Volumen 16, Número 350, diciembre 5 de 2016
 


¡Yo soy Fidel!



Lo dijo la multitud reunida en la plaza de la Revolución, en La Habana. Las filas para despedir a Fidel eran interminables. Jefes de estado y de gobierno acudieron al acto de masas. Arrolladora presencia política de Fidel. Con largo mitin el pueblo cubano despide a su líder.


Masiva despedida

En La Habana, Cuba, miles continuaron desfilando ante la imagen de Fidel. El 29 de noviembre, miles de cubanos siguieron pasando revista ante el Jefe. Por propia decisión, voluntariamente, niños y ancianos, hombre y mujeres, estudiantes, artistas y trabajadores rindieron homenaje a Fidel.

Por la noche fue convocado un acto de masas. Cientos de miles de cubanos acudieron a la cita y resistieron estoicamente. Múltiples discursos se sucedieron. El gobierno cubano, presidido por Raúl Castro, invitó a diversos jefes de estado y de gobierno. En el acto se les dio el uso de la palabra.

La cadena norteamericana de televisión, CNN en español; transmitió en vivo y en directo los acontecimientos. 20 oradores ocuparon la tribuna. Hubo mucha cortesía cubana, tolerancia y pragmatismo.

Las delegaciones caribeñas expresaron su reconocimiento y agradecimiento a Fidel. Las delegaciones africanas recordaron la solidaridad de Fidel, incluyendo médicos, maestros y tropas, que permitió la liberación de Angola y Namibia, así como, la derrota del régimen del apartheid en Sudáfrica.

De especial relevancia fue la mención de la enorme batalla de Cuito-Cuinavale, misma que Fidel dirigió personalmente desde La Habana, logrando la victoria y la liberación de Angola.

Destacadas fueron las intervenciones del presidente de la Duma de Rusia, la del vicepresidente de China, y la de Bielorusia.

Otras intervenciones fueron contradictorias. Alexis Tsipras, socialdemócrata griego y primer ministro hizo elogios de Fidel. Sin embargo, en su propio país es vulgar empleado del capital, habiendo cedido a todas las peticiones de la banca europea contra el pueblo helénico. También, inmerecidamente, le dieron la palabra a Peña Nieto, oreja del imperio.

Evo Morales, presidente de Bolivia, conmovió a los asistentes. Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, confundió el acto. En un discurso aburrido y muy largo se dedicó a loar a la revolución sandinista. Habló de una revolución que no fue tal y olvidó que no se trataba de autoelogiarse sino de honrar a Fidel.

Lo mismo hizo Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Creyó que el homenaje era para Chávez y no para Fidel. En ambos casos, revelaron carencia de política y de ideas, fueron muy repetitivos y comunes.

El acto fue cerrado por Raúl Castro, presidente de Cuba, quien fue breve y superficial, según dijo se reservaba para el discurso final en Santiago el día 4 de diciembre.

Disciplinadamente, muy organizados los asistentes llegaron y se retiraron. Durante el evento no dejaron de corear: "Yo soy Fidel". Esta expresión sencilla tiene una amplia connotación. Es el sentimiento de las masas cubanas que en amplia mayoría asumen la obra revolucionaria de Fidel de la cual son partícipes. Es también un mensaje al mundo subrayando que la Revolución continuará.

¡Viva Fidel! ¡Hasta siempre Comandante!


Ref.: 2016, elektron 16 (329) 1-4, 29 noviembre 2016, FTE de México.
Conmovido su pueblo despidió a Fidel. FOTO: A. Roque
Ultima guardia en el memorial Martí. FOTO: Cubadebate
Homenaje a Fidel en la Universidad de La Habana. FOTO: Cubadebate
Los estudiantes homenajearon a Fidel. FOTO: Cubadebate
La multitud rindió honores a Fidel en La Habana. FOTO: L. Pérez
"Yo soy Fidel", coreó la multitud en La Habana. FOTO: J. Carreras






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