Volumen 5, Número 63, junio 1 de 2005

Pueblo y trabajadores definirán el rumbo de la nación andina

¡Nacionalización SIN Indemnización!


Nacionalización de los hidrocarburos, cierre del parlamento, las demandas del pueblo.
La lucha de clases en Bolivia, enmarcada en división social y política.
Apoyamos a los trabajadores y pueblo boliviano.


Movilización obrera, campesina y popular


Campesinos, trabajadores y pueblo de Bolivia siguen movilizados reclamando la nacionalización de los hidrocarburos. Convocados por la Federación de Juntas Vecinales de El Alto, realizaron una marcha de 12 km hasta La Paz y tomaron simbólicamente la planta de almacenamiento de combustibles de Senkata sobre la carretera de La Paz a Oruro. El 16 de mayo, en la capital boliviana, se realizó un combativo mitin. Empleando fulminantes de dinamita un grupo de mineros y campesinos intentaron tomar la sede del Poder legislativo en La Paz. Pueblo y trabajadores expresaron una sola consiga: ¡Nacionalización sin indemnización!

Entretanto, la Federación Unica de Campesinos mantenía bloqueados los caminos en Cochabamba, Potosí y Chuquisaca. La Central Obrera Boliviana (COB) propuso coordinar las movilizaciones por objetivos centrales, que incluyen la recuperación estatal de la industria petrolera y del gas, así como la nulidad de los contratos petroleros privados. Se planteó también el llamado a una huelga general y al bloqueo nacional de caminos. En La Paz, los manifestantes reclamaron la renuncia del presidente Carlos Mesa y el cierre del Congreso por haber aprobado una Ley que NO nacionaliza los hidrocarburos.


Ley de hidrocarburos objetada


El 6 de mayo, luego de 9 meses de intensos debates, el Congreso boliviano aprobó la llamada Ley de Hidrocarburos misma que fue turnada al presidente Carlos Mesa para su promulgación. La votación en el Parlamento fue muy dividida: 59 votos a favor, 46 en contra y 3 abstenciones. El 10 de mayo, Mesa devolvió la ley al Congreso negándose a firmarla. Primero, dijo que tenía objeciones conceptuales que no explicó, luego la califico de “suicida”. Entonces, la controvertida ley fue firmada por el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez.

Apenas la había firmado, varios partidos políticos objetaron esa ley. El Movimiento al Socialismo (MAS) propuso modificar el régimen tributario para que las transnacionales no puedan evadir el pago al fisco del 50 por ciento sobre la producción. La ley aprobada estableció el 18 por ciento de regalías y 32 por ciento de impuestos. El MAS también planteó modificar un artículo que reconoce tácitamente la validez de los actuales 76 contratos privados otorgados por el gobierno al margen del Congreso. Para apoyar sus propuestas, el 18 de mayo partió de Caracollo una marcha de 200 km hacia La Paz bloqueando la carretera La Paz-Oruro y Oruro-Cochabamba.

Esta acción fue afectada por el bloqueo de caminos y Evo Morales, líder del MAS, acusó a los mineros de sabotear su marcha y se deslindó de los bloqueos de caminos y de quienes exigen el cierre del Congreso. “Están buscando una dictadura, creo que sería un error político”, declaró (AFP, DPA y Reuters en La Jornada 17 mayo 2005).

Para la Cámara de Hidrocarburos, que agrupa a las 20 transnacionales, la ley es confiscatoria y vulnera supuestos derechos.

La ley también fue rechazada por sectores de Tarija, lugar donde se concentran importantes reservas de gas. Gremios civiles y empresariales exigieron que la sede de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se traslade a ese lugar.

En Santa Cruz, un Comité Cívico pidió a las autoridades locales que convoquen a un referéndum sobre autonomía para el 12 de agosto. El 21 de mayo, una Asamblea Provisional Autonómica emitió unilateralmente la convocatoria. Luego, un Comité Cívico pro-defensa de los intereses de Tarija también anunció un referendo unilateral.


Lucha social y política


El 23 de mayo, la marcha del MAS se aproximaba a la capital. En El Alto, la Federación de Juntas Vecinales convocó a una huelga general indefinida exigiendo la plena nacionalización de los hidrocarburos. En ambos casos, se expresó el rechazo a las falsas autonomías que reclaman algunos sectores. También, se empezaron a propagar rumores sobre un golpe de estado militar. El MAS lo rechazó de inmediato.

La marcha del MAS llegó a La Paz. En el mitin Evo Morales dio un plazo de 4 días a Mesa para convocar a un Congreso Constituyente pero indicó que el MAS no busca el cierre del Parlamento, “símbolo de la democracia” (AFP, DPA y Reuters 24 mayo 2005). También rechazó cualquier golpe militar.

Al siguiente día, miles de mineros, campesinos y pueblo en general ocuparon otra vez el centro de la capital andina exigiendo la nacionalización de los hidrocarburos.

La división del movimiento ha provocado enfrentamientos e intercambio de insultos fuertes. Evo acusó a Jaime Solares, secretario general de la COB, de alentar un golpe militar. Este declaró estar dispuesto a apoyar a “un coronel o un general” al estilo de Hugo Chávez en Venezuela y que ha hablado con militares de bajo rango pero no está buscando ningún golpe militar.

