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Volumen4, Número 54, Octubre 2 de 2004

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Cinismo de Fox en materia de Seguridad Social

¿A ti en qué te afecta...?

¡Vaya tipo cínico y cobarde...! Pues “nadamás,” en prestaciones como asistencia médica por enfermedad, maternidad y gastos de defunción; para cubrir accidentes de trabajo y por enfermedad profesional; de vejez y, llegado el caso; para los deudos. por invalidez; desempleo; y finalmente, para los familiares, sin contar con el impacto en la economía nacional ¿Te parece poco?

Terminar con la seguridad social, el objetivo

No cabe duda que la Seguridad Social (SS) en nuestro país tiene, entre otros objetivos, como la asistencia médica en maternidad y para los menores, áreas cuyo desarrollo es notable (y se les considera directamente "responsables" de extender la esperanza de vida de los mexicanos), el de servir como mecanismo de distribución de la riqueza que generan los trabajadores.

Éste, y ningún otro, es el papel histórico de la SS y por ello la expedición de la Ley del Seguro Social (LSS) y la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social en 1943, como institución de SS básica, se consideran conquistas de la clase obrera.

No en balde la burguesía neoliberal, incrustada no solo en el actual gobierno sino en todos los partidos políticos existentes le adjudica un carácter "populista" y la sataniza, etiquetándola como un “producto indeseable” del "estado benefactor" --paternalista, le dicen despectivamente--, que han jurado desterrar del mundo ¡porque el fenómeno ocurre a nivel global!

De hecho, el “nuevo” proceso de reforma a la LSS en México obedece puntualmente a una ofensiva mundial del capitalismo para transferir la “carga financiera” de la SS a los propios trabajadores, basada en la "crisis" de los sistemas de seguridad "institucionales" – crisis creada por lo que contradictoriamente constituye su mejor logro: el aumento en la expectativa de vida de los trabajadores–.

Es decir, que el principal éxito de la SS es paradójicamente su ruina, evidenciando de esta manera las graves contradicciones del modelo de producción capitalista. ¿No habíamos quedado en que la lucha de clases ya se había terminado?

Privatizar la vida, las esperanzas y el futuro

Con fundamentación tan vil y peor retórica, los neoliberales pretenden imponer la sustitución del régimen actual de SS básica por un sistema privado, complementado por mecanismos asistenciales (también privados) destinados a aquellos que no puedan “cotizar” un seguro.

En pocas palabras, proponen pasar de un servicio universal y obligatorio como es la SS básica (el IMSS, ISSSTE, etc.) a un sistema supuestamente “más eficiente” pero totalmente privado, insolidario y discriminatorio, dejando a quienes no puedan cotizar siquiera un seguro mínimo el recurso de acudir a la “beneficencia” pública, gratuita pero voluntaria.

Es cierto que "todo es según el color del cristal con que se mira", según dice el refrán, pero en el caso de la SS los tecnócratas del “cambio” no han entendido que no se trata de tomar decisiones ejecutivas desde la “fría claridad” de los estudios actuariales, o a través del borroso cristal de las estadísticas. En materia de SS, lo primero que debe reconocerse es que, en México, las causas que dieron origen al IMSS (y a la LSS) prevalecen, profundizadas incluso por el cada día más preocupante nivel de pobreza, y que lo mismo sucede a escala mundial, donde los países más pobres, buscan formulas mágicas para financiar sus esquemas de SS.

Pero es evidente que el desarrollo desequilibrado del mundo, producto de la explotación capitalista, impide aplicar los remedios diseñados desde el primer mundo. Solo los gobiernos sumisos, como el de Vicente Fox en México, se empeñan en aplicar a rajatabla las políticas públicas diseñadas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, mismas que, tal vez sean menos lesivas para los países altamente desarrollados, pero aquí son totalmente ineficaces y hasta contraproducentes.

Es posible, por ejemplo, que casi cualquier ciudadano suizo tenga hoy día garantizada una buena "calidad de vida" (con acceso a los servicios básicos y más) y un salario remunerador que le permita aportar una mayor proporción de éste para asegurar su "retiro". Pero en México, ni siquiera los trabajadores "privilegiados" (aquellos con Contrato Colectivo y acceso a una SS más allá de la básica) se acercan al nivel de los trabajadores “del primer mundo”. Aquí, la mayor parte de la población carece de un salario formal (y por tanto de prestaciones) y, cuando lo obtiene, éste no pasa de ser garantía de un nivel casi de supervivencia. Ni qué decir de los servicios que, exceptuando precisamente la SS básica (con una cobertura que alcanza a menos de la mitad de la población ) y la energía eléctrica (que llega al 97%), son caros y escasos.

