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NOTICIAS, ANÁLISIS Y PROPUESTAS DEL SECTOR ENERGÍA
Volúmen 1 Número 6 / 2 de JUNIO de 2001
¡Yankis abajo, el ALCA p'al carajo!

"Globalizar la resistencia" señalaron los opositores al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Sindicalistas, ecologistas, mujeres, anarquistas, defensores de los derechos humanos y otras agrupaciones se reunieron en Québec, en abril pasado, para participar en una Cumbre de los Pueblos, al tiempo que 34 supuestos jefes de Estado de América se reunían para impulsar el ALCA. Los opositores enfrentaron a la policía, no obstante, dejaron claro que el neoliberalismo no es la alternativa de los pueblos del mundo. "El ALCA va a hacer morir a mucha gente en América Latina", dijeron.

La llamada Cumbre de las Américas expresa la ofensiva capitalista del momento. Los neoliberales proponen que el Estado abandone toda actividad económica. Esto quiere decir, que las empresas públicas deben ser privatizadas. Esto significa, una transferencia total de valor, del sector estatal al privado. También se plantea liberalizar el capital financiero, es decir, una total eliminación a la circulación de capitales.

El imperialismo propone la integración regional, política y económicamente para concretarla hacia el año 2005. Con la excepción de Cuba, los "representantes" de los países de América señalaron que "Cada uno de los países debe permitir las transferencias de fondos relacionados con inversiones de un país a otro" y que "Los países deben garantizar a un inversionista de otra nación que pueda transferir libremente sus inversiones o las ganancias derivadas de éstas".

La libertad imperialista para atracar las pobres economías de los demás, ¡eso se lo que se pretende! Se trata de otorgar a las empresas un completo dominio en todas las esferas de la vida económica y social. En este esquema, el Estado quedaría únicamente como el aparato de coerción que es, encargado de la burocracia, y la represión. Todas las reglas serían impuestas por las grandes corporaciones transnacionales, sean laborales, de salud o seguridad pública. El papel de los países pobres sería el de suministradores de materias primas y mano de obra barata. Esto implicaría la adopción de una "democracia basura" basada no en las decisiones de los pueblos sino en las imposiciones de las grandes empresas privadas.

Desmantelar las empresas estatales es el interés principal del ALCA, así como, privatizar los servicios públicos. Este proceso fue activado desde 1994 con motivo de la anterior Cumbre realizada en Miami. La segunda se efectuó en Chile en 1998. Su actual sede es Panamá y, partir de 2003, pasará a la Ciudad de México. Lo primero que interesa al "socio mayoritario" que son los Estados Unidos son las industrias energéticas, la infraestructura de comunicaciones y los recursos naturales no renovables (petróleo, uranio y gas, entre otros).

Los efectos negativos de la propuesta neoliberal son previsibles: trastocar estructuralmente a las economías débiles, desarticular la industria, marginar al agro no exportador, imponer reglas financieras y monetarias perniciosas, desplazar empresas locales, trasladar el control económico a los centros financieros del imperialismo, con enormes impactos sociales. Esto es completamente inaceptable, sería la desintegración latinoamericana.

Seattle, Praga, Washington, Melbourne, Québec significan simbólicamente la lucha contra la globalización capitalista. Ahora se suma Barcelona, donde ya se suspendió la Conferencia sobre Economía del Desarrollo organizada por el Banco Mundial, prevista para junio. Esto representa un pequeño triunfo, pero muy importante.

Entre todos, debemos parar al ALCA, a la globalización neoliberal, al imperialismo en todas sus vertientes. Los objetivos comunes que nos unen están cada vez más claros. En todos los países se viven procesos desnacionalizadores. En todas partes, los gobiernos en turno son promotores de la entrega de los recursos naturales, del patrimonio nacional y soberanía, por la vía de las privatizaciones.

La integración comercial de las Américas no es sino el sometimiento de los pueblos latinoamericanos y caribeños a los intereses del mercado norteamericano para mantener altas tasas de ganancia a costa del trabajo semiesclavo del proletariado, condenado a la descalificación en el trabajo, bajos salarios y desempleo.

"Globalizar la solidaridad", han dicho los cubanos. "Globalizar la unidad proletaria", propone en consonancia el Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) de México. La unidad de los trabajadores latinoamericanos, caribeños, de Estados Unidos y de Canadá es necesaria. Esa unidad solamente se puede forjar en la acción, con la movilización, con la organización de Jornadas de lucha a nivel continental, regional y local. Es urgente y es necesaria la lucha seria contra el imperialismo, todos los días, donde quiera que esté.

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