaderos burgueses y mafiosos. El fenómeno se reproduce a todos los niveles, desde el secretario general nacional (que nadie eligió) hasta el charrito local que tampoco fue electo por nadie sino designado por las cúpulas. Existen casos, como el sindicato minero-metalúrgico, cuya secretaría general fue heredada por el padre al hijo, o el SUTERM heredado recientemente al sobrino. Eso es común entre los sindicatos pertenecientes a la CTM y a la CROC. Entre ambas, también, se llegan a disputar violentamente el control de los trabajadores.

Degeneración sindical

Más aún, además del charrismo, en México se padece la existencia de sindicatos falsos que “venden” protección a las empresas y “contratan” con las mismas a cambio de dinero, sin que exista ningún sindicato legalmente constituido. Los trabajadores son suministrados a las empresas por esos falsos sindicatos pero, los trabajadores, nunca se afiliaron ni mucho menos participan de alguna actividad sindical. Eso, simplemente, no existe. Se trata de sucios negocios, del tráfico de trabajadores, tolerado por las autoridades gubernamentales, los patrones y el Estado.

El caso de Roberto Ruiz Ángeles, quien se da tiempo para dirigir simultáneamente seis sindicatos, caracteriza el fenómeno. Ruiz es dirigente formal de cinco organizaciones afiliadas a la CROC (de la que además es el secretario de desarrollo agropecuario) y uno más que la STPS caracteriza como "independiente". Este individuo opera en el Estado de México controlando organizaciones civiles y sindicales (de trabajadores del cartón y la celulosa, textileros y de la industria alimenticia) e incluso una de trabajadores del campo. Ruiz fue diputado federal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la pasada legislatura encabezando el grupo que en 2002 presentó a la Cámara de Diputados el llamado "proyecto Abascal" para la reforma laboral neoliberal.

Otro charro es Ramón Gámez Martínez quien, con el apoyo del gobierno, se ha adueñado de 2 mil contratos colectivos que afectan a 50 mil trabajadores. El negocio le reditúa 10 millones de pesos al mes que le permiten pagarse safaris en Africa. Otra de sus aficiones es la violación de menores de edad que lo han llevado a prisión. En el colmo de la ignominia, Gámez ha convertido a miles de falsos sindicatos en “franquicias” que alquila a otros “líderes” sindicales.

Otro ejemplo es el de Isaías González Cuevas, quién desde su puesto en la CROC dirige también cinco organizaciones sindicales en el DF entre trabajadores automotrices, de la construcción, de la industria alimentaria, comerciantes y hasta campesinos. Este charro es también un animoso promotor de la nueva cultura laboral que, preocupado por los problemas culturales de los trabajadores, contrató al Instituto Tecnológico de Monterrey (la escuela privada más cara de México) para que los trabajadores cursen la educación media superior ¡por Internet!

Hay, por supuesto, casos de evidente nepotismo, como el de los hermanos Domínguez Rivero, caciques de Zumpango, Estado de México. Abel dirige cinco organizaciones de distintos ramos en el Edomex (automotriz, vidrio, textil, comercio), todas afiliadas a la Confederación de Trabajadores y Campesinos (CTC), y una más --de comerciantes-- en el DF; mientras sus hermanos Leonel y Jorge dirigen otras cuatro organizaciones afiliadas también a la CTC, tres en el Estado de México el primero, y una el segundo, cabeza de la Federación Autónoma de Trabajadores de Cuautitlán.

Un caso más es un tal Salim Kalkach Navarro (el "defensor" de la niñas "barbi" de Tepeji, explotadas por la empresa MATEL, fabricante de dichos juguetes), quien regentea cinco organizaciones en el DF, dos “independientes”, una afiliada a la CTM, otra a la CROC y una más a la CROM. Este “sindicalista” negocia trabajadores de las industrias alimentaria, metálica, construcción y textil, mientras administra su propia Federación de Trabajadores Vanguardia Obrera.

Otros charros representan hasta 4, 3 y 2 sindicatos. No son pocos pero, además, todos son muy hábiles para administrar eso de la “democracia”, ya que tienen el puesto asegurado (ante la STPS) por bastantitos años (Kalkach, por ejemplo, hasta el 2009).

