Volumen 5, Número 64, julio 1 de 2005

Pernicioso “charrismo” sindical petrolero en México

Empieza revisión petrolera
Pemex-STPRM

¿Cuáles son las peticiones? ¡Nadie sabe y nadie sabrá, solo las mafias!
¿Quién autorizó a los charros petroleros para revisar el Contrato Colectivo? ¡Nadie, nunca hay asambleas!
¿Qué harán charros y patrones? ¡Profundizar la privatización petrolera en marcha! A los charros les entregarán un nuevo “préstamo” por casi 1 mil millones de dólares.

Se reunieron para intercambiar elogios. Luis Ramírez Corzo, individuo ajeno a la industria petrolera, quien funge como director de Petróleos Mexicanos (Pemex) y Carlos Ramírez Deschamps, espurio secretario general del sindicato petrolero mexicano, se hicieron acompañar de sus respectivas mafias para declarar iniciadas las conversaciones relativas a la revisión ordinaria del Contrato Colectivo de Trabajo que rige las condiciones laborales entre Pemex y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).

Durante el evento de instalación de la Comisión Mixta de Contratación Revisora del Contrato Colectivo de Trabajo, para el periodo 2005-2007, ocurrido el 14 de junio de 2005, las mafias designaron como representantes para encabezar las negociaciones a dos individuos privatizadores. Por la empresa, será el director corporativo de Administración Rosendo Villareal Dávila y, por los charros sindicales, nadamenos que Leocadio Mendoza Olivares.

Corzo dijo que “la empresa requiere atender de manera eficaz las necesidades de sus trabajadores y colocar eficientemente sus recursos humanos en los proyectos petroleros más importantes del país”. Más aún, expresó que “el propósito es lograr que se retribuya justamente a los trabajadores”. Esa es la demagogia que gusta repetir siempre que se refiere a los trabajadores.

Pero, el momento fue otro pretexto para seguir avanzando en la privatización de Pemex. Para ello, dijo, “debemos superar los factores que afectan su desarrollo, y por eso, hemos insistido en la modificación del régimen fiscal y la autonomía de gestión que nos permitan ubicarnos en la posición de liderazgo que nos corresponde”. Ambas propuestas (privatizadoras) son las que interesan a esos privatizadores; los trabajadores ¡No!. Señaló que “modernizar la relación laboral implica lograr tanto mejores condiciones contractuales para los trabajadores como mejores resultados para la paraestatal”.

Por su parte, Deschamps dijo, confusamente sin entender cabalmente lo que decía, que "Vamos en el mismo barco y no podemos remar hacia rumbos opuestos". Agregó que “si bien la administración es nuestra contraparte por razones de ley, precisó, no somos de ninguna manera adversarios” (sic). Por supuesto, el charro petrolero hizo “un especial reconocimiento al director general de Pemex, Luis Ramírez Corzo, por su interés en atender las demandas de los trabajadores”.

Lo anterior es “casi exactamente” lo mismo que siempre ocurre. Al final, la empresa (y gobierno en turno) deciden “sacrificar” a los petroleros imponiéndoles el tope salarial, es decir el nivel más bajo de la coyuntura adoptado como política salarial gubernamental.

No nadamás, aún está presente la revisión de 2001-2003. En esa ocasión, los charros petroleros aceptaron “modificar” las cláusulas del Contrato Colectivo de Trabajo referidas a la Materia de Trabajo, para permitir la privatización de Pemex.

Hoy, la industria petrolera nacionalizada de México está plagada de contratistas nacionales y extranjeros. De estos últimos, las mismas transnacionales que invaden a Irak también están invadiendo a México al intervenir en actividades estratégicas reservadas constitucionalmente al Estado como son la exploración de hidrocarburos (petróleo y gas) y la perforación de pozos petroleros en las plataformas continental y marítima.

El transporte, la distribución, almacenamiento y comercialización de gas natural son actividades realizadas por más de 300 transnacionales en prácticamente todo el territorio nacional. Estas actividades empezaron con la anuencia de los charros sindicales y, luego los permisos privados otorgados unilateralmente por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), siempre al margen de la ley.

Respecto a las condiciones salariales, el trato oficial a los petroleros ha sido de los más bajos, es decir, los aumentos salariales han sido los peores del sector energético. Para este año se aplicará, simplemente, el nuevo tope y se disfrazarán como “prestaciones” un conjunto de ayudas al charrismo sindical. Esas ayudas, por supuesto, JAMAS llegarán a NINGUN trabajador.

¿Qué hace decir a Corzo que “atenderá” las necesidades de los petroleros? ¡Simple demagogia! Si así fuera, debiera reinstalar a los casi 20 mil petroleros actualmente despedidos sin justificación, varios de ellos ya con varios años en el desempleo. De eso, empresa y charros ni se acuerdan.

Lo que le interesa a esa “comisión revisora” es el fortalecimiento mutuo de las mafias. Sabido es que, tanto Corzo como Deschamps, son vulgares delincuentes, individuos carentes de moral. “Debajo del agua” está el nuevo “préstamo” por casi 1 mil millones de dólares que Corzo ha ofrecido a los charros petroleros y que hemos reiteradamente denunciado. A cambio, Corzo tendrá “manos libres” para seguir adelante con la destrucción de Pemex.

¡Fuera Ramírez Corzo de Pemex!
¡Fuera charros del sindicato petrolero!
¡La Patria no se vende!




La industria petrolera de México es de la nación
no del gobierno ni del charrismo sindical
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