Volumen 5, Número 64, julio 1 de 2005

Elías Ayub, privatizador “laureado”


A principios de junio, la Academia de Ingeniería (AI) de México aceptó como académico “de honor” al actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Alfredo Elías Ayub, servil entreguista de la Industria Eléctrica nacional. Elías no es más que un burócrata al servicio de las transnacionales energéticas, a las cuales ha otorgado millonarias concesiones no solo en generación, sino también para contratar adquisiciones y servicios que la CFE debería realizar por administración directa, es decir con recursos propios. Solo en este mes, la CFE por conducto de Elías entregó al oligopolio español diversos contratos a través de las empresas Iberdrola, Fenosa y Abengoa).

Indudablemente que la AI, elitista como es, jamás reconocería el esfuerzo de cientos, tal vez miles de técnicos mexicanos que día a día luchan en defensa, no solo de la ingeniería mexicana (como dijera en su discurso el Ing. Javier Jiménez Espriú, al aceptar la misma distinción de la AI), sino para asegurar la soberanía tecnológica del país.

No teniendo nada mejor qué decir, Elías presentó como discurso de ingreso una ponencia titulada “Potencial de la red eléctrica como instrumento de conectividad social”, en donde plantea la posible explotación de la red eléctrica nacional como medio de transmisión de información, considerando que cubre casi la totalidad del país (96% a nivel nacional, en comparación con el 17.1% que cubre apenas la red telefónica), hecho que, según él, justificaría buscar su aprovechamiento “para incrementar la conectividad social del país e impulsar el desarrollo económico, social y cultural, en especial de regiones y estratos sociales actualmente no atendidos” (pero eso sí, redituable).

Vale precisar que apenas en febrero pasado, Fox fue invitado por Elías como “testigo de honor” a una prueba piloto de la tecnología de transmisión de voz y datos de Banda Ancha sobre instalaciones eléctricas, conocida como BPL, por sus siglas en inglés. Fox llamó vía Internet a sus oficinas Los Pinos desde el poblado de Jocotitlán, en el Estado de México; utilizando un dispositivo de telefonía convencional conectado a un dispositivo BPL (módem) que inyecta la señal -sobre una onda portadora-- al circuito de alimentación eléctrica (técnica conocida como PLC, por sus siglas en inglés), que a su vez se enlazó a la red general de telefonía mediante un canal de banda ancha vía microondas y enlace satelital.

Como hemos advertido, los “especialistas” de la privatización (de cualquier área) de la Industria Eléctrica ya vieron la posibilidad de lucrar con ese medio de transmisión de información (aún sin regular), considerando que en el esquema de telecomunicación propuesto por la CFE de Elías, el uso del PLC aporta apenas un medio de salida a la Banda Ancha a través del cableado eléctrico y de allí a las redes de distribución y transmisión de energía eléctrica existentes, por lo que sería necesario (para ofrecer un servicio comercializable, con un enlace equivalente a la TV por cable por ejemplo) enlazarse mediante otros servicios que se encargarían de proporcionar un enlace de Banda Ancha con la red general de comunicaciones. Por esta razón la mayoría de las transnacionales que dominan ese ramo (fibra óptica, microondas o incluso satélite) están pendientes de lo que potencialmente podría representar un nuevo “nicho de mercado”.

Por supuesto que Elías Ayub conoce la situación real de la BPL-PLC y por ello está dispuesto a concesionar parte de la infraestructura de transmisión y distribución eléctrica, de propiedad nacional y bajo el control de CFE y Luz y Fuerza del Centro. Por otro lado, las “regiones y estratos marginales” que sería beneficiarias “morales” del proyecto, están marginadas en todos sentidos, es decir carecen también de los recursos para adquirir computadoras y contratar el servicio de Internet con un proveedor, y en última instancia hasta para adquirir los equipos necesarios para adaptar la red eléctrica como canal de comunicación, recursos todos indispensables para tener acceso a los servicios mencionados de voz y datos. Es decir, no basta con “poner a su alcance la tecnología”, sino que para ser realidad, el propio estado tendría que proporcionar gratuitamente dichos servicios.

Por otro lado, Elías carece de toda ética, ya que no mencionó ante la Academia que las pruebas reales efectuadas por la CFE no tienen nada que ver con la visión romántica y altruista que le imprimió a su discurso, sino que tienen objetivos vilmente comerciales. Para CFE no nadamás se trata de probar BPL-PLC interconectando rancherías alejadas, además realiza --con la “asesoría” de la española Endesa-- al menos otras dos pruebas piloto en las ciudades de Monterrey y Morelia, con el objetivo de comprobar sus posibilidades comerciales (vendiéndolo como un servicio agregado de CFE --cosa que parece imposible dada la enorme inversión que se requiere--, o bien “asociándose” a las transnacionales de las telecomunicaciones --concesionándoles la red--).

Lo peor del asunto es que hasta en el reciente congreso sobre el tema, organizado por el Comité de Estudios D2 (Sistemas de Información y Telecomunicaciones) del Cigré (Consejo Internacional de Grandes Sistemas Eléctricos), efectuado en la ciudad de Cuernavaca, México, con el patrocinio (entre otros) de la CFE para promocionar el uso BPL-PLC, se presentaron al menos tres experiencias fallidas, a nivel internacional: Brasil (la Red Electronet de Fibra Óptica, concesionada a la transnacional AES y a la energética brasileña Electrobrás); Sudáfrica (una proyecto comercializado por ESCOM y copatrocinado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, ITU, el mercado común de África del sureste, COMESA; y la Nueva Alianza para el Desarrollo de África NEPAD); y Japón (en dónde las empresas TEPCO y KEPCO descartaron el uso de BPL-PLC y optaron por la instalación de una enorme red de Fibra Óptica).

No cabe duda que la AI perdió hace rato el rumbo, con varios de sus más eminentes miembros vergonzosamente asociados al zedillismo (y desde antes al salinismo), como el recientemente fallecido exdirector de CFE, Fernando Hiriart Balderrama, quién promovió nadamenos que las reformas a la ley de servicio público de electricidad, o Alberto Escofet Artigas, privatizador confeso quien también dirigió dicho organismo, y Rogelio Gasca Neri quien, luego de su abrupta salida por “oponerse” tibiamente a la privatización de CFE, terminó firmando desplegados en favor de la iniciativa foxista.



Central termoeléctrica de ciclo combinado Río Bravo III, en Tamaulipas,
propiedad privada de la transnacional Electricitè de France.
Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.


Comentarios Comisión de Energia Suscribirse Comisión de Prensa