Volumen 15, Número 309, mayo 3 de 2015
 


Lucha organizada y consciente



MANIFIESTO FTE del 1o DE MAYO de 2015. En esta emblemática fecha del proletariado en lucha, el FTE presenta la versión 2015 de su Programa Obrero. ¡Proletarios del mundo, uníos! (Ref.: 2015, elektron 15 (121) 1-2, 1 mayo 2015, FTE de México).


Son ya más de 100 años de oprobio, sometimiento y agresión del imperialismo, burguesía, Estado y gobiernos en turno contra la clase obrera. El mecanismo agresor es el mismo, basado en la triple alianza de patrones, gobierno y charros sindicales. Esta troika sigue sojuzgando impunemente a los trabajadores mexicanos.

Resultado de esa estrategia, el sindicalismo mexicano sigue postrado, con la conciencia enajenada por la ideología burguesa, en la parálisis casi total y al margen de los problemas nacionales y de su propia clase. Esta terrible situación acrecienta el clima de derrota e inmovilidad sindical.

En estos momentos, la ofensiva está contra los jornaleros agrícolas del valle de San Quintín, B. C., donde decenas de miles de trabajadores son sometidos a condiciones laborales precarias de semiesclavitud. Sin contrato de trabajo, sin sindicato, ni vivienda ni atención médica, menos seguridad social, educación o cultura. No tienen derecho a nada. Todo se reduce a la explotación de la fuerza de trabajo y la acumulación desmedida de la ganancia capitalista.

Lejos de atender tan deplorable situación, el Estado y gobierno en turno prefiere solapar a las transnacionales y socios nacionales, así como, al sindicalismo corporativo. En San Quintín operan los "contratos de protección" pactados entre patrones y charros sindicales del PRI. Estos se escudan en falsos sindicatos. Esos contratos y sindicatos son avalados por las autoridades laborales, locales y federales. El resultado es la opresión y esclavismo de los jornaleros agrícolas.

Considerada a nivel nacional, la situación es peor, pues millones de jornaleros agrícolas están sujetos a las mismas condiciones infames. El 90% carece de contrato alguno, los sindicatos no se conocen y los "líderes" son vulgares "enganchadores" que extorsionan a los patrones y estos aceptan para hacer ambos lo mismo con los jornaleros.

Este es un escenario sin ley pues, el gobierno no respeta ni sus propias leyes burguesas. Para este sector de trabajadores no existe la ley federal del trabajo, ni la del seguro social ni la de vivienda, ni siquiera la propia Constitución aún con sus múltiples reformas regresivas.

Entre tanto, el conjunto del sindicalismo se muestra apático, desinteresado, muy poco solidario. Hay casi nula acción sindical. La actual generación proletaria no fue capaz de defender las conquistas logradas. Salvo excepciones, ni siquiera abrió la boca, dejó que el gobierno de Peña Nieto desnacionalizara a las industrias petrolera, petroquímica, eléctrica y de telecomunicaciones. Sin llevar a cabo ninguna acción, prefirió la entrega del patrimonio energético de la nación al capital transnacional y socios menores de la burguesía local, aceptando la invasión transnacional, la pérdida del territorio y de recursos estratégicos.

Como excepción, están los maestros de la CNTE que, sin embargo, no aciertan a aglutinar a la mayoría y siguen sujetos al charrismo sindical. Los maestros se han destacado en la lucha contra la reforma educativa, antilaboral y violatoria de los derechos de los trabajadores. También, en la solidaridad con los normalistas de Ayotzinapa y padres de los 43 estudiantes desaparecidos. Plantean el boicot electoral a los próximos comicios.

El crimen contra el pueblo es una acción que el Estado y gobierno en turno, auspician coaligados con la delincuencia para mantener a la sociedad en estado de temor y miedo y así someterlos en el contexto de una nueva fase de la crisis económica capitalista. El crimen conduce a la parálisis social y eso es fundamental para el Estado y capital a afecto de llevar adelante sus atrocidades.

El boicot electoral es una reacción de rechazo elemental que debe acompañarse con los enormes esfuerzos para construir la organización social y política que nos permita llevar acabo cambios políticos de fondo.

No obstante, en las actuales circunstancias, votar por los mismos sátrapas que reiteradamente han traicionado a la nación, sería un error mayúsculo. No hay que volver a votar para legitimar a esa claque vendida al imperio y sus transnacionales. Pero no hay que quedarse en el repudio elemental a los partidos políticos electoreros, debemos avanzar hacia el ejercicio de la dualidad de poderes, con base en consejos populares. Las Cámaras de diputados y senadores deben ser disueltas, así como, las cámaras patronales; todos los medios impresos y electrónicos deben ser nacionalizados, el INE desaparecido, y el ejército y policías, también.

Para los trabajadores y pueblo en general está en la agenda del momento articular la lucha contra la privatización del agua, cuya propuesta del gobierno federal es sumamente agresiva para la privatización total y obligatoria del energético vital. Está en el interés proletario evitar la privatización de este recurso natural, que forma parte de la alimentación necesaria para mantener la salud y dinámica vital. Con la privatización, se afectaría el salario obrero, especialmente, el salario real pues el poder adquisitivo disminuiría aún más.

Esa privatización condenaría a la nación viviente a un futuro de hambre y de sed. Por ello, el conjunto de la nación debemos luchar para evitarla. El FTE reitera que, en este caso, se trata de un derecho social que no se limita a los seres humanos.

Ya actualmente, el 47% del territorio nacional ha sido concesionado a las transnacionales mineras. La entrega aumentará con la entrega a las corporaciones de los recursos naturales energéticos en la superficie continental y marina, incluyendo el espacio aéreo y subsuelo marino, así como el espectro radioeléctrico.

Los desafíos futuros ya están aquí. O los mexicanos, en lucha consciente y debidamente organizada, nos liberamos del imperialismo o este arrasará con nosotros, con los recursos naturales, medio ambiente y biodiversidad.

La tarea es para ahora, para la actual y siguientes generaciones. Debemos re-nacionalizar a México, especialmente, los energéticos, los minerales, las tierras, las aguas, los bosques, los mares, la biodiversidad y espectro radioeléctrico, así como, la banca, las finanzas, el comercio exterior, la educación, la salud y la vivienda.

Lo anterior no es sencillo pero es necesario. Este 1o de mayo, el FTE de México se congratula en presentar la versión 2015 del Programa Obrero de México, mismo que tiempo ha hemos puesto a la discusión y concreción de los trabajadores mexicanos.

Este programa es importante como referencia para la acción, establece los principales objetivos de lucha, las banderas fundamentales por las que hay que luchar y las aspiraciones más sentidas para la transición. El programa forma parte de las tareas políticas de nuestra época y se complementa con la construcción de organización social, el desarrollo de la conciencia, la acción en su dinámica concreta y la solidaridad proletaria.

De especial importancia es la conquista de la independencia de clase, para retomar un pensamiento propio, de clase, verdaderamente humano y solidario. Para ello, es crucial lograr una conciencia de clase, mediante la aprehensión de la teoría y su aplicación en la praxis.

¡Proletarios del mundo, uníos!


Frente de Trabajadores de la Energía,
de México





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