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Número 40, Julio 30 de 2003

Política Energética Movimiento Obrero
Ley Electrica Documentos Foros del FTE Búsquedas Índice General
¡Viva el 26 de julio!
Los pueblos con Cuba
México apoya a Cuba
Ganó el abstencionismo
Abajo la privatización
furtiva

MUNDO POLÍTICO:
Dinero sucio para Fox
La conexión mexicana
Licencia para matar
Fox aliado del fascismo
Yo sí puedo
Nada se vende,
nadamás se privatiza

Privatización en LFC
Derecho a la
Electricidad

Rapacerías de Enron
Enron en Monterrey
FUENTE DE ENERGÍA:
Autorizan termos
en BC

Sempra exporta
desde Mexicali

Pemex contrata
a Halliburton

Pemex en la Bolsa
España quiere al ITER
Estalla oleoducto
en Irak

Apagón en Bagdad
La reducción del salario
VW, menos salarios
ASSA, menos
prestaciones

MARCHA OBRERA:
4.3% + 1.7% en
Pemex

5.5 + 3.0% a mineros
Huelga de la TD,
27 años

Los electricistas
mexicanos y
el Moncada

RESPUESTA OBRERA:
Fracaso de
privatizaciones

Decimistas apoyan
a Cuba

Cuba no será un
segundo Irak

LA CHISPA CULTURAL
La historia me absolverá
 

Que se reduzca el salario propone el sindicato

VW, menos salarios

Recortar 20 por ciento la plantilla laboral, propone la empresa. Reducir la jornada de trabajo a cuatro días por tres de “descanso”, junto con un ajuste a la baja de 20 por ciento en los salarios a partir de la primera semana de agosto, propuso el sindicato. Pero, reducir el salario no compensará las relativas pérdidas de la empresa, ni impedirá el desempleo. Más aún, la propuesta repercutiría en las prestaciones. La empresa lo precisó al proponer una reducción salarial de 22%.

El 1 de julio, la transnacional Volkswagen de México anunció el despido de 2 mil trabajadores. Su razón es la baja de 24 por ciento en la producción motivada por la caída de las exportaciones hacia Estados Unidos.

La noticia es previa a la revisión salarial proyectada para el 18 de agosto. Esta vez, se repite la misma historia de años anteriores. En 1995, 1988, 2000, 2001 y 2002 hubo despidos y se anunciaron previamente a las revisiones del contrato colectivo de trabajo.

En 2002, el sindicato propuso la reducción de los salarios, pero más de la mitad de los trabajadores optaron por el despido. En 2003, otra vez la misma película, el sindicato se apresuró a proponer de entrada paros técnicos, luego propuso la reducción de salarios.

El 3 de julio, el sindicato planteó la reducción de la jornada laboral a cuatro días por tres de descanso y disminuir 20 por ciento los salarios. Desde luego, la empresa encantada, si los trabajadores pagaran por trabajar, mejor. El 15 de julio, en la secretaría del trabajo, el sindicato formalizó su propuesta de reducción salarial tendiente a evitar los despidos. Sin embargo, en las asambleas, la base trabajadora no vio con simpatía la reducción salarial.

El 22 de julio, el sindicato (afiliado a la UNT) entregó a la empresa una propuesta para la reducción del salario durante 6 meses, renovable. El 28 de julio se conoció en la asamblea que la empresa proponía la reducción del salario y las prestaciones asociadas, lo que significaría un 22%. Eso significaría el pago de 4 días de trabajo (el quinto sería sin pago) y la reducción del 20% por concepto del pago del sexto y séptimo día.

La propuesta del sindicato, conocida como “4x3” la llaman también como “4 días de trabajo por 3 de descanso”. En realidad sería “descanso” forzoso porque no sería pagado, ese quinto día equivaldría a la reducción salarial del 20%.

Lo desafortunado de la propuesta es que la empresa la aceptó y la perfeccionó. El hecho es evidente, la propuesta sindical se hizo improvisadamente. El salario nominal se constituye por el salario por cuota diaria y las prestaciones económicas en efectivo, algunas de las cuales se pagan anualmente como el aguinaldo o la prima vacacional. Cualquier reducción al salario, una simple falta que implica el descuento de un día de salario, tiene repercusiones proporcionales en todas las prestaciones.

El 31 de julio, la empresa tenía acorralado al sindicato, con la amenaza de iniciar el recorte en los siguientes días.

