Volumen 15, Número 304, marzo 14 de 2015
 


Gobierno lleva a Pemex a la quiebra



Desde 2009, la petrolera mexicana está en quiebra técnica y cada vez es peor. El saqueo económico ha sido secular, el gobierno le quita a Pemex más de lo que gana y, mientras más gana, más le quita. Además, se le ha endeudado a niveles inauditos. Con el gobierno de Peña Nieto, las pérdidas contables acumuladas son enormes. Aún así, sigue siendo la petrolera más rentable del mundo y la principal fuente de financiamiento del Estado. Pero la desnacionalización reciente ha hundido a la otrora industria petrolera nacionalizada. En el afán privatizador, todo se desfondó, gracias a Peña y Videgaray, excepto el interés de las transnacionales que, cuales aves carroñeras, se apropiarán de los huevos de oro y de la gallina también. (FTE).


México SA

Pemex, quiebra técnica.
El petate del muerto.
Senadores: 100 pesitos.

Por C. Fernández-Vega.
Artículo tomado de La Jornada, 28 febrero 2015.


Tanto la exprimieron, tanto le robaron, tanto la endeudaron, que los genios financieros del gobierno federal pueden presumir que, cuando menos desde 2009, mantienen a Petróleos Mexicanos en quiebra técnica, y que al cierre de 2014 alcanzaron niveles históricos, pues los pasivos de la ahora empresa productiva del Estado superaron en 36 por ciento el total de sus activos.

Así de sencillo y dramático. Ninguna empresa pública o privada del mundo, por eficiente y productiva que sea, aguanta el depredador esquema impuesto a Pemex: la Secretaría de Hacienda se lleva hasta el último centavo captado por la otrora paraestatal, y todavía le exige cantidades adicionales que cubre mediante deuda, la cual, también, reporta niveles históricos, a la par que le recortan 62 mil millones de pesos a su presupuesto, especialmente el relativo a inversiones productivas. Eso sí, se dan el lujo de rescatar astilleros gallegos para reactivar la economía de aquella región española.

Pemex, pues, desvalijado y quebrado. Al cierre de 2014 –de acuerdo con la información de la propia empresa productiva del Estado– su pérdida se acercó a 264 mil millones de pesos, un monto 55 por ciento superior al registrado un año antes. Así, en su primer bienio en Los Pinos, el gobierno peñanietista logró que Petróleos Mexicanos registrara pérdidas acumuladas por 434 mil millones de pesos, en un consorcio que antes de impuestos y derechos reportó alrededor de un billón 200 mil millones en rendimientos (lo que en una empresa privada serían utilidades).

En 2014 todo se desfondó (menos el desvalijamiento de Hacienda y el endeudamiento): ventas, rendimiento, producción petrolera, precio del barril, exportaciones, reservas y lo demás, pero sólo hasta noviembre de ese año –ya que todo estaba en el suelo– la Secretaría de Hacienda se acordó que era muy sano contratar coberturas, las cuales, a todas luces, resultaron no sólo tardías sino totalmente insuficientes, por mucho que el ministro del año presumiera que los ingresos petroleros para 2015 están garantizados al 100 por ciento, lo que evitaría recortes presupuestales. Ya se vio el tamaño real de la garantía.

Al concluir el año pasado, la deuda de Pemex –sin considerar pasivos laborales– sumó un billón 143 mil millones de pesos, y contando (36 por ciento más que en 2013), monto equivalente a 54 por ciento de sus activos totales. En 2014 se contrató más deuda (29 mil millones de dólares) que lo que oficialmente se destinó a inversión (26 mil millones) y el servicio de débito sumó 14 mil millones de billetes verdes.

La Jornada (Israel Rodríguez) lo sintetizó así: Petróleos Mexicanos alcanzó el mayor endeudamiento de su historia en 2014, al registrar un aumento de 35.9 por ciento en términos anualizados y ubicarla en un billón 143 mil 200 millones de pesos, según revela el informe financiero correspondiente al año pasado, enviado esta mañana a la Bolsa Mexicana de Valores. Los informes señalan que en 2014, Pemex registró una pérdida de 263 mil 819 millones 871 mil pesos, un aumento de 55 por ciento, debido a que el pago de impuestos fue de 746 mil 100 millones de pesos, monto 154 por ciento superior a los 482 mil 366 millones de pesos obtenidos por la empresa como rendimiento antes de impuestos. Además, enfrentó el pago de intereses por 48 mil 500 millones de pesos y una pérdida cambiaría de 77 mil millones de pesos. En sus resultados financieros también impactó la caída en las cotizaciones internacionales del crudo, debido a que el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación cayó 27.9 por ciento al pasar de 92.05 dólares a 66.33 dólares por barril.

Con ese tétrico balance, el recorte presupuestal y la acción depredadora de la Secretaría de Hacienda, en el gobierno peñanietista promete que Pemex competirá en igualdad de condiciones con las empresas privadas, nacionales y foráneas, que se animen a desenterrar el tesorito petrolero, el cual, dicho sea de paso, permanecerá donde está mientras el precio del barril se mantenga en el suelo.

Si de promesas se trata, allí está el impresentable Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero, quien no hace mucho presumió que Petróleos Mexicanos y las empresas que se constituyeron después de las reformas serán para abrir espacios, para generar empleo, para generar riqueza, y que nosotros, sus trabajadores, no debemos sentirnos ni acosados ni acorralados; que no nos asusten con el petate del muerto.

Pues bien, ayer se le apareció el muerto con todo y petate, porque se oficializó que en Petróleos Mexicanos entrará en acción la guadaña laboral. También por medio de la Bolsa Mexicana de Valores, la otrora paraestatal y la empresa de Romero Deschamps –que algunos llaman sindicato– anunciaron que llegaron a un acuerdo para implementar un programa extraordinario para reducir el gasto corriente en servicios personales en 10 mil millones de pesos, equivalente a 16 por ciento del ajuste al presupuesto de Pemex recientemente anunciado.

Como la reforma energética se aprobó para generar empleo (Romero Deschamps dixit), pues que los trabajadores petroleros preparen la celebración, ya que tienen la primera muestra concreta.

Pero si de cinismo se trata, allí están los senadores de la República y su programa de austeridad, que ni la burla perdona. Resultó más costoso el papel utilizado para su publicación en el Diario Oficial de la Federación que el ahorro que generará el recorte a su dieta (100 pesos mensuales por cabeza; qué cara más dura).

La Jornada (Víctor Ballinas y Andrea Becerril) lo resume así: “como parte del programa de austeridad del Senado para 2015, publicado ayer en el Diario Oficial de la Federación, las dietas netas de los 128 senadores disminuirán 100 pesos mensuales respecto del año anterior, al pasar de 117 mil 600 a 117 mil 500 pesos mensuales. A lo magro de esa reducción se suma que en realidad los senadores van ganar casi lo mismo que en 2014, si se suman sus demás prestaciones, ya que tendrán un salario bruto de 262 mil 337.7 pesos. La cifra de 2015 es 10 pesos mayor que el año anterior, en que ganaron 262 mil 227.7 pesos”.

Las rebanadas del pastel

Mientras Murillo Karam se va a descansar a la Sedatu, se oficializa la Procuraduría de las estrellas y otros integrantes del gabinetazo se refugian en San Lázaro, los mexicanos sólo esperan la destitución del ministro del año, uno de los fardos más pesados para el país.


Twitter: @cafevega
D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com


Ref.: 2015, elektron 15 (64) 1-2, 4 marzo 2015, FTE de México.





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