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Volumen4, Número 52, Julio 31 de 2004

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Alta peligrosidad del foxismo y el charrismo

Secuestro de la Nación

México es un país invadido por las corporaciones transnacionales. La legalidad constitucional está rota. El gobierno de Fox, las cúpulas empresariales, clericales y sindicales tienen secuestrada a la Nación. Esos grupos corporativos, criminales y corruptos actúan con impunidad y alevosía. Es preciso organizarnos y movilizarnos para rescatar a México de las garras del imperialismo.

Crimen de alta escala

La inseguridad en México es alarmante. Robos, secuestros, asesinatos, se multiplican a diario. En tan deleznables hechos, la corrupción tiene un importante rol. La sociología burguesa dice que los delincuentes son los pobres. Los hay, es cierto, pero el crimen es inherente al capitalismo, es causado por éste y apoyado por sus gobiernos en turno. Uno de los crímenes más repudiables es el secuestro de personas, principalmente de niños.

Que a uno lo secuestren es una experiencia sumamente desagradable máxime si hay golpes o mutilación. Que secuestren a un familiar es peor, la familia sufre mucho. Que el secuestro se repita es terrible. Que el secuestrado sea un menor, destroza el corazón. Que el secuestrado no regrese, atormenta el alma para siempre.

No obstante denuncias y protestas, los gobiernos hacen caso omiso de la situación. Se está llegando a límites inaceptables. Lo peor es que los “Mochaorejas”, lejos de estar en la cárcel, están constituidos como gobierno. Son ellos los que juzgan, los que deciden y dirigen los secuestros y el crimen en general.

Según la tesis italiana, el crimen no existiría sin el apoyo del Estado. Hoy, los gobiernos neoliberales, apoyados por las instancias del Estado se han convertido en los peores secuestradores y criminales. No solamente las personas, no únicamente las familias, ahora la Nación entera padece la agresión.

Constitución violada

En México, el gobierno de Fox gobierna al margen de la ley, la Constitución ha sido pisoteada. Fox es un criminal, no solamente por sus características fascistoides y su personalidad lesionada cerebralmente, sino por alterar la norma nacional de convivencia social.

Dice la Constitución que el dominio sobre la tierra, las aguas, los bosques, los mares, el espacio aéreo y los recursos naturales, corresponde a la Nación. A espaldas de ésta Fox traiciona a México. Juró respetar la Constitución y, diariamente, hace lo contrario.

Fox ha entregado a las corporaciones extranjeras los recursos energéticos (petróleo, gas, carbón, agua, viento), infraestructura industrial, espacio y territorio. Eso, la Constitución lo prohíbe pero a Fox no le importa.

Industria energética robada

La industria eléctrica nacionalizada cada vez es menos de los mexicanos. Al momento, casi 40% de la capacidad eléctrica instalada es privada. Unas cuantas transnacionales (Iberdrola, FENOSA, Electricitè de France, Mitsubishi, Sempra, Altston, Transalta, Intergen y otras) se han adueñado del patrimonio nacional.

La industria petrolera cada vez es menos nuestra. Las reservas probadas de petróleo crudo han sido saqueadas con exceso. Hoy solamente existen reservas disponibles para 11 años. La mayor parte del petróleo mexicano se sigue enviando a los Estados Unidos, a los precios más bajos del mercado internacional y con volúmenes diarios crecientes. Casi 2 millones diarios se entregan en los puertos norteamericanos. Eso representa más que el consumo nacional de los mexicanos.

Repsol, Fluor Daniel, Kellog, Nielsen-McKensey, Halliburton, Petrobras son corporaciones petroleras que han secuestrado a Pemex. Se está entregando la exploración y está en marcha la explotación privada del gas seco, lo mismo tratándose del petróleo crudo y gas asociado. Más de 10 mil contratistas corroen diariamente a Pemex, CFE y LFC, lo mismo a ININ, IIE, IMP y LAPEM.

El foxismo ha pactado negocios sucios con bienes que no son suyos. Fox encabeza a la mafia de secuestradores. Muñoz Leos, Elías Ayub, Dionisio Pérez Jácome, Francisco Barnés, Luis de Pablo y otros, son sus compinches. Las transnacionales son mafias que maniatan al país.

Trabajadores secuestrados

En México, el 99.99% de los trabajadores están secuestrados en sus propias organizaciones sindicales. No es chiste, es la triste realidad. Ese “sindicalismo” no es tal por primitivo y desnaturalizado. No existe ninguna dinámica propia ni vida sindical. Jamás se realizan asambleas ni a los trabajadores se les consulta para nada. En las empresas y en los sindicatos los trabajadores son simples objetos, están reducidos a cosas, aún las relaciones humanas se han cosificado.

Las cúpulas mafiosas aliadas del gobierno en turno ejercen funciones de control represivo absoluto. El objetivo es el mismo que diseñó la CIA hace más de 50 años: quitarle la organización sindical a los trabajadores e impedir cualquier tipo de lucha.

