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Volumen4, Número 53, Septiembre 2 de 2004

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Propuesta obrera del FTE: el SIMSSS

Sistema Mexicano de Salud y Seguridad Social

Los trabajadores luchamos por el derecho a la vida. Esto incluye la salud, el trabajo y la seguridad social. Ante la ofensiva neoliberal regresiva, reivindicamos históricas banderas que otrora enarbolamos siendo parte de combatientes destacamentos de la insurgencia obrera. Es parte de nuestro programa la defensa, ampliación y mejora del sistema de salud y seguridad social expresado en un conjunto de derechos y obligaciones para todos los mexicanos en su calidad de derechohabientes plenos sin distinción alguna. El FTE presenta a la Nación los siguientes aspectos programáticos.

Del cerebro, solamente del cerebro, surgen los placeres,
las alegrías, las risas y las agudezas,
así como el dolor y las amarguras. Hipócrates.

(Dal cervello, e dal cervello solo, sorgono i piaceri,
le gioie, le risate e le facezie
così come il dolore e il dispiacere – Ippocrate)

Derecho a la salud

Los trabajadores, manuales e intelectuales, del campo y de la ciudad, hombres y mujeres, tenemos derecho a la salud física y mental. Esta no se refiere a la mera existencia corpórea, es la existencia de la dinámica vital, las condiciones personales apropiadas para el desarrollo humano. El derecho a la salud implica, en primera instancia, el derecho a la alimentación y al trabajo.

Este derecho es una reivindicación histórica de la clase obrera que no se reduce a la simple reproducción de la fuerza de trabajo ni al mantenimiento de condiciones salubres en los centros laborales. El derecho a la salud significa la preservación de la vida humana, el bienestar físico y mental, el disfrute del tiempo libre, la capacidad de hacer historia y desarrollar la cultura. El objetivo de la salud es el desarrollo pleno del hombre para estar en posibilidad de transformar al mundo.

Hoy, este derecho es inexistente. Los centros de salud son, más bien, centros de enfermedad. El actual sistema de salud es un sistema de muerte. La ineficacia del mismo se basa en conceptos obsoletos.

La tecnología disponible ha hecho de la medicina moderna un importante complejo de mecanismos, procedimientos y acciones orientadas, principalmente, a los aspectos curativos paliativos. Una de las acciones preferidas es la cirugía e, incluso, los tratamientos crueles como el uso terapéutico de las radiaciones ionizantes. Los grandes centros hospitalarios disponen de valioso instrumental y, sus servicios, se cotizan a precios prohibitivos para la mayoría de la población. Este sistema de salud, basado en conceptos médicos mercantilistas tiene, sin embargo, un pequeño defecto: ¡No cura!

Se hace preciso modificar radicalmente el sistema vigente de salud, sus principios, organización y conceptos. A partir del conocimiento humano históricamente acumulado se trata de ejercer una nueva práctica médica orientada a prevenir para poder curar. De acuerdo con esta filosofía, la salud obrera No es monetarizable en ningún caso; tampoco es renunciable.

Derecho a la seguridad social

La seguridad social es una indisputable conquista de los trabajadores. Las primeras luchas históricas de la clase obrera se produjeron para reducir y/o mitigar así fuera en parte, las difíciles condiciones de vida y de trabajo a que somos sometidos por el capitalismo.

Estabilidad en el empleo, salario remunerador, seguridad e higiene en el trabajo, prestaciones sociales, son algunas de nuestras reivindicaciones centenarias. Entre las prestaciones, la seguridad social cobra importancia en casos de accidentes, retiro o desempleo.

En sucesivas y arduas batallas, los trabajadores del mundo hemos logrado mínimas conquistas. Hoy, el capitalismo salvaje las quiere expropiar y, en varias partes del mundo, lo está logrando.

Las actuales pensiones y jubilaciones en México son ínfimas y de alcance minoritario. La cobertura por riesgos de trabajo es infame, para el Estado la vida obrera No vale nada. El servicio médico es deficiente y limitado.

El derecho a la seguridad social que reclamamos es un conjunto de medidas, mecanismos y prestaciones durante la vida del trabajador y posteriores para ser ejercidas por el propio trabajador o sus beneficiarios. Este derecho incluye, la medicina del trabajo, las pensiones y jubilaciones, y el seguro de desempleo.

Medicina social

El derecho a la salud en México corresponde a TODOS los mexicanos, estén en edad laboral o no, seamos empleados o desempleados, y no debe haber discriminación por ningún concepto. Este derecho debe ser gratuito para la población. El Estado tiene la obligación de proporcionar el servicio en óptimas condiciones de calidad tanto en la práctica médica, como en la atención y ejercicio de los derechos.