La lucha por el salario es una cuestión elemental y plenamente legítima. No es todo, ni mucho menos, pero la lucha salarial constituye la base material de la lucha de clases. Los sindicatos que no luchan por la mejoría del salario se descalifican solos. Pero, los que proponen la reducción del salario, no merecen ni llamarse sindicatos, ese no es el objetivo de las organizaciones obreras.

Desde 1976, el salario real de los trabajadores mexicanos está a la baja, inmediatamente después de la represión político-militar a la Tendencia Democrática de Electricistas y Nucleares. Hoy, el salario real llega ya al nivel de 1903, esto es, de hace 100 años. Y, con estas referencias, se propone a la base trabajadora que acepte otra reducción al salario.

En la industria automotriz hay una evidente crisis, en el contexto de la desaceleración económica mundial. Según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) la producción ha caído 11% respecto a 2002. Pero, ésta no es la primera vez. De hecho, la coyuntura afecta a esta industria en general y, lo que ahora ocurre no es sino el inicio de una mayor recaída, se está presentando solamente el detonante. Pero, de seguir por el mismo camino, ¿qué se propondrá enseguida, para 2004? ¿Más reducción al salario? y, ¿hasta dónde? Desde luego, sería el camino del absurdo.

Volkswagen, Nissan y General Motors dominan el mercado y todo parece indicar que así seguirá en el futuro inmediato. ¿Qué pretende, entonces, la empresa? Simplemente aumentar su tasa de ganancia y, si el sindicato le ayuda, a todo dar. La transnacional se aprovecha de la situación, con alevosía y ventaja. Bajar los costos de producción es lo que pide la empresa. Si el sindicato ofrece una “alternativa” para mantener la estabilidad de las finanzas de la transnacional, podrían evitarse los despidos, declaró VW.

265 pesos, 460 incluyendo las prestaciones, ese es salario tabulado diario de los obreros de VW. Esto representa el 4.5% de los costos de producción de la empresa, cifra muy inferior a la de Alemania (20%) y el resto del mundo (18%), ha referido Humberto Juárez, investigador de la Universidad Autónoma de Puebla (Zúñiga D, Zúñiga JA, en La Jornada 010707). Los salarios promedio, en general, no son malos; pero, no son tan cuantiosos como para reducirlos, no representan ninguna carga para VW. Bajar los costos, reduciendo el salario, sería más exitoso si no hubiera salarios. Eso, en el capitalismo, es absurdo y falso.

160 empresas de autopartes y servicios, proveedoras de VW, anunciaron que despedirán a 6 mil trabajadores más. Los salarios de los trabajadores de estas empresas representan apenas la quinta parte de los obreros de VW. La afectación sería a empresas instaladas en Puebla y Tlaxcala. En este lugar se anunció la pérdida de 1 mil plazas de trabajo. La situación es grave, indudablemente.

Otras armadoras instaladas en México (Ford, Nisan, General Motors, Chrysler) también han anunciado posibles despidos, la situación en el sector es generalizada.

Hay una fuerte ofensiva del capital contra el trabajo, pero el enfrentamiento está muy desigual. Las empresas automotrices siguen una política unificada, los trabajadores automotrices no siguen ninguna política de clase, cada quien se defiende por su lado y como puede. Todo sigue reducido a la lucha empresa por empresa, mientras los empresarios proceden siguiendo una política clasista, y en el nivel de le industria.

La política que sigue VW es alevosa y al margen de la ley; la política que sigue el sindicato es incorrecta y al margen de la ley.

Desafortunadamente no es la primera vez. Con anterioridad, empresa y sindicato han pactado paros técnicos, los que han significado la suspensión de labores por varias semanas con pago del 50% de los salarios. Eso es ilegal y hasta los abogados patronales lo reconocen. Esta vez, el sindicato también ha considerado proponer a la empresa esos paros técnicos, que no son otra cosa que paros patronales prohibidos por la ley.

“Costo cero” le llaman al esquema de la empresa, “Costo compartido” es el esquema que propone el sindicato. Todo esto es política borrosa, que no aclara nada, ni educa a los trabajadores ni les sirve de nada.

En medio está la revisión anual de salarios. El sindicato solicita 13.6% de aumento salarial. En el hipotético caso que la empresa concediera TODO, aún así el sindicato saldría perdiendo.

Es evidente que la reducción del salario (y prestaciones) no es la mejor propuesta. La otra “opción” significa aceptar el despido. Ninguna de éstas es verdadera alternativa.

 

   
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