Varias de estas mafias están encabezadas por abogados sin escrúpulos que tienen despachos dedicados a la “administración” de esos falsos sindicatos. Algunos despachos “jurídicos” controlan hasta 5 mil contratos.

Las autoridades laborales saben de esta situación pero hacen caso omiso, deliberadamente toleran tales prácticas. La razón, para ellos, es simple. Ese “sindicalismo” les representa una fuente de enriquecimiento mutuo y, al mismo tiempo, impide la acción organizada de los trabajadores, cuestiones que el Estado y los patrones, el imperialismo mismo, celebran y premian.

Cifras deliberadamente falseadas

Las cifras de la STPS están deliberadamente incompletas. Se trata de ocultar la ignominiosa estructura charra del corporativismo sindical. Baste decir que se omiten importantes sindicatos (charros) como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que agrupa alrededor de un millón de maestros de educación media y superior o la Alianza de Tranviarios de México (ATM), por ejemplo. Tampoco están consideradas organizaciones de sectores fuertemente golpeados por la política del estado mexicano: como el Sindicato Nacional de Trabajadores del Instituto Nacional del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores, SNTINFONAVIT, el Sindicato de Trabajadores de Novedades Editores, STNE y la Unión Linotipográfica de la Republica Mexicana, ULRM, integrantes del Congreso del Trabajo.

A nivel de confederaciones y federaciones también se omite a organizaciones grandes, como la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), que agrupa a la mayoría de los trabajadores al servicio del Estado en crisis a raíz del desprendimiento del SNTE. Pero la proliferación de centrales y sindicatos sigue creciendo. Hace algunos años había media docena, ahora hay 6 veces más y todas están controladas por el charrismo sindical.

Miles de contratos y sindicatos falsos

Tampoco existen datos confiables a nivel nacional para detectar los miles de contratos colectivos prácticamente inexistentes, porque jamás han sido revisados, o porque se resuelven entre empresa y líderes charros, al margen de los trabajadores.

Algunos investigadores señalan más de 12 mil contratos falsos, de los cuales los trabajadores ignoran su contenido, muchas veces ni saben que existen. Los 12 mil podían ser, incluso, más porque no existe ningún control.

ALGUNAS CENTRALES OMITIDAS
CNMT
CONFEDERACION NACIONAL "MARTIN TORRES"
CONACOPSE
CONFEDERACION NACIONAL DE COMERCIANTES Y PRESTADORES DE SERVICIOS
FNMT
FEDERACION NACIONAL MEXICANA DEL TRABAJO
FOEV
FEDERACION DE OBREROS DEL ESTADO DE VERACRUZ
FNUTE
FEDERACION NACIONAL DE UNIONES TEATRALES Y DE ESPECTACULOS
FSTDMIDCERM
FEDERACION DE SINDICATOS DE TRABAJADORES AL SERVICIO DE LOS MUNICIPIOS E INSTITUCIONES DESCENTRALIZADAS DE CARACTER ESTATAL DE LA REPUBLICA MEXICANA
FSTSE
FEDERACION DE SINDICATOS DE TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO
FTDF
FEDERACION DE SINDICATOS DE TRABAJADORES DEL DISTRITO FEDERAL
FNC
FEDERACION NACIONAL DE CAÑEROS
FFSTSGEMRM
FEDERACION DE SINDICATOS DE TRABAJADORES AL SERVICIO DE LOS GOBIERNOS ESTATALES Y MUNICIPALES DE LA REPUBLICA MEXICANA


Las Juntas Locales de Conciliación y Arbitraje no ofrecen información confiable, ni siquiera en el Distrito Federal, la entidad con mayor índice de sindicalización [Ver www.juntalocal.df.gob.mx].

La propia STPS omite toda información, a partir del año 2000, sobre revisiones salariales y contractuales por central obrera ("esta información se encuentra en revisión", indica un aviso en la página Internet de la Coordinación General de Políticas, Estudios y Estadísticas del Trabajo www.stps.gob.mx/01_oficina/05_cgpeet/302_0055a.htm). Lo que sí es evidente es que el desorden es auspiciado y tolerado por las mismas autoridades laborales en connivencia con los charros.

