energia

Volumen4, Número 56, Noviembre 22 de 2004

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“Los años de siembra empiezan a rendir frutos”
(V. Fox en El Financiero y El Economista 15.01.2004)

Privatización
Cínica en 2004

En 2004, la Nación sigue enfrentando a la traición. El foxismo, siguiendo los dictados del imperialismo, está a un paso de entregar la industria nacionalizada a las transnacionales. Se trata de la DESNACIONALIZACION ELECTRICA. Los trabajadores rechazamos tal política y proponemos Reestablecer la Legalidad Constitucional. En defensa del patrimonio colectivo social, ¡Ni un paso atrás!

Asfixiante campaña mediática

Una renovada fiebre privatizadora del régimen foxista ha sido la tónica en 2004 y todo indica seguirá en 2005. Resalta una asfixiante y costosa campaña de medios (radio, televisión y prensa escrita), mediante notas “sembradas” (se reconocen porque su redacción es idéntica y aparecen publicadas durante varios días en diversos medios, unas veces firmadas y otras no.

Esta costosísima ofensiva mediática esta dirigida a imponer un programa de reformas, no por la vía de la razón sino mediante el terror, el chantaje y la desinformación creada mediante declaraciones ligeras, infundadas y estridentes, inserciones pagadas tanto por el propio gobierno como por organizaciones patronales como el Consejo Coordinador Empresarial, la Confederación de Cámaras Industriales o --por supuesto--, el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, así como por los "sindicatos patronales" de extranjeros, como la Asociación Mexicana de Energía Eléctrica que representa los intereses de las transnacionales como Electricité de France, Unión Fenosa e Iberdrola entre otras muchas más.

Subrepticiamente, ciertos columnistas habilitados como “expertos energéticos”, corearon (y corean) desde sus medios reiterada, incesantemente, la "necesidad y urgencia" de las reformas estructurales "que el país necesita" (la eléctrica en primer lugar). No faltan (ni faltarán) por allí academicosos que se prestarán a participar en el juego en contra de la Nación, por el apropiamiento de los recursos naturales.

Mientras, las posiciones de los opositores a esa “no-política” eléctrica, trabajadores, usuarios, investigadores y pueblo en general no tenemos cabida en los medios para rebatir. Las cúpulas empresariales en cambio sí se sientan con el "gabinetazo" foxista a pedir, exigir, y recibir cuanta explicación requieren.

Sin embargo, la reforma "no pasa"

Y no pasa porque los ejes del “rollo foxiano” son cada vez más pobres. "Las condiciones fiscales no son las adecuadas", "el país necesita inversión privada para liberar recursos al gasto social”, dicen los foxistas. Eso es simple repetición de rollo. Es evidente que la política fiscal del gobierno, que debiera proveer de los recursos necesarios del Estado, se reduce simple y llanamente a empobrecer más al pueblo --vía el IVA generalizado--, o en seguir "ordeñando" a las empresas energéticas (Pemex y CFE) por la vía un régimen fiscal que les arrebata todos sus excedentes.

Mientras, de manera injusta, el foxismo "perdona" enormes sumas en impuestos a los capitalistas, o paga réditos exorbitantes al agio nacional e internacional. Con el actual “modelo de desarrollo”, entre más impuestos recibe el Estado, más recursos entrega a los poderosos pero jamás destina recursos al gasto social. Evidentemente, su proyecto obedece a los dictados de los organismos internacionales mismos que han repetido hasta el cansancio que están por la "reducción" del Estado y en favor del libre mercado.

Un gobierno sin noción de Nación

"Parálisis legislativa", "Los legisladores obstaculizan las reformas que el país necesita". Esas no son más que las consignas favoritas del régimen foxista, cuya administración necesita operar políticamente la venta del sector energético para satisfacer sus compromisos de campaña sin. Esa burocracia pretende, además, anular las magras condiciones de bienestar logradas por los trabajadores organizados luego de cruentas luchas. Fox apostó todo su capital político a una sola carta: la privatización de las empresas energéticas nacionales para “atraer inversión extranjera” (forma grosera de referirse a la venta general de los bienes de la Nación) que supuestamente aceleraría el desarrollo económico.