Indignante el cinismo de Fox

Sí, nos indigna la cínica respuesta de Vicente Fox a un par de trabajadores que, durante una de sus giras al interior del país, le solicitaban no convalidar la reforma a la LSS por constituir un atentado en contra de las generaciones futuras: "¿A ti en qué te afecta?... ¡tus derechos no son afectados!, contestó, enfatizando que los afectados son en todo caso los trabajadores de la nueva generación.

Fox se pintó otra vez de cuerpo entero, como con aquella vez del famoso "¿Y yo porqué?". Con esas frases ratifica que no se considera responsable del desarrollo económico y social ni del México actual, mucho menos de los trabajadores mexicanos, nuestras familias e hijos.

Pero es mucho pedirle racionalidad y consecuencia política al ex-ejecutivo de la Coca-Cola. Lo que urge es hacerle entender a Fox que aunque se niegue a cumplir sus promesas de campaña en materia de desarrollo económico y bienestar, está obligado no solo a preservar, sino inclusive a desarrollar el sistema actual de SS básica por constituir una deuda histórica no solo con las generaciones presentes, sino con las futuras y que, para ello, debe proceder en términos de una política verdaderamente redistributiva del ingreso en la que es imposible pedir mayor sacrifico a los trabajadores.

Mentiras empresariales

Uno de los "argumentos" más evidentemente mentirosos de la burguesía para exigir la reforma del actual esquema de pensiones, y la desaparición de cualquier régimen adicional (como los establecidos en los CCT y negociados en términos de una relación laboral específica) consiste en pregonar que los trabajadores únicamente aportamos el 4% de nuestro salario para financiar el sistema. ¡Mentira!

A nosotros se nos descuenta de nuestro salario el 8.5% para financiar la SS básica, sólo que más de la mitad (4.5%) va a parar a un fondo (Afore) que reditúa pingues ganancias a la banca privada, quedando solamente el 4% para financiar el esquema de pensiones del IMSS. Esto último, por cierto, producto de una reforma previa –también al vapor– a la LSS orientada precisamente a corregir la misma insuficiencia de recursos que hoy justifica la nueva reforma.

Modificar el sistema de SS, pero para mejorar, no al revés

El esquema de SS básico debe modificarse, PERO PARA MEJORAR LOS SERVICIOS Y AMPLIARLO A TODOS LOS MEXICANOS.

Actualmente menos de la mitad de la población tiene acceso a la SS básica, obligatoria y exigible, mientras el desempleo y la marginación propician que la otra mitad dependa de servicios asistenciales –de menor calidad incluso que el IMSS o el ISSSTE–, o que de plano se encuentren totalmente desprotegidos. ¿Cómo podrían considerase un “ejército de reserva” en estas condiciones?

¿Fondos? ¡Con lo que pagamos de rescate bancario basta y sobra! Y si no, ya es tiempo de pedir cuentas al Fondo Monetario Internacional sobre la inmoral deuda externa cuyos réditos aprovecha el agio internacional. Y esto, sin que Fox se enemiste con sus amigos empresarios exigiéndoles que paguen lo justo y que se solidaricen de veras con la SS pagando impuestos y participaciones justas y oportunas. Esto, ahora, NO lo hacen sino lo eluden.

Fox derramó el vaso

No extraña el servil alineamiento de Fox con los dictados de los organismos financieros internacionales. Lo mismo demostró antes, con su obstinada defensa de la banca privada –ratificada en días pasados al interponer un juicio en defensa de los inconstitucionales concesionarios privados de generación de electricidad–.

Pero, destruir la SS básica, contando en esta ocasión con la vergonzosa complicidad de un enorme número de legisladores en ambas Cámaras, es la gota que derrama el vaso.

Porque, en el fondo, de lo que se trata es negar a TODOS cualquier oportunidad de una vida mejor comenzando por quienes, organizados desde un Contrato Colectivo de Trabajo, han logrado una condición menos apremiante. Dejarnos a todos en un régimen básico es el objetivo, para después quebrar éste y justificar su sustitución por uno privado y “autofinanciado”. Así de clarita está la jugada, de ésta manera han procedido siempre los empresarios y sus gobiernos.

Hoy es el CCT del SNTSS y mañana, ya lo advirtieron ellos mismos, serán los de los petroleros, los electricistas y por supuesto el del ISSTE. Pero, finalmente, seremos TODOS ¡Es urgente, por tanto, frenar esta agresión! Los trabajadores mexicanos de la energía nos pronunciamos enérgicamente.

¡Por el derecho a la seguridad social para todos!
¡En la defensa de la seguridad social, ni un paso atrás!
¡Todos a preparar la Huelga nacional!
¡Salud y Revolución Social!


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