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Volumen4, Número 48, Marzo 31 de 2004

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Primer paro nacional por la erradicación del neoliberalismo en México

¿Por qué un paro?

Durante 20 años se han impuesto en nuestro país políticas públicas, reformas administrativas y legislaciones cuyo resultado es la concentración del ingreso en muy pocos empresarios, la degradación de la calidad de vida de toda la población y el empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos. Al día de hoy son decenas los cambios políticos, administrativos, económicos y legislativos que a favor de un pequeño sector social se han operado, pero además está en marcha el proceso de aprobación de la tercera generación de reformas estructurales; todas ellas tendientes a acentuar el proceso de concentración del ingreso. Lo que, en los hechos, viola el pacto social que dio origen al México contemporáneo, pues un país no puede sostenerse sobre la base del enriquecimiento desmedido de algunos a costa de la sobreexplotación y depauperación de la mayoría. Es nuestra obligación, por el bien de todos, restablecer las bases de un pacto social justo y solidario. Para hacerlo es menester revertir las reformas estructurales ya impuestas e impedir que se agreguen más al saldo del neoliberalismo con los mexicanos, pues estas reformas, configuran el proceso de concentración del ingreso de manera injusta, ilegítima e incluso ilegal. Sin embargo, son tantas las reformas establecidas y las que se pretende imponer en estos días, que es prácticamente imposible revertirlas o impedirlas una a una. El proyecto de nación contenido en la constitución fue deformado por las sucesivas reformas, hasta hacerlo casi irreconocible. La letra y el espíritu del proyecto de nación y el pacto social contenido en la constitución no podrían recuperarse evitando que algunas o varias de las reformas en curso se impongan. Por ello, es necesario revertir todas las reformas neoliberales.

Hasta hoy la resistencia al neoliberalismo en México se ha presentado como luchas reivindicativas, que en defensa de sus derechos protagonizan los sectores directamente implicados en cada reforma, a pesar de que casi todas ellas afectan de manera directa o indirecta a casi toda la población. La resistencia por sectores ha resultado insuficiente para detener los afanes reformadores de los representantes del neoliberalismo y en la mayoría de los casos hemos sido derrotados, por lo que no resulta una novedad decir que la unidad de todas las luchas de resistencia es la única opción de defensa de nuestro país.

No hay tiempo ni fuerza suficiente para revertir o evitar una a una las reformas estructurales que demanda el empresariado internacional, e impedir o revertir una sola de las reformas neoliberales no modifica el panorama de superconcentración del ingreso y en consecuencia es de una necesidad urgente erradicar todas las expresiones del neoliberalismo de nuestro país.

Lo anterior impone como necesidad apremiante escalar el nivel y forma de la lucha que hasta ahora ha dado cada sector para resistir al neoliberalismo, pues si el propósito es erradicar esas políticas, la resistencia sectorial debe ser sustituida por iniciativas que superen la resistencia e intereses sectoriales. Escalar la lucha significa luchar por la nación como nación, ir más allá de las coordinaciones que se reducen a la sumatoria de demandas y planes de acción. Es necesario un programa de cinco o seis ejes que orienten la lucha y permitan establecer un pacto social, justo y solidario, que sea de todos y en beneficio de todos, sin priorizar o hacer prevalecer los intereses de sector alguno. Este programa nacional, en su sentido amplio, debe corresponderse con una confluencia de las agrupaciones y movimientos sociales que haga posible acciones que cumplan la doble función de fortalecer el movimiento por la erradicación del neoliberalismo y generar una nueva organización de trabajadores y ciudadanos.

Objetivo

Desarrollar fuerza, mostrar la capacidad e impacto de la acción colectiva de los trabajadores (es decir, de todos, cuando actuamos como individuos con participación económica), convertir a los trabajadores en protagonistas, rebasar a los sindicatos charros y burocratizados, crear nuevas estructuras organizativas de los trabajadores, impactar la economía, mostrar la fuerza desarrollada, acumular fuerzas y preparar el segundo Paro.

