Volumen 14, Número 280, 28 febrero de 2014
 


Greenpeace adorna al capital



Promueve a las energías renovables en la legislación energética secundaria del gobierno de Peña Nieto. Se daría “independencia económica” a México, dice. Ese discurso ambientalista es privatizador y falso. Para esta ONG la propiedad privada “no existe”, tampoco sus nefastas consecuencias. Tal política solo sirve al capital.


Promotores eólicos privados

El barco Rainbow Warrior, de Greenpeace, atracó en el muelle de la ‘T', en el Puerto de Veracruz, como parte de su travesía por el mundo para concientizar sobre el uso de energías renovables (Barranco R., en El Universal, 20 febrero 2014).

Los tripulantes de la embarcación ofrecieron rueda de prensa a los medios veracruzanos resaltando la importancia de incluir en las leyes secundarias de la Reforma Energética, el uso de otras opciones energéticas como la eléctrica.

Además, se pronunciaron en contra de la ampliación del Puerto de Veracruz y del cambio de la poligonal del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano.

Jorge Villarreal, del Grupo Financiero para Cambio Climático de Greenpeace, explicó que es necesario que México genere otras opciones energéticas que sean no sólo amables con el medio ambiente sino además redituables en la economía.

"Nosotros proponemos ocho puntos, que deben contener las reformas para leyes secundarias, para garantizar la transición energética para buscar el desarrollo de las renovables", dijo.

Por su parte, Sven Teske de Campaña de Energía Renovable, dijo que buscar nuevas fuentes podría dar independencia económica a México si se sabe utilizar su potencial natural.

Como ejemplo, recordó que en su natal Hamburgo, Alemania, ante la baja de las reservas de hidrocarburos han cambiado a la generación de energía eólica generando más de dos mil empleos, por planta, de inmediato.

En ese sentido, consideró que Veracruz y las fuerzas de sus vientos del norte, sería ideales para generarla con tecnología impuesta desde alta mar lo que ayudaría a México a no depender de los precios, tan volátiles, del petróleo.

Idealismo capitalista

Greenpeace y sus activistas han sido una ONG internacional de alto impacto. Su preocupación por el medio ambiente los ha vuelto famosos. Varias de sus acciones han sido espectaculares. Para muchos es la principal referencia ecologista.

Ahora, la tripulación del barco Rainbow Warrior arribó al puerto de Veracruz y convocó a la prensa. El objetivo: promover el uso de la energía renovable en la legislación energética secundaria, misma que confirma la desnacionalización constitucional de las industrias petrolera y eléctrica.

Más aún, dijeron que estas fuentes “podrían darle independencia económica a México”, pues no solo son “amables” con el medio ambiente sino “redituables en la economía”. Para Veracruz, proponen la generación eoloeléctrica en alta mar para aprovechar los vientos del norte.

Todo suena re´bonito pero es falso. El discurso está en el nivel del idealismo capitalista. Lo mismo proponen las agencias internacionales del imperialismo, así como sus intelectuales e investigadores funcionales. Sí, se trata de “idealismo” burgués, creyendo que el capitalismo puede ser bueno, racional y limpio. La energía eólica no solo es amable con el medio ambiente sino “redituable” económicamente, dicen. Lo segundo es cierto, lo primero no tanto. Lo grave, sin embargo, es precisamente lo segundo. Lo “redituable” significa ganancia para el capital porque el uso de fuentes renovables lo hacen las corporaciones transnacionales. He allí el problema. Pero Greenpeace no ve al capital, tampoco sus consecuencias. Por ello es que su discurso es idealista, basado en la apariencia de los fenómenos y el simple deseo positivista.

Ambientalismo privatizador

La delegación que arribó al puerto jarocho vino con la misión explícita de apoyar la legislación energética secundaria, supuestamente, para que se aprovechen las energías renovables. A Greenpeace no le dice nada que el gobierno haya impuesto compulsivamente una reforma constitucional que desnacionaliza y privatiza a la energía en México. Desde 2008, TODAS las fuentes, renovables y no renovables, de energía pueden ser privatizadas; ahora esa privatización será generalizada.

El viento, el agua, la geotermia, la energía de los océanos (olas, mareas, corrientes submarinas), la radiación solar y los biocombustibles están en proceso de privatización. La legislación secundaria en la materia solamente ratificará lo existente. De acuerdo a la política oficial, TODAS estas fuentes “amigas” se entregarán al capital, principalmente, extranjero. Eso significa la legalización del actual despojo y su generalización al futuro.

Y, sobre las demás leyes secundarias, todas privatizadoras, ¿qué dice Greenpeace? Lo mismo que dijo sobre la reforma constitucional: ¡Nada! Si el gobierno quiere, como lo hizo, desnacionalizar a la industria eléctrica, que lo haga; si quiere privatizar, qué lo haga. Lo que a Greenpeace importa, supuestamente, es el medio ambiente, apolítico y neutro. Con ese discurso superficial Peña Nieto o Videgaray y/o Beltrones, dirán que están de acuerdo y privatizarán todo lo que puedan.

Qué en Veracruz podrían instalarse generadores eoloeléctricos en alta mar es cierto. Es lo que quieren Siemens y otras transnacionales para hacer negocios “sucios” y “redituables”. Esa política, aquí y en China, es antinacional y pro imperialista.


Ref: 2014, elektron 14 (70) 1-2, 21 febrero 2014, FTE de México.



Aereadores desarrollados por Siemens.





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