Esto supone la incorporación de todos los niños, jóvenes, adultos y ancianos al sistema nacional de salud, con todos los derechos y obligaciones inherentes.

En México la práctica de la medicina social debe ser prioritaria incorporando los avances internacionales del conocimiento científico y tecnológico. El objetivo es aliviar el dolor, preservar y desarrollar la vida humana.

El actual negocio privado de la salud debe ser suprimido en todos sus términos. Ni clínicas ni hospitales privados, ni costosa medicina curativa ni más centros funerales despiadados.

Medicina preventiva

La medicina social de México se basa en el ejercicio de la medicina preventiva. En cada municipio del país, se debe aplicar un programa de atención a la población, desde la maternidad hasta el fallecimiento. El concepto de centros de enfermedad ha de ser sustituido por el cuidado del organismo humano en sus vertientes mental, funcional y fisiológica sin esperar a que ocurran crisis.

La vacunación debe ser obligatoria y generalizada. No nadamás, el cuidado de los niños debe ser especial y prioritario todo el tiempo. Todos los mexicanos tenemos derecho a comer todos los días, a ser supervisados por médicos especialistas y ser tratados cuando corresponda. Los médicos ejercerán una práctica solidaria en el marco del Plan Nacional de Salud.

Medicina del trabajo

Los trabajadores en la acción cotidiana en los centros de trabajo estamos sujetos a diversos riesgos derivados de las condiciones en que se realiza el proceso de trabajo.

De acuerdo a la naturaleza de éste, el manejo y procesamiento de las materias primas, y la operación de instalaciones riesgosas, suponen siempre un deterioro (detrimento) para la salud y, en ocasiones, accidentes graves e incluso fatales con afectación a las generaciones actuales y futuras.

Diversos efectos biológicos debidos al uso y manejo de las materias, equipos e instalaciones, significan acortamiento de vida, envejecimiento prematuro, afectación al sistema inmunológico, al sistema nervioso y, en general, la afectación vital causada por patologías diversas.

La medicina del trabajo ha de constituirse como un sistema especializado por sectores de actividad productiva. Los objetivos de este subsistema serían: el análisis y estudio de las condiciones del trabajo, la higiene laboral, los riesgos de trabajo y sus consecuencias. Este subsistema se apoyaría en las actividades que sobre investigación y desarrollo llevaría a cabo el sistema nacional de salud.

Integración del proceso de trabajo

El proceso de trabajo en el sector debe integrarse en un solo sistema de cobertura nacional. Este sistema incluye los centros de desarrollo infantil, clínicas y centros hospitalarios, centros de rehabilitación, recreación y cultura, centros de enseñanza de la medicina y ciencias de la salud, institutos de investigación, servicios paramédicos y sociales, en las plataformas terrestre y continental del país.

La integración del proceso de trabajo incluye a la investigación científica y tecnológica, la planeación del sistema de salud y seguridad social nacional a todos los niveles, la práctica médica y paramédica, los servicios de salud, el ejercicio de las prestaciones sociales y la administración de los derechos sociales.

El SIMSSS

La integración se expresaría en el Sistema Mexicano de Salud y Seguridad Social (SIMSSS). Las actuales instituciones serían transformadas para dar paso a una nueva acorde con las necesidades del pueblo de México.

Los actuales Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE), la Secretaría de Salud (SS), los Servicios Médicos de Pemex, los Servicios Médicos de los Estados y Municipios, los Servicios Médicos Universitarios, los Servicios Médicos del Ejército y la Marina, y todos los servicios médicos privados pasarían a ser parte integrante del SIMSSS.

Las aseguradoras y sistemas de ahorro y de retiro también serían parte de este sistema único. Dentro de éste, funcionará el Instituto Mexicano de la Salud (IMS) con su correspondiente Programa de Investigación.

Este sistema integrado no tiene nada que ver con acciones de beneficencia sino de solidaridad humana. Se trata de optimizar los servicios de salud y seguridad social, y de garantizar el ejercicio del derecho en condiciones de equidad, calidad y continuidad.

El SIMSS será un organismo público descentralizado con capacidad jurídica y patrimonio propios, en términos de lo dispuesto por la Ley Reglamentaria del Artículo 123 Constitucional en Materia de Salud y Seguridad Social, y demás disposiciones relacionadas.

El organismo único estará organizado paritariamente, entre los trabajadores y el gobierno, únicos con capacidad para la toma de decisiones. Los patrones estarán obligados a cubrir las aportaciones acordadas para los trabajadores a su servicio y, por ningún concepto, tendrán ingerencia en las decisiones. Por ningún motivo intervendrán, ni en la formulación del Plan Nacional de Salud, ni del Plan Nacional de Seguridad Social, ni en su operación, evaluación y mejora.

