Volumen 5, Número 64, julio 1 de 2005

La tarea política de nuestra época


Construir organización
con política clasista

No hay organización verdadera sin estructura, programa y política de clase.
La organización que necesitamos es obrera, social y política.
La praxis está determinada por la dinámica concreta.

La prioridad política

Muchos son los problemas y retos de los pueblos del mundo y, en el contexto de la lucha de clases, los trabajadores debemos esforzarnos por tener en alto nuestras propuestas. El proyecto de los trabajadores se basa en la política y nuestra política no puede ser sino de clase. El concepto de unidad no es abstracto ni es absoluto. La unidad es un medio para cumplir un programa. De allí la importancia de definir ¿Porqué luchamos?

La política, el programa y el proyecto deben orientarse al cumplimiento de nuestra prioridad. En la presente época, la tarea política es la organización de los trabajadores y de los pueblos en general. La propuesta no es de ahora, tiene vigencia histórica, pero ahora cobra más fuerza ante las tendencias del imperialismo no solo por debilitar todo tipo de organización seria sino de suprimirla.

La mayoría de los trabajadores en el mundo NO están organizados en nada. Los sindicatos no solo han dejado de afiliar trabajadores, ahora enfrentan la desafiliación masiva. En muchas partes, de hecho, los sindicatos no cumplen sus funciones y NO sirven a los trabajadores. El caso más degradado está en México pero no es el único caso, el fenómeno también ocurre en la vieja Europa.

La tendencia a la eliminación de la Jornada de Trabajo, el pago por horas simples trabajadas, la contratación individual, la desprotección social, conducen a la negación de la organización sindical, vista inútil además por la corrupción, corporativismo y conservadurismo que le son característicos.

Desorganizar, tarea imperialista

Nada mejor para el imperialismo que llevar adelante sus políticas en ausencia de resistencia y oposición. En varias partes de la vieja Europa, por ejemplo, las privatizaciones se realizan sin que NADIE diga NADA. En otros casos, todo se busca canalizar por la vía electoral fraudulenta y las propuestas se basan en la política de ciudadanos, individuales y anónimos. A los partidos políticos tradicionales solamente les interesa organizar “redes ciudadanas” o “comités promotores del voto”, desde luego sin programa ni propuestas.

Otros sectores plantean la desorganización organizada, al margen de la lucha de clases, todo diluido en la multitud, en la masa informe, sin estructura ni liderazgos (por demás inexistentes). En la abstracción de la lucha de clases, los trabajadores no son considerados como clase social y su programa no se toma en cuenta. Estos sectores se creyeron el discurso del posmodernismo y ya le dijeron ¡Adiós! Al proletariado.

En el mejor de los casos, los sindicatos son reducidos solamente a “lo laboral”. Eso le gusta mucho al imperialismo. Con esa dinámica se favorecen las tendencias al atraso político, los sindicatos devienen en el gremialismo y el sindicalerismo, siempre ajenos a la lucha social.

Organización obrera

Pero los sindicatos siguen siendo vigentes y tienen un valor muy importante. Se requiere, por supuesto, derrotar al charrismo, rescatar a los sindicatos y hacerlos funcionar correctamente. Eso solamente es posible con la intervención organizada y decidida de los trabajadores. El sindicato somos todos, no las cúpulas burocráticas. Pero el sindicalismo NO se puede reducir únicamente a la lucha por las reivindicaciones inmediatas y gremiales; como la democracia sindical No se puede reducir solamente al voto. Claro, en casos como México, si los sindicatos tan solo lucharan por la defensa de los salarios y del empleo y, si tan solo hubiera asambleas generales, se habrían dado pasos gigantescos porque NADA de esto existe.

