energia

Volumen4, Número 51, Junio 30 de 2004

Ley Electrica Documentos Foros del FTE Búsquedas Índice General

En 2003 se importaban 190 mil barriles diarios equivalentes

Aumento a gasolinas

La creciente importación de gasolina es parte de la traidora política seguida por la administración de Pemex y gobierno en turno. Más de la mitad de la producción diaria de petróleo crudo se destina a la exportación. Ese petróleo barato, se procesa en Estados Unidos. Luego, el país importa gasolina cara y múltiples productos más. El trabajo y el valor agregado se queda allá, aquí solamente los problemas. La autodestrucción de Pemex se profundiza más con el contratismo, factor clave junto con el charrismo sindical, la corrupción, la irresponsabilidad oficial y la impunidad.

En el programa de radio, Encuentros y Desencuentros conducido por Beatriz Gallardo, presidenta de Mujeres Insurgentes de México, y transmitido el 8 de junio por Radio Chapultepec, miembros del Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) comentaron el tema del nuevo aumento a las gasolinas.

Como una de las causas de tal aumento, recordaron la reciente explosión de dos plantas de refinación en Tula, la segunda refinería mexicana con una capacidad de procesamiento de 320 mil barriles diarios de petróleo crudo, luego de sendos accidentes registrados en 2001. En una entrevista radial con Juan Bueno Torio, director general de Pemex-Refinación, este individuo se encargó, hace unos meses, de puntualizar la información, publicada además en varios medios; una nota publicada en la prensa extranjera detalló un poco más el segundo accidente.

Este asunto fue traído a relación porque, para el FTE, la modernización de la planta productiva es una cuestión de planeación estratégica fundamental, en la que se tolera sin embargo una enorme negligencia oficial, digna incluso de fincar responsabilidades.

Algunas consideraciones adicionales son las siguientes:

El ingeniero Rafael Decelis, destacado profesor universitario y defensor de la industria energética de México a través del grupo Ingenieros de Pemex "Constitución del 17", afirmó durante el foro "Defensa del Petróleo de México" organizado por el FTE en 2002 que, “Hace 20 años exportábamos gasolinas, diesel, gas LP, petroquímicos y petrolíferos. Hoy, importamos 30% de gasolinas, 35% de gas LP, 40% de petroquímicos, 60% de productos terminados. En suma tenemos una balanza negativa en el sector petrolero y petroquímico de más de 9 mil millones de dólares al año”

Estos días de junio, Muñoz Leos “director” general de Pemex justificaba el aumento a la gasolina porque "el 50% se importa de EU" y cínica e irresponsablemente abundó (según La Jornada, 05.05.04), pretendiendo asustar a la opinión pública al advertir que la balanza comercial presentará un déficit aún mayor, de 6 dólares en promedio, por el sobreprecio del barril de petróleo respecto del incremente en las importaciones de sus derivados (las gasolinas, entre ellos).

¿Cómo es posible esto? ¿De veras no hay quién prevea la necesidad estratégica de mantener la autosuficiencia en refinados? ¡Claro que sí! Pero sucede que, lo primero que se privatizó en México fue la administración pública. Hoy todo se debe ejecutar en función de los intereses privados. Hoy se administra el país como si fuera la cocacola.

Contratismo, lacra en la industria nacionalizada

Actualmente el contratismo es una de las más graves causas de ineficiencia en la industria energética y, esto, tiene relación con las gasolinas.

El contratismo afecta profundamente las cadenas productivas, porque los grupos contratistas (principalmente extranjeros) traen consigo TODO lo necesario para ejecutar la labor, sin dejar el conocimiento ni el "know how" a nuestros técnicos. Traen desde refacciones y maquinaria hasta sus propios técnicos. Y no se trata de la afectación laboral nada más (no solo para los trabajadores de Pemex y de los institutos del sector, como el IMP y el ININ, sino incluso para los de las empresas privadas nacionales, excluidas de las licitaciones). Además, representa mayores riesgos en la ejecución del trabajo, por las serias deficiencias no solo en la instalación, sino en el mantenimiento de las instalaciones (por la carencia de materiales y refacciones).

Hace años se determinó que, para mantener la autosuficiencia en carburantes, era necesario modernizar la planta de refinación nacional, en gran parte obsoleta y disminuida en su capacidad productiva. Sin embargo, en lugar de desarrollar estas funciones por administración directa (es decir con los propios recursos de las empresas públicas), desde las más altas esferas se decidió entregar estos trabajos a la inversión privada, que los realiza en circunstancias inadecuadas y con niveles de calidad realmente pobres para "abaratar" costos. Estos proyectos han terminado por regla general en atrasos y, en el caso de Tula, en graves accidentes incluso.