Tampoco se tiene información de la multitud de sindicatos “blancos” que operan en Monterrey organizados por los mismos patrones.

Necesaria reorganización del movimiento obrero

Por sectores, INEGI reporta que de la PO un 15.3% trabaja en el sector primario (agropecuario, silvicultura, caza y pesca), un 25.9% en el secundario (industrial y manufactura) y el 58.3% en el terciario (comercio y servicios).

Mucho se ha hablado de las transformaciones en el mundo del trabajo, propiciadas por el capitalismo a escala global, cuya tecnificación provoca un traslado cada vez mayor del trabajo "vivo" al trabajo "inmaterial", "borrando" las antiguas categorías y dificultando la toma de conciencia de clase. Sin embargo, al menos en el caso de México, la proporción de trabajo vivo es históricamente constante. Pero la mayoría de los 10.6 millones de trabajadores que aún quedan en el sector industrial y manufacturero (realizando trabajo perfectamente "vivo") no están sindicalizados (o pertenecen a un sindicato charro).

En México, la reestructuración del trabajo lleva al menos 3 décadas. En 1976, con la represión político-militar a la Tendencia Democrática de los electricistas, con motivo de la Huelga Eléctrica Nacional impedida violentamente por el ejército y el Estado, se entró en una onda larga de crisis económica persistente que no ha terminado sino que se ha agravado.

El sector primario referido a las actividades silviagropecuarias está en declive desde los 30s. El auge industrial de esos años alcanzó su máximo en los 70s y ha entrado también en declive. Precisamente, desde los 70s empezó a cobrar fuerza el sector de los servicios, comercio y burocracia. Esta área es actualmente la dominante. Hay una nueva generación de proletarios ubicada en este sector que carece de organización y derechos. Este, es ya el sector mayoritario y el más débil social y políticamente.

En suma, existe una total desnaturalización del sindicalismo mexicano usurpado por el charrismo sindical. La clase obrera mexicana, organizada minoritariamente, está secuestrada en sus propias organizaciones sindicales. Este proceso lleva ya 50 años y no es casual ni espontáneo. Se trata de la estrategia implantada por el imperialismo a través de la ORIT-CIOSL para impedir cualquier acción organizada y conciente de los trabajadores. El resultado: en México la mayoría de los trabajadores NO están sindicalizados. Pero si el capital ha infiltrado a los sindicatos, es porque le afectan, por ello crea la percepción de que son caducos, para debilitarlos ante las nuevas generaciones de trabajadores.

La respuesta a esto se encuentra en el orden político. Actualmente el llamado “movimiento sindical mexicano” se “organiza” desde cuatro agrupaciones: Congreso del Trabajo (CT), Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Frente Sindical Mexicano (el FSM) y el Consejo Nacional de los Trabajadores (CNT). Sin embargo, estos organismos operan con una política borrosa y corporativa. El Congreso del Trabajo es el organismo cúpula del charrismo encabezado por la CTM y la CROC; la UNT encabezada por el Sindicato de Telefonistas sigue una política similarmente charra y, en algunos casos, apenas socialdemócrata. Ambas, CTM y UNT están afiliadas a la CIOSL. El FSM está encabezado por el SME con presencia solo en la capital del país, y el Consejo Nacional de Trabajadores es inexistente. Otras opciones no han cristalizado.

El FTE de México, continuador de la Tendencia Democrática, enarbola la tesis de que la construcción del movimiento requiere la reorganización democrática del movimiento obrero de México en 20 sindicatos nacionales de industria en otras tantas ramas de actividad, base de la Central Única de Trabajadores. Esto implica la necesaria derrota del charrismo y el rescate de los sindicatos por los propios trabajadores.

Para llevar adelante estas propuestas el FTE de México enarbola un Programa Obrero y ejerce acciones concretas. La tarea es enorme pero es pertinente, por ser necesaria, para liberar al sindicalismo mexicano de las garras del charrismo y del imperialismo.

¡Venceremos!

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