Más de 12 mil sindicatos y sindicatitos son la expresión de la pulverización obrera. Ese tipo de sindicalismo, que no movimiento obrero –ni siquiera movimiento sindical–, tiene en el charrismo su expresión más degenerada.

El charrismo no es solamente la prohibición del voto, las elecciones fraudulentas, el robo de las cuotas sindicales, el control mafioso del ingreso de trabajadores, la venta de las plazas de trabajo y la afectación unilateral de los derechos vía la administración del Contrato Colectivo de Trabajo. Se trata de una superestructura apoyada por los gobiernos de México y Estados Unidos, por las corporaciones transnacionales y por las jerarquías empresarial, militar y eclesiástica.

En más de 50 años, las mafias sindicales han adquirido un enorme poder económico y político. Su impunidad no tiene límites. Los conflictos sindicales, cuando ocurren, se resuelven con el despido de trabajadores en el mejor de los casos, o mediante la violencia armada de las bandas paramilitares al servicio de los charros.

Los casos extremos están en el sector de la energía pero no son los únicos. En los actuales sindicatos de electricistas (SUTERM) y de petroleros (STPRM) no existe ni siquiera el sindicalismo de negocios que tanto gusta a los socialdemócratas europeos. Con el neoliberalismo, el charrismo sindical está convertido en el soporte fundamental del gobierno y transnacionales para la apropiación privada de los recursos naturales y patrimonio colectivo de la Nación. Charros sindicales, gobierno y transnacionales son, por supuesto, mafias asociadas.

El charrismo, como lo hemos dicho con el STERM, luego con la Tendencia Democrática y hoy con el FTE, es la entrega de los intereses de México al imperialismo. No nadamás, es la entrega de los intereses obreros a sus contrarios irreconciliables. El charrismo es el fascismo disfrazado de sindicalismo, los charros sindicales son criminales que fungen como “líderes” obreros.

Las excepciones, son un verdadero rayo en cielo despejado. Desafortunadamente, salvo efímeros momentos, la práctica política no pasa del simple sindicalerismo con una organización basada en el viejo sindicato de empresa, obsoleto e históricamente superado.

¡Fox al Cerro de las Campanas!

¡Nooooo!, grita el coro de plañideras profesionales. ¡Pena de muerte no, respeto a los derechos humanos! ¿Qué tal si Benito Juárez hubiera hecho caso y perdona a Maximiliano de Hapsburgo, falso emperador de México? Nuestro país, seguramente, estaría peor. Pero Juárez se sostuvo y restauró a la República. Hoy, ¿Fox es defendible? ¿También Salinas, Zedillo, etc., etc.? ¿Cuál podría ser el castigo? ¿Juzgarlos en sus propios domicilios rodeados de lujuria? ¿Borrón y cuenta nueva?

Solamente quien carece de sentimientos y no siente nada ante el secuestro o el crimen, porque no los ha sufrido o los condena solo demagógicamente, podría tolerar que los secuestradores sigan impunes, máxime al mantener secuestrada a la Nación.

¡Al rescate de México!

¡Fuera transnacionales de México! ¡Cancelación de TODOS los permisos privados! ¡NULIDAD de TODOS los permisos y contratos! Es preciso restablecer la legalidad Constitucional. Esto significa Liberar a México.

Algunos políticos del PRI y PRD se inclinan por dejar las cosas como están. Es decir, ya nos invadieron, ya se metieron a nuestra casa, pues... ya que se queden. Además, no tenemos con que pagarles a los señores, los inversionistas privados han aportado muchos dólares y ni pensar en indemnizarlos ¿con qué?.

López Obrador y otros sugieren que es mejor seguir privatizando. El caso se parece mucho al Síndrome de Estocolmo, la situación clínicamente enfermiza en que la víctima termina enamorándose del violador. Eso es, también, el Malinchismo, la maldición de los malos mexicanos, la entrega sumisa al conquistador, el miedo a la victoria, la cultura de la derrota.

¡No señores socialdemócratas del PRD! Los permisos de las transnacionales son NULOS de pleno derecho por Anticonstitucionales. Eso significa que NO debe indemnizarse a las corporaciones imperialistas de NINGUN modo, al contrario han hecho un daño a la Nación y deben resarcir tal daño.

Si las corporaciones opusieran resistencia se les debe EXPROPIAR por así convenir al interés de la Nación. En ningún caso procedería pagar NINGUN rescate.

Por supuesto, no habría Cerro suficiente para llevar allí a tantos traidores. Lo que sí es posible, es rescatar el espacio y tiempo de México, actualmente secuestrados por las mafias, y organizarnos social y políticamente en todo el territorio nacional, en todos los rincones de la Patria, para echar del gobierno a los vendepatrias de TODOS los partidos antiobreros, para forjar una nueva Nación y asumir funciones de poder popular.

¡Consejos populares en todos los lugares!

¡Salud y Revolución Social!


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