La "reconfiguración-conversión" de Cadereyta, por ejemplo, encargada al consorcio integrado por Tribasa, Sunkyong Engineering Construction y Siemens (información oficial de la embajada coreana en México, http://www.sre.gob.mx/corea/esp/comercio-inversion/info%20general%20economia.htm), no se entregó a tiempo, causando daño patrimonial a Pemex y a la Nación. Pero lejos de fincarle responsabilidades, dicha empresa pretendió demandar, arrastrando al Instituto Politécnico Nacional (IPN), por los resultados derivados de una auditoría técnica que demostró que, debido a la deficiente especificación del proyecto, la interpretación sesgada de las especificaciones (elaboradas por ellos mismos) permitía el incumplimiento con lo estipulado.

"Por supuesto, las demandas siempre salieron a favor de las compañías extranjeras" (David Cortés Bastidas, Presidente de la Unión Nacional de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera. "Foro sobre Contratos de Servicios Múltiples en PEMEX: Legalidad e impacto económico y laboral", febrero del 2003).

Detrás de Sunkyong, el 5º consorcio asiático en importancia, están sus "competidoras" Hyundai, Samsung, LG, y Daewoo, que actúan como un solo bloque en defensa de sus intereses.

No conforme, la dirección de Pemex conduce los proyectos de modernización de las refinerías de Madero, Minatitlán y Salamanca por la misma vía de fracaso. Y es que para ganar las licitaciones, la iniciativa privada (IP) ofrece elevar no solo la producción, sino "dar valor agregado a los productos petrolíferos". Puros cuentos, ni siquiera terminan a tiempo, para reducir la importación.

Irresponsabilidad e impunidad

Por supuesto que este desbarajuste tiene su base legaloide en nuestro país.

En 1995 se modificó regresivamente la Constitución para cambiar el régimen de la petroquímica básica, considerada actividad estratégica, que incluía más de 60 productos para dejarla únicamente en 7, de manera que, el capital privado pudiera participar abiertamente en las actividades de la petroquímica secundaria, considerada actividad prioritaria.

Sin embargo Pemex acaba de informar que la petroquímica se "fusiona", es decir, se reintegran nuevamente las plantas que fueron "desafiliadas" de Pemex --con autonomía de gestión y toda la cosa-- (Tula, Escolín, Camargo, Cosoleacaque, La Cangrejera, Morelos y Pajaritos), aceptando que la escisión concretada en 1997 ocasionó que se perdiera el 93% del capital contable (La Jornada, 07.06.04) ¿Hay responsabilidad? ¡Por supuesto! Exigirla está en nuestras manos

De este tamaño son los despropósitos de la administración de Pemex, cuyos métodos cambiaron con el partido en el poder, pero no sus objetivos: destruir Pemex como industria nacional, de propiedad social y colectiva.

Los propósitos subyacentes siguen siendo los mismos: 1- Desprestigiar a PEMEX para favorecer la privatización ya en marcha, 2- Distraer a la opinión pública mientras se avanza con la privatización furtiva, ampliando la red nacional de ductos hacia Estados Unidos, aumentando la producción y exportación de petróleo crudo, ofreciendo por todas partes los Contratos de Servicios Múltiples, entregando la petroquímica "secundaria", etc.

Hay sin embargo un peligro inminente. La desesperación del régimen ante su falta de resultados es tan grande, que generara cada día más desinformación. Macedo de la Concha, el procurador de acero (de a cero aciertos), hace unas semanas anunció por ejemplo la entrada de la Policía Federal Preventiva (PFP) a las instalaciones de almacenamiento de combustibles (particularmente la refinería Cadereyta, aunque luego hizo lo propio a Tula) para "disuadir" el robo de combustibles. Esta militarización de las instalaciones redituó, según él, en la "recuperación de "30 mil barriles de gasolina" ¡Qué bárbaro, no se mide! Simplemente no tiene idea de lo que dice.

Lo que pretende Macedo es hacer responsables a los trabajadores y para ello ha iniciado una persecución indiscriminada al más puro estilo de la derecha radical. Para él, todos los trabajadores son sospechosos. En 2002, cuando la reinauguración de Cadereyta (que debió quedar lista en el 2000), nuestros compañeros trabajadores de la planta hasta aplaudieron generosamente a Fox, engatusados por el charro Romero Deschamps. ¡Arrepentidos han de estar al darse cuenta del engaño!

A esta campaña se suma el asedio a los investigadores y trabajadores de los institutos para que renuncien, vía los planes de retiro voluntario y la reducción de sus percepciones, a cambio de bonos de actuación. ¡Así estamos!


Refinerías y Red de Oleductos hasta 2002
(Según el North American Energy Working Group)

¡Alto a la política petrolera pro-yanki!


Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.


Comentarios Comisión de Energia Suscribirse Comisión de Prensa