Mientras varios gobernadores y miembros del gobierno de Mesa renunciaban, el 25 de mayo, un grupo de militares de rango intermedio pidieron la renuncia de Mesa y el cierre del Congreso. Los tenientes coroneles Julio Herrera y Julio César Galindo, a nombre de un Movimiento Militar Generacional, emitió un pronunciamiento en que señalaron que para salvar la democracia se debe convocar a una Asamblea Constituyente" y "se debe recuperar el control total de nuestros hidrocarburos" (AFP, DPA y Reuters 26 mayo 2004). Evo Morales rechazó la proclama “venga de donde venga” porque el golpe de Estado “no es democracia”.


Realismo político de la socialdemocracia


Los hidrocarburos bolivianos son de propiedad pública, declaró Evo Morales en La Habana (Juventud Rebelde 7 de mayo 2005). El 15 de mayo, Evo pidió a Mesa que ordene la ocupación de los pozos petroleros sin expulsar a las transnacionales. "No estamos diciendo fuera trasnacionales, sino que el Estado boliviano tiene que tomar posesión de los recursos naturales y que haya nuevos contratos legales" (Arreola G., en La Jornada 7 mayo 2005).

Evo exige la nacionalización de los hidrocarburos pero entiende otra cosa o la entiende a medias. Le llama “nacionalización de hecho” a lo acordado por el Parlamento.

Antonio Peredo, diputado del MAS, ha sido más preciso. “Todos saben que no tenemos posibilidad de nacionalizar en estos momentos, y queremos ser muy claros. El neoliberalismo destruyó las infraestructuras, no existe capacidad de endeudamiento para hacer frente a la situación y, como están las cosas, luego vamos a tener que negociar con las mismas empresas" (Calloni S., en La Jornada 28 mayo 2005).

En el MAS hay evidentes dudas e inseguridad política. Su pragmatismo los conduce por la vía parlamentaria y la conciliación con las transnacionales. Pero sería muy riesgoso que Evo ganara unas elecciones presidenciales sin el consenso político y con la oposición de la COB. ¿Cómo podría garantizarse cualquier nacionalización sin la participación organizada de los petroleros de la COB? Evo, simplemente, no podría gobernar.


Nacionalización y lucha de clases


En Bolivia se enfrentan, por un lado, el pueblo empobrecido formado por obreros, campesinos, grupos étnicos (quechuas, aymaras, guaraníes) y, por otro, la oligarquía representada por las transnacionales y burguesía local acompañada de la pequeña burguesía reaccionaria.

En Bolivia, también, se vive en estos momentos la lucha energética más importante del mundo. Para el FTE de México, no hay ninguna duda: apoyamos resueltamente la lucha de los trabajadores y pueblo bolivianos.

En 1937 primero y, luego, en 1969 ya ocurrió la nacionalización de los hidrocarburos de Bolivia. En ambos casos, los gobiernos en turno pagaron enormes indemnizaciones. Como consecuencia de la privatización, la estatal YPFB fue prácticamente destruida, reducida a la distribución de combustibles. Las fases importantes del proceso de trabajo están en poder de las transnacionales.

En este contexto, la propuesta de la COB es correcta. ¡Nacionalización sin indemnización! ¿Porqué preocuparse de indemnizar por tercera vez a los ladrones? Son las transnacionales las que deben indemnizar a Bolivia, incluyendo la estatal-transnacional brasileña Petrobras.


Nacionalización, hecho político


La Nacionalización NO se reduce a una ley, a un simple decreto expropiatorio administrativo. Se trata de un hecho eminentemente político. Lo hemos desarrollado y ahora lo reiteramos.

La Nacionalización energética tiene 3 banderas esenciales: 1- El derecho de propiedad colectiva social expresado en la nacionalización mediante un decreto de ley elevado a rango constitucional, 2- El ejercicio de una Política Energética Independiente, en materia de petróleo, gas, energía eléctrica y ciencia, orientada al desarrollo social y, 3- La integración del proceso de trabajo energético, incluyendo TODAS las fases del proceso desde la planeación, investigación, exploración, producción, transformación, transporte, distribución y comercialización, realizadas a través de un organismo único y bajo el control obrero de la producción y la vigilancia social organizada.

La Nacionalización, así entendida, NO es tan radical (como creen los medios y políticos socialdemócratas) es apenas lo decoroso y digno para nuestros pueblos.

¿Qué nosotros no podemos sino solo las transnacionales que tienen la tecnología, los recursos humanos y el dinero? ¡Eso es exagerado y conformista! Las transnacionales NO son las únicas que saben y que pueden, hay otras alternativas. Lo mismo que ahora dicen en Bolivia lo dijeron en México en 1938 cuando se logró la expropiación petrolera. Sin embargo, en epopéyicas jornadas, pueblo y trabajadores salimos adelante construyendo a la industria de vanguardia hoy nuevamente expropiada por el capital extranjero y sus gobiernos entreguistas. No obstante, ¡Trabajadores y pueblo de México volveremos a rescatar el patrimonio energético nacional!

¿Quiénes podrán rescatar y reconstruir la industria energética boliviana o mexicana? Los únicos que SÍ pueden: los trabajadores, campesinos e indígenas organizados y correctamente dirigidos. Para eso no se necesita de parlamentarios sino de organización social y política coherente.


¡Viva la lucha de los trabajadores y pueblo de Bolivia!
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