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MEXICO
 e n e r g i a 
PERIODICO DEL FRENTE DE TRABAJADORES DE LA ENERGIA DE MEXICO
 Vol. 2, No.31         Octubre 13 de 2002
Van tras Institutos

Para el gobierno neoliberal foxista la investigación científica y el desarrollo tecnológico no interesan. Ese es el mejor camino hacia la dependencia, el subdesarrollo y la dominación extranjera. Los empleados del Banco Mundial, integrantes del gabinete de Fox, proponen la privatización de los institutos del sector energético. Los trabajadores proponemos su integración en la industria eléctrica nacionalizada.

 



Centro Nuclear de México, ININ, en Salazar FOTO: rcampos



“Es indispensable que México promueva la inversión en desarrollo tecnológico a través de los institutos del sector energético hasta ahora desaprovechados” dijo el subsecretario de operación energética Francisco Barnés de Castro (Posada M, en La Jornada 111002).

Barnés de Castro, empleado del Banco Mundial, el mismo individuo que siendo rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) intentó privatizarla, expresó en entrevista que “los institutos Mexicano del Petróleo (IMP), Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) y de Investigaciones Eléctricas (IIE) deben tener mayor vinculación con la iniciativa privada dentro del marco legal vigente, a fin de lograr avances en materia de investigación y tecnología”.

Ese es el típico discurso que gusta a muchos burócratas de la ciencia, los que “piensan” que la iniciativa privada es la que debe resolver los problemas del desarrollo. En múltiples foros se quejan amargamente que el sector privado no invierte en la investigación. Varios investigadores también han repetido las mismas frases. Se trata de un vergonzoso error.

En el sector de la energía, los institutos de investigación y desarrollo están, efectivamente, desaprovechados. Eso se debe a que los gobiernos federales en turno los han desnaturalizado impidiéndoles cumplir sus funciones esenciales. Los institutos deben ser el soporte científico y tecnológico de la industria energética nacionaliza. Sin embargo, cada vez cuentan menos, sujetos a grandes carencias de recursos, pérdida del rumbo y burocracias innecesarias.

Con el foxismo la situación se ha puesto peor. A ese gobierno no le interesa la ciencia de ningún tipo, menos la ciencia básica. Basados en un concepto utilitarista como criterio de verdad, han planteado una nueva orientación a los institutos. Ahora se trata de “facturar”, de atraer “clientes” que financien los diversos proyectos, la única idea es la comercialización. Hasta sofisticados sistemas administrativos (comprados a contratistas extranjeros) han introducido para el control “productivo” de los investigadores, profesionistas y trabajadores en general.

¿Mayor vinculación con la iniciativa privada dentro del marco legal vigente? ¿Cuál es ése? ¿La nueva Ley de Ciencia y Tecnología privatizadora y patronal, aprobada acríticamente en 2002 por todos los partidos políticos? ¿O, se trata de incorporar a los institutos al fraude de la Privatización Eléctrica Furtiva?.

Los institutos del sector energético NO necesitan andar “buscando clientes” en ninguna parte. Su materia de trabajo, su espacio natural, su función obligatoria con la Nación, está dentro de las industrias petrolera y eléctrica de México.

En el sector energético existe suficiente materia de trabajo, infraestructura y recursos de diverso tipo, y necesidades tecnológicas por resolver. La “vinculación” con la iniciativa privada es una ilusión propia del discurso privatizador. Ese sector NO está interesado, ni lo estará jamás, en ningún desarrollo científico o tecnológico propio. Cuando lo requieren, para sus negocios, lo compran en el extranjero.

Barnés de Castro lo sabe muy bien. Si ahora propone la “vinculación” con el sector privado es porque se trata de una política orientada a destruir a las instituciones de investigación. ¿Porqué no propone la vinculación con el sector energético estatal?. Porque el gobierno del Banco Mundial está interesado en destruir al sector industrial nacionalizado. En consecuencia, ya están “pensando” como deshacerse de los institutos, mismos que, en la medida en que avanza la privatización petrolera y eléctrica están siendo sometidos a una mayor marginación con la intención de volverlos prescindibles.

“Los institutos del sector energético como el IMP, el IIE y el ININ no están aprovechados a su máxima capacidad en materia de investigación y desarrollo tecnológico, lo que va en contra de la competitividad de las empresas públicas y privadas que podrían aprovechar sus trabajos, señaló Barnés.

No, no es asunto de ninguna competitividad. Los institutos no cumplen cabalmente su función porque el gobierno está empeñado en agotarlos. El proceso no es de ahora, ya lleva varios años. Los gobiernos en turno han reducido considerablemente la inversión del Estado. Su política ha sido la “autosuficiencia” basada en recursos propios. Las líneas de desarrollo han sido sustituidas por las “carteras de clientes”. Los resultados se miden por las “facturas”.

Ahora, con la pretensión foxista de aniquilar a la industria eléctrica nacionalizada ¿qué perspectiva tendrían el IIE e ININ?. Si CFE se dedicaría a atender solamente a los usuarios domésticos y al alumbrado público, en calidad de empresa revendedora de la energía generada por las transnacionales, ¿habría futuro para la investigación y el desarrollo?. ¡Ninguno!.

La perspectiva de los institutos está en su integración en uno solo: el Instituto de Energía, parte importante de la industria eléctrica nacionalizada INTEGRADA. Un solo instituto, con líneas de desarrollo de alcance nacional e internacional, con proyectos técnico-científicos orientados al desarrollo y autodeterminación tecnológica de México.

Barnés de Castro fue derrotado por los estudiantes organizados en el Consejo General de Huelga y tuvo que renunciar a la rectoría. Debe renunciar también al puesto que ocupa en la secretaría de energía. Es una burla al pueblo de México que ese individuo “dirija” la política energética nacional así como a la investigación y desarrollo en el sector. Formalmente el gobierno carece de tal política, ni siquiera existe Programa Nacional de Energía; todo se basa en el empirismo, la destrucción del patrimonio nacional, y la entrega en los hechos de los recursos y patrimonio energético al capital extranjero.

Los investigadores, profesionistas, técnicos y trabajadores de los institutos debemos ser los primeros en enarbolar una Política Energética Independiente, debemos ser parte de la lucha combativa contra la privatización eléctrica y petrolera, formulando propuestas y proyectos, divulgando las ideas entre los trabajadores y pueblo mexicanos, organizando los foros, escribiendo las alternativas y, en suma, defendiendo el interés general de la Patria por sobre los intereses individualistas o de camarillas.

Hay que dejar atrás la apatía, el conformismo y el derrotismo; hay que tomar la dirección en nuestras propias manos, hay que hacer a un lado al charrismo sindical, y retomar las banderas que les dieron gloria y brillo a las inolvidables luchas democráticas de los investigadores mexicanos de la energía.

¡Este Puño Sí Se Ve!


 C O N T A C T O 

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