¿Por qué de trabajadores?

Todos somos trabajadores y ciudadanos, pero en las últimas décadas debido a la ciudadanización de la política, al surgimiento, como alternativa democrática e independiente a las prácticas partidistas y a la inoperancia de las organizaciones tradicionales de los trabajadores, los mexicanos hemos actuado políticamente en nuestra calidad de ciudadanos, pero escasamente como trabajadores. En consecuencia, nuestra participación en el sistema productivo, en la generación de la riqueza de nuestro país, ha permanecido en segundo plano, mientras las políticas neoliberales nos arrebatan una proporción mayor del producto de nuestro trabajo.

Un paro nacional de trabajadores es la oportunidad de poner al centro nuestro papel como personas generadoras de riqueza y nuestro derecho a demandar que la distribución de esa riqueza sea justa y solidaria; en otras palabras, nuestro derecho a demandar la erradicación del neoliberalismo.

Un paro laboral es una actividad de todos y en favor de todos, puesto que todos somos trabajadores. No hay que ir a buscar a los trabajadores en los sindicatos, pues estamos en todas partes. Esta actividad permitirá demostrar que somos muchos y muy significativos los inconformes con la deformación de la estructura social que genera el neoliberalismo. Sin caer en optimismo que tenga su base en el voluntarismo, no debemos suponer a priori que es inviable un paro nacional en estos momentos, pues si bien las luchas, intereses y necesidades de las personas en su calidad de trabajadores se encuentran casi olvidados, no dejan de ser el telón de fondo de toda la estafa que implica el neoliberalismo. Asimismo, debemos tomar en cuenta que el efecto que produce la propaganda a través de los "medios de comunicación", no consiste en convencer al individuo sino en hacerlo sentir que el resto de las personas están convencidas de aquello que las empresas vendedoras de información presentan como verdadero. El resultado es la inmovilidad política o el sumarse a "la mayoría" virtual creada por dichas empresas. Este efecto es posible revertirlo o de menos neutralizarlo con información y propaganda directa, que casi siempre resulta más efectiva e influyente.

¿Qué tipo de paro?

Proponemos impulsar el Primer Paro Nacional por la Erradicación del Neoliberalismo, entendido como un paro de labores, pues el neoliberalismo consiste en expropiar y concentrar las riquezas generadas entre todos y es en el ámbito de la generación y distribución del ingreso donde debemos disputar lo que en ese terreno se nos arrebata y que por derecho nos corresponde.

El desarrollo y crecimiento que en los últimos años han experimentado los movimientos civil y electoral, puede ser el punto de partida que nos permita reconstruir el movimiento laboral fuera del alcance de los controles de las burocracias sindicales y rebasar las inercias que las estructuras y las prácticas sindicales comunes nos impusieron en el pasado.

Los resultados de un paro de labores pueden medirse, en cuanto a su impacto económico, en horas totales no trabajadas, en la reducción del número de viajes/persona efectuados por el transporte público e incluso en el grado de reducción del consumo de corriente eléctrica. Si nos referimos a un Primer Paro, es porque estamos concientes de que un Paro o el paro por si mismo no es suficiente para cumplir el objetivo de erradicar el neoliberalismo. En consecuencia el Primer Paro es el punto de partida para reorganizar el movimiento de los trabajadores y para elevar la lucha contra el neoliberalismo a un nivel superior de organización, amplitud e intensidad.

Paro, Falta Colectiva o Individual

Una acción compartida por todos, en tanto que trabajadores, no tiene porque desarrollarse o aplicarse homogéneamente. Por el contrario, por ser una tarea colectiva, de masas, debe adaptarse a las condiciones concretas de cada centro de trabajo. En decenas de miles de centros de trabajo, quizás sólo sea posible que un compañero o compañera falte un día a sus labores. En otros tantos centros de trabajo tal vez se posible que paren pequeños grupos. Pero también es factible lograr que en algunas decenas de miles de centros de trabajo se sumen al paro grupos importantes e incluso la mayoría o la totalidad de los trabajadores. De manera que sumados es factible la participación de 100 a 200 mil personas.