Los trabajadores del país, debidamente organizados, vigilarán el buen funcionamiento del SIMSS. Los trabajadores al servicio de éste tienen la obligación de cumplir cabalmente sus funciones, integrados en el Sindicato de Trabajadores de la Salud (STS), y serán sujetos de la contratación colectiva de trabajo. Todos los derechohabientes seremos co-responsables de la buena marcha cotidiana del sistema.

Nacionalización químico-farmacéutica

De urgente necesidad es la nacionalización de la industria químico-farmacéutica. El lucrativo negocio de la salud y la enfermedad debe terminar. Los actuales monopolios extendidos a multitud de productos médicos y medicamentos deben ser expropiados por causa de utilidad pública pasando a constituir la Industria Mexicana Químico-Farmacéutica.

La industria nacionalizada será la encargada de la producción de vacunas, medicamentos, dispositivos, instrumentos, materiales, y materias primas básicas.

Esta industria nacionalizada producirá todo aquello que requiera el SIMSS y los derechohabientes, incluyendo vacunas, medicamentos, equipos y materiales diversos, con el apoyo de las actividades de investigación y desarrollo tecnológico del IMS.

Pensiones y jubilaciones

Todos los trabajadotes mexicanos tenemos derecho a la jubilación y, junto con nuestros beneficiarios, a las pensiones.

Las jubilaciones se han de ejercer en vida, a los 30 años de trabajo sin límite de edad para hombres y mujeres, y a los 25 tratándose de actividades calificadamente riesgosas sea por su naturaleza determinística o estocástica.

Las pensiones se ejercerán por el trabajador, o al fallecimiento de éste por sus beneficiarios, en ejercicio o por causa de accidentes laborales con inhabilitación parcial, total o por fallecimiento.

Las pensiones y jubilaciones serán de acuerdo con el salario integral al momento del ejercicio del derecho y serán incrementadas en la misma proporción en que sean elevados los salarios en las revisiones ordinarias y extraordinarias.

Seguro de desempleo

Uno de los requisitos básicos de la seguridad social es el derecho al empleo. Para los casos en que esto no ocurra, el SIMSS considera el derecho al seguro de desempleo.

Este será el equivalente a 1 salario mínimo mensual durante el tiempo en que el trabajador esté fuera de la actividad laboral por razones de salud, desempleo o despido injustificado.

Este seguro será cubierto con las cuotas pagadas por los patrones y el gobierno, y cesará en el momento en que el trabajador ocupe un puesto de trabajo acorde con sus capacidades.

Es de fundamental importancia el derecho a comer. El SIMSSS garantizará que todo mexicano sea alimentado diariamente, en cualquier edad e independientemente de su condición laboral. Esto implica la necesidad de reorganizar la agricultura, la producción agropecuaria y la industria alimentaria de México con todas sus consecuencias.

Derecho a la vida digna

¡Son sueños guajiros!, dirá el gobierno neoliberal y los patrones. Qué digan lo que quieran, nuestros derechos son irrenunciables. Pero, ¿con qué? agregarán, el SIMSS costaría un dineral y el gobierno no tiene dinero. ¡Eso es discutible!

Bastaría que esos gobiernos robaran menos para financiar no solo a un SIMSS sino a más proyectos. Más se paga por los servicios de la deuda imperialista, más se pierde por el diario saqueo de petróleo crudo, más reciben las transnacionales apropiándose de nuestros propios recursos e infraestructura.

Por lo demás, los recursos necesarios (y más) saldrían del único lugar donde se producen junto con toda la riqueza nacional, es decir, del trabajo de todos los mexicanos derechohabientes.

Pero, estos planes no los puede llevar adelante Fox, ni el PRI, PAN o PRD, dirán algunos. Lo menos que se necesita es otro gobierno, dirán otros. ¡Exactamente!

Es necesario que los mexicanos tomemos en nuestras propias manos el destino de nuestra Patria. Se trata de nuestras vidas, los derechos de las generaciones de hoy y las futuras. ¡Solamente el pueblo organizado puede luchar por la vida, los gobiernos proimperialistas o socialdemócratas, Jamás!

No estamos pidiendo ninguna limosna sino el ejercicio del derecho a la vida digna para ser capaces de transformar al mundo y hacerlo mejor. La mitad de este camino está representado por la Salud, la otra mitad la dice nuestro saludo obrero.

¡ Salud y Revolución Social !


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