Por desgracia pudo comprobarse, con la contra-reforma a la Ley del Seguro Social (LSS) de agosto pasado, que no existe parálisis legislativa. Lo que hay es un Estado infuncional que, cuando logra amarrar intereses, es capaz de llevar adelante su proyecto neoliberal aprovechando a la derecha incrustada en todas las fracciones parlamentarias. En el caso de la reforma eléctrica existen razones de fondo por parte de los trabajadores y el pueblo que se han hecho valer para impedir la modificación constitucional. También es cierto que existen intereses mayores entre las burocracias políticas, lo que ha impedido un acuerdo cupular similar al que permitió la modificación de la LSS.

CFE y LyFC en manos de tecnócratas neoliberales

La derecha está en el poder y lo utiliza para llevar adelante su propio proyecto de país que nada tiene que ver con el del pueblo. Desde 1995 está en proceso la re-privatización de la industria eléctrica nacionalizada, ocultada y fomentada desde el gobierno y encubierta por las direcciones burocráticas de Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Luz y Fuerza del Centro (LyFC), empresas públicas que se administran no en beneficio del pueblo sino del gran capital.

Hoy, el sector eléctrico público (parece que ya es necesario diferenciarlo del privado) atiende solamente las necesidades básicas de inversión en el sector (de mantenimiento y de operación) debido a su raquítico presupuesto y a pesar de generar enormes recursos que deberían garantizar su desarrollo. Mientras, los grandes proyectos de generación de electricidad quedan en posesión, propiedad y control de las grandes transnacionales, apropiándose de la ganancia neta.

Tanto Alfredo Elías Ayub en CFE, como Luis de Pablo Serna en LyFC, y Luis Ramírez Corzo (también el exRaúl Muñoz Leos) en Pemex, no son más que esquiroles en turno de la contra-reforma eléctrica neoliberal implantada en 1992.

En estas modificaciones regresivas se basa la actual expropiación privada de la industria eléctrica nacionalizada en 1960. Impulsando una restructuración-modernización tramposa, cuyo objetivo principal sería la "autonomía de gestión", estos seudofuncionarios públicos se esfuerzan para recibir "un cheque en blanco" para seguir entregando el patrimonio nacional al capital privado, como hasta ahora, igual que hicieron sus predecesores Zedillo, Salinas y De la Madrid.

Lo mismo sucede con los altos funcionarios de la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE). En ambos casos, valiéndose de su acceso a información estratégica, ellos y sus camarillas, terminan trabajando para las empresas privadas a las que favorecen siendo funcionarios públicos.

Allí esta el denunciado caso del Héctor Olea, primer presidente de la CRE, quien pasó a la empresa Tractebel. Pero más recientemente, éste mismo año, Luis Téllez Kuenzler secretario de energía Zedilllista ingresó a trabajar para el dúo Bush-Bin Laden.

Según Leopoldo Mendívil, columnista del diario La Crónica (10.02.2004), Téllez trabaja desde diciembre pasado como presidente para América Latina del grupo Carlyle Found, presidido nadamenos que por el propio George Bush padre y entre cuyos socios se cuenta a un hermano de Osama Bin Laden. Carlyle buscará hacerse en México de infraestructura energética utilizando los “conocimientos” de Téllez.

Igualmente indignante es la situación en otros organismos estratégicos para el sector energético, como los Institutos de Investigaciones Eléctricas, Mexicano del Petróleo y el Nacional de Investigaciones Nucleares, cuyos recursos (fundamentalmente humanos) son marginados de la dirección científica y tecnológica del sector energético nacional.

De hecho, los institutos de investigación cuentan muy poco. Todos se han venido desnaturalizando aceleradamente, cambiando los programas de investigación por planes de negocios, simples servicios intrascendentes.

La derecha priísta, dispuesta a dar el golpe

Pero, no solo la ultra-derecha neoliberal (panista) es responsable. Apenas comenzaba 2004 cuando Roberto Madrazo Pintado, líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), declaraba a la prensa que "el PRI no sería freno para la aprobación de reformas en materia hacendaria, eléctrica y laboral". Desde 1999, cuando el último presidente priísta (Ernesto Zedillo) lanzó el proyecto de ley correspondiente, amplios sectores de la dirigencia de este partido avalaron la privatización eléctrica, en contra de sus propios estatutos. Sólo la afortunada actuación de algunos senadores de ese partido, encabezados por Manuel Barttlet Díaz, han impedido que se consume el atraco.

De hecho, la comisión permanente del Consejo Político Nacional (CPN) del PRI intentó un golpe de mano (como el de la LSS) a principios de año, proponiendo un periodo extraordinario de sesiones en el Senado de la República "para aprobar la Reforma Energética... [pendiente] en el 2003" (Unomásuno, 03.01.2004).

Afortunadamente, ni en el período extraordinario ni en el regular pasaron las regresivas propuestas que aún siguen vigentes en la Cámara de Diputados (de Jorge Chávez Presa del PRI, de Rosario Tapia del Partido de la Revolución Democrática PRD, y la del grupo parlamentario del Partido del Trabajo PT). En el Senado, además de 5 iniciativas de Fox, hay también una iniciativa del PRI y, otra, del PRD.

Esas iniciativas, que promueven desde cambios a la "legislación secundaria" hasta la reforma constitucional no han prosperado. En cambio, la propuesta de la senadora Laura Alicia Garza Galindo, para normar la cogeneración de energía eléctrica de Pemex, sí fue aprobada en un intento por reforzar la integración funcional Pemex-CFE, al menos en el papel.

El PRD, con política energética de derecha, también

Otro caso patético es el PRD, que carece de un proyecto energético propio, por lo cual oportunistas seudoizquierdosos como Demetrio Sodi de la Tijera hasta se dan el lujo de alinearse a la derecha, "acusando" al PRI de “bloquear” la reforma del sector eléctrico, no por defender los recursos nacionales y la soberanía, sino "porque se oponen por principio a cualquier propuesta que dé al gobierno de Fox mayor margen de acción" (Mezquindad y Liderazgo, columna de Demetrio Sodi de la Tijera para El Universal, 2.01.2004).

Pero no solo el senador Sodi es partidario de brindar "certidumbre jurídica" a los inversionistas privados, sin importar la ilegalidad en que incurrieron éstos al aceptar concesiones inconstitucionales. También hay un sector de ese partido que está dispuesta a dar su “aceptación política” que, sin fijar una postura clara en el tema energético, prefiere mantener encendidas ambas veladoras. A eso, también se le llama traición porque lo que cuentan son los hechos, ya que, en las declaraciones a la prensa la burocracia perredista dice una cosa pero en la práctica hacen lo contrario.

Lo cierto es que el PRD se encuentra entrampado en un programa socialdemócrata –con fuerte tufo neoliberal–que le impide deslindarse de las llamadas "reformas estructurales". Por esta razón mantiene un discurso de izquierda, pero plantea cambios graduales al marco jurídico vigente para favorecer la inversión ya realizada, es decir, para legalizar lo ilegal. Más claro, ni el agua.

¿Dónde está la clase obrera electricista?

No hay ninguna duda. Los electricistas del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) han encabezado la resistencia a la privatización eléctrica. Sin embargo existen destacados traidores a su clase, como el charro Leonardo Rodríguez Alcaine, alias La Güera, que "funge" como secretario general del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) pero está al servicio de la burguesía.

Es vergonzoso el descaro de la “Güera” Rodríguez, títere perfecto del foxismo, cuando reprueba la lucha clasista de los trabajadores del SME: "Las luchas se hacen con propuestas, no con minimarchas. Nosotros no hacemos demagogia, nosotros somos efectivos, no habrá privatización, no habrá nada que perjudique los intereses de México, patrimonio de la nación" (Entrevista en el desaparecido diario El Heraldo de México, 15.02.2004). De seguro este patético fantoche cree que ignoramos sus componendas con el Estado, que se han traducido en una grave pérdida de empleos en CFE, con el preocupante desplazamiento de técnicos y trabajadores de su propio sindicato ¿Qué, los intereses de los mexicanos no se lesionan? ¡Que le pregunte a los afectados por la “reducción del subsidio” a las tarifas eléctricas si la inconstitucional privatización de la generación les perjudica o no!

Sin embargo, ¿Dónde está el sentimiento de clase que llevó a los electricistas a luchar por la nacionalización de la industria eléctrica de México? ¿Por qué no levantan las históricas banderas? Los trabajadores democráticos del SUTERM no han podido reaccionar ni siquiera ante la pérdida de su materia de trabajo, ni para rescatar a su sindicato y destituir al charro y traidor a su clase y a su Patria. Son ya más de 29 años de sometimiento y aceptación del charrismo, toda una generación de electricistas que ha olvidado la lucha del SUTERM que fundamos con orgullo, como resultado de las Jornadas Nacionales por la Democracia Sindical, y de sus inolvidables antecedentes democráticos con el STERM y la FNTICE.

La historia no espera. El Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) ha propuesto la necesaria construcción de un Frente por la Soberanía Nacional, que incluye la integración de 10 consejos regionales, 32 consejos estatales y 2,000 consejos municipales. Los electricistas del SUTERM tienen presencia en las 32 entidades federativas del país. Cada división de CFE tiene las secciones de trabajadores suficientes para constituirse en la columna vertebral de este Frente. ¿Qué esperamos?

Nuevos peones en el ajedrez político

En las elecciones pasadas, el derechista Partido Acción Nacional (PAN) logró hacerse de la presidencia de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados a través del diputado Francisco Salazar Díez de Sollano, un legislador reincidente de la pasada legislatura –ingeniero químico de profesión, con estudios de políticas públicas–, quién de inmediato marcó lo que sería la táctica de enfrentamiento entre poderes, articulada desde el Ejecutivo, iniciando una fuerte arremetida contra el Legislativo, particularmente el Senado, al que acusó de no concretar las ansiadas reformas.

Salazar quiso presionar insinuando incluso que ya había acuerdo entre el Ejecutivo y algunos partidos políticos y que solo la tozudez de unos cuantos impedían la reforma. Como ya el PAN presidía la comisión equivalente en el Senado, a través de Juan José Rodríguez Prats, Fox calculó seguramente que la "correlación de fuerzas" quedaría cuando menos tablas y que con el “empujón” del aparato mediático del Estado bastaría para doblegar las resistencias.

Pero la ofensiva no dio resultado esperado y el enfrentamiento entre poderes prosiguió hasta el 1o de septiembre cuando durante su informe, el Ejecutivo ofreció una tregua que no respaldó en los hechos. Sin embargo, esto lleva a prever que Fox buscará recomponer sus fuerzas para volver a insistir en las mentadas reformas estructurales en un próximo período legislativo.

Hace poco un grupo de parlamentarios (senadores y diputados panistas, del verde ecologista y uno que otro priísta y perredista), dieron a conocer una documento que según ellos contenía las bases para destrabar las reformas. A pesar de lo impactante del anuncio, la nota pasó desapercibida ante la debilidad de sus argumentos y lo endeble de su capacidad de convocatoria. Pero no hay que menospreciarlos, el hecho evidencia que nuevos peones se prestan a subirse al tablero del ajedrez político dispuestos a hacerle el trabajo sucio al foxismo. La experiencia con la Seguridad Social no debe soslayarse.

También los ejecutivos estatales de Nuevo León y Coahuila asumieron un papel activo al lado de los “reformistas”. Obviamente, ambos esperan sacar provecho con el concesionamiento de la Cuenca de Burgos al capital foráneo. Más adelante, aunque por motivos distintos (probablemente la carrera presidencial), se les unirían los gobernadores de Hidalgo y del Estado de México, quienes harían profesión pública de fe neoliberal.

Grave para la Nación ha sido el proceder de la reciente Coalición PRI-PAN que, amafiados, legislan contra México, principalmente, contra los trabajadores y sus derechos.

La patria no se vende

Efectivamente, son años de recoger el fruto de lo sembrado y Vicente Fox sembró descontento e injusticia social, actuando con desprecio al pueblo y la Constitución. Urdió una alianza criminal en contra de la Nación, no solo con su intentona por legalizar la ilegal privatización, sino contra la seguridad social y la educación pública, mientras ha llevado al campo prácticamente a la extinción, todo por atender los dictados neoliberales.

¡Los trabajadores seguiremos adelante! La movilización que se lleva acabo en el país no se detendrá hasta reestablecer la legalidad constitucional aboliendo las modificaciones regresivas.

¡La Patria no se vende! ¡La patria se defiende!

¡Alto a la privatización energética furtiva! FOTO: fte

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