Sin embargo, el sindicato tiene tareas adicionales más importantes que cumplir. En ese sentido, proponemos la Reorganización Democrática del movimiento obrero, no solo en México sino en muchas partes más. Tratándose de los sindicatos existentes proponemos abrir procesos de unidad para formar Sindicatos Nacionales por Rama Industrial. Un solo sindicato en cada rama de actividad productiva. No se necesitan más, la proliferación de sindicatos y sindicatitos por todas partes solamente debilita al movimiento y sirve a los intereses antiobreros. Respecto a los trabajadores no sindicalizados, la propuesta consiste en dedicar suficientes esfuerzos para integrarlos a su respectivo sector.

Por supuesto, no se trata de organizar por organizar, en México existen miles de sindicatos muchos de ellos simples negocios e inexistentes organizaciones. Se trata de organizar a la clase obrera con base en un programa mismo que proponemos en términos del Programa Obrero de México basado en décadas de lucha proletaria.

La reorganización obrera es crucial, es la condición fundamental para desarrollar cualquier lucha sea electoral o no. Los trabajadores mexicanos requerimos de una organización nacional que nos represente y unifique en la dinámica concreta. En este sentido una propuesta sería integrar el Frente de Trabajadores de México. En este frente los trabajadores mexicanos del campo y de la ciudad nos integraríamos en una sola categoría: trabajadores; y estaríamos organizados en sindicatos y en Consejos obreros para hacer valer la fuerza proletaria en el espacio del saber.

Organización social

La clase obrera no debe limitarse al simple interés gremial porque desnaturalizaría los objetivos de la lucha. La solidaridad proletaria no es la dádiva ni el apoyo solamente económico, es ante todo el accionar político para integrar al conjunto de la clase y de los pueblos. Pero los trabajadores no podemos sustituir al pueblo ni debemos. Pero si debemos desarrollar la lucha integrados en la organización social del pueblo.

En México la situación es deplorable, la mayoría de mexicanos resistimos pasivamente, sin organización social de ningún tipo. Esfuerzos se han hecho en varios momentos pero hace falta que cristalicen en una organización nacional. Proponemos la acción en todas partes del país, en todos los lugares, no en plan de gira para los reflectores sino de acción orientada hacia un punto: CONSTRUIR organización social, política y obrera.

La organización social requiere ser representativa, con estructura y con dinámica. Una propuesta es construir un Frente de Soberanía Nacional, con carácter antiimperialista, integrado por 1 Consejo Nacional, 32 Consejos estatales, 10 Consejos regionales y 2000 Consejos municipales. Los objetivos serían: la defensa de los derechos sociales del pueblo y de la Nación.

Organización política

Los trabajadores debemos dejar de lado atávicos defectos que son perniciosos. Debemos suprimir el voluntarismo, la improvisación y el culto al espontaneísmo. Construir organización, de cualquier tipo, es una tarea política que no se puede reducir solamente a la plática o a las visitas de aparato ni al manejo de los medios. La construcción social es concreta, NO es fácil pero es indispensable.

Para llevar adelante estas tareas, más allá de la coyuntura, necesitamos de una organización política. En los últimos 100 años en México ha habido muchos esfuerzos, algunos exitosos otros no tanto. Hoy carecemos de organización política, la izquierda mexicana está difusa, la socialdemocracia se ha apropiado la representación, las fuerzas están desarticuladas.

La organización política que necesitamos no se puede limitar a la simple protesta contestataria ni al idílico discurso, es preciso ejercer acciones de poder político mismo que debemos construir. Una propuesta sería avanzar en torno a una política de Frente Unido e integrar el Frente Socialista de México.

Construir la organización en todo el territorio del país, enarbolar el programa obrero y popular, dinamizar el movimiento es ser parte de la lucha para defender a México del imperialismo y para abrir nuevos espacios de lucha que no se limiten a los sucios procesos electorales.

Por supuesto, la organización NO se construye sola ni la construye NADIE, se construye por TODOS, en alianza política, con base en acuerdos democráticos, en la acción concreta y en la coherencia política.
¡Salud y Revolución Social!
¡Venceremos!


Trabajadores mexicanos en lucha por objetivos inmediatos e históricos.
Construir organización con estructura y programa,
a todos los niveles, es la tarea política de hoy.
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