No obstante, la denominación Paro, sobre todo considerando que sería evaluado en sus aspectos cualitativo y cuantitativo, tampoco debiera convertirse en una limitante, toda vez que por la real desorganización de los trabajadores, es previsible que en muchos lugares no sea posible o conveniente realizar un Paro como tal y sí, en cambio, un paro parcial, de media jornada, por un par de horas o incluso media hora. Tal vez en ciertos lugares, con el propósito de lograr la participación de mayor número de trabajadores, lo pertinente sea organizar suspensiones transitorias de actividades por departamentos, efectuar asambleas de análisis e información, mítines o cualquier otra actividad semejante.

Estas actividades podrán acordarse también de acuerdo a las condiciones particulares de cada centro de trabajo, que van desde las asambleas sindicales estatutarias, hasta las decisiones individuales de participar, pasando por las asambleas no estatutarias, de corrientes sindicales, grupos departamentales, etc., con la única condición de que en caso de no ser ampliamente mayoritaria la reunión no se impongan sus resoluciones a todos los trabajadores, pues el propósito es sumar fuerzas y no polarizar las relaciones entre los trabajadores en los centro de trabajo.

Es pertinente aclarar que el Paro (falta colectiva o individual) es una acción legítima de presión en el marco de legalidad que permite nuestra constitución y por esa razón no debe estar sujeta a limitaciones derivadas de leyes secundarias, estatutos sindicales o tramites administrativos.

Movilizaciones alternativas y complementarias

La primera movilización consiste en la promoción del Paro, mediante mítines, asambleas, mesas redondas, propaganda propia y a través de los medios de comunicación comerciales. En este aspecto será importante realizar una consulta nacional sobre la realización del Paro, inquiriendo a los trabajadores sobre su acuerdo o desacuerdo con la actividad y acerca de la modalidad en la que estarían dispuestos a participar. La consulta nos permitirá evaluar el avance del trabajo de propaganda, en términos cuantitativos y de la fuerza inicial con la que contaremos para su organización e implementación. Siempre que no cometamos el error de hacer preguntas dirigidas.

Con objeto de potenciar, en términos políticos, el impacto económico y social que la realización del Paro por si mismo generaría, es pertinente proponerse la realización, el mismo día del Paro, de movilizaciones, mítines, plantones y otras actividades propagandísticas como volanteos, brigadas y pintas, por regiones, zonas, centros de trabajo, etc. La idea debe ser que nadie se quede sin hacer algo, o como decía un compañero: entiéndase lo que se quiera, hágase lo que se pueda.

¿Cómo hacerlo?

Es importante reconocer que en este momento no es posible realizar un Paro Nacional y en consecuencia es menester organizarlo. En primer lugar debemos lograr el acuerdo entre el mayor número posible de organizaciones de trabajadores, civiles, partidarias, etc., pues de la diversidad de actividades desarrolladas por las organizaciones convocantes y de la pluralidad política de las organizaciones signantes, depende en gran medida el alcance y penetración de la convocatoria al Primer Paro Nacional por la Erradicación del Neoliberalismo en México.

Durante el proceso de acuerdo de la convocatoria al Paro, durante la organización y realización de la consulta y durante la propagandización del Paro deberán constituirse comités de promoción y organización del Paro, en los centros de trabajo y en cualquier espacio social en que sea posible.

Además de las actividades de difusión (explicar qué es, por qué lo proponemos y con qué objetivos), propagandización (convencer de su pertinencia y viabilidad) y organización del Paro, los comités deberán integrar un fondo de resistencia, para enfrentar los gastos de su actividad y para resarcir el descuento salarial que experimentaremos como consecuencia del Paro. Es importante no descuidar esta actividad para garantizar que el impacto del descuento sea mínimo entre los participantes, pues de ello depende en buena medida su disposición a participar en el futuro en una acción semejante.

Para la ANTT
Organización Revolucionaria del Trabajo
15 